sábado, 23 de febrero de 2019

Descanso del personal antes de End Time


Debido a las presiones a las que están sometidos los autores de este blog, y que en Arkham nos han pedido un breve respiro, esta semana la hemos tomado de descanso. Y es que lo que está por venir, End Time, el fin del tiempo, es algo tan épico decadente y absurdo que requiere un momento de meditación y cogitación para poder prepararlo en condiciones. Seguiremos informando y la semana que viene volveremos con el principio del fin.

viernes, 15 de febrero de 2019

Big Culocalypse (parte 2): ¡¡¡Los entreterrestres atacan!!!

Unos extraños rayos brillantes de un color azulado comenzaron a aparecer por las calles del distrito financiero y empresarial en el que se encontraban Ashley Johnson y Baster. Podían ver el espectáculo de luces a su alrededor sin saber muy bien qué hacer más que esperar a ver qué resultaba de ello. Bastet había sacado las garras por si acaso, temiéndose lo peor.

Los rayos comenzaron a concentrarse en unas formas ligeramente antropomorfas y un estallido, como el chasquido de un látigo amplificado, se escuchó desde todos ellos. De lo que habían sido los rayos azulados comenzaron a salir unos extraños seres bípedos de un color entre verde y azul, con la cabeza (muy similar a las de los Teletubbies) en la entrepierna, y sobre los hombros, en el lugar en el que un ser normal de La Tierra tendría la cabeza, había unos tremendos glúteos carnosos y regordetes.

-Creo que es la primera vez que veo un caraculo literalmente -dijo Ashley Johnson mirando con incredulidad a los seres.

Las criaturas parecieron estar confundidas en los primeros momentos, mirando a su alrededor con la cabeza de la entrepierna, pero en un instante apretaron los músculos de la cara como si estuvieran haciendo fuerza y comenzaron a salir rayos de los glúteos que disparaban a los edificios de los alrededores y a los empresarios y oficinistas que se dirigían a su trabajo.

-¡¡¡Están lanzando rayos por el culo!!! -exclamó Bastet.

-Y parece que su objetivo es todo lo que se mueve, no discriminan -dijo Ashley mientras se agachaba para evitar que le diera uno de los rayos.

Las criaturas comenzaron a caminar por los alrededores mientras seguían lanzando rayos a discreción, ahora también disparaban a escaparates y coches aparcados. La gente corría despavorida y se escondía donde podía.

-Están provocando el caos. Tenemos que hacer algo -dijo Ashley.

Bastet lanzó un maullido gruñido y con la velocidad  de un guepardo cayó sobre las criaturas más cercanas, a las que llenó de arañazos y de patadas de artes marciales. Los seres que caían, desaparecían con un estallido de luz como si fueran enemigos de un videojuego pasado de moda, pero inmediatamente un rayo azulado volvía a aparecer cerca, trayendo a un nuevo ser que sin tardar ni un momento comenzaba a lanzar rayos por el culo.

-Esto nos sobrepasa, no dejan de aparecer nuevos bichos de esos -dijo Bastet tras retirarse cansada de tanto combate contra un enemigo que no se acababa.

Un grupo de esos seres centraron su ataque de rayos por el culo en un edificio cercano, el Nakatomi Plaza, pero sus disparos fueron respondido por los ejecutivos de una compañía de compra-venta de valores que iban armados con fusiles de asalto y ametralladoras pesadas, a sus órdenes había un directivo con cinta roja en la frente y un puro encendido en la boca.

-¡Ey! ¿Podéis prestarme una ametralladora de esas? -les pidió Ashley.

-Toda tuya, morena -le respondió un musculado ejecutivo que disparaba con un fusil de asalto en cada mano.

De la ventana en la que estaba el ejecutivo cayó una ametralladora que recogió velozmente Ashley, que lanzó una sonrisa diabólica al hacerse con ella.

-Pensaba que habías venido armada -dijo Bastet.

-Y había venido armada, pero con todo este caos he perdido la pistola.

Ashley se parapetó detrás de un anuncio de The Stuff (el único postre que te come a ti), y desde allí lanzó ráfagas hacia los seres que atacaban a todo a su alrededor. Muchos de ellos caían ante las balas de Ashley, pero las fuerzas que desaparecían eran reemplazadas por nuevos seres que disparaban sus rayos anales nada más salir del portal de luz... o lo que fueran esos rayos azulados.

Una moto conducida por un cartero pasó por delante del Nakatomi Plaza y fue alcanzada por uno de los disparos de las criaturas. La moto explotó en mil pedazos, pero el cartero se salvó cayendo sobre un colchón que nadie sabía de dónde había salido.

-¡¡¡Esto os enseñará a meteros con el servicio de Correos!!! -exclamó el cartero.

Varios seres fueron a dispararle rayos por el culo, pero de la saca de cartas el hombre sacó una granada que lanzó sin pensárselo. El explosivo acabó con las criaturas, y cuando fueron a ser reemplazadas fueron destruidas por otra granada que había salido del mismo lugar. Cuando el cartero se quedó sin granadas, sacó una M-16 de la saca y lanzó un "let's rock!" tras el que llenó de plomo a las criaturas que intentaban atacarle.

-¿Pero cómo se les ocurre atacar a un cartero? Estos bichos deben ser idiotas -dijo Bastet.

-Por mucho que disparemos, siguen apareciendo, no sé cómo podemos detener este ataque -indicó Ashley cubriéndose tras el anuncio.

-Quizás podamos detenerlo si vamos a la fuente de todo esto. El edificio de KZRN. Fíjate, es el único que no está siendo atacado por ningún bicho de esos.

-Mmmm parece que los chicos del Nakatomi y el cartero pueden mantener la batalla, eso nos deja a nosotras para volver a KZRN a hacer unas cuantas preguntas.

Diosa y soldado cruzaron agachadas la zona de batalla  entre explosiones -los de Nakatomi habían comenzado a disparar con bazookas-, disparos y rayos destructores. Llegaron sanas y salvas al edificio de KZRN y entraron en su interior.

-Bufff ¿esto será normal en este distrito? -preguntó la diosa tras cerrar la puerta.

La sede de KZRN estaba en total tranquilidad, con una música ambiental relajante y un olor a recién limpio en el aire. La rubia pechugona seguía allí y les dirigió una sonrisa.

-Se va a enterar esta -dijo Ashley dirigiéndose con decisión hacia ella.

La rubia fue a saludarle, pero Ashley le hizo una llave de artes marciales, lo que hizo que el sistema de camuflaje cayese y la atractiva joven se convirtiera en un alienígena de escasa altura y cabeza respingona con ojos achinados.

-¿Cómo nos habéis descubierto? -preguntó el alien.

-No sois muy sutiles -le respondió la soldado.

-O nos cuentas vuestro plan cual villano de 007 o te hago una cara nueva con estas uñitas que tengo -dijo Bastet mostrando las garras de sus manos.

-Es un plan muy sencillo. Acabamos con toda nuestra competencia con un ataque de criaturas entreterrestres -respondió el alien.

-¿Entreterrestres? -preguntó Ashley extrañada.

-Sí, están los intraterrestres, que viven bajo tierra, los extraterrestres que venimos del espacio, y los entreterrestres, que viven entre los humanos, pero en un plano de existencia que les impide interactuar con ellos. Nosotros sólo hemos conseguido que haya interacción. Y los hemos cabreado haciendo que en su plano de existencia siempre suene constantemente el opening de una telenovela turca, lo hemos sacado de youtube y está en bucle en el ordenador de la quinta planta, desde donde hicimos el ataque a su plano de existencia. Puede que a vosotras no os parezca que el opening de un culebrón turco es algo malvado, pero el tono de la música y las voces coincide con uno de los mayores insultos para los entreterrestres.

-Tienes que admitir es un plan muy estúpido -dijo Ashley.

-Los planes de esta gente suelen ser muy estúpidos -le respondió Bastet.

-No importa. No podéis hacer nada. Los entreterrestres atacan sin distinción a todas las empresas y corporaciones que tienen sedes en este distrito. Toda nuestra competencia será destruida en cuestión de horas.

-¿Y si atacan sin distinción por qué este edificio está tan tranquilo? -preguntó Ashley.

-Porque tenemos un sistema de ocultación.

-Ah ¿sí? -dijo Ashley con una sonrisa-. Bastet, ven, que se me ha ocurrido una forma de acabar con esto.

Los entreterrestres seguían lanzando rayos por el culo contra el Nakatomi Plaza, que se estaba defendiendo con uñas y dientes, mientras el cartero al que habían derribado había sacado una espada bastarda y estaba cortando cabezas (se había quedado sin munición hacía rato). El resto de edificios no tenían la suerte de contar con unos defensores tan efectivos, pero ya estaban refugiando a sus trabajadores para que no fueran alcanzados por los ataques de rayos del culo. De repente, del edificio de KZRN comenzó a salir una ignominiosa música que parecía estar sonando en unos altavoces. No era otra cosa que el opening de un culebrón turco, cosa que les sonaba mucho a los seres de los rayos en el culo. Por las puertas del edificio salieron dos mujeres (aunque una tenía cabeza de gato) con un cartel en el que ponía en diversos idiomas que los culpables del ataque sónico mediante openings de culebrones turcos estaban en ese edificio. Los seres de los rayos por el culo dejaron de atacas indiscriminadamente y volvieron la cabeza (la que tenían en la entrepierna) hacia el edificio que les estaba ofendiendo con esa música. Los seres se fueron acercando a la fachada y mostraron una expresión de odio profundo y, a continuación, hicieron algo que sorprendió a todo el mundo. Comenzaron a brillar mientras se acercaban los unos a los otros, formando un montón que cada vez brillaba más. En cuestión de minutos era imposible mirar al montón de carne luminosa, tal era el brillo, hasta que dio un fogonazo y se pudo ver lo que había sucedido.

Los seres de los rayos por el culo se habían fusionado todos, formando un gigantesco culo con piernas de cuatro metros de altura. El culo gigante dio un salto y de él surgió un tremendo rugido (al menos era lo que parecía, aunque saliendo de un culo, los malpensados podían pensar que era otra cosa). Después del rugido, las piernas se acuclillaron y del culo salió un gigantesco rayo que impactó en el edificio de KZRN provocando que este se convirtiera en un montón de escombros y hierros. No había explotado, no quedaba claro qué había hecho el rayo del culo gigante, pero había destruido el edificio en su totalidad. Una vez hecho esto, los seres volvieron a separarse y de ellos salieron rayos azulados que los hicieron desaparecer.

-Mira que he visto cosas extrañas, pero eso es lo más raro que he visto en mi vida- dijo Ashley.

-Esto es Arkham, todo es extraño aquí.

-Pues sí que es verdad. Parece que en el Nakatomi están celebrando la victoria, vamos a unirnos a ellos.

Y así, Bastet y Ashley fueron a la celebración de la victoria en la batalla de los culos lanzarrayos. Una batalla que se contaría entre las paredes de los edificios de oficinas como la más épica que tuvo lugar en el distrito financiero... al menos de momento.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Big Culocalypse (parte 1): Descubriendo la conspiración

Había muchas cosas que podían molestar a Ashley Johnson, como le podía pasar a cualquier otra persona. Pero algo que en concreto no le resultaba nada agradable era que alguien se metiera en su apartamento en mitad de la madrugada. Esto era, cuanto menos, sorprendente, al menos en Arkham. Tenía un sistema de seguridad de Omicron Scorpions (lo cual quiere decir que era muy bueno) y en la zona en la que vivía ya se sabía que era una exmilitar veterana de fuerzas especiales. Así pues, los ladrones trataban de evitarla. Así pues, fuera quien fuera, había pasado por alto su reputación y había logrado superar su sistema de alarma. Así pues, a pesar de la habilidad que había demostrado, o era muy estúpido o muy loco. Pero Ashley no estaba dispuesta a dejar pasar ninguna intromisión en su hogar. Si querían tocarle las narices lo iban a pagar. Así pues, ataviada con un pantalón de pijama y una camiseta y empuñando una automática de 9 mm, se movía sigilosamente por su apartamento. Curiosamente, el intruso se encontraba en la cocina y parecía estar entretenido saqueando la nevera de la mujer. Así pues, ella no se contuvo. En cuanto estuvo preparada, se acercó con mucho cuidado y apuntó a la cabeza del intruso conminándole a levantar las manos.

En ese momento, el intruso debería haberse rendido o recibido una paliza de la capitana Ashley Johnson. Pero había algunos detalles que no se desarrollaban según el guión. El intruso era una intrusa, lo cual no alteraba la trama prevista, pero iba vestida con ropas ceñidas de color verde oscuro y la cabeza era extrañamente felina. Así pues, o era una ladrona fetichista de Catwoman o algo raro estaba pasando. Por ello, cuando la intrusa se dio la vuelta, sonrió como pudo a Ashley mientras trataba de acabar de comerse una loncha de mortadela. La capitana bajó el arma, desconcertada, confundida y exasperada. Y es que lo último que se esperaba era que Bastet se colara en su casa en mitad de la noche para asaltar su nevera. Y es que la ladrona no era otra que la diosa egipcia que había ocupado el rol de infiltradora furtiva en el grupo de dioses superhéroes Alfa Strike. Una vez descubierta su identidad, era hora de aclarar algunas cosas. Así pues, Ashley invitó a la diosa a que se prepara algo de comer en condiciones y, cuando Bastet se preparó un contundente bocadillo, ambas se sentaron a hablar.

-Explicame que demonios haces a estas horas entrando así en mi casa y saltándote mi sistema de alarma… -dijo Ashley con un tono de exasperación.

-Bueno -respondió la diosa tras dar un buen mordisco al bocadillo-, la cuestión es que no tenía intención de molestarte, pero tenía que verte cuanto antes. En primer lugar pensé en ir a ver a Welcome. A fin de cuentas, su alter ego Delta Wave Welcome es la super heroína oficial de Arkham.  No la encontré en su habitación de La Llave y la Puerta, así que fui al piso de estudiantes de su novia. Efectivamente las encontré a las dos allí…

-¿Y que pasó?

-Verás, resulta que las dos han estado bastante ocupadas con sus estudios, sobre todo Welcome que se está preparando para graduarse finalmente. Así que las encontré en una situación un tanto picante. Ellas se sorprendieron de verme, pero ya que estaba allí, una cosa llevó a la otra y no era la primera vez que hacíamos un trío… en fin, creo que no hace falta entrar en detalles. -Ashley asintió y la invitó a seguir hablando- Cuatro orgasmos más tarde dejé el piso y decidí que mi mejor opción era venir a verte, ya que ellas no estaban con mucha disponibilidad.

-¿Y lo de asaltar mi cocina?

-Es que después del sexo siempre me entra hambre.

-Dejémoslo… ¿qué quieres?

Entonces, mientras seguía comiéndose el bocadillo, Bastet le explicó lo sucedido. Aunque era la propietaria y CEO de una exitosa compañía de productos para animales, la diosa a veces se aburría y le daba por hacer algo más felino. Así pues, se enfundaba en uno de sus trajes verde oscuro y se dedicaba a infiltrarse en sitios o simplemente a patrullar la ciudad por los tejados y buscar colonias de gatos con los que mezclarse. A veces se metía en oficinas de empresas rivales o que llamaban su atención de alguna manera y se dedicaba a burlar sus sistemas de seguridad y rebuscar en sus sistemas, ya que Bastet había acabado por aprender bastante sobre como hacer este tipo de incursiones. Así pues, había dado con algo peligroso, una información referente a un plan que se iba a desarrollar en Arkham en breve y que no auguraba nada bueno para la ciudad. Se había llevado en secreto, pero oculto a plena vista, de manera que cualquier inspección lo pasara por alto como algo de poca relevancia. Pero Bastet, que era muy curiosa y tenía olfato para los misterios, se dio cuenta de que allí había algo raro, algo que no encajaba. Así pues, había seguido el rastro del dinero y la información. Loki le había echado una mano, ya que el nórdico era un experto en ese tipo de cosas, y juntos habían dado con lo que parecía ser la clave del asunto. Fuera lo que fuera ese plan, toda la infraestructura del mismo estaba centrada en Arkham. Así pues, tendrían que seguir las pistas obtenidas e investigar. Pero, pese a la urgencia que parecía tener Bastet, no podían hacer mucho en mitad de la noche, por lo que Ashley, viendo que sería mejor tener cerca a la diosa, la invitó a dormir allí esa noche.

-Bueno, mañana veremos todo más claro. Vamos a la cama.

Ante la expresión ilusionada de Bastet, Ashley decidió dejar claras las cosas:

-El sofá no es lo más cómodo para pasar la noche y este apartamento es pequeño, por lo que no tengo habitación de invitados. Así que será mejor que durmamos juntas en la cama. No me atraen sexualmente las mujeres, así que olvídate de eso. Y, por cierto, ¿no has tenido bastante con los cuatro orgasmos que has tenido con Kate y Welcome?

-Errr... es que las diosas tenemos mucho más aguante que los humanos, y un orgasmo de más nunca está mal.

Ashley suspiró exasperada y, sin decir nada más, se encaminó al dormitorio. Bastet, que no le habría dicho que no a un poco de acción la exmilitar, la siguió mansamente.

Un poco más tarde, ya ambas en la cama, mientras Ashley trataba de conciliar el sueño, de repente abrió los ojos y dijo:

-Bastet.

-¿Si?

-¿Puedes quitar la mano de mi teta? Gracias.

Resuelto el incidente, ambas conciliaron el sueño y durmieron tranquilamente hasta la mañana siguiente.

Al comenzar el día, después de prepararse para iniciar la jornada, Ashley Johnson invitó a Bastet a consultar con ella los amplios informes que la veterana había acumulado sobre la legislación e infraestructura urbana de Arkham. Ashley era metódica y, desde el momento en que la destinaron allí a dirigir la sede de Omicron Scorpions sabía que tendría que acabar conociendo bien la ciudad para así identificar los riesgos y peligros que había en sus calles. Y es que Arkham era una fuente de situaciones insospechadas, intrincados túneles y edificaciones de todo tipo, desde los más mordernos edificios hasta otros supervivientes de las primeras décadas del siglo XX que, de una forma u otra, habían logrado aguantar.

Entre la ingente cantidad de información, que la mujer tenía almacenada en una serie de discos duros, catalogada por zonas de la ciudad y amenazas, lograron dar con lo que estaban buscando. El objetivo era un edificio mediano, de cinco plantas, registrado como sede de una empresa llamada KZRN que parecía diversificar sus actividades entre la importación-exportación, transporte de mercancías a nivel nacional y la edición de libros de carácter más bien magufo sobre absurdas teorías conspirativas sobre alienígenas. La KZRN parecía llevar poco tiempo en la ciudad, no llegaba al año, y parecía demasiado inocua para ser real. Pero todo el asunto era extraño, y es que Bastet parecía estar segura de que ese lugar era la clave. Desde ahí se iba a iniciar la activación del siniestro plan que amenazaba una vez más la ciudad de Arkham. La ubicación, en medio de una zona de la urbe donde diversas empresas tenían sus sedes y oficinas y que resultaba poco atractiva para las entidades sobrenaturales, con la excepción de aquel extraño incidente con los Contables Púrpuras Multitentaculados de la Dimensión Numérica Abstracta, hacía que fuera completamente inocua y, al mismo tiempo, sumamente sospechosa. A fin de cuentas, ¿a quién se le iba a ocurrir que en una zona tan tranquila de la ciudad pasara algo? Si ni siquiera los profundos de Occupy Arkham se acercaban por allí. Pero Bastet ya había avisado de que la conspiración estaba oculta a plena vista, de manera que nadie se percatara de ella por su total y absoluta obviedad. Y un aburrido edificio de oficinas de una aburrida empresa en medio de una aburrida zona de Arkham no llamaba para nada la atención.

La información que tenía sobre aquel lugar era un punto de inicio, aunque Ashley sospechaba que sería necesaria una visita en persona para hacerse una idea concreta de que se preparaba en aquel lugar. Esperaba que no fuera necesario una intervención armada, ya que las armaduras GodHunter eran muy voluminosas y capaces de provocar importantes daños en un combate urbano. Pero lo que sí que habría que hacer era llevar a cabo una aproximación más sigilosa. Por ello, Ashley le indicó a Bastet que la acompañara.

Juntas se encaminaron a la sede de Omicron Scorpions, donde la jornada laboral ya se había iniciado cuando llegaron ellas. Ashley solicitó una actualización de información sobre KZRN, pues en la sede tenían información al día sobre todos sus clientes y empresas que pudieran serlo. Al recibir el informe lo leyó atentamente para ver si había datos que no tenía en su casa, pero, con excepción de los resultados financieros declarados por la empresa, no encontró nada nuevo. Tras meditar sus acciones unos minutos y afrontar la impaciencia de Bastet, Ashley cogió una carpeta corporativa con un dossier informativo sobre Omicron Scorpions y algunos folletos e invitó a la diosa a seguirla mientras se dirigía a la calle. Tenían una visita comercial que realizar.

Mientras se acercaban al edificio de KZRN se adentraron en una zona de la ciudad que destacaba, entre otras cosas, por la lejanía del campus universitario. Esto, junto con la concentración de empresas, hacía que fuera mucho más tranquila debido a la ausencia de estudiantes universitarios y que los empresarios no eran muy aficionados a dedicarse a invocar seres extradimensionales. O, al menos, lo hacían en otras partes de la ciudad, por el tema de que si algo sale mal, al menos que no te estropee la oficina. También destacaba por ser una zona que resultó bastante dañada por los incidentes que habían arrasado Akrham durante los años 80, a saber, una inundación y terremotos que dejaron la ciudad bastante maltrecha, o, al menos, parte de la misma. De esta manera, se trataba de un distrito reconstruido y con edificios bastante nuevos en su mayoría. Omicron Scorpions no tenía mucha presencia allí, pues, aunque tenía mucho cliente corporativo, estos eran habitualmente de grandes empresas y corporaciones trasnacionales, actuando a gran escala. Sólo recientemente había empezado a actuar a una escala menor, introduciéndose en la seguridad doméstica, lo que había resultado idóneo para instalar unas oficinas en Arkham.

Pero Omicron Scorpions no era la única empresa que encontraba la ciudad atractiva como fuente de negocios. Y es que, aunque Arkham era básicamente una urbe universitaria, también ofrecía buenas condiciones a las empresas que se instalaran allí. Así fue como KZRN acabó en esta urbe de origen colonial. Su sede era un edificio bastante anodino que no destacaba particularmente. Sin embargo, parecía tener un cierto tráfico de entradas y salidas de personas. Al entrar, el edificio mantenía un estilo moderno pero carente de personalidad, como si lo hubieran copiado de una revista de decoración corporativa. Sin dudarlo, Ashley se dirigió hacia el mostrador de recepción que había en mitad del vestíbulo. Allí, una espectacular rubia de generosos pechos, cuerpo de infarto y grandes ojos azules la recibió con una gran sonrisa y, curiosamente, no pareció reaccionar de forma particular al hecho de que la exmilitar llegara acompañada de una mujer gata. La recepcionista era muy voluptuosa y se movía con una sensualidad que parecía estudiada para realzar sus encantos. Pero la capitana se mostró firme a la par que educada al solicitar una entrevista con el director de seguridad de la empresa, identificándose como empleada de Omicron Scorpions con el propósito de ofrecerles una mejora en sus sistemas de seguridad. La sonrisa de la recepcionista rubia parecía volverse más amplia antes de responder que, lamentablemente, no se atendía a nadie sin cita. Ashley, manteniendo la compostura, agradeció la información y se retiró seguida por Bastet que no dejaba de mirar con expresión extraña a la escultural mujer que les había atendido.

Una vez fuera, la diosa trató de hablar, pero Ashley la hizo callar hasta que estuvieron a bastante distancia del lugar.

-Dioses, hemos salido de una pieza -comentó Ashley.

-Cierto, no me puedo creer que los Korporativos Zeta Reticulanos Nazis hayan instalado una empresa tapadera en Arkham ante nuestras narices -dijo Bastet.

-Deben ser ellos los que planean hacer algo en la ciudad. Pero… ¿qué?

En esos momentos algo llamó su atención. Su visita parecía haber actuado como desencadenante del plan de los alienígenas. Juntas, se prepararon para entrar en acción.

sábado, 2 de febrero de 2019

Sabotaje en la La Llave y la Puerta: El caso de las apuestas de Nyarlathotep



ATENCIÓN

Esta semana La Llave y la Puerta ha sufrido un inesperado sabotaje por parte El que Comenta en la Oscuridad, el siniestro avatar de Nyarlathotep que enloquece a sus víctimas con sus desquiciadas, inenarrables, blasfemas, inconcebibles e innombrables transmisiones y comentarios de eventos deportivos y que se refocila regocijándose en las apuestas en torno a los eventos deportivos.

Puesto que en esta plataforma se está dando voz a los sucesos que acaecen en Arkham y que van desvelando poco a poco una serie de acontecimientos que conducen a alguno de los siniestros planes del Caos Reptante, éste ha decidido boicotearnos para impedir nuestra labor y retrasar la revelación de la intrincada conspiración que se está llevando a cabo. Para ello, ha cruzado este blog con una serie de páginas de apuestas, de manera que los resultados deportivos se veían alterados, sustituyendo el nombre de los equipos por personajes de La Llave y la Puerta y los personajes de este sitio por equipos deportivos.

El caos que ha supuesto esto, así como los esfuerzos para resolver el problema han provocado que esta semana no hayamos podido incluir ninguna nueva crónica de lo que está pasando en Arkham. La próxima semana reanudaremos nuestra normal actividad.