sábado, 30 de enero de 2016

Turno de Tarde

Kate devoró de un último bocado lo que quedaba de su Doble Fishburguer y apuró los restos de su bebida mientras miraba asustada la hora en su reloj. Había salido demasiado tarde de clase e iba demasiado justa de tiempo. Por suerte, no encontró mucha cola en el EldritchBurguer y había pedido uno de los menús de pescado que solía tomar en estas ocasiones. Pero el tiempo volaba y aún tenía que cambiarse de ropa y presentarse en el trabajo a su hora. Iba demasiado apurada, por lo que no sabía si iba a lograr llegar a tiempo para fichar puntualmente y poder hacer con calma el cambio de turno. Por suerte, siempre llevaba una muda del uniforme en la mochila para estas situaciones y tenía otra en La Llave y la Puerta, en las taquillas de personal.

Tras acabar su comida, salió disparada hacia el aseo, para cambiarse rápidamente y partir rauda hacia la residencia. Unos minutos más tarde, cuando la puerta de los servicios de mujeres se abrió, apareció Kate vestida de conejita de blanco, con un chaleco azul y un reloj de bolsillo y calzada con sus cómodas zapatillas deportivas (no se ponía los zapatos hasta llegar al trabajo).

-¡Mierda! -exclamó

El factor Arkham atacaba de nuevo: por error (esa mañana también había salido con prisas para ir a clase) había guardado el disfraz de coneja blanca de Alicia en el País de las Maravillas por error. Ahora ya era demasiado tarde. Sólo restaba confiar en que la muda que guardaba en el trabajo estuviera limpia y preparada. Sin pensarlo dos veces, salió corriendo hacia el trabajo. Por suerte, el restaurante no estaba lejos de la residencia y no tendría que recorrer mucha distancia así vestida.

Harvey había regresado por fin a Arkham y todo parecía en orden. Los desmanes posteriores a Nochevieja parecían resueltos y el alcalde, que estaba sentado a su lado en el coche, satisfecho de estar de vuelta. Al girar una esquina, y enfilar la calle que les hacía pasar frente al EldritchBurguer, de repente vio cruzar a todo correr a una joven de cabello castaño vestida de coneja blanca mientra sostenía un reloj de bolsillo en una mano y gritaba "¡llego tarde, llego tarde!". No se sorprendió. A fin de cuentas aquello era Arkham y había reconocido a Kate, la novia no oficial de Welcome. Todo iba bien.

Kate entró en la residencia con la cara de terror de quien sabe que su jefe la ha visto corriendo con un disfraz sexy de camino al trabajo y a punto de llegar tarde. Cruzó el Hall a toda velocidad, recibiendo algún silbido admirativo por su vestimenta y, de un salto, salvó el obstáculo del mostrador de recepción. Su compañero del turno de mañana, Morgan, la miró admirativamente y, sin perder más tiempo, inició el procedimiento de cambio de turno, informándole de las novedades de la mañana.

Poco después, mientras su compañero le hacía el favor de cubrir el puesto, Kate apareció ya correctamente vestida con pantalón y chaqueta negros y blusa morada, el uniforme de los recepcionistas de La Llave y la Puerta. Comenzaba el turno de tarde, el turno de Katherine Ashford.

Una hora más tarde, inmersa en tareas administrativas que incluían, pero no limitadas a, revisar los preparativos para las fiestas de Carnaval, revisar el e-mail de la residencia y contestar al teléfono, Kate levantó la mirada al escuchar como se abría la puerta del edificio. En ese momento estaba atendiendo a la madre de uno de los estudiantes alojados que había tomado a la joven por la carabina y niñera particular de su "niño". Ni que decir tiene que el niño en cuestión tenia veintipocos y, en ese momento, estaba realizando ejercicios aeróbicos sin ropa con su novia en lugar de estudiar para un examen, mientras que su madre lo tomaba por un santo varón. Kate, que se estaba planteando cometer actos homicidas con el "niño" si no daba señales de vida de manera inminente, agradeció la distracción. Aliviada, se despidió rápidamente de la mujer con un "lo siento, tengo otra llamada", colgando y sonriendo al recién llegado. Pero, al identificarlo, la sonrisa se congeló en su cara.

Se trataba de un hombre de rasgos nórdicos, ataviado con un elegante traje negro y cuyos rasgos más característicos eran el cabello de un color rojo intenso y una expresión de malicia en el rostro. Traía un paquete bajo el brazo. Se trataba de Loki, el Herrero Mentiroso. Por un momento, Kate deseó tener a mano a Ouroboros, la espada mágica de Welcome, para hacer un kebab de dios nórdico, pero contuvo sus instintos deicidas dispuesta a saber antes que le había tratado hasta allí.

-Hola Kate, me alegro de verte.

-Hola Loki. El placer no es mutuo. Evangeline está en la Biblioteca de la Universidad, estudiando.

Loki alzó la mano derecha en son de paz antes de hablar:

-Comprendo que estés molesta. Mad Arkham nos cogió a todos por sorpresa y ninguno esperaba que la cosa fuera tan grave.

La mirada de Kate no necesitaba comentarios. Era el equivalente a una espada vorpal mata-dioses.

-Entiendo que para ti fuera duro. Lo fue para todos. Y, al fin y al cabo, estabas en el lugar más seguro. Con los Pickman y los dioses de Alfa Strike no tenías nada que temer. Pero, para limar asperezas y pedirte disculpas, te he traído este obsequio.

Loki alargó el brazo y depositó la caja sobre el mostrador. Kate observó el paquete como si fuera a estallar o a convertirse en algo horrible. Pero sólo era una caja de madera con un símbolo arcano en forma de estrella grabado en la tapa. La abrió con cautela y estudió su contenido mientras el dios del engaño se lo explicaba: Ediciones de Bolsillo con refuerzos metálicos de la Biblia, la Torá y el Corán (para repeler criaturas vulnerables a iconografía sagrada y que se pueden usar como armas arrojadizas), un medallón de protección con símbolo arcano, un Ankh encantado para expulsar seres extradimensionales y unos brazales de cuero de shantak. Además , tanto la Torá como el Corán eran ediciones bilingües en inglés - hebreo e inglés - árabe.

Kate agradeció el regalo y, como ya empezaba a tener más experiencia de la que le habría gustado, se equipó los brazales, cubriéndolos con la chaqueta. El resto de objetos los guardó, pero dejándolos a mano por si acaso.

Más tarde, Kate estaba aprovechando una hora muerta para estudiar un rato. Levantó la vista un momento y le echó un ojo a Loki. El dios había decidido pasar la tarde allí, por lo que había traído su ordenador portátil y estaba trabajando ajeno a la tranquilidad que reinaba en la recepción. En ese momento, entró un repartidor llevando una gran caja rectangular y larga de unos dos metros de largo con una carretilla. Se acercó a Kate, descargó el bulto y se presentó:

-Buenas, traigo un paquete para el Sr. Pickman, Seabury Pickman. Según dicen mis instrucciones, tengo que entregarlo en la recepción de La Llave y la Puerta. Echame una firma aquí y todo solucionado.

La joven, sorprendida, recordó que tena apuntada la llegada de un paquete para el profesor Pickman, pero no esperaba semejante trasto. Sin embargo las instrucciones eran claras, por lo que firmó la entrega, por lo que el repartidor se desentendió del asunto. No le quedó más remedio que llamar a Seabury y pedir instrucciones.

Descolgó el teléfono, marcó el número del despacho del profesor (confiaba en encontrarlo allí a esa hora), y tuvo suerte. Tras una breve y concisa conversación, Kate, molesta, colgó. Loki levantó la vista del ordenador y preguntó:

-¿Algún problema?

-Pues sí... Seabury dice que tardará un rato en llegar, que mientras tanto deje el cajón a un lado... -miró apreciativamente al dios antes de seguir- Loki, ven aquí un momento, que vas a echarme una mano...

Poco después, Loki levantaba a pulso la caja y la movía dirigido por Kate para dejarla en un lugar donde no molestara. Tras completar la operación, ambos volvieron a sus tareas olvidándonse del bulto y sin percatarse de un leve crujido en la madera. Unos minutos más tarde, el ruido se repitió, llamando la atención de la joven que se acercó a investigar. Al llegar junto a la caja, la tapa salió despedida, arrancada de golpe y con los clavos aún en su sitio.

Del interior de la misma se alzó lúgubremente una siniestra figura vestida con una vieja levita negra, pantalones del mismo color y unos raídos zapatos, todo ello de un estilo pasado de moda desde hacía al menos un siglo. El ser tenía la piel pálida, el rostro de rasgos consumidos y cara de rata, los ojos hundidos, orejas puntiagudas y era completamente calvo. De su labio superior asomaban dos colmillos donde deberían estar los incisivos.

El vampiro contempló con sus ojos inyectados de sangre a Kate y, con una velocidad inesperada, se lanzó sobre ella.

Ante el grito de Kate, Loki dejó el ordenador y salió corriendo hacia donde habían dejado la caja. Al llegar, se encontró con una sorprendente escena: el vampiro tena agarrada a Kate mientras mordía el antebrazo de la chica, protegido por el brazal. La joven habita logrado interponer el brazo ante el ataque de la criatura mientras lo golpeaba.

-¡Suelta, joder! ¡Que a mi no me ponen los vampiros! ¡Que soy lesbiana, si fuera Carmilla aún, pero no me van los hombres! -exclamaba Kate.

Cuando el vampiro se percató de la llegada del dios, soltó a la joven y salió huyendo, desapareciendo tras una esquina. Loki se acercó a Kate para comprobar si se encontraba bien. Por suerte,la joven sólo se había llevado un buen susto, y el entrenamiento en defensa personal que le había dado Welcome así como los brazales le habían evitado daos.

-¿Vampiros? ¡Qué demonios hace un vampiro enviado por mensajería? Pensaba que el único que teníamos por aquí era Ferenczy, el recepcionista de noche. -comentó Kate.

-Y encima no era uno cualquiera, era Nosferatu, el Conde Orlock. Y el paquete venía a nombre de Seabury Pickman -dijo Loki.

-Genial, tenemos un vampiro expresionista alemán rondando por el edificio. ¿Sabes como podemos localizarlo y capturarlo hasta que llegue Seabury y se explique?

-Ni idea, los vampiros no son lo mío. Además, es alemán. Si en lugar del Conde Orlock fuera el Conde Magnus sería diferente. Me temo que tocará buscarlo y esperar que, si ataca a alguien, la víctima pueda gritar.

Estaba el problema de dejar la recepción sin atender, pero Kate lo resolvió en un momento llamando a Unglaublich para que cubriera su puesto un rato. Por alguna razón no confesada, el servidor de los otros dioses siempre se dejaba convencer por Welcome y Kate, por lo que la joven y el nórdico no tardaron mucho en lanzarse a la búsqueda del vampiro desaparecido.

Como ya es sabido, en Arkham las cosas nunca pasan como sería normal, por lo que la búsqueda de Nosferatu no fue demasiado ortodoxa. Cual un Van Helsing con tetas, Kate encabezaba la expedición, Biblia en mano, seguida por Loki como ayudante. El motivo de esto era que la chica conocía mejor el edificio, mientras que el Herrero Mentiroso haría mejor papel en una confrontación física. De esta manera, fueron inspeccionando pasillos, buscando el rastro del vampiro y evitando estudiantes femeninas con ganas de fiesta que mostraran interés por la guapa chica o por el pelirrojo nórdico.

Tras girar una esquina dieron por fin con el vampiro, quien, al verse descubierto, partió en rauda carrera. Por supuesto, la extraña pareja emprendió feroz persecución al estilo Arkham: corrían de un lado a otro, esquivaban concentraciones estudiantiles femeninas dispuestas a entablar contacto íntimo con uno de los perseguidores o con ambos simultáneamente, entraban por una habitación para salir por otra diferente, giraban una esquina para volver a aparecer por la misma perseguidos por el vampiro, etc.

Finalmente, tras perder momentáneamente el rastro de Nosferatu, se dieron de bruces con él al girar una esquina. Loki, en su papel de brazo fuerte del equipo, se abalanzó sobre el vampiro, quien, sorprendido por el encontronazo, fue presa fácil del dios. Una vez contenido, el Conde Orlock fue llevado hasta la recepción, donde, en ese momento, hacía finalmente su entrada en la misma Seabury Pickman.

-¡(exabrupto impublicable)! ¡Ya era hora de que llegarás! -Kate no pudo reprimirse y descargó su frustración ante la esperada aparición del profesor.

Seabury, sorprendido, dijo:

-Pero... pero... ¿Qué ha pasado aquí? ¿Es que ha habido problemas con la llegada del Conde Orlock?

Kate y Loki, boquiabiertos, se quedaron mirando a Seabury sorprendidos. Tras lograr recuperarse, y tras contener las ganas de reducir el censo de Pickmans en uno, lograron extraer la información que les faltaba y tener en claro que había sucedido por parte de Seabury y del vampiro: El profesor, siempre dispuesto a ampliar sus conocimientos y trabajando en una monografía sobre la influencia del vampirismo en la literatura y el cine, había establecido contacto con aquellos sujetos y organismos que creía podrían resultarle de ayuda. Como consecuencia de esto, dio finalmente con el Conde Orlock, famoso por interpretarse a sí mismo en la película de 1922 "Nosferatu", de F. W. Murnau actuando bajo el seudónimo de Max Schreck. Al contrario de lo que se creía, Orlock no había muerto durante el rodaje, sino que se filmó esa escena con la ayuda de un doble y los efectos especiales de la época. Tras esto, volvió al anonimato, hasta que dio con él Seabury, quien le invitó a pasar unas semanas en Arkham. Así, podría entrevistarle a placer y reunir los datos que necesitaba para su libro. Tras varios desencuentros y sin acabar de ponerse de acuerdo sobre el viaje, acabaron contratando un servicio muy barato, tal vez demasiado, que acabó con el conde viajando en paquete postal. Claro, al salir, lo primero que vio fue a una joven, y, como el catering durante el traslado había sido pésimo, iba con hambre. Y así fue como empezó todo...

Tras obtener sus explicaciones, Seabury y el vampiro se retiraron, dejando a una muy furiosa Kate en compañía de Loki. Por suerte para el dios, el resto de la tarde fue tranquilo y sin más contratiempos, lo que permitió a la joven descansar del estrés producido y hacer que Unglaublich volviera a su puesto. Por la noche, al finalizar el turno, Kate saludó a Augustin Ferenczy, el recepcionista del turno de noche y vampiro. Él, al preguntarle a la chica por las novedades de la tarde, casi se atraganta al ver la expresión de su compañera, era la de alguien que ha volado sin motor sobre el infierno. Tras recibir las explicaciones oportunas, el vampiro la comprendió y, al completar el cambio de turno, le deseó unas buenas noches. Ella, por su parte, estuvo tentada por un instante de sacar la Biblia del paquete que le había regalado Loki, pero lo dejó pasar y, simplemente, se fue, dispuesta a descansar.

jueves, 28 de enero de 2016

The Dunwich Problem: El Retorno de El Camarero Oscuro

Camino a Weird Bio-Hazard (parte 2)

Del Diario de Bruce Payne.

La fría lluvia cae sobre mi cabeza mientras espero, pacientemente, aquí subido en lo alto de éste granero. Mi presa está a punto de pasar por debajo y caeré sobre él como una pluma, silencioso. No le dará tiempo a nada.

Soy Bruce Payne, habitante de Dunwich y no soy una persona normal... bueno, no soy una persona normal para los estándares del mundo exterior. Lo normal en Dunwich no es lo que sería normal en cualquier otro lugar del planeta. Dunwich es lo que pasa cuando un pueblo de paletos endogámicos se encuentran con secretos y seres que el ser humano nunca debería conocer. Cualquier escándalo de este pueblo daría para una película de la Troma Films. Afortunadamente para el mundo cuerdo, Dunwich es poco conocido. Este pueblo está perdido en la campiña de Massachusetts y no es  fácil llegar a él. La gente suele encontrarlo porque se pierde... pero bueno, estoy desvariando.

He dicho que no soy una persona normal, y eso es porque no soy del todo humano. Mi familia, como otras de este pueblo, tiene la costumbre de confraternizar con cosas que no son humanas. Hace mucho tiempo se conoció el caso de los Whateley, que la liaron parda precisamente por tener relaciones con seres extradimensionales, y ahora la gente suele ser más discreta con el tema. Nunca acaba con un bicho de diez metros destrozando casas y comiéndose a la gente... bueno, al menos no normalmente. Mi familia, con un poco más de cabeza que los Whateley, no confraterniza con un dios de más allá del espacio y el tiempo. Mi familia, un poco más de estar por casa, prefiere retozar con un ser cuasi divino más terrenal. Bueno, más terrenal porque vive aquí en La Tierra, porque tengo entendido que vino del espacio exterior. Y, así, mi madre, en una ritual de adoración, tuvo relaciones con Tsathoggua. La verdad es que me pregunto cómo pudo tener relaciones con un dios que se pasa el día durmiendo y sólo se despierta para comerse a alguien y se vuelve a dar la vuelta, pero bueno, mejor no pensar demasiado en ello.

Debido a mi especial herencia, la mitad de mi genética es ultraterrena. Sé de otros descendientes de humano y Tsathoggua que tienen una particular plasticidad y pueden convertirse en inimaginables criaturas negruzcas no del todo sólidas y no del todo líquidas. Yo no tuve la suerte de molar tanto. Mi herencia de Tsathoggua es más mundana, más visible. Digamos que me parezco en la cara un poco a mi padre. Mi padre tiene una cara que podría recordar a un sapo cruzado con un murciélago, por lo que parece que mi cara la haya dibujado Larry Stroman y mi silueta recuerda vagamente a un murciélago.

En mi pueblo natal, que me pareciera a un murciélago con los labios de Carmen de Mairena no impresionaba a nadie, pero cuando dejé Dunwich para ir a la universidad de Boston, la impresión que di en mis compañeros fue superlativa. En Boston conocí el lado oscuro del mundo. La presencia de verdaderos monstruos humanos, que se aprovechan de la indulgencia del resto. Me di cuenta de que debía hacer algo, ya que a nadie parecía importarle. Decidí salir ahí fuera para combatir el crimen. Para ello adquirí el nombre de Batman... hasta que vinieron los abogados de DC Comics y tuve que cambiarme el nombre. Entonces adquirí el nombre de Man-Bat... hasta que vinieron otra vez los abogados de DC Comics que me invitaron amablemente a cambiarme el nombre. Después, debido a que mi uniforme tenía algo parecido a unas alas membranosas que unían mis brazos a mi torso, decidí bautizarme como Batwing... hasta que los dichosos abogados de DC Comics volvieron a darme la vara. Entonces pasé de nombres guays y, como trabajaba de camarero para pagarme los estudios, me llamé a mi mismo EL CAMARERO OSCURO.

Como Camarero Oscuro combatí a terribles criminales como El Payasete, El Pájaro Bobo y El Preguntón. No sé por qué unos delincuentes se ponían nombres tan estrafalarios, pero la cuestión es que se los ponían, yo les daba una soberana paliza, y después la policía los detenía. De vez en cuando conseguían escapar de nuevo, pero yo los volvía a derrotar en un absurdo ciclo que empezó a eternizarse.

Esto cambió cuando me crucé con algo peculiar. En una ciudad como Boston, no es difícil encontrarte a alguien borracho o drogado a altas horas de la madrugada. Vamos, esto te lo puedes encontrar en cualquier ciudad del mundo. Pero esto era algo totalmente diferente. Lo que empezó a circular por Boston era el rumor de una droga que te cambiaba a algo totalmente diferente. Sea lo que fuere, esta droga se estaba extendiendo y todo el mundo en los bajos fondos hablaba de ella. Al final, cuando me crucé con un sujeto que la había tomado, lo que vi era algo que no esperaría jamás en un lugar normal. Más bien es lo que uno se espera que se encuentre por una calle de Dunwich a altas horas de la noche... o a eso del mediodía también, por qué no.

El individuo que había tomado la droga iba corriendo de aquí para allá, haciendo eses y dando bailecitos, con los ojos desorbitados y con los brazos estirados. Lo que había al final de los brazos es lo que hacía desconcertante el caso. Sus manos terminaban en gruesos tentáculos que se movían espasmódicamente y que el tipo utilizaba para coger cosas y tirarlas mientras gritaba: "¡Los tentáculos no son lovecraftianos! ¡Los tentáculos no son lovecraftianos!". No sabía qué podía significar esa misteriosa frase, pero cuando intentó coger un cubo de basura para tirarlo contra un escaparate, caí sobre él desde las alturas y lo dejé grogui, le até los tentáculos a una farola y lo dejé allí hasta que se le pasara en efecto.

Cuando el efecto de la droga remitió, sus manos volvieron a la normalidad y el tipo cayó al suelo. Momento que aproveché para interrogarle. Resulta que la droga la conseguía de un individuo que vendía estupefacientes en las zonas de fiesta. No me costó mucho que me lo describiera, y a la noche siguiente lo localicé sin problemas. Cuando di con él, me aproveché de mi peculiar aspecto para infundir terror en él y obligarle a contarme todo lo que sabía. Yo creía que sería el típico camello, pero no, resultó ser un creyente de todas esas chorradas de la new age, los chakras y otras pseudogilipolleces. A mi no me interesaba todo lo que me estaba contando de los colores de mi aura, sólo quería que me dijera quién le proporcionaba la droga y qué diantres le hacía a la gente. Lo que dijo me trastocó totalmente. Primero, que el muy zoquete apenas sabía qué hacía la droga, salvo nosequé de abrirte a tu verdadero yo y expandir tu consciencia en el cosmos y demás palabrería. Lo segundo era de dónde venía el producto.

La droga se la traían unos tipos de una comuna hippie que habían instalado en un pueblucho poco conocido, perdido por las zonas rurales de Massachusetts, al que no era fácil llegar... un pueblo llamado Dunwich.

Encontrarme con mi pueblo natal relacionado con el caso hizo que me corriera un escalofrío por la espalda. Dunwich es un lugar de cosas extrañas y gente aún más extraña, que hace cosas todavía más extrañas que dan lugar a problemas verdaderamente extraños. La verdad es que no era raro que en Dunwich se fabricara una droga que hace que te salgan tentáculos, pero bueno...

Sin demora, cogí un autobús que me llevó de regreso a mi pueblo de nacimiento. No me sorprendió que el lugar apenas había cambiado. Seguía siendo una aldea atrasada en el tiempo, de casas destartaladas y con gente estrafalaria... Empecé a hacer preguntas sobre una comuna hippie. Primero había pensado en preguntar si habían visto algo raro en el pueblo, pero al pensarlo un momento, me di cuenta de que allí un tío con tentáculos no resaltaría mucho. La respuesta no tardó en llegar. La comuna estaba en las afueras del pueblo, por el sur. Eran un grupo que, por lo que me comentaron los pueblerinos, se dedicaban a cultivar sus propias verduras, fumar cosas y practicar el sexo libre entre ellos. Hasta estos hippies parecían atrasados en el tiempo. Todo era muy años '60, hasta vestían como entonces ¿para qué querrían esos tipos vender una droga que hace que te salgan tentáculos?

Cuando la noche cayó sobre Dunwich, me dirigí hacia la comuna. Se trataba de una pequeña parcela rodeada por autocaravanas que delimitaban su territorio. En su interior, estaban aquellos hippies escuchando In-A-Gadda-Da-Vida mientras bailaban con movimientos oníricos. Harto de tanta tontería, salté entre ellos y comencé a repartir mamporros. Los muy inútiles no se defendían y no hacían más que decir chorradas como "haz el amor y no la guerra". Al final, noqueé a todos menos a uno, que dejé despierto para que me contara qué demonios era aquello.

Lo primero era que ellos no vendían droga. Lo que hacían era embotellar un agua que según ellos, tenía propiedades cósmicas. Ampliaba los sentidos y hacía que saliera al exterior tu yo interior... o al menos eso decía el tipo este, que claramente estaba drogado, pero no del agua cósmica esa, sólo alucinaba como cualquier otro consumidor de estupefacientes. El agua cósmica la sacaban de un manantial que había cerca de la comuna y ellos la embotellaban y la repartían entre sus amigos de la ciudad. Estos eran los listillos que se dedicaban a venderla.

Dejé inconsciente al hippie de las narices y fui al lugar del que salía aquella extraña agua. Se trataba de una pequeña fuente construida en una pared de roca de la que salía agua si apretabas del grifo de metal. Aquello parecía una fuente normal y corriente, pero el color del agua al abrir el grifo no era normal y corriente. Empecé a preguntarme si todo aquello no tendría que ver con los milenarios secretos innombrables que ocultaba el territorio, pero cuando comencé a dar vueltas a la zona, me encontré con algo que me hizo pensar todo lo contrario.

Al otro lado de la pared rocosa había algo que, por lo visto, los hippies no se habían molestado en mirar. Se trataba de un terreno vallado en el que había un par de edificios, iluminados y vigilados a esas horas de la noche. Me di cuenta de que sería dificil introducirme allí, pues no había traído más equipo que mi uniforme, y aquellos guardias estaban fuertemente armados. Pero sí que conseguí algo. Lo primero, leer el cartel que anunciaba que aquellos terrenos pertenecían a la empresa BioGen. Lo segundo, conseguí seguir el coche de un individuo trajeado que salía de allí. Lo llevó hasta una anónima calle de Dumwich.

Y en esa anónima calle de Dunwich estoy ahora. Subido a lo alto de un granero, esperando que ese tipo pase por debajo para caerle como un silencioso halcón. Después le preguntaré sobre BioGen y qué está haciendo en un sitio tan ruinoso y peligroso como Dunwich. Le preguntaré por qué fabrican un agua que hace que te salgan tentáculos. Y le haré pasar miedo... mucho miedo.

viernes, 22 de enero de 2016

Alfa Strike: Arkham of BattleCraft (Parte 2)

Ciudad de Mexico

El Vengador Enmascarado saltó desde las cuerdas y cayó con el tremendo sonido del impacto sobre El Barón Dorado. El ring vibró ante el choque y los dos luchadores quedaron en la lona durante unos segundos, tras lo cual se levantaron para continuar con el combate.

-¿Por qué era tan importante ver este combate de lucha libre, Sr. Pickman? ¿No deberíamos volver ya a Arkham? -preguntó el alcalde Rice.

-Puede parecer a primera vista que esto no tiene nada que ver con nada, pero el vencedor de este combate será el próximo profesor de la universidad Miskatonic -le respondió Harvey.

-¿Un luchador de lucha libre como profesor de universidad?

-Sí, impartirá un curso de verano de defensa contra las artes oscuras.

El alcalde Rice se le quedó mirando extrañado.

-¿Pero eso no es de las novelas de Harry Potter? -preguntó.

-Noooo, no, no, no. Es un curso homologado y avalado por las más prestigiosas universidades. Usted siga bebiéndose su Coronita y no se preocupe.

El alcalde Rice se encogió de hombros, aparentemente satisfecho por aquella explicación y dio un trago a su cerveza mientras contemplaba el combate de lucha libre.

Horas más tarde. En algún lugar de Arkham

Bastet dio un impecable salto y se metió detrás de la pared que servía de parapeto para el equipo de dioses mientras una salva de disparos impactaba cerca de ella.

-Es imposible. Ese clan de Abogados Apocados es muy dificil de derrotar. Como son tan tímidos apenas se asoman por las ventanas de su cuartel general, y cuando lo hacen sólo es para disparar o gritar ¡Protesto! cuando les devolvemos los disparos -dijo la diosa.

-Es uno de los pocos clanes conflictivos que quedan en la ciudad. Si acabamos con ellos, la pacificación de Arkham estará más cerca. Y yo no puedo realizar un ataque frontal porque podrían expulsarme del cuerpo de abogados -dijo El Que Legisla.

-¡Venga, hagamos algo! -exclamó N'kari -Se me están inflando los humos y esto está siendo más vergonzoso que cuando nos hemos enfrentado al clan de Majorettes Sexis y han resultado ser unos frikis gordos comiendo bolsas de Doritos.

-Habría sido más vergonzoso si Zeus hubiese venido a esta misión -le dijo Bastet.

-¡¡¡A la mierrrrda todo!!! 

El grupo de dioses se giraron para ver quien había lanzado ese exhabrupto y se encontraron a Misha alzado sobre las patas traseras y Perun sobre él con la lanza en alto.

-¡¡¡¡¡A LA CARRRRRRGA!!!!

Misha salió del parapeto trotando mientras Perun alzaba el brazo armado y, en menos tiempo del que les dio tiempo a reaccionar a los abogados, llegó al cuartel general enemigo y atravesó sus paredes entrando como un elefante en una cacharrería. Instantes después se vio salir disparados a varios tipos trajeados y con maletín. Algunos quedaban inconscientes en el suelo, otros conseguían levantarse a malas penas y huir de allí.

-Todo hay que decirlo, ese Perun es muy efectivo -dijo El Que Legisla.

El dios eslavo salió del interior del cuartel general quitándose polvo del hombro mientras Misha caminaba a su lado con expresión adusta. Sus compañeros salieron de detrás del parapeto y se reunieron con él.

-Disculpe, señor, pero tiene usted una pequeña herida en su brazo derecho ¿me permitiría aplicarle unos cuidados? -le preguntó Pkaurodlos acercándose serpenteante a Perun.

El dios eslavo se miró el brazo y vio un corte del que salía un poco de fluido vital.

-No tengo tiempo parrrra sangrrrar -dijo quitándole importancia.

-Bien, chico duro, pero supongo que sí que tendrás tiempo para que vayamos al cuartel general del único clan beligerante que queda -le dijo Bastet.

-Sólo quedan los reptilianos nazis del RNLO -informó El Que Legisla -. Quedaron tocados cuando la semana pasada Brontes y Anna Pickman realizaron su incursión, pero todavía siguen en activo y pretenden ampliar sus fronteras. Una vez hayamos acabado con ellos, Damage Control Inc. podrá ponerse en serio en la reconstrucción.

-Bueno, sólo son lagartijas, eso no nos costará nada -comentó N'kari.

-Me temo que la cosa no es tan sencilla como parece -dijo Loki apareciendo de repente delante de ellos.

-¿De dónde has salido? -preguntó Bastet asombrada.

-Sigo en Las Tierras del Sueño, lo que veis es un holograma. Me comunico con vosotros porque ha contactado conmigo Brontes informando de que los espías de los morlocks han descubierto que los del RNLO han invocado a un inmenso ser reptiliano, se trata de un Hombre Serpiente degenerado, conocido en algunos entornos como Gusano de la Tierra. Esta criatura será un poco más dificil de derrot...

De repente el holograma se quedó petrificado.

-¿Porrr qué no se mueve? -preguntó Perun.

-...ar. Oh, lo siento. Tengo un poco de lag. Eso es todo, espero que vuestra misión acabe bien, las estrategias de Harvey Pickman para retrasar al alcalde empiezan a ser un poco cantosas.

En un avión sobrevolando el sur de Estados Unidos

-¿Se puede saber por qué estamos volviendo a Hawaii cuando ya casi estábamos en Nueva Inglaterra? -preguntó el alcalde Rice.

-Se lo he dicho, señor alcalde, me he dejado la cartera en el hotel.

-¿Pero por qué antes hemos parado en Texas para ver un rodeo?

-Porque no puedes pasar por Texas sin ver un rodeo, hombre...

 Un poco después. Cerca del cuartel general del RNLO, Arkham

Bastet iba acercándose sigilosamente a la entrada del cuartel de los reptilianos, con las dagas +1 en sus manos. En las puertas había dos vigilantes con armaduras completas y cascos, pero esto no ocasionó ningún problema para la gatuna diosa, que alcanzó a los guardias y, con un par de diestros movimientos acabó con ellos. Se giró en dirección al lugar desde el que miraban sus compañeros y les hizo un gesto para que se acercaran. Podían avanzar tranquilamente porque El Que Legisla había acabado con los centinelas del muro con varios tiros certeros que no habían sido detectados gracias a un silenciador que había traído para la ocasión.

Una vez el equipo se reunió en la entrada del cuartel general, debatieron cual sería la mejor estrategia para cuando estuvieran dentro del recinto. Todos daban ideas y participaban excepto N'kari, que estaba embelesada viendo cómo un gatito intentaba alcanzar algo que colgaba de la rama de un árbol. 

-Bien. Todos tenéis vuestro papel una vez haya abierto las puertas -dijo El Que Legisla acercándose a la puerta-. Toda nuestra estrategia depende de que cada uno de nosotros lleve a cabo nuestra parte del plan.

El primigenio legal abrió de un empujón las nuevas puertas del cuartel general, pero antes de que nadie pudiera hacer nada, N'kari alzó su escopeta en el aire y lanzó un grito.

-¡¡¡Leerooooooy Jenkiiiiiins!!!

Y ante la estupefacta mirada del resto de sus compañeros se lanzó al ataque.

Desde el interior del cuartel general del RNLO se comenzaron a oír gritos en alemán, explosiones y disparos por doquier, por lo que los demás dioses no tuvieron otra cosa que hacer que entrar echando a perder toda la estrategia que habían planificado.

Cuando traspasaron las puertas se encontraron con un grupo de reptilianos montados en lo que parecían unos robots grúa bípedos a los que habían acoplado ametralladoras. Estos intentaban rodear a N'kari, que disparaba a todo lo que se movía y no dejaba de moverse, impidiendo a los reptiles tener un blanco fácil. Los demás dioses se miraron entre ellos y se lanzaron a la batalla. Salían reptilianos de todas partes, esta vez a pie y armados con rifles y espadas encantadas +1, por lo que los dioses tuvieron que dividirse, atacando cada uno a lo que tenía más cerca. Todo terminó siendo una batalla campal sin orden ni concierto, con reptilianos saliendo continuamente de todas las puertas del patio central del cuartel general. El caos y la confusión duró varios minutos, hasta que la cantidad de enemigos fue decreciendo, y algunos intentaban huir, pero Misha los perseguía y los abatía. Finalmente, los dioses se quedaron en el centro del patio, rodeados de reptilianos caídos, con trozos de maquinaria por todos lados, y salpicaduras cubriéndoles toda la ropa.

-Hazme un favor -le dijo El Que Legisla a N'kari -, la próxima vez que planifiquemos un ataque, estate más atenta.

-Ha sido una batalla satisfactorrrria, yo no tengo ninguna queja -dijo Perun cruzándose de brazos.

Bastet se quedó mirando fijamente a una de las puertas del fondo. Allí podía ver a un individuo embozado en harapos de color oscuro que parecía mirar inquieto a su alrededor

-¿Qué hace ese tipo aquí otra vez? -preguntó la diosa.

El buhonero pareció reparar en ellos y se les quedó mirando. Desde su posición pudieron escucharlo decir con su profunda voz:

-What do you sell?

Los dioses se miraron los unos a los otros. Allí había una gran cantidad de fusiles, ametralladoras y espadas +1 que habían dejado caer sus enemigos. Se dispusieron a recoger todas las que pudieron cargar en sus manos, y las que no, las echaron al lomo de Misha. Después de rapiñar todo lo que pudieron, se dirigieron al buhonero y le vendieron toda la mercancía. El mercader les dio menos dinero de lo que costaban esas armas, pero cualquiera sabía que negociar en el mercado negro conllevaba esos riesgos. Aun así, con un buen montón de beneficios de la venta, se apartaron del buhonero y se reunieron cerca de la entrada que llevaba a las zonas internas del cuartel, donde estarían los reptilianos de mayor nivel.

Perun abrió de una patada la puerta y fueron entrando de uno en uno. Aquello era más laberíntico de lo que habían esperado. Aunque había sido construido por un arquitecto de carácter prusiano, éste no pudo evitar sus influencias reptilianas, por lo que había serpenteantes pasillos que se bifurcaban en otros, y algunos llevaban a vericuetos por los que era dificil avanzar. En algunos de ellos se encontraron con algunos grupos de reptilianos musculosos armados con hachas de guerra y pequeñas tanquetas que intentaron detener su avance, pero de poco sirvió para parar al grupo de dioses que ya estaban hartos de dar tantas vueltas por aquél sitio.

Finalmente llegaron hasta una puerta blindada, que Perun abrió de una patada, y que les condujo a una inmensa sala redonda, en la que pudieron ver gigantescas estatuas que representaban a generales reptilianos vestidos con sus mejores galas. Allí, en el centro del todo, había un polifémico ser de características ofidicas, una especie de serpiente de más de cuatro metros, con dos pares de pequeñas patitas de cuatro dedos, con escamas de color oscuro. Su  cabeza cónica estaba rematada por dos ojos rojizos y una alargada boca repleta de puntiagudos colmillos. Pero si había algo en ese ser que descolocaba sobremanera, algo en lo que los dioses no pudieron evitar fijarse era ¡el bigotillo que tenía sobre su boca y el ridículo flequillo moreno que podía verse sobre sus ojos! El ser miró fijamente a los dioses y de sus fauces surgió un repelente grito.

-¡¡¡NEIN NEIN NEIN NEIN NEIN!!!

El monstruo avanzó reptando hacia los dioses, mientras de unas trampillas salieron unos reptilianos vestidos de altos cargos nazis. Aquellos debían ser los generales, los líderes del clan.

El Que Legisla En La Oscuridad alzó sus cuatro brazos y comenzó a disparar indiscriminadamente contra los reptilianos que salían de las trampillas mientras Perun cargaba contra el hombre serpiente degenerado. N'kari atraía como podía a los generales reptilianos y aguantaba sus andanadas mientras les disparaba con su escopeta, y veía cómo Bastet se movía ágilmente entre ellos y los apuñalaba desde atrás. Entre todos ellos, se iba moviendo Pkaurodlos, esquivando los disparos de forma educada, y aplicando curaciones cuando era necesario. Cuando los oficiales reptilianos hubieron caído, todos los dioses se pudieron concentrar en el hombre serpiente degenerado, que golpeaba a todo lo que se movía e intentaba morder a quien se le acercara. Finalmente, Bastet se subió por el cuerpo del reptil y trepó hasta su cabeza, donde clavó las dos dagas y acabó definitivamente contra el ser, que cayó ruidosamente al suelo.

De repente, los dioses fueron iluminados por luces que rodearon a cada uno de ellos.

-¿Estos qué es? ¿Hemos subido de nivel? -preguntó N'kari.

Del techo bajó algo que parecía una pantalla plana y se colocó delante de los dioses. La pantalla se iluminó y apareció el rostro de un reptiliano.

-Bien, bien, bien. Habéis acabado con el grupo RNLO que había tomado control de una parte de vuestra absurda ciudad poblada por mamíferos, pero no créais que habéis acabado con el RNLO. Nosotros seguimos aquí, en las profundidades de La Tierra, esperando para lanzar nuestro ataque definitivo ¡¡¡BWA HAHAHAHAHAHAHA!!!

Un hacha de guerra salió disparada y destrozó la pantalla, haciendo saltar chispas por todas partes.

-Estos villanos son muy rrrrridículos. Siemprrrre tienen discurrrsitos absurrrrdos. Ahorrrrra vámonos ¡¡¡A CELEBRARRR NUESTRRRA VICTORRRRIA!!!

En el centro de Arkham

Welcome guardó el walkie-talkie en el bolsillo y miró sonriente a Kate.

-Ya está. Podemos comenzar a reconstruir y arreglar todo esto -la chica se giró e hizo un gesto a los que esperaban dentro de las excavadoras y el resto de maquinaria -. Vamos, chicos, que esto no se va a hacer solo.

Kate se la quedó mirando intranquila.

-De verdad, si así es como celebráis aquí la Nochevieja, no quiero imaginar cómo será el 4 de Julio.

Y así, el equipo de Damage Control fue avanzando por la ciudad y la recuperación de Arkham dio comienzo.

miércoles, 20 de enero de 2016

The Dunwich Problem: El nuevo trabajo de Marty Eye Gore

Camino a Weird Bio-Hazard (parte 1)

El valle superior del Miskatonic era un lugar de una extraña belleza, una región olvidada poblada por vegetación anormalmente lujuriosa que rodeaba algunos áridos campos de labranza. Se trataba de una comarca bastante despoblada y sumida en una pobreza endémica, salpicada de casas con un aspecto de decrepitud, suciedad y ruina, concentradas en la aldea de Dunwich, único núcleo de población de aquella región abandonada. Sometida a décadas de decadencia y dejadez, los habitantes de la zona se habían ido hundiendo en una progresiva endogamia, con lo que pocas ramas familiares no estaban genéticamente degeneradas. Sin embargo, el nivel cultural era bastante bajo, y el pueblo daba pocos estudiantes a la Miskatonic. Aquel era el caldo de cultivo ideal para focalizar las actividades de los cultos familiares de Tsathoggua y Yog-Sothoth. Todas estas características convertían la comarca en el centro de actividades de BioGen, una oscura empresa de ingeniería genética asociada a la NWE y que aprovechaba las particularidades de la región para desarrollar sus investigaciones en las anomalías genéticas de la flora, fauna y población local. Mientras en Arkham se desarrollaba el caos tras la Nochevieja, Marty Eye Gore, cansado de los infructuosos esfuerzos de Vinnie West, había preferido buscar un nuevo campo de trabajo. Por ello, había decidido probar suerte en esta empresa, aunque fuera trabajando de becario. Sorprendentemente, no había tardado mucho en recibir respuesta, y había sido citado por la directora de los laboratorios, una mujer llamada Asenath Osborne.

Ataviado con sus mejores ropas negras de sicario científico, había alquilado un coche para desplazarse hasta el lugar. Había pasado de largo Dunwich y tomado el desvío apropiado, y, para su sorpresa, no tuvo problema alguno para acceder a las instalaciones de la empresa. En principio supuso que, debido a su peculiar y simiesco aspecto, lo habrían tomado por algún indígena de la zona. Sin embargo, no tardó en recibir un trato preferencial, pues se le esperaba. Marty, que tenía mucho pelo pero ninguno de tonto, empezó a recelar. Estaban siendo demasiado amables y serviciales, y se temía que, al final del camino, le aguardara un infame destino en un laboratorio como cobaya para estudiar sus genes Jermyn. Tras una breve visita de cortesía por las instalaciones, le acompañaron hasta el despacho de la directora. Al entrar, se encontró con un despacho muy profesional y bien organizado, pero el elemento central, más llamativo era la propia directora del centro. Asenath Osborne era una mujer sumamente atractiva y bella, pero la suya era una belleza artificial, obtenida con una buena sesión de maquillaje, peluquería, vestuario y cirugía estética. La lujuriosa y abundante cabellera rubio platino era producto del tinte, el rostro había sido esculpido con un lifting y la nariz retocada. Los labios, sensuales y exquisitos, estaban rellenos de colágeno y pintados con un agresivo rojo. El cuerpo, escultural, estaba firmemente trabajado en el gimnasio, y los pechos, abundantes, sumamente generosos y turgentes, con una forma redonda perfecta y desafiando a la gravedad, eran producto de unos caros implantes. Todo su aspecto estaba hecho para destacar, incluida su ropa: un traje sastre con minifalda y sin nada más debajo de la chaqueta que su propia piel. Incluso había prescindido del sujetador. Marty se quedó sorprendido, boquiabierto, y casi esperaba ver al equipo de rodaje de una película porno ante la apariencia tan provocativa y sexual de la doctora Osborne. Por un momento una reflexión acudió a su mente: Es el reverso de Welcome. Donde la rubia de la Miskatonic es todo belleza natural, sensualidad, sencillez y naturalidad, esta mujer es retoques en el quirófano, artificialidad y una sexualidad explícita.

Asenath se levantó para recibirlo y, al sentarse, lo hizo con un movimiento estudiado que permitió a Marty recrearse en los generosos y operados pechos libres de toda cobertura que no fuera la chaqueta. Ciertamente, la mujer no dudaba en usar abierta y agresivamente su apariencia y el sexo como arma en sus entrevistas.

-Sr. Eye Gore, he estudiado personalmente y con mucho interés su solicitud. No sólo por su pertenencia al linaje de los Jermyn, sino por su posición en Arkham.

-¿Posición? ¿Sicario Científico de un negado como Vinnie West, al que le han reventado todos los planes por su propia estupidez y al que derrotan de un guantazo? ¿Habla en serio?

-Por supuesto, siempre lo hago. Como usted dice, es un sicario, pero capaz de encontrar el auténtico Necronomicon, de actuar en la sombra y de escapar de todos los planes fallidos sin recibir daños. Usted no llama la atención pese a su destacado físico, siempre está en segundo plano. Y eso es precisamente lo que buscamos: una persona que conozca bien la ciudad y el entorno universitario, que no se vuelva loco ni se vea afectado pro las cosas que allí pasan, y que pueda ser un astuto observador. En resumidas cuentas, quiero que sea mi espía en la Miskatonic.

-¿Y qué se supone que tengo que espiar? ¿A los memos de la Fundación Wilmarth? ¿Alguna sociedad secreta como los fallidos y poco llorados Ocultistas en Prácticas? Porque con los Pickman si que no me meto. 

Al pensar en lo que podría hacerle Anna Pickman no pudo evitar que una mueca de horror asomara a su rostro. Si había alguien con quien no quería problemas era con los Pickman, que se tomaban muy en serio cualquier intrusión en su vida. Asenath rio ante el apuro de Marty. El parecido de la mujer seguía bullendo en su cerebro mientras ella respondía a su pregunta:

-No se preocupe, señor Eye Gore, es algo muy sencillo. Necesitamos que nos ayude a localizar a un sujeto al que se le conoce como el Buhonero. Está suponiendo una molestia a nuestros planes y queremos detenerlo antes de que sea tarde. Además, también debería ayudarnos a mantener la vigilancia sobre nuestro Sujeto Alfa. Es de vital importancia que lo tengamos bajo vigilancia para poder capturarlo cuando llegue el momento oportuno.

-Ajá, ya... ¿y supongo que podré contar con apoyo logístico de BioGen? ¿y que hay de las condiciones salariales? Ser ayudante de Vinnie no está bien pagado.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de ella mientras Marty por fin ataba cabos. Briggite Nielsen. Asenath Osborne parecía una versión perfeccionada en quirófano de la modelo, actriz y cantante danesa. Por alguna razón, en vez de estimular su libido, eso le hizo estremecerse.

La mujer se levantó y rodeó la mesa contoneandose hasta sentarse en una esquina frente a Marty. Éste trago saliva. Asenath no llevaba ningún tipo de ropa interior. Entonces, ella dijo:

-Como podrá comprobar, somos generosos en cuanto a las retribuciones recibidas por nuestros empleados. Su salario será más que justo, y dispondrá de todos los medios que necesite para su labor. Además, tendrá usted algún extra que espero sabrá apreciar...

Al decir esto, se despojó de la chaqueta, quedando vestida tan sólo con la minifalda. Marty tragó saliva. Hacia tiempo que no veía semejante volumen de silicona. Sin poder hablar, optó por asentir con la cabeza. Asenath, satisfecha por la reacción de Eye Gore y por su aceptación, se levantó y cogió una bata de un perchero. Se la puso encima pero sin abrocharla e indicó a su entrevistado que la siguiera.

-Creo que ha llegado el momento de que conozca nuestro principal proyecto. Se trata de algo que nos ha puesto en cabeza de las empresas de nuestro sector. Llevamos fácilmente 50 años de adelanto gracias a la combinación de saber de los Mitos y tecnología punta. Por ello, hemos logrado desarrollar unos avances increibles en clonación y manipulación genética.

Mientras hablaba, guiaba a Marty por los pasillos del edificio hacia una zona de acceso restringido. Cruzaron una puerta custodiada por dos guardias de élite de Omicron Scorpions y entraron en una zona de laboratorios donde desarrollaban ese particular cruce de magia de los Mitos y tecnología científica. Se trataba del típico pasillo lleno de laboratorios de alta seguridad con grandes cristaleras que permitía ver su interior, y, a medida que avanzaban, Eye Gore pudo ver algunos ejemplos de lo que allí se hacía: un científico (oa alguien con bata) se dedicaba a dibujar extraños esquemas y garabatos en una pizarra mientras otro diseccionaba una sepia con un cuchillo ritual en medio de un extraño símbolo mágico dibujado en el suelo, una mujer con bata se violaba a sí misma (¡¿?!) en presencia de un nightgaunt más bien desconcertado, una araña de Leng hacía calceta y bordaba símbolos arcanos en una bata de laboratorio, una mujer con bata blanca ejecutaba una especie de danza tribal en torno a un complicado aparato que parecía un cruce entre un escaner médico y una escultura surrealista de cristal creada por un soplador de vidrio borracho y con hipo, etc. Cada escena era tan extraña o más como la anterior, pero todo aquello parecía estar dando fruto, de lo contrario sería de locos que se les pagara para hacer ese tipo de tonterias. Pero... a fin de cuentas, hay muchos estudios supuestamente científicos y serios de absolutas chorradas pululando por el mundo. Marty no quiso pensar más sobre el tema y se dejo guiar hasta el final del pasillo, donde una última puerta aguardaba.

-Aquí están nuestros sujetos de prueba, cuando los haya visto comprenderá el alcance de nuestro trabajo y podrá adivinar la identidad de nuestro Sujeto Alfa. Todos son clones funcionales y modificados para recibir diferentes adaptaciones y potenciaciones. Pero algo falla, y para eso necesitamos al Sujeto Alfa, la fuente primigenia del ADN que hemos usado. ¡Y así verá ese cabrón de Harvey como se equivocó conmigo!

Marty dio un respingo. ¿Harvey? ¿Estaba hablando de Harvey Pickman? ¿El cabrón honorario de la Miskatonic? ¿El Mustrum Ridcully de Arkham? Esa mujer no sólo era una especie de obsesa sexual, sino también una loca. ¿Todo esto para ajustar las cuentas con Harvey Pickman? Y aun faltaba por ver quien era el famoso Sujeto Alfa. Como tras la puerta le esperara un equipo de futbol de Harveys le daba un infarto allí mismo. Tras unos segundos de pánico, se le ocurrió hacer una pregunta con voz un tanto temblorosa:

-Esto... ¿Y cómo conseguisteis el ADN del Sujeto Alfa?

-Oh, fue fácil. Utilizamos un enjambre de microrrobots para tomar las muestras de ADN. A fin de cuentas, si al Doctor Gero le salió bien con uno, con un millar teníamos un plan a prueba de bombas.

Sin más preguntas que hacer y sin más preámbulos, Asenath abrió la puerta y dejó pasar a Marty. Eye Gore cruzó el umbral aterrado ante lo que podía encontrar. Y entonces vio a los clones. Y supo quien era el Sujeto Alfa. Y tragó saliva hasta que se le secó la boca. "Me va a dar un infarto y un cólico miserere en toda la testa", pensó Marty. Se dió la vuelta dispuesto a salir a la carrera y se topó con la Doctora Asenath Osborne completamente desnuda, con la minifalda y la bata en el suelo. "Vale", rectificó en sus pensamientos, "primero follo con la obsesa sexual esta y luego ya me da el infarto y el cólico miserere en toda la testa. Estas cosas con Welcome no pasaban."

sábado, 16 de enero de 2016

Alfa Strike: Arkham of BattleCraft (Parte 1)

Un homenaje a los mmorpg en general y a Warcraft en particular.

Tras los acontecimientos de fin de año, Arkham se acabó convirtiendo en el mayor campo de batalla PvP en vivo, el BattleCraft, un escenario en el que los Clanes de Jugadores, denominados Tribus, luchan por el control de los recursos y por la superioridad de su Clan. Tras el rescate de las mujeres morlock secuestradas, el Clan del Equipo Exile ha logrado clasificarse en el ranking como el nº1. Esto ha permitido que Alfa Strike se posicione y haga su entrada. Es el momento de que el equipo de dioses envíe un grupo para adentrarse en las mazmorras de las zonas más conflictivas y derroten a los Jefes más recalcitrantes. Es el Arkham of BattleCraft.

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Sala de reuniones de Alfa Strike, hogar de Loki en las Tierras del Sueño
Loki contempló al equipo que había elegido para cumplir esta misión y sonrió. Estaban más que preparados, por lo que comenzó a explicarles su objetivo:

-Como ya sabéis, la situación en Arkham ha comenzado a normalizarse con el auge de los Morlocks. Esto ha hecho que los clanes de jugadores más conflictivos, que se dedicaban a asaltar las zonas de bajo nivel por puras ganas de tocar las narices, han empezado a contener sus actividades. Sin embargo, no debemos bajar la guardia. El que Legisla tras el Umbral ha logrado conseguir la asignación de la restauración de la ciudad a la empresa Damage Control Inc. que ha fundado para esto y de la que todos tenemos acciones. Las excavadoras y los equipos de trabajo están preparados, sólo tenemos que acabar de pacificar los puntos más conflictivos. Para eso, os he escogido a vosotros: N'kari, tu serás la punta de lanza, el tanque que encabece el ataque y atraiga la atención de los grupos de enemigos. Perun será nuestro cazador, con sus conocimientos de táctica militar y operaciones especiales. El que Legisla tras el Umbral ha querido apuntarse al equipo, será nuestro especialista en daño de área, ya que puede usar varias armas a la vez. Bastet será nuestra pícara y encargada de los flanqueos, sigilo y ataques furtivos. Finalmente, Pkaurodlos se ocupará de las heridas. Mientras nosotros nos ocupamos del trabajo sucio, Welcome y Kate están al mando de los equipos de trabajo, y Harvey tiene una misión élite: ocuparse de que el alcalde no vuelva a la ciudad antes de que acaben las obras. ¿Alguna pregunta?

-Sí -dijo Bastet- ¿Por qué tienes una exclamación amarilla sobre la cabeza?

Loki giró la cabeza y contempló el gran signo de exclamación brillante que pendía cual espada de Damocles sobre él. Sonrió y respondió a la diosa:

-Es mi nueva lámpara de diseño, en realidad está colgada del techo con un cable prácticamente invisble.

Una hora más tarde, en algún lugar de Arkham

El equipo de Alfa Strike estaba preparado para la acción. Se habían ataviado con las mejores protecciones de categoría superior y épica, y llevaban armas mágicas como para arruinar a cualquier tendero de D&D. N'kari, cual voluptuosa figura de piel de ébano, marcaba la tendencia de la uniformidad del equipo: uniforme militar de camuflaje urbano, botas de campaña y chaleco de protección. Además, llevaba una escopeta de dos cañones de acero de dioses, la aleación con la que estaban forjadas Cortatormentas y Ouroboros. Se trataba de un arma de fuego épica, acompañada de una mochila Bergen cargada de munición, en el mejor estilo del marine de DOOM. Perun iba tras ella, armado con su lanza eléctrica épica, montado sobre Misha y ataviado con una cota de escamas sobre el uniforme. Junto a él, con camiseta de tirantes y una cinta roja atada a la cabeza, El que Legisla tras el Umbral, en una lograda pero curiosa imitación de Rambo, sostenía dos fusiles M16 y dos AK-74 con mirada fiera. Un poco más atrás, Bastet rompía la uniformidad con un traje de superheroína verde con los bordes blancos y capa con capucha. Curiosamente, se había teñido de blanco un mechón de pelo. Del cinturón colgaban un par de dagas superiores +1. Finalmente, con cara de circunstancias, un casco militar con el emblema de la Cruz Roja y un botiquin, cerraba la marcha Pkaurodlos.

A medida que se adentraron en la ciudad se las tuvieron que ver primero con un extraño Buhonero embozado en harapos, que les saludó con un sonoro "Welcome Stranger". Los dioses lo contemplaron sorprendidos. Sabían que había gente que había aprovechado la coyuntura para montar un prospero mercado negro, una casa de subastas con los precios hinchados y que se dedicaba a viajar de una base a otra haciendo negocios. Sin embargo no esperaban encontrarse tan pronto con un individuo de esta categoría, y menos con un saludo tan peculiar.

-Como este se encuentre con Welcome, implosiona Arkham -comentó sorprendida N'kari.

Sin embargo lo dejaron atrás, pues no tenían tiempo para comerciar. A medida que se adentraban en Arkham encontraban los rastros dejados por la debacle de fin de año y los conflictos entre los Clanes. Los acólitos de la Orden de Dagón, los Universitarios Borrachos, los Tenderos Furiosos, el cráter donde estaba la base de los Ocultistas en Prácticas hasta que invocaron a Cthugha dentro de una habitación cerrada, todos eran Clanes que habían logrado sobrevivir (o intentarlo en el caso de los ocultistas), y se habían hecho con un trozo de ciudad. La mayoría sólo aguardaban a que retornara el orden, pero otros pretendían hacer su propio reino. Era el caso del lugar al que se dirigían, la Carnicería West, entrada a la primera mazmorra que debían asaltar: el terrible reino subterráneo del Reanimador Exánime y su tribu de Necrófagos. Originalmente eran los Chicos Ghoul, pero hartos de que los idiotas góticos los confundieran con una banda de vampiritos, se cambiaron el nombre. Más tarde, se aliaron con un sujeto que se autodenominaba Reanimador Exánime y que tenía una cierta tendencia a los nombres grandilocuentes (N.d.A: esto parece ser una constante de los villanos cutres de este blog) y a vestirse con una copia pirata de segunda mano comprada en un chino de la armadura de Sauron.

La tienda parecía una carnicería ordinaria, pero dejaron que Perun y Bastet se adelantaran para reconocer el terreno. No les llevó mucho determinar que aquel lugar estaba bastante tranquilo, y las escasas trampas que había eran muy toscas. Por ello, una vez desmontadas, se encaminaron hacia la entrada a los túneles subterráneos que había en la trastienda. Al abrir la trampilla, surgió un terrible e innominado hedor que les asaltó con una potencia casi física: era el hedor de la descomposición y la carne en mal estado. O bien se había producido una reunión de flatulentos con indigestión o allí abajo reinaban los gules. Una vez que el interior se fue ventilando, descendieron hacia las profundidades ignotas.

Mientras tanto, en Hawaii

-Sr. Pickman, creo que estamos abusando de la hospitalidad de nuestros anfitriones. Ya llevamos cinco banquetes, siete fiestas nocturnas y diez visitas turísticas, sin contar de las veces que el coche se ha estropeado precisamente delante de un lupanar. ¿Esta usted seguro de que no pasa nada?

Harvey puso cara de inocencia mientras pensaba en como seguir distrayendo al alcalde.

-Pero, Sr. Rice, no se a que se refiere, simplemente se trata de que tenemos unos anfitriones muy entusiastas. Y me va a decir que no fue una excelente manera de pasar el rato mientras reparaban el coche. Las chicas se pusieron muy contentas de saber que tenían allí al alcalde de Arkham.

-Aun así, creo que ya va siendo hora de que me plantee volver a la ciudad. No se si voy a poder seguir resistiendo este ritmo de fiestas y fornicio.

-Señor alcalde, me parece que exagera, sólo tiene cincuenta años, está en la flor de la vida. Seguro que incluso podría satisfacer a Welcome. Además, no podemos irnos así por las buenas, habrá que despedirse apropiadamente de nuestros anfitriones, la Sociedad Hawaiana Dagonita de Estudios del Pacífico. ¿No querrá quedar mal con ellos verdad?

-Otra fiesta no, por favor, ya estoy que no puedo más. Como tenga que soportar otro buffet de pescado rodeado de tipos con cara de rana me voy a pasar un año sin comer otra cosa que no sea carne.

-Exagera, lo que pasa es que nuestros anfitriones son muy considerados y efusivos. Fíjese que incluso tuvo la oportunidad de conocer en privado a Miss Hawaii Dagonita.

El alcalde miró a Harvey con cara de circunstancias mientras intentaba no estrangular al representante de la acaudalada familia Pickman.

-Bien, creo que podré aguantar una última fiesta. Pero que sea la última o no respondo...

Harvey rezó para sus adentros esperando que se dieran prisa en la ciudad por solucionarlo todo.

Una hora más tarde, en los túneles bajo la ciudad de Arkham, la Mazmorra del Reanimador Exánime

El grupo de Alfa Strike se había perdido dos veces, luchado contra cinco grupos diferentes de necrófagos, tres grupos de cadáveres reanimados, se habían vuelto a perder y habían salido en algún lugar con un cartel que ponía: "Bienvenido a las Cuevas de los Lamentos". Llegado ese punto, se miraron entre ellos y dieron la vuelta.

Cuando finalmente encontraron el camino correcto, pero fue tras encontrarse de nuevo con el Buhonero (¡¡¿¿??!!), que les vendió un mapa de los túneles y les ofreció también el mapa del tesoro de Monkey Island, pero decidieron pasar de momento.

Tras el interludio, y derrotando por el camino a un mini boss, un necrófago de gimnasio dopado de esteroides, se lanzaron por el camino que parecía más adecuado, encontraron una sala de gran tamaño en la que había un inmenso montón de huesos. De improviso, al entrar los dioses, algo se estremeció, y un draco liche se alzó en su espeluznante y poderosa figura entre los restos óseos. El equipo se dispuso a entrar en combate y el terrible dragón no muerto los contempló con sus cuencas vacías antes de hablar:

-Disculpen, buenos ciudadanos, ¿podrían indicarme si estoy en una mazmorra de Dungeons & Dragons por casualidad? Le compré un mapa a un Buhonero pero creo que ando algo despistado.

-Muy señor mío, permítame informarle de que este lugar subterráneo no se halla donde usted cree. Se trata de los túneles bajo la ciudad de Arkham, por lo que, sin duda, se halla usted desorientado. Si me permite su mapa, le indicaré el camino correcto. -le dijo Pkaurodlos.

Sin duda, ambos reptiles se entendían bien, por lo que, tras un cortes diálogo y una apropiada despedida, el draco liche tomó uno de los túneles de salida y se encamino hacia su objetivo. Por su parte, los dioses continuaron camino hacia la cámara del boss final: el Reanimador Exánime.

Al llegar a la misma se encontraron con una suntuosa y fastuosa, pero terriblemente hortera sala donde un tipo vestido con una cutre armadura de plastiquete estilo Sauron se sentaba sobre un trono de segunda mano. De inmediato, los dioses se prepararon para la lucha, pero cuando el villano se alzó y comenzó a lanzar su perorata megalomaníaca de malo de opereta, se dieron cuenta de que se trataba de Vinnie West. Sorprendidos, decepcionados, hartos de dar vueltas por túneles y luchar contra grupos de enemigos de relleno, decidieron dejar el asunto en manos de N'kari, por lo que se alejaron los demás mientras de la cámara surgía la voz de Vinnie:

-Pero oiga, señorita... ¿Qué hace?... ¡Contengase!... ¡No! ¡No me quite la ropa!... ¡Los calzoncillos no!.... ¡Socorroooooooaaaaargggghhhh!

Mientras N'kari se encargaba de Vinnie a su particular estilo, los dioses se dirigían a la salida y se preparaban para su siguiente desafío.

viernes, 8 de enero de 2016

Mad Arkham Fury Road

Un homenaje a la película de acción del año en King-In-Yellow Size.

Durante la celebración de fin de año en Arkham, alguien fue demasiado lejos y las fiestas se le fueron de las manos a los habitantes de la ciudad. Esto desencadenó una serie de acontecimientos que llevaron a un escenario postapocalíptico en el que los habitantes de Arkham se dividieron en tribus que luchan por su supervivencia. En un Arkham como éste sólo los locos pueden vivir, y la única ley es ¡ACELERA!

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Arkham. Varios días después de año nuevo.

El animador sociocultural de los morlocks comunistas cogió el micrófono con sus manos enfundadas en cuero y se lo acercó a su boca con un movimiento digno de un cantante de rock.

-¡Camaradas! ¡Con todos ustedes la heroína que salvará la ciudad y nos devolverá nuestro más preciado tesoro! ¡Reciban a IMPERATOR ANNA PICKMAN!

Todos los morlocks que se habían reunido en el inmenso salón de guerra ubicado en el sistema de alcantarillado de Arkham alzaron las manos al aire, algunos con sus bastones, escopetas recortadas, armas retrofuturistas y espadas; y vitorearon a voz en grito a la joven que iba avanzando entre ellos de forma decidida. 

Anna Pickman caminaba mirando severamente a todos los morlocks que la vitoreaban. Vestía botas y guantes de cuero con pinchos, pantalones vaqueros roídos y con cadenas, camisola de cuero tachonado y sobre su hombro derecho llevaba una hombrera blindada. Se pasó la mano por el pelo, corto al estilo chico, y se puso las gafas de sol que llevaba en el bolsillo izquierdo del pantalón.

Ante ella podía verse un vehículo que era una quimera. Tenía partes de bólido de carreras, partes de deportivo de los años '50 y partes que habría que ser un ingeniero desprovisto de cordura para saber de dónde habían salido. En el interior del coche se podía ver esperando a un enorme cíclope vestido con su armadura gigeriana. 

Antes de entrar al vehículo, Anna Pickman se giró hacia su público y alzó los puños al aire, a lo que los vítores y gritos subieron hasta tonos que harían reventar cristales. Hecho esto, entró dentro del vehículo. 

-¿Cual es la misión? -preguntó Brontes.

-Debería ser una misión fácil -respondió Anna -. Tenemos que atravesar la ciudad hasta llegar al campamento base del RNLO. Una vez allí, debemos liberar a las mujeres morlock que han capturado junto al camión lleno de combustible. Hecho esto, salimos pitando.

-Esos cabrones del RNLO son listos. Saben que las mujeres morlock son las mejores pilotos, además de guerreras innatas. Con ellas capturadas, su ventaja contra los morlocks está clara. -dijo Brontes.

 -Sí, pero no cuentan con la alianza entre los Pickman y los morlocks. Les espeera una sorpresa muy divertida.

Anna Pickman arrancó y pisó el acelerador, haciendo que los morlocks se apartaran y el vehículo pudiera salir disparado por el largo conducto que los llevaría al exterior. Una vez allí, Anna frenó en seco y sacó un mapa que colocó sobre el volante.

-El camino más rápido sería cruzar la ciudad en línea recta -informó Anna -. Pero nos haría pasar por el territorio de los chemtrailistas, y Robert está demasiado fuera de sí desde que derribaron aquella avioneta publicitaria. No se puede razonar con ellos, aunque claro... eso no es nada nuevo... así que tendremos que girar y tomar un desvío por aquí.

Brontes clavó su único ojo en el lugar que había señalado Anna.

-Mmmm pero eso nos haría atravesar el territorio de la Miskatonic. -dijo el cíclope.

-Eso no importa. Lo más peligroso allí serían los de la Fundación Wilmarth, pero han decidido irse todos en busca de la deidad que ha provocado todo esto...  bueno, según ellos, claro... la cuestión es que allí sólo queda el grupo liderado por Seabury, alguien con más sentido común que los chemtrailistas de Robert. Nos dejarán pasar sin ningún problema.

Anna guardó el  mapa y volvió a acelerar el coche, haciendo volar nubes de polvo por las calles desiertas. Fueron cruzando las largas avenidas ante la vista de los pocos moradores solitarios que iban de aquí para allá en busca de provisiones (o lo que es lo mismo, saqueando las tiendas y el centro comercial). No les llevó mucho tiempo llegar al territorio de la Miskatonic, que protegía uno de los puentes que cruzaban el río del mismo nombre. Al llegar ante las puertas del campamento base (también conocido como Universidad de Miskatonic), Anna llamó a gritos al interior. Desde arriba asomó un centinela que hizo un saludo con la mano.

-¿Quién es? -preguntó.

-Somos miembros de la tribu Pickman -respondió Anna -. Queremos cruzar el puente para llegar al otro lado de la ciudad.

El centinela desapareció y, tras un minuto más o menos, las puertas se abrieron sonoramente dejando pasar el vehículo. Cuando cruzaron las puertas, Anna y Brontes pudieron ver un buen grupo de guardias de la Miskatonic apuntándoles con armas de fuego, todos vestidos con la toga universitaria de la tribu. Ante ellos había un pequeño grupo entre el que se encontraba Seabury Q. Pickman, vestido con la toga y con el gorro y los bártulos que lo identificaban como uno de los líderes. En su mano derecha llevaba su sempiterna pipa.

-Saludos, Anna, bienvenidos al cuartel de la Miskatonic ¿qué os trae aquí?

-Tenemos una misión que realizar más allá del río. Debemos llegar al campamento del RNLO y rescatar a unas personas que han secuestrado.

Seabury chupó de la pipa y dejó salir de su boca un hilillo de humo.

-Bueno, por supuesto que os dejaremos pasar... pero tenéis que pagar un precio, claro.

-Venga, no me jodas, Seabury -dijo Anna contrariada.

-Todo el que pasa por este territorio tiene que pagar un precio a la Miskatonic, y vosotros no vais a ser menos -continuó Seabury.

-¿Y cual es ese precio? -preguntó Brontes -No llevamos nada en el coche.

-El precio es... ¡Ser perseguidos por el grupo de novatadas de la Miskatonic!

De repente, unas planchas se apartaron del suelo dejando a la  vista unos agujeros de los que emergieron diez individuos disfrazados de payasos con equipos de protección de motocross montando unas motos tuneadas. Todos iban armados con palos de hockey que también habían sido tuneados para la ocasión.

-Vamos, vamos ¡corred! ¡Corred! ¡Correeeeeed! -exclamaron los miembros de la tribu de la Miskatonic alzando los brazos.

Anna pisó el acelerador y atravesó velozmente el cuartel general universitario. El coche iba seguido a pocos metros por el grupo de payasos, que iban riendo histéricamente mientras intentaban golpear la carrocería con sus palos de hockey. El coche se fue acercando hacia las puertas que llevaban al pueten que cruzaba el río, pero todavía seguían cerradas.

-¿Pero se han vuelto locos? Nos vamos a estampar -dijo Brontes tapándose el ojo con la mano.

-De eso nada, monada -dijo Anna con una sonrisa.

Los guardias que estaban junto a las puertas, se miraron el uno al otro nerviosos al ver que el coche iba directo a ellos y no frenaba, por lo que abrieron las puertas y salieron corriendo para esconderse lo antes posible.

-¡Estás como una cabra! -exclamó Brontes.

Anna rió al oír esto e hizo un trombo para evitar al grupo de payasos psicópatas. Varios de ellos no previeron esto y acabaron en el suelo rodando varios metros, pero el resto siguió la persecución. El coche enfiló hacia el puente acelerando cada vez más, pero de ninguna manera conseguían quitarse de encima al grupo de payasos, que volvían a golpear el coche y habían arrancado la antena de la radio.

-¡Cabrones! -exclamó Brontes -¿Y ahora cómo vamos a escuchar la radio? Estaban poniendo una canción muy  bonita...

-Tenemos que librarnos de estos chalados como sea -le dijo Anna.

-Déjamelos a mi, tú sigue directa al puente.

Anna pisó con más fuerza el acelerador, si seguía así, iba a sacar el pie por debajo del coche. Al final llegaron y pasaron a través de él a más de 200 Km por hora. Los payasos iban casi pegados a ellos, pero cuando fueron a cruzar el puente, de repente, de una oscura nube que había sobre ellos, cayó un gigantesco y potente rayo que traqueteó tan fuerte que estallaron varios cristales de la ciudad y reventó el puente produciendo un agujero que no pudieron evitar los payasos y todos acabaron al fondo del río.

-¡¡Serás bestia!! Que te has cargado el puente... -dijo Anna.

-Ya, pero así no nos seguirán...

-Bueno... visto de ese modo... Sigamos nuestro camino, ya hablaremos de esta pequeña bromita Seabury y yo la próxima vez que nos veamos.

El resto del camino hasta el campamento base del RNLO fue en relativa calma, sólo tuvieron que dejar pasar a una ancianita, un grupo de patitos y ayudar a arrancar a un OVNI que se había estrellado. Cuando tuvieron a la vista el campamento base, Brontes tragó saliva. Se podían ver las puertas y la muralla llena de puntiagudas lanzas  y estacas gigantescas. Detrás de las murallas se podían ver los cañones de los tanques que apuntaban al exterior, que inexplicablemente aún no les estaban disparando.

-¿Qué vamos a hacer? No creo que nos dejen entrar así como así -dijo Brontes.

-Bueno, tú estás es un grupo de dioses superhéroes y yo soy yo, así que poco importa que no nos dejen entrar. Además, este coche sólo era para llegar hasta aquí. Volveremos en el camión.

-¿Qué...? ¿Qué se supone que significa eso?

-Significa que te pongas el cinturón. Niños, no hagan esto en casa.

Anna pisó el acelerador hasta el fondo y la velocidad fue subiendo y subiendo. Los centinelas del RNLO ya se dieron cuenta de que el coche se acercaba inexorablemente a las puertas de su campamento, por lo que comenzaron a disparar sobre ellos, pero en ninguna ocasión lograron darles. Se oían gritos en alemán por todas partes cuando, de repente, el coche se estampó contra las puertas y las atravesó, destrozando a los que esperaban al otro lado y chocando contra un tenderete.

-Fiu... eso ha sido tremendo -musitó Brontes.

-Bien -dijo Anna -. Ahora ¡Fuego e ira!

Ambos salieron del coche a la vez, Anna con una escopeta recortada en su mano y Brontes con sus gigantescos martillos de combate, uno en cada mano. Antes de que los reptilianos pudieran prepararse, provocaron un infierno en el campamento, escupiendo fuego desde la escopeta y lanzando por los aires a los reptiles con los martillos. Fueron caminando lentamente, sin pausa, en dirección al edificio donde sabían que tenían encerrados a los prisioneros, ya que podían ver un cartel en alemán que rezaba CÁRCEL y cuando llegaron allí, abrieron la puerta de una patada, cada uno con su pie derecho.

-¡Alarm Schlagen! -exclamó uno de los guardias reptilianos.

-¡Toma alarma! -le dijo Brontes estampándole uno de los martillos en la cara.

Anna fue corriendo por el largo pasillo de la cárcel hasta que dio con la celda donde estaban las prisioneras. Estas se le quedaron mirando atónitas, y Anna reventó la cerradura de la celda de un tiro. La puerta se abrió lentamente con un chirrido.

-Vamos, guerreras morlock, sois libres. Nadie puede convertiros en objetos ni meteros en una jaula. Sois libres ¡Libres!

Las guerreras morlock alzaron los puños y lanzaron un grito de triunfo. Después de este momento de victoria, salieron de la celda y miraron con furia al exterior.

-Ahora, vamos a por  el camión. ¡Brontes, síguenos!

Brontes cerró la puerta que daba al exterior de golpe y con la fuerza de sus poderosos brazos estrujó el pomo, haciendo que no se pudiera abrir. Salió corriendo en dirección a Anna y las guerreras morlock y juntos recorrieron la cárcel hasta llegar a la puerta trasera. Los pocos guardias reptilianos que intentaban interponerse en su camino eran rápidamente abatidos por las morlocks, que atacaban como un cruce entre un carcayú, un demonio de Tasmania, y Yoda con sable láser.  La puerta trasera no se resistió al grupo y pudieron cruzarla sin problema. Allí les esperaba un pequeño escuadrón de reptilianos, armados con armas de la II Guerra Mundial, pero no sirvieron de nada ante la furia de las morlock. Brontes y Anna ni siquiera necesitaron mover un dedo. No les costó mucho dar con el garaje donde tenían el camión de suministros morlock, con el tanque de combustible.

-Vamos, subid, yo conduciré -dijo Anna.

Todos subieron a la cabina del camión. Anna se sentó en el lado del conductor y acarició con una sonrisa el volante. Arrancó y le pasó la escopeta a Brontes.

Desde fuera, los reptilianos les esperaban con varias tanquetas y todo un escuadrón apuntando con fusiles a la puerta del garaje, pero el camión atravesó la puerta como si fuera de papel, derrapó, y arrastró a todo el destacamento reptiliano.  Las tanquetas se giraron y fuero a disparar, pero se dieron cuenta de que si lo hacían, el tanque de combustible podía recibir un disparo y todo explotaría.

-¡Nos largamos! -exclamó Anna.

Pisó el acelerador y cruzó las destartaladas puertas exteriores del campamento base del RNLO. Uno de los líderes reptilianos, con su uniforme de alto mando de la SS y con el monóculo miró con furia en la dirección en que huían y lanzó un desgarrador  grito en alemán.

-¡¡¡Geht nach!!! (seguidles, en alemán chapurreado)

Brontes giró la cabeza al oír una alarma sonando a sus espaldas. Asomó la cabeza por la ventanilla y vio que por las puertas del campamento base, salía un buen montón de coches del RNLO, tuneados con toda clase de artilugios, con pinchos en los costados y armados con arpones. Los coches iban siguiéndoles a una distancia segura, pero poco a poco fueron acelerando y acortando.

-Nos persiguen -dijo Brontes.

Anna pisó el acelerador con decisión. Aquello no era como el coche que llevaban antes, no podía alcanzar las velocidades que habían conseguido en el viaje de ida, por no hablar de la manejabilidad de un camión, que no es para nada la misma que la de un coche. Fue cogiendo velocidad y haciendo pequeños giros para evitar ser un blanco seguro para los coches del RNLO, pero era difícil quitárselos de encima. Los coches enemigos se iban acercando poco a poco, sus ocupantes gritaban cosas en alemán que ella no tenía ni idea de lo que significaban, pero tampoco es que tuviera mucho interés en saber lo que decían. Cuando uno de los vehículos se posicionó a la derecha del camión y sus ocupantes se disponían a apuntar el arpón a la cabina, el estallido de la escopeta sonó a su lado y pudo ver cómo la rueda izquierda del coche reptiliano explotaba, éste viraba, comenzaba a dar vueltas de campana, y quedaba atrás irremediablemente destrozado.

-Uuuuf, eso ha debido doler -dijo Brontes.

-No podemos volver por el camino por el que hemos venido, será mejor que vayamos al otro puente disponible -dijo Anna.

-¿El de los magufos de Robert? -preguntó Brontes.

-No... el otro.

Anna dio un giro brusco, que hizo que el tanque de combustible golpeara a varios coches reptilianos que se acercaban, que perdieron en control, y chocaron los unos con los otros. El camión se estabilizó con rapidez y aceleró por la nueva dirección. Este camino llevaba a calles más estrechas, por lo que los reptilianos tenían más difícil poder flanquear el camión, pero eso no impedía que pudieran acercarse para intentar abordarles por detrás. Lo único que podía hacer Anna para evitar esto era hacer pequeños giros y pegarse a las paredes, aunque de vez en cuando, Brontes tenía que disparar con la escopeta para quitarse de encima a un reptiliano que había conseguido subirse al camión. Habían perdido varios perseguidores, pero todavía quedaba un grupo numeroso. La escopeta de Brontes empezaba a quedarse sin munición, y acertarles con rayos era peligroso, pues podía dar al tanque de combustible. Llegaron hasta la calle que daba al puente y lo cruzaron velozmente, con los reptilianos pegados al camión y con Anna sudando por deshacerse de ellos. Giró por varias calles, golpeando con el camión montones de basura que quedaba esparcida por el camino para dificultar la persecución de los reptilianos, hasta que llegaron al territorio al que estaba esperando llegar Anna.

-¡El territorio del EldritchBurguer! -exclamó Brontes.

Ante ellos estaba el puesto de comida más famoso de Arkham, con sus vigilantes desde el interior del restaurante. Los vigilantes sólo estaban allí para evitar que robaran comida, pues un local como ese no necesitaba de defensores armados. Don Alfonso de la Vega saludó con una sonrisa a Anna al verla pasar.

-¡¡¡Shubbi, acaba con ellos!!! -gritó Anna.

Lo que parecía ser un inmenso árbol junto al local de comida comenzó a moverse de manera repugnante y zarandear lo que hace un momento cualquiera habría dado por ramas. El monstruoso retoño se levantó del suelo, tembló para quitarse de encima el légamo que se le había acumulado, y abrió cientos de bocas por todo su cuerpo, lanzando un alarido ultraterreno. Los coches de los reptilianos se dirigían hacia él, pero al verlo comenzaron a virar y hacer eses para intentar esquivarlo, pero el retoño lanzó sus tentáculos y comenzó a capturar los coches, que después aplastaba con su fuerza. Algunos intentaban defenderse, pero Shubbi metía zarcillos de materia extraterrestre por las ventanillas y acababa con sus atrevimientos. Los coches más duros fueron a parar a una boca llena de algo parecido a dientes, que apretaron sus carrocerías y los dejaron peor que si hubieran pasado por el desguace. En cuestión de minutos no quedaba ningún vehículo del RNLO, sólo chatarra y algunos reptiles que huían despavoridos hacia su cuartel.

Anna y Brontes lanzaron gritos de victoria mientras se iban alejando del territorio del EldritchBurguer y el resto del camino hasta la base morlock no tuvo ningún contratiempo.

A la llegada al campamento morlock, a varios metros de la residencia base de los Pickman, los centinelas comenzaron a vitorear a sus héroes, que cruzaron las puertas que les llevaban a los subterráneos de la ciudad. Hasta que no hubieron llegado al gran salón morlock, Anna no frenó el camión.

-¡Lo han conseguido! -exclamó el animador sociocultural morlock -¡Larga vida a Imperator Anna Pickman! ¡Larga vida a Mad Brontes! 

-¡¡¡Larga vida a Imperator Anna Pickman!!! ¡¡¡Larga vida a Mad Brontes!!!

Brontes y Anna bajaron del camión, seguidos por las morlocks y saludaron a sus fans con las manos abiertas, estos los fueron a recibir, dándoles fuertes abrazos y gritando vítores.

-Bueno, no ha estado nada mal -dijo Brontes.

-No... ahora sólo queda devolver esta ciudad a la normalidad -le respondió Anna.

-Bueno, eso lo haremos con los ojos cerrados -dijo Brontes. De algún lugar sacó dos cervezas, le lanzó una a Anna y la otra fue directa a sus labios, dando un largo trago.

-Más nos vale, porque por una vez que coge vacaciones el alcalde, cuando vuelva y se encuentro con esto yo creo que le da algo.

-Bah, deja de pensar en eso, ahora estamos celebrando nuestra ¡victoria!

-¡¡¡VICTORIA!!! -gritaron los morlocks.

Y la fiesta de celebración duró días, y la historia de Imperator Anna Pickman y Mad Brontes se recordó por los siglos de los siglos.