sábado, 27 de octubre de 2018

This is Halloween V (Parte 1): Preparando la WitchCon

Faltaban pocos días para Halloween y las actividades en los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta eran frenéticas. Las 20 welclones trabajaban para que todo saliera perfecto, pues era la primera vez que se enfrentaban a un reto similar. Por ello, Lady Cthulhu había regresado desde Innsmouth y Canina había vuelto desde los túneles bajo Arkham y las pasadizos excavados por los gules. Estas dos comunidades tenían sus propias costumbres y podían prescindir de la presencia de ambas clones. Afortunadamente (o tal vez no), Kate la Roja también había accedido a ir a Dunwich a echar una mano. Una bruja irlandesa adoradora de Shub-Niggurath capaz de beber whisky como si fuera agua y desplazada en el tiempo desde el siglo X no era de mucha ayuda con los aspectos más tecnológicos de la gestión de un establecimiento de alojamiento turístico, aunque estaba haciendo avances importantes para acostumbrarse a los tiempos modernos. Pero, por otro lado, sabía, y mucho de como montar una buena fiesta y ayudaba a las clones a tratar con las sectas de la comarca. Todo con tal de poder finalizar los preparativos para la I WithCon de Dunwich. Todo había comenzado con una sugerencia por parte de la Cabra Blanca de Tres Cabezas, el avatar de Shub-Niggurath al que adoraban (o hacían como que tal, pues la Cabra tampoco le iba demasiado el tema sectario y religioso). Ésta les había comentado que sería una buena idea tratar de acercar posturas entre las principales corrientes de brujas, y Dunwich podía ser el escenario idóneo. Por ello, llevaban bastante tiempo con los preparativos y esos últimos días eran claves para asegurarse de que todo iba a salir bien.

Todo esto requiere un poco de explicación. Normalmente cuando se habla de brujas, la gente suele pensar en la imagen tradicional de ancianas con verrugas, vestidas de negro y con sombreros puntiagudos que vuelan en escoba; también vienen a la mente esas otras brujas más jóvenes y vestidas de forma absurdamente sexy que pueblan las ilustraciones e historias de fantasía heroica; hay quien, por otro lado, opta por pensar en las brujas de Salem y, finalmente, también está a quien le viene a la cabeza los movimientos ocultistas neopaganos y las wiccans. Pero todos ellos estarían equivocados. A fin de cuentas, son todo estereotipos basados en la paranoia de los puritanos, los desvaríos de las cazas de brujas de tiempos antiguos, las mentes calenturientas de dibujantes y escritores y reinterpretaciones posmodernas sesgadas de algunos conceptos. Ninguna de las brujas que encajarían en algunas de esas ideas estaría nunca invitada a la WitchCon. Y es que este evento estaba dedicado a las auténticas brujas, las reales, las de verdad (no, tú suegra tampoco, por muy bruja que sea en su comportamiento), es decir, a las brujas adoradoras de Nyarlathotep bajo su avatar del Hombre Negro y las hechiceras y sacerdotisas de Shub-Niggurath. Y es que, desde tiempos inmemoriales (es decir, nadie se acuerda cuando empezó todo este problema, ni siquiera Kate la Roja, que es del siglo X), ambos colectivos no se llevan particularmente bien, por lo que, cuando se juntan dos o más brujas que adoran a alguno de los dos dioses se monta un follón tremendo. Como decía Terry Pratchett, el plural de bruja es discusión. Por ello, la Cabra Blanca de Tres Cabezas, uno de los avatares más benignos (por llamarlo de alguna forma), o por lo menos, con menos interés en mutar, desfigurar y/o enloquecer humanos, había pensado que sus chicas, Welcome y las welclones, podían tratar de acercar posturas entre ambas facciones y acabar con una discusión que llevaba demasiado tiempo abierta. Además, la WitchCon era la excusa ideal para monta una buena fiesta brujeril.

Tras el incidente Weird Bio-Hazard, que provocó una miniguerra de un día que acabó destruyendo las instalaciones de investigación genética que había en Dunwich, la Cabra Blanca de Tres Cabezas, avatar de Shub-Niggurath pensó que, debido al espíritu combativo de estas mujeres, podría ser una buena idea ponerlas de su lado. Por ello, llegó a un pacto con ellas: formarían una “secta” para adorarla y ella las ayudaría proporcionándoles magia y enseñándolas a convocar a sus Retoños Oscuros. A cambio, sólo tendrían que hacer algunos rituales ocasionales, con algún sacrificio de animal ocasional y bastante sexo (a fin de cuentas sabía que les gustaba a estas mujeres), y ocuparse de pacificar la comarca de Dunwich y hacerla prosperar de forma sostenible. Claro, el problema de esa región era que había tres grupos en liza: los adoradores de Yog-Sothoth, los servidores de Tsathogua y los fieles de Shub-Niggurath. Los primeros habían recuperado poder tras la debacle del Horror de Dunwich en 1928, pero los segundos eran los más numerosos. Por su parte, los terceros eran casi residuales, por lo que no fue difícil para las welclones asimilarlos y ponerlos firmes para que no incordiaran. En cuanto a los otros dos colectivos, bueno, fueron bastante persuasivas y usaron todas las técnicas y herramientas a su disposición. Con lo que, finalmente, lograron establecer la paz en la región y poder dedicarse a desarrollarla en colaboración con los Pickman. Esto condujo a la construcción de los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta y a establecer convenios con los gules (gracias a Canina) y los profundos de Innsmouth (con la ayuda de Lady Cthulhu).

Por supuesto, no todo era perfecto, y, con el tiempo, tuvieron que resolver algunos problemas puntuales con sectarios de Tsathogua que no querían aceptar la actual situación y con otros grupos, como los ultrapatriotas desfasados de Majestic 13 durante el incidente de Reptilianos y Conspiraciones. Sin embargo, siempre lograron superar los obstáculos y seguir con su plan de reestructuración y desarrollo sostenible de la comarca. Era cierto que tenían que lidiar con los problemas ocasionales causados por turistas pesados, energúmenos o que se dejaban el cerebro en casa. Una vez Hada también tuvo que lidiar con una mujer avispa mutante. Y, por el trasfondo de la región, el principal turismo que atraían en algunas temporadas eran sectarios, ocultistas variados y demás fauna sobrenatural. Pero, a fin de cuentas, todo iba desarrollándose progresivamente y al ritmo apropiado.

El problema entre las dos variantes de brujas radicaba principalmente en el enfoque que tenían. Las adoradoras de Nyarlathotep tenían tendencia a ser más estrictas, con más gusto por el melodrama y la teatralidad y se acercaban más a algunos conceptos del arquetipo de las brujas. Tenían tendencia a acabar convirtiéndose en viejas de tendencias ermitañas y de aspecto siniestro, y todas eran marcadas por el Hombre Negro, lo que les dejaba una poco estética y curiosa señal en forma de mancha o verruga de color negro. Además, tenían tendencia a mezclar las matemáticas con el ocultismo. Keziah Mason había sido, posiblemente, el más claro exponente de una bruja nyarlathotepiana clásica. Por otro lado, las brujas que se decantaban por Shub-Niggurath se aproximaban más a los clichés de tono erótico y sexual de las brujas: los aquelarres con las brujas total o parcialmente desnudas (pero siempre llevando calzado, no sabes que te puedes encontrar en el suelo cuando estás por ahí) y con abundancia de ritos sexuales y sacrificio de cabras, terneras u otros animales. Lo de que sean negros ya es cuestión de gustos, sinceramente, pero para las leyendas populares quedaban muy bien. Así que, sencillamente se trataba de una cuestión de enfoque: las brujas nyarlathotepianas consideraban que sus colegas niggurathitas eran una panda de pervertidas ninfómanas follacabras y las niggurathitas opinaban que las nyaralthotepianas eran un grupo de conspiradoras de segunda que pasaban demasiado tiempo adorando a un Hombre Negro de dos metros y muy poco teniendo buen sexo. Más o menos. Simplificando la cuestión. La cosa es que no se llevaban demasiado bien y esa WitchCon era una oportunidad para limar asperezas y tratar de reunirlas. Sólo quedaba esperar que todo saliera bien y a ninguna otra facción le diera por interrumpir o molestar.

Sin embargo, había ojos atentos a los preparativos, mentes elucubrando y preparando planes para aprovechar la oportunidad que se les planteaba en aquel momento. Había planes dentro de planes y cosas que no eran planes pero podrían parecerlo a ojos de un teórico de la conspiración y que, por azar, casualidad, podían echar a perder todos los preparativos que estaban realizando las welclones. También hay que decir que enfrentarse a 20 clones mutantes con super poderes es una idea bastante suicida a menos que cuentes con suficiente potencia de fuego y un plan a prueba de tontos. Y que no lo lleven a cabo unos tontos particularmente ingeniosos.

Así pues, todo empezó con un ejercicio de maniobras de los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro. No era raro, y las welclones estaban acostumbradas a ello. Los lacerto nazis, los morlocks comunistas y las mujeres del Equipo Tiamat de Omicron Scorpions usaban la comarca de Dunwich como uno de los escenarios habituales para hacer maniobras de combate y entrenamiento de supervivencia. No era el único lugar pero si que era un sitio fijo. Incluso, cosa rara, habían acabado por ponerse de acuerdo para elaborar un calendario con el que se repartían el tiempo para evitar coincidir innecesariamente con las nefastas y bélicas consecuencias que esto podría tener. En este caso era un pequeño grupo que estaban con entrenamiento de patrulla en territorio comprometido. Se trataba de un grupo compuesto por tres mini tanques apoyados por tres panzerUFO de los Zeta-Reticulanos Nazis. Estos eran unos mini tanques con forma de platillo volante y seis ruedas pilotados por invasores alienígenas grises que habían acabado colaborando con los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro.

Las maniobras iban perfectas, sin problema alguno, pero, de improviso, recibieron unas extrañas ordenes: atacar las infraestructuras en unas coordenadas concretas. Los reptilianos y sus aliados grises, aunque no entendían bien el motivo del cambio de objetivo, se dedicaron a cumplir las órdenes. A fin de cuentas, si las incumplían luego les podía caer una buena sanción disciplinaria por no seguir la cadena de mano. Por ello, cambiaron de dirección y pusieron rumbo a su nuevo objetivo: Los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta. Hay que recordar que forman un complejo compuesto por un edificio central en la propia aldea de Dunwich, donde se halla la recepción, oficinas, un restaurante, los alojamientos de las welclones y algunas habitaciones para alojamiento turístico. El grueso de las unidades de alojamiento son una serie de cabañas construidas según el estilo arquitectónico local repartidas en una zona de la comarca. En medio de todas estas, las welclones estaba montando las carpas y demás infraestructuras necesarias para la celebración de la WitchCon.

Y fue, precisamente durante el montaje de una carpa cuando vieron acercarse el grupo atacante de lacerto nazis y alienígenas. Sabían que por esas fechas los Reptilianos Nazis tenían asignado tiempo de uso de la comarca para sus maniobras, pero estos siempre respetaban la aldea y el espacio donde estaban las cabañas. Por eso se extrañaron al ver aquello. Y, cuando se produjo el primer disparo, las welclones se organizaron para contraatacar. Para desgracia de la patrulla, las chicas que estaban montando la carpa eran Blindada, Antorcha, Ruiseñor y Ácida. Blindada era una versión musculosa y acorazada de Welcome, una mujer alta con una fuerza prácticamente sobrehumana y una piel cormada de origen alienígena que le proporcionaba una gran armadura natural; Antorcha era una clon pirokinética, pelirroja y temperamental que no iba a desperdiciar la oportunidad de darle una buena paliza a los reptilianos; Ruiseñor tenía una espléndida voz para el canto, y junto con Buhonera hacían unos dúos líricos muy buenos, pero también era capaz de proyectar un potente ataque sónico con su grito y, finalmente, Ácida, una welclone capaz de vomitar sus ácidos estomacales, que produce en grandes cantidades, particularmente después de comidas pesadas y picantes. Eran sólo cuatro mujeres, pero una de ellas era superfuerte y muy resistente al daño, otra podía provocar fuegos a voluntad, la tercera tenía unos gritos devastadores y la cuarta vomitaba ácido.

La respuesta de las welclones fue rápida, fue contundente y fue devastadora. Conocían las tácticas de los Reptilianos y, aunque no tenían tanta experiencia luchando contra los Zeta-Reticulanos Nazis, tampoco les sorprendieron demasiado. Era cierto que se enfrentaban a un total de seis mini tanques armados y fuertemente blindados, pero ellas tenían la ventaja de luchar juntas, pues desde que se liberaron tras el incidente Weird Bio-Hazard no iban a permitir que fueran capturadas y encerradas de nuevo para ser usadas como sujetos de experimentación. Por ello, se habían entrenado para pelear juntas y hacer frente a todo tipo de amenazas. Habían aprendido a utilizar sus distintos poderes, teniendo en cuenta que cada una de las clones tenía unas capacidades propias y únicas. Estaban preparadas a un nivel que habría recibido la aprobación del Profesor Xavier. Por ello, la fuerza sobrehumana de Blindada y su protección natural le permitía atacar los tanques con las manos desnudas para tumbarlos y volcarlos y minimizar los daños que pudiera recibir. El vómito de Ácida, aunque limitado, pues no podía lanzarlo de forma indefinida, lograba derretir las capas de blindaje para dar acceso al interior de los vehículos. Antorcha lanzaba bolas de fuego contra sus objetivos y provocaba pequeños fuegos que tenían la doble función de distraer a los pilotos y ofrecer un nuevo blanco a los artilleros. Ruiseñor aturdía a las tripulaciones con sus gritos, sobretodo cuando el ácido corroía las planchas de blindaje o el calor causado por el fuego obligaba a abrir escotillas para ventilar. Hacia esos puntos débiles se dirigía la welclon cantora.

No es que salieran indemnes. La escaramuza se saldó con diversas heridas por parte de las mujeres, aunque ninguna de gravedad. Pero necesitarían un tiempo de descanso y recuperación. Pero lograron hacerse con la victoria. A los supervivientes los tomaron como prisioneros. Vampirella, Lady Tcho-Tcho y Reina Serpiente estarían encantadas de ocuparse de ellos y averiguar que había pasado, porque las habían atacado. Pero, mientras, había que recoger los restos del campo de batalla y acabar los preparativos. Las welclones esperaban que todo saliera bien durante la WitchCon, aunque ya sabían que debían estar alerta en caso de nuevos incidentes.

viernes, 19 de octubre de 2018

El complot contra Misha

El ElderGodBook llevaba toda la mañana ardiendo con la noticia. Los dioses no habían tardado en comunicarla y pasársela los unos a los otros, hasta que llegó al dios más afectado por dicha noticia, y, evidentemente, no se la creyó. La noticia eran varias fotografías de un local destrozado junto a una leyenda: EL OSO DE UN DIOS DESTROZA CERVECERÍA EN ARKHAM.

Perun se dedicó a desmentir la noticia, diciendo en su perfil que Misha no era el culpable de aquella infamia. Aunque la noticia había llegado hasta la lejana Kadath, las Íades y la biblioteca de Aldebarán, todos los dioses leyeron las réplicas del eslavo. Entonces el ElderGodBook ardió con otra cosa. Todos los dioses hablaban de ello. Fuese quien fuera el culpable de aquello, lo iba a pagar muy caro.

En la residencia estudiantil La Llave y La Puerta, Brontes y El Que Legisla estaban comentando la noticia en la cafetería cuando un rostro conocido atravesó las puertas. Un rostro conocido y muy enojado.

-¡¿Quién está lanzando esas horrribles infamias contrrra mi oso?! -exclamó Perun, con los ojos rojos de la ira.

-Precisamente estábamos hablando de cuanto tardarías en venir -comentó el primigenio legal después de dar un sorbo de su taza de café.

-Tranquilo, Perun, tú relájate antes de que te pongas a romper cosas, que después Araknek se enfada con nosotros -le dijo Brontes alzando las manos.

-Lo único que rrrromperé será los huesos del bastarrrdo mentiroso ¿dónde están las oficinas del perrrriodico que se ha atrrrevido a publicar tal ofensa?

-No, no, no, no, no. El periódico no. Ellos sólo han publicado la noticia, pero es un diario de la ciudad, nunca se atreverían a inventarse una noticia sobre un dios que aparece por aquí habitualmente, y que se emborracha aquí habitualmente.

-¿Entonces, si no puedo desquitarrrme con el perrriodico? ¡¿Qué hago?! -exclamó Perun con un golpe en la mesa más cercana.

Harvey estaba estudiando un objeto cuyo dueño afirmaba que había venido de otra dimensión y  que estaba vivo, lo que le ocasionaba grandes molestias, pues se pasaba la madrugada cantando canciones de Adriana Grande, pero toda su investigación sobre el dichoso objeto no le estaba llevando a ninguna parte. Lo cierto que es, de algún modo, se alegró cuando el rabioso dios del trueno entró en su despacho seguido de Brontes.

-Brrrontes dice que tú, débil humano, podrrrías ayudar en la búsqueda del incauto que ha difamado a Misha -dijo Perun nada más entrar.

-Buenos días, Perun -dijo Harvey-, no tengo ni idea de lo que estás hablando ¿alguien podría aclararme el asunto?

Brontes sacó su móvil, accedió a la aplicación del ElderGodBook y puso la publicación ante la vista de Harvey. Se trataba de una serie de fotos, un titular en letras en negrita y una pequeña crónica de cómo un oso con poderes sobrenaturales y con la bandera de Rusia atada al cuello había entrado en una cervecería de Arkham y había destrozado el local. Todos los testigos que se encontraban en la cervecería afirmaban que el oso había provocado los disturbios era exactamente igual al que un conocido dios del trueno llevaba siempre que iba a la cervecería a tomar varios litros de cerveza.

-Aquí dice que los sucesos tuvieron lugar anoche -informó Harvey- ¿dónde te encontrabas en esos momentos?

-¡¡¡¿Acaso este débil humano está dudando de las palabrrras del dios de las torrrrmentas?!!! -exclamó Perun con una voz reverberante.

-Nooooo estoy dudando de nada, pero un buen investigador tiene que saber donde se encontraba su cliente en el momento de los hechos.

-¿Su cliente? -preguntó Perun.

-Exacto. Acepto el caso. Busquemos al verdadero culpable del ataque a la cervecería.

Perun explicó al investigador de lo paranormal que había pasado toda la noche junto a Misha en un campeonato de bebida con otros dioses. Había fotografías de dicho evento, en las cuales aparecía la fecha y hora de la realización de las citadas fotos. No había duda de que Perun y Misha habían pasado la noche en aquella fiesta del desenfreno alcohólico. El siguiente paso en la investigación fue visitar el local donde habían tenido lugar los disturbios. Allí, Perun no parecía ser bienvenido, cosa que enfureció al dios de las tormentas.

-Caaaaaaalma -decía Harvey al ver que las nubes de tormenta y los truenos se acercaban a la ciudad.

-Su sucio oso destrozó mi local -se defendió el dueño de la cervecería.

-¡¡¡Y yo voy a limpiarrr el suelo del barrrr con la barrrrba del que osa evitar la entrrrada de Perrrun aquí?

-¿Por qué ahora habla de sí mismo en tercera persona?-le susurró Harvey a Brontes, que iba con ellos.

-Porque se ha metido entre pecho y espalda dos jarras de cerveza antes de venir aquí -dijo el cíclope.

Harvey lanzó un sonoro suspiro.

-A ver, calma todo el mundo. Tenemos pruebas de que, tanto Perun como su oso, estaban en otro lugar a la hora del incidente, así que Misha no ha podido ser el culpable de los destrozos. Alguien está intentando implicar al oso de Perun en esto.

-¿Entonces quién ha sido? -preguntó el dueño del local.

-Para eso estamos aquí -le respondió Harvey.

El investigador paranormal se acercó a las mesas destrozadas y los otros muebles volcados y les echó un vistazo. Estaba claro que todo había sido producido por un animal salvaje, pues se veían marcas de garras y de dientes por todas partes. Brontes se acercó a su lado y miró también las pruebas.

-Esas marcas no pueden haber sido producidas por un oso -dijo el cíclope.

-¿Cómo lo sabes? ¿Es que te ves el Canal National Geographic en tu tiempo libre? -le preguntó Harvey.

-No, soy de Alfa Strike, por lo que he visto los restos que deja Misha cuando ataca... sobre todo después de alguna borrachera con Perun. Las marcas de un oso son muy reconocibles si estás acostumbradas a verlas, y te digo que eso no lo ha hecho un oso.

-Pues yo vi al oso hacerlo -intervino el dueño del local.

Harvey se rascó la barbilla.

-Todos los testigos afirman haber visto a un oso con la bandera de Rusia destrozando el local... pero las marcas de las garras y dientes no son de un oso. Está claro que es un complot para culpar a Misha. Alguien, con magia o tecnología, ha ocultado a otra criatura con la imagen de un oso.

-Alguien que debe tenerrrr los huevos muy gorrrrdos para atrrreverse a meterrrse con Perun -dijo el dios. En la mano tenía una nueva jarra de cerveza, ya medio vacía.

-¡¿De dónde has sacado esa jarra de cerveza?! -exclamó Harvey.

-Perrrrun siempre tiene bebida a mano -respondió el dios.

Harvey negó con la cabeza.

-¿Me pone una manzanilla? -preguntó Brontes. Harvey se le quedó mirando. -¿Qué? Si él se toma una cerveza, yo también quiero algo...

Después de que Brontes se tomara su infusión, volvieron a la calle, donde se quedaron a barajar lo que tenían en mano.

-No suelo darle la razón a dioses borrachos, pero Perun tiene razón. Quien sea que ha hecho esto tiene los huevos cuadrados ¿quién puede tener algo en contra de él? Aquí, en Arkham.

-¿Tiene que ser alguien de aquí? -preguntó Brontes-. Como Alfa Strike hemos luchado con enemigos de todas partes...

-Sí, pero ¿vendrían explícitamente aquí para montar esta historia?

-No lo sé, yo no tengo la mentalidad de un villano.

-¡¡¡Maldito bastarrrrdo!!! ¡¡¡Sal a rrrecibir la justa paliza de Perrrrun!!!

Los nubarrones de tormenta cayeron sobre Arkham y sonaron varios truenos que hicieron temblar los cristales de todas las ventanas.

-Perun, así no vas a conseguir nada, la única forma de descubrir al culpable es después de una minuciosa investigación que...

Una criatura alada interrumpió a Harvey aterrizando delante del grupo. Se trataba de un empleado de Byakhee Express.

-Yo tengo información sobre quién está detrás de esto -dijo la criatura con una voz inhumana-. Estaba realizando un porte cuando vi a un extraño individuo con un animal, al que le hacía varias indicaciones, tras lo que rió con carcajadas villanescas.

-¿Carcajadas villanescas? Eso limita nuestra búsqueda a todos los villanos de opereta -dijo Brontes.

-Disculpa, has dicho que era un individuo extraño ¿a qué te referías? -le preguntó Harvey al byakhee.

-Estoy acostumbrado a ver humanos de todo tipo, pero este andaba encorvado y llevaba una capa del siglo XIX.

-Carcajada villanesca, postura encorvada y capa de villano de opereta... sólo puede ser alguien -dijo Harvey.

-¿Estamos pensando en la misma persona? -preguntó Brontes.

-¿Pero qué tiene en contra de Perun?

El grupo agradeció la información al byakhee y este siguió con su trabajo. Apartaron a Perun de una joven a la que se había acercado y a la que estaba intentando convencer de las grandes aptitudes amatorias de los dioses eslavos y siguieron con su investigación, que ahora se centraba en una única persona.

-¿Sabemos algo de su base de operaciones? ¿O guarida? -preguntó Harvey.

-¡Qué bien nos vendría el hechizo ese de Anna que nos lleva ante alguien cuando le preguntas dónde está! -se lamentó Brontes.

-¡Oh! ¡Es verdad! Afortunadamente, al ver lo útil que era ese hechizo, le pedí que me lo enseñara. No sabes cuantas veces lo he usado para encontrar el mando a distancia...

Harvey realizó las operaciones mágicas necesarias para el hechizo mientras Brontes evitaba que Perun atacara a un grupo de palomas que pululaban por la calle y que, según el dios, le habían ofendido. De las manos del investigador paranormal surgieron unos haces luminosos que se unieron en un hilo brillante que salió disparado hacia una calle diagonal.

-¡Vamos, sigamos la pista!

 El trío salió corriendo en la dirección que señalaba el haz de luz. Tuvieron que lidiar con un repartidor que se estuvo quejando del uso mágico en la vía urbana, pero un rugido por parte de Perun hizo que el individuo les dejara en paz. En pocos minutos estuvieron ante un local que afirmaba ser una Tienda de Artículos Villanescos.

-Pues la guarida no tiene nada de secreta -comentó Brontes.

-Dejad que Perrrun entrrre a  darrr su merrecido al villano...

-Vamos a entrar los tres, con calma ¿de acuerdo? -le dijo Harvey interponiéndose en el camino del dios.

Por una vez, Perun siguió al sentido común y los tres atravesaron las puertas del local. Como rezaba el cartel, se trataba de una tienda de artículos para villano, con capas, sombreros de copa, bombas de humo y otros artilugios dignos de una opereta. De la trastienda salió alguien a atender, precisamente la persona a la que estaban buscando, un individuo no del todo bien formado, con rasgos simiescos y con una mirada siniestra.

-Eye Gore, estábamos buscándote -dijo Harvey.

-Vosotros no sois villanos ¿qué hacéis en mi tienda? -preguntó el susodicho.

-Pues no sé, alguien ha ido por ahí haciendo creer a la gente que el oso de Perun ha destrozado una cafetería, y aquí el amigo está un poco enfadado por esa infamia, también está un poco borracho, así que dame una buena razón para no echártelo encima -explicó Harvey.

-No hay nada que ocultar. Yo soy el que ha hecho creer que el oso ruso  ese había destrozado el bar. Era parte de mi venganza ¡¡¡mi venganza contra los dioses que destruyeron mi oportunidad de trabajo en Dunwich!!!

-Eh... Pero si de eso hace unos dos años ¿por qué ahora? -preguntó Brontes desconcertado.

-Porque soy un rencoroso... y ahora ¡¡¡enfrentaos a mi bestia!!!

Eye Gore presionó un botón y una trampilla se abrió en el suelo, de la que salió un inmenso oso con la bandera de Rusia, el animal lanzó un poderoso rugido y se golpeó en el pecho con las patas delanteras.

-¿Un oso que se pega en el pecho? -se preguntó Brontes.

-Ahí está la gracia, no es un oso ¡¡¡es un gorila degenerado que he traído desde la tierra de mis ancestros!!! -exclamó Eye Gore. Sacó un aparato el  bolsillo y al presionar un botón, la ilusión del oso desapareció y vieron a un horrendo gorila con el vello erizado y una expresión de muy mala uva.

El gorila degenerado se lanzó con un salto sobre el grupo, pero cuando estaba a punto de caer sobre ellos, Perun le dio tal tremendo puñetazo, que el gorila se estampó contra el mostrador, haciendo que cayeran varios artículos  villanescos.

-Oh... eso no me lo esperaba... -dijo Eye Gore. Antes de que nadie pudiera hacer nada, cogió una bomba de humo entre las que habían caído al suelo y la lanzó entre carcajadas... pero el golpe debió estropear el mecanismo, porque sólo salió un poco de humillo con un sonido ridículo de trompetilla. Eye Gore seguía allí con decepción en sus ojos.

-Perun... todo tuyo, pero déjalo vivo.

-Perrrrun harrrá lo que le pide su amigo amerrrricano, perrro este gusano no olvidarrrrrá su atreeeevimiento -dijo el dios eslavo acercándose mientras chocaba el puño en su mano.

Harvey cogió al Brontes y salieron de la tienda.

-Ven, no creo que quieras ver el espectáculo -dijo.

-No lo entiendo ¿qué necesidad de usar un gorila para hacerlo pasar por un oso? ¿Por qué no usar un oso directamente? Este país está lleno de osos -se preguntaba Brontes.

-Amigo, hay cosas que no están hechas para ser respondidas...

domingo, 14 de octubre de 2018

4º Aniversario de La Llave y la Puerta

Esta semana, La Llave y La Puerta ha cumplido ya 4 añitos. Cuatro años de locura, humor absurdo, acción desatada y efecto Arkham.

Este año hemos tenido de todo. Un halloween terrorífico homenaje a las películas slasher con un asesino ridículo intentando cazar a la novia de Welcome, en navidad tuvimos la llegada de uno de los dioses más antiguos de la mitología grecorromana, el mismísimo Cronos, y en el evento anual tuvimos la reunión de un batallón de versiones del linaje de Kate Ashford luchando contra un enemigo que pretendía destruir su presencia en el Espacio/Tiempo. Todo esto una muestra de que Arkham está más viva que nunca.

Un año más, agradecemos a los que nos han estado siguiendo detrás de las pantallas, sucumbiendo a las locuras y excéntricas aventuras de estos personajes que todavía tienen mucho que contar

sábado, 6 de octubre de 2018

Alfa Strike: La Cabra Demonio del Caos


Sala de reuniones de Alfa Strike, Tierras del Sueño
Había pasado tiempo desde que Loki había necesitado reunir a un contingente importante del equipo Alfa Strike. Creado originalmente para frustar los planes de la corporación NWE que pretendía capturar dioses y entidades sobrenaturales para desarrollar nuevas tecnologías y líneas de productos. Pero la resistencia planteada por este equipo de dioses provocó que, finalmente, NWE se replanteara su política. A fin de cuentas, si los costes excedían tanto los posibles futuros beneficios, era ridículo seguir adelante, aunque se tratara de una corporación que podría haber salido de una ambientación distópica ciberpunk. Pero Alfa Strike no sólo se había dedicado a plantar cara a las maquinaciones empresariales. En otras ocasiones había tenido que tratar con problemas de carácter sobrenatural, paranormal o extradimensional que necesitaban ser resueltos mediante la intervención de unas fuerzas superiores. Para ello, siempre que el equipo tenía que actuar, Loki analizaba la amenaza y seleccionaba a los miembros más apropiados.

En esta ocasión había optado por reunir a pesos pesados: Brontes, Raijin, Fujin, Perun y Misha, N’kari y Thor. Además, había convocado también a Delta Wave Welcome y a las Valquirias. Se trataba de una operación de alto riesgo, que combinaba la contención de la amenaza y el rescate de posibles víctimas. La cuestión, tal y como la planteó Loki era la siguiente: Un grupo de idiotas neopaganos que habían hecho un extraño sincretismo entre extractos que habían conseguido del Necronomicon, shintoismo, wiccan y otras corrientes de pensamiento posmoderno ocultista se había montado una pequeña comuna en las montañas, en una olvidada región no demasiado lejos de Brattleboro, en Vermont. Esto implicaba posibles complicaciones con la colonia minera de los hongos de Yuggoth que había en las proximidades. Pero la cosa iba más allá. De alguna forma, ese conjunto de sectarios dopados de setas alucinógenas y una extraña combinación de ideas había comenzado a experimentar con magia. Y, tal y como era de esperar, se les daba terriblemente mal. A fin de cuentas, lo que hacían no dejaba de ser una excusa para drogarse y montar orgías. Normalmente esto no afectaría en lo más mínimo a los dioses y no necesitaría la intervención de Alfa Strike. En el peor de los casos, los sectarios acabarían suicidándose en masa para viajar espiritualmente a no se que planeta o morirían por falta de preparación para el duro invierno ya que los hongos de Yuggoth no tenían el más mínimo interés en ellos. Pero la cuestión era otra. Y es que, con la suerte de los tontos, habían logrado llamar a una manifestación de Shub-Niggurath que, en cualquier momento, podría sembrar el caos por la región, salir de los bosques y montar un buen desastre a su paso. Por el momento el avatar de la diosa estaba controlado, pero era mejor intervenir antes de que las cosas se complicaran demasiado.

En general, Shub-Niggurath era una diosa exterior que no se prodigaba demasiado en apariciones y, aunque en ocasiones se había mostrado con diferentes avatares, dejaba el trabajo sucio de manifestarse, aceptar sacrificios y sembrar el caos y la muerte a sus Retoños Oscuros. En Nueva Inglaterra, estos tenían una presencia discreta e incluso uno de ellos había optado por ir a vivir a Arkham, Shubbi, que había acabado trabajando como árbol y vigilante en el EldritchBurguer. Y, claro, cualquiera que lo veía sin saber que era en realidad, lo confundía con un árbol de tronco muy grueso, nudoso y retorcido, algo grotesco pero nada más. Pero cualquiera que intentara alterar el orden o robar en el restaurante se las tenía que ver con Shubbi. Aparte de esto, en Dunwich estaba la Cabra Blanca de Tres Cabezas, un curioso avatar de Shub-Niggurath que había tomado esa comarca bajo su protección y a la que servían y con la que colaboraban las welclones. La verdad es que no eran muy devotas, del tipo secta de fanáticos rednecks. No era fácil serlo cuando tu diosa es una enorme cabra mutante de tres cabezas que se pasan el rato murmurando y hablando entre ellos y tirándose pedos. Pero cumplían con los rituales oportunos y cuidaban de la región.

Pero lo que aquí se iban a encontrar los miembros de Alfa Strike y las Valquirias era algo muy diferente. No se trataba de la gruñona Cabra Blanca, o de algún Retoño Oscuro desmelenado. Se enfrentaban a la Cabra Demonio del Caos, un avatar que parecía responder a los sueños húmedos de satánicos, wiccans y neopaganos variados, pero con un giro de pesadilla. Según Loki, Shub-Niggurath, la diosa exterior era dadora y creadora de vida. Pero su fertilidad era desbordante, sin orden alguno, puro caos creativo, como un cáncer que experimentara mil y una formas en cada una de sus metástasis. Era creación vital pura y desatada. Y, de alguna manera, la diosa había respondido a sus confusos adoradores de esa extraña secta afincada en Vermont, dándoles exactamente lo que querían y que era lo que menos les beneficiaba. Había que reconocer que, en su locura de creativa fertilidad, Shub-Niggurath podía ser una auténtica cabrona.

Así pues, iban a necesitar pesos pesados, ya que se iban a enfrentar a algo grande, terrible, poderoso, capaz de sembrar el caos a su paso y que debía ser detenido. Por ello, su misión era viajar a la zona, localizar y neutralizar a la Cabra Demonio del Caos y evacuar a los supervivientes y afectados por los daños que pudiera causar el avatar de la diosa. En cuanto al culto… bueno, no dejaban de ser un puñado de idiotas inconscientes que habían mordido más de lo que podían tragar. Si era posible se les rescataría. Siempre que siguieran siendo humanos.

Tras completar la sesión de instrucción con un mapa de la zona en la que indicó la ubicación de la comuna de los cultistas, el equipo Alfa Strike se preparó para partir.

Montañas de Vermont, en las proximidades de la zona de minado de los hongos de Yuggoth
El portal abierto por Delta Wave Welcome les había llevado a un gran y espeso bosque. Desde su ubicación podían ver el pico donde los hongos de Yuggoth tenían su base y desarrollaban sus operaciones mineras, pero, por lo demás, parecía un bosque de Vermont sin nada de particular. O eso creían al principio. Pero se dieron cuenta enseguida de que algo fallaba. Era el silencio. El silencio era total y absoluto. Salvo por la brisa que movía las ramas y los ruidos provocaban ellos al moverse, no había ningún otro ruido. Era como si algo hubiera espantado o destruido toda vida animal. Era terriblemente inquietante. Pero allí estaban. Con la ayuda del GPS y de Misha, pues el oso de Perun era capaz de orientarse por cualquier entorno y ecosistema en el que pudieran vivir osos, se encaminaron hacia la posición del campamento de los cultistas.

Tanto los dioses como las valquirias iban preparados para todo. Llevaban sus armas preparadas y las enviadas de Odín habían llevado consigo sus equipos de rescate y de primeros auxilios. No sabían que iban a encontrar por lo que se habían preparado para lo peor. Por su parte, Loki se había quedado en la base del equipo en las Tierras del Sueño. El nórdico era listo, quedándose seguro en la base, pero al menos sabían que podían contar con él para enviarles refuerzos o preparar su regreso si era necesario. En cuanto a la criatura a la que se iban a enfrentar, ya era otra cuestión. Loki no les había dado demasiada información, pero esperaban que no fuera algo que excediera sus capacidades. Alfa Strike y las Valquirías ya se habían enfrentado anteriormente a Cthulhu durante una desastrosa operación organizada por la NWE y se dedicaron a tratar de contener al primigenio y rescatar al contigente corporativo. Sin embargo, si se traba de un avatar de una diosa exterior podía pasar cualquier cosa. Tan sólo esperaban que Loki hubiera calibrado adecuadamente el poder de la entidad.

A medida que avanzaron por el bosque empezaron a sentir un tenue olor que progresivamente se iba haciendo más fuerte. Olía a leche, leche de cabra, pero con un matiz dulzón y penetrante que volvía desagradable aquel aroma También empezaron a escuchar los cánticos, muy leves al principio, pero con un volumen creciente a medida que se aproximaban. Entonces, al aproximarse más a la comuna, empezaron a ver los daños producidos: árboles arrancados y destrozados, extrañas huellas caprinas de gran tamaño. Algo grande y muy fuerte se había movido por aquellos lugares. Cuando, finalmente, llegaron hasta el campamento, se encontraron una serie de cabañas prefabricadas instaladas en un amplio claro situadas de forma que en el centro del terreno quedara un amplio espacio vacío que, en esos momentos, estaba ocupado por los cultistas que no podían atenderles en esos momentos, pues se hallaban en medio de una orgía. Pero la confusión de cuerpos no podía ocultar lo que era ya evidente: ya no eran humanos, o, al menos, no completamente humanos. Las mutaciones eran diversas, muy variadas y extrañas. Cuernos, miembros adicionales atrofiados y malformados, pezuñas, garras, excrecencias, conformaban parte de aquel catálogo de deformidades y anomalías corporales que daban nueva forma a los cuerpos de los cultistas. Eran una versión retorcida y extraña de la humanidad, de una humanidad que hubiera pasado bajo el filtro del Bosco y de Clive Barker. Eran las versiones oscuras y retorcidas de los seres que los mitos y leyendas sitúan en los bosques. Las dríadas y los sátiros, los espíritus y duendes de la floresta podrían ser una versión dulcificada y deformada de esos seres que fornicaban apasionadamente y sin control en medio del campamento. Pasados por el filtro del horror y el olvido, habrían sido alterados en el recuerdo para ser una advertencia de las cosas extrañas que se pueden encontrar en los bosques.

Pero lo más destacado y anómalo era lo que se hallaba en el centro mismo, rodeada por sus apasionados y lujuriosos cultistas, regocijándose en su adoración. Era la Cabra Demonio del Caos, era el avatar de Shub-Niggurath surgido de los miedos, filias, deseos insatisfechos, lujuria y ansias de los cultistas. Mediría en torno a unos tres metros y parecía muy pesado pese a la ligereza con que se movía. Era una figura antropomórfica, una corrupción del dios cabra que presidía los aquelarres de brujas, una robusta y fornida figura femenina con dos grandes y voluminosos pechos de los que manaba leche, una cabeza caprina cubierta por un espeso pelo negro y coronada por tres retorcidos cuernos. De su boca surgía una larga lengua casi tentacular con la que acariciaba o azotaba a sus aoradores o lamía su propio cuerpo. Los brazos eran prácticamente humanos, acabados en manos nudosas de tres dedos. Y, de la cintura para abajo, empezaba la mayor pesadilla. El torso lampiño se recubría de un espeso pelaje oscuro que alfombraba sus caderas y las patas caprinas acabadas en pezuñas en torno a las cuales surgían centenares de cilios animados. En el pubis, una obscena raja a modo de vagina palpitaba goteando fluidos inidentificables y, sobre esta, media docena de penes tentaculo de unos dos metros de longitud se agitaban y culebreaban entre ellos, disputándose la posibilidad de penetrar a los adoradores o a la propia entidad. No se trataba de la criatura más horrenda que habían encontrado los de Alfa Strike o las Valquirias, pero si que era extraña y perturbadora. Pero, entonces, vieron lo que hasta el momento se les había escapado, fascinados por la extraña orgía y la aberración caprina que la presidía: al otro lado de la comuna aguardaban seis Retoños Oscuros.

Los dioses de Alfa Strike no se iban a dejar intimidar ante semejante espectáculo e iban a demostrar que eran capaces de resolver todo tipo de situaciones. Por ello, prepararon las armas y se dispusieron al combate. Con las Valquirias y Delta Wave Welcome en la reserva, los dioses cargaron contra los cultistas mutantes y el avatar de Shub-Niggurath. Los sectarios tardaron un poco en reaccionar, vendiendo caras sus vidas, pero poco podían hacer contra la brutal carga de Alfa Strike, convirtiéndose en poco más que carne picada estampada contra el suelo y de poco interés. Para los dioses fue poco más que una molestia ocasional y pasajera, ya que su objetivo no era otro que la monstruosidad caprina.

La criatura, la Cabra Demonio del Caos, rugió furiosa al ver como sus adoradores eran aplastados, quitados de en medio como el que espanta a una mosca, con la ventaja de que, una vez apartados, los cultistas no regresarían. Y es que regresar a molestar cuando eres un cadaver aplastado, desgarrada, machacado y electrificado es un poco complicado. Así pues, se inició la lucha entre los dioses y el avatar de Shub-Niggurath. La pelea fue brutal e intensa. La entidad era mucho más poderosa de lo que esperaban, ya que, a fin de cuentas, era un avatar de una diosa exterior. Era, aproximadamente, como enfrentarse a un avatar monstruoso de Nyarlathotep, pero no cualquiera, si no alguno de los más terribles y peligrosos. Por otro lado, el ser tantos no ayudaba demasiado, ya que, pese a que la criatura medía tres metros, no era lo suficientemente grande como para poder ser atacada simultáneamente en cuerpo a cuerpo por todos.

Pero Alfa Strike era un equipo coordinado y preparado para este tipo de situaciones, por lo que empezaron a aplicar las tácticas y maniobras de combate que les permitirían atacar de forma más eficiente a la criatura. Se iban moviendo para rotar sus posiciones y así poder golpear y retirarse, dejando el relevo a otro dios. También Thor, Brontes y Raijin podían invocar el poder del relámpago para golpear al avatar.

No fue fácil, no fue rápido, no fue cómodo. Pero la coordinación de Alfa Strike logró causar daños en la entidad. Daños que fueron creciendo y progresando adecuadamente. El combate era extenuante pero, finalmente, lograron asestar el golpe de gracia al avatar y poner fin a su existencia, al menos por el momento. Agotados, los dioses pudieron por fin descansar. Y, con el campamento asegurado, Delta Wave Welcome y las Valquirias, ya que no había nada que rescatar allí y los dioses se recuperarían por sí mismos, comenzaron a recorrer la zona en busca de asentamientos de montañeses y granjeros que pudieran haberse visto afectados por las actividades del culto. También se aproximaron a los terrenos de los hongos de Yuggoth, ya que estos conocerían bien el terreno y sabrian orientarlas.

Cuando finalmente acabaron su trabajo, pudieron regresar con la satisfacción del deber cumplido y con el conocimiento reafirmado de que la estupidez humana no tiene límites.