viernes, 27 de enero de 2017

Fronze... digooooo... Frozen!

Aquello era lo más parecido a una ventisca que había visto Seabury Q. Pickman. El helado viento congelaba hasta las fuentes de la ciudad de Arkham y el frío se le metía a uno en lugares a los que un insecto de Shaggai jamás podría llegar. El camino desde la residencia La Llave y La Puerta hasta la universidad había sido un suplicio. Calles cortadas, coches atascados en la nieve, máquinas quitahielos con el motor congelado... aquello era, necesariamente, fuera de lo normal. En la universidad le habían dicho que las clases se habían suspendido porque las entradas estaban atascadas por nieve de más de un metro de altura, cosa que le había cabreado, ya que le había hecho realizar todo ese camino para nada. Ahora estaba ante las puertas de la residencia estudiantil, después de cruzar el horror nevado de nuevo, con las sospechas de que aquello no era una tormenta natural.

Cuando cruzó las puertas, la calefacción le dio la bienvenida agradablemente, pero él no hizo mucho caso de ello y fue directamente al despacho de alguien que podría saber algo más de lo que estaba pasando.

La puerta del despacho de Harvey Z. Pickman se abrió de golpe dejando ver a Seabury cubierto de nieve como si se hubiera tirado al suelo intentando hacer un ángel. Harvey tenía un libro entre sus manos y alzó la mirada con poco interés. Hacía mucho frío y quería estar aquí calentito mientras leía.

-Harvey, aquí está pasando algo extraño -dijo Seabury después de quitarse la nieve de encima como se quitaría el agua un perro.

-Sí, que te has escaqueado de la universidad y estás en mi despacho. Como se entere el decano... -le respondió Harvey.

-No, me refiero a la ciudad ¿o no te has asomado por la ventana? Arkham está sufriendo una tormenta de hielo y nieve que no es normal en esta latitud.

-Venga, Seabury, es invierno. En invierno nieva, hace frío, las reposiciones de series de televisión ponen capítulos que suceden en verano por algún plan maligno de las directivas...

-Harvey, de camino de la universidad a la residencia me he encontrado con dos equipos profesionales de pingüinos emperador jugando un partido de hockey sobre hielo...

-¿Y cual iba ganando?

-¡Por los dioses de Hiperbórea, deja de hacerte el tonto! Aquí está sucediendo algo extraño. Alguien ha traído un frío fuera de la normal a la ciudad. Nos va a congelar a todos. Yo no suelo tener experiencia en estos asuntos, pero tú sí, así que ya estás levantando el culo de ese sillón y ayudándome a descubrir qué está pasando.

Harvey lanzó un largo suspiro y dejó el libro sobre la mesa sabiendo que no había forma de librarse de aquello.

-Bien... hielo y nieve... este verano tuvimos una situación parecida con una ola de calor fuera de lo normal que fue provocada por Cthugha. Si usamos la lógica, si aquello fue provocado por un primigenio relacionado con el fuego, esto puede estar siendo provocado por uno que tenga que ver con el frío y el hielo.

-¿Ithaqua? Estamos muy al sur de su zona habitual, pero con estas cosas uno no puede estar seguro -dijo Seabury.

Harvey se giró hacia su ordenador y estuvo consultando durante unos momentos.

-Nah, no es El Que Camina Sobre El Viento. Según su ultima actualización en ElderGodBook está en una entrega de premios al dios más guay en el planeta Borea.

-¿Algún otro dios primigenio que tenga que ver con estas cosas? -preguntó Seabury.

-Bueno... -dijo Harvey haciendo girar su sillón - Rlim Shaikorth es una entidad que trae el hielo con él, pero lleva milenios sin dar señales de vida desde que un individuo le hizo una jugada de las buenas en los tiempos de Commorion. Algunos lo dan por fuera de juego, por lo que no creo que se trate de él. Las entidades conocidas como wendigos también están relacionadas con el frío, pero no suelen traer tormentas con ellos, más bien actúan en zonas donde el frío y la naturaleza reina. Creo que eso también los descarta. Quizás estemos ante otra cosa.

-No me lo digas... alguien ha invocado, tocado o leído algo que no debía. Deberíamos poner un cartel en la entrada de la ciudad... o qué diantres, que hubiera una ley que prohibiera directamente hacer esas cosas.

-No te voy a mentir, estoy bastante perdido, Seabury, pero si aquí hay alguien mejor que yo para estos temas, es Anna. Ella quizás sepa qué está sucediendo.

La puerta de la habitación de Anna Pickman sonó con los golpetazos de Seabury y Harvey. Ella abrió la puerta y se encontraron ante la imagen de una mujer cubierta por veinte capas de ropa.

-¿Se puede saber por qué hace tanto frío en esta ciudad? -preguntó.

-¡Mira qué casualidad! Eso íbamos a preguntarte a ti -le dijo Harvey.

-¿Y yo cómo voy a saber por qué hace frío? Ni que fuera la chica del tiempo de la tele -respondió Anna.

-Este no un frío natural, Anna -le dijo Seabury poniendo cara de misterio.

-Ya hemos descartado a primigenios y otras entidades conocidas, quizás tú puedas detectar el origen de esta tormenta y cómo pararla -dijo Harvey.

Anna se les quedó mirando fijamente.

-¿Eso quiere decir que me vais a hacer salir a la calle?

-Eh... no tiene por qué. Tú nos dices quién es el culpable y nosotros nos encargamos ¿no, Harvey?

-Claro, Seabury...

-Más os vale. Entrad.

Todos entraron en la habitación de la joven y se sentaron en los sillones para visitas que tenía Anna. Ella estuvo buscando entre sus libros de hechizos, cotejó la información de varios de ellos y escribió una serie de palabras en un papel. Después de esto, Anna se sentó en el centro de la habitación con las piernas cruzadas y cerró los ojos.

-Voy a saltar al plano astral, así que requiero un poco de concentración. Agradecería silencio.

Anna volvió a cerrar los ojos y comenzó a respirar con profundidad... ¡Y de repente sonó estridentemente la melodía de la serie Salvados por la Campana! Anna alzó la cabeza con furia y se encontró con Seabury silenciando como podía su teléfono móvil.
-Lo siento, lo siento... ya está en silencio, no hace falta que te enfades -dijo este después de guardar el aparato en el bolsillo.

Anna había estado a punto de entrar en modo supersaiyan, pero consiguió mantener la calma y volvió a relajarse. Harvey miró a Seabury con reproche y éste le hizo un gesto que quería decir que cómo iba a saber él que le iban a llamar en ese momento en concreto. Volvió a escucharse la respiración profunda de Anna y durante unos minutos todo fue silencio en la habitación, hasta que ella abrió los ojos de repente.

-Tenéis razón, esto no es una tormenta normal. En el centro de la ciudad hay un elemental de hielo y es él el que ha traído esta tormenta. -dijo Anna.

-¿Un elemental de hielo? Eso ha tenido que ser invocado por alguien -musitó Seabury.

-Necesitamos sí o sí ese dichoso cartel en la entrada de la ciudad -dijo Harvey. -Pero antes tenemos que enfrentarnos a ese ser.

-No... TENÉIS que enfrentaros a ese ser -dijo Anna con un énfasis superlativo mientras iba llevando poco a poco a los otros dos fuera de su habitación.

-Pero ¿cómo quieres que me enfrente yo sólo a un elemental de hielo? -le preguntó Harvey.

-Eres un sacerdote de Yog-Sothoth, no me jodas, arréglatelas con eso.

Y cerró la puerta en su cara. Seabury suspiró.

-Bueno... podía haber sido peor.

Los dos Pickman fueron bajando las escaleras hasta la entrada de la residencia. Por allí había algunos estudiantes helados de frío tomando chocolates, cafés y otras bebidas calientes. Aunque la calefacción estaba hasta los topes, el frío del exterior conseguía entrar dentro de las paredes.

 -¿Qué vamos a hacer? ¿Se te ocurre cómo detener a ese ser? -preguntó Seabury.

-Los elementales son seres muy poderosos mientras estén en su ambiente, y por mucho que diga Brian Danforth, lo de invocar a un primigenio rival raramente funciona, a menos que quieras arrasar la zona sin usar armamento nuclear. Siempre podemos usar un hechizo de expulsión, pero hay que saber como de poderoso es el elemental. Sin ser un primigeno no vamos a necesitar la ayuda  de alguien para vencer a este enemigo. Pero no me fío... será mejor que busquemos ayuda por si la cosa se va de las manos. Además, la magia no es tan fácil de hacer cuando pareces el capitán Scott. Necesitamos a alguien que se atreva a salir a la calle, no como Anna.

-Alguien que no tema enfrentarse a una tormenta de nieve...

-¡Eso es! -exclamó Harvey chasqueando los dedos. -Alguien que no le tema a una tormenta ¿no conocemos a unos cuantos dioses de la tormenta? Cualquiera de ellos puede ocuparse de esta amenaza.

-Brontes está en Dunwich ayudando a las welclones a arreglar un pequeño problema con unas termitas atómicas gigantes que estaban intentando devorar los alojamientos rurales, así que no está disponible ¿Quién más hay por aquí?

-¿Algún dios del trueno o de la tormenta por aquí? Hay uno que suele estar siempre por las tabernas de la ciudad. Quizás él sea la respuesta.


La puerta de The Milky Bar se abrió de golpe dejando entrar una oleada de copos de nieve y de aire frío que hizo que los camareros se escondieran debajo de la barra. En el local, que hasta hacía unos momentos había un agradable ambiente, sólo había un cliente... o más bien dos. Se trataba de un individuo de grandes dimensiones sentado en un apartado junto a un oso y con un montón de botellas de vodka vacías esparcidas por la mesa. Harvey y Seabury Pickman entraron en el bar, después de cerrar la puerta y se dirigieron al musculado individuo.

-¿Quienes sois vosotrrros? -preguntó el individuo.

-¿Pero no te acuerdas de nosotros? Somos Harvey  y Seabury Pickman -dijo Seabury.

-¿Y qué querrrreis de Perrrun? -preguntó

-¿Por qué habla de él en tercera persona? -le preguntó Seabury a Harvey en el oído.

-Porque ya está borracho como una cuba.

Seabury vio normal la respuesta y volvió a dirigirse al dios.

-Necesitamos tu ayuda, poderoso Perun. Hay un elemental de hielo haciendo estragos en la ciudad-dijo Seabury.

Misha, el oso que acompaña a Perun constantemente olisqueó a Seabury con curiosidad y después dirigió su atención a Perun.

-¿Y porrr qué iba Perrrun a querrrerrr ayudarrros -preguntó el dios.

-Porque te estamos ofreciendo un combate contra una criatura elemental en toda la potencia que ha conseguido de la oleada de frío. Una batalla digna de un dios como tú.

-¡Una batalla! ¡Habéis convencido a Perrrrun!

El dios eslavo se levantó de golpe, tirando la silla al suelo y comenzó a caminar hacia el exterior del local.

-¿Y quien va a pagar todas esas botellas? -preguntó uno de los camareros.

-Ya hablaremos de eso en otro momento -le dijo Seabury.


Un rato después, dos individuos vestidos como extras de Kurt Russell en La Cosa y otro musculoso y vestido con manga corta iban caminando hacia el centro de la ciudad de Arkham acompañados de un oso. Cuando llegaron al lugar, se encontraron ante el origen de la tormenta. El viento allí bailaba y hacía que la nieve danzara en formas extrañas y, en el centro del todo, había algo que parecía un conglomerado de hielo y nieve con vientos que pretendía tener forma antropomorfa. Harvey avanzó lentamente hacia la entidad y se apartó la cobertura de la boca.

-¡¿Quién te ha convocado aquí?! -exclamó.

-¿Convocar? -dijo una voz que surgía de todos los vientos de la zona. -He venido aquí porque me daba la gana.

Harvey volvió con los demás. Este no había sido invocado por ningún inútil de la ciudad. Putada, el ritual de expulsión tenía especificado en la letra pequeña con asterisco que sólo funciona con seres invocados. Al menos no tendrían que echarle la bronca a nadie. Bueno, al menos podía dejar el asunto en manos del dios y lavarse las manos de los posibles daños colaterales.

-Bueno, Perun ¿cual es tu estrategia para derrotar a este ser? -preguntó.

Cuando Harvey se giró al lugar donde hacía un momento estaba el dios de los truenos y la guerra, allí ya no había nadie. Perun estaba cabalgando como un trueno a los lomos de Misha en dirección al elemental de hielo, alzando el puño y lanzando gritos de batalla y, cuando llegó al centro de la tormenta, le dio un soberano sopapo que lanzó disparado al elemental de hielo, que se perdió por el horizonte. Una vez el ser desapareció de la ciudad, la tormenta se calmó en cuestión de segundos. Perun se volvió hacia ellos, todavía montado sobre Misha.

-A tomarrr porrr culo -dijo. -Esperrraba un combate en condiciones. Vamos a celebrrrrarrr nuestrrra victorrrria ¡Vamos Misha!

El oso se alzó sobre sus cuartos traseros y salió corriendo, seguramente hacia otro de los numerosos bares de la ciudad. Harvey y Seabury se quedaron estupefactos un buen rato.

-Ha sido más rápido de lo que esperaba -dijo finalmente Harvey.

-Eh, a caballo regalado no le mires el diente -respondió Seabury.

Fueron caminando hacia la residencia estudiantil de nuevo, dejando la nieve derritiéndose como si no hubiera habido ninguna nevada.

-Eso sí... me pregunto dónde habrá ido a parar el elemental.


Mientras tanto, en el bosque de N'Gai, el gran señor de los fuegos, Cthugha iba y venía buscando a su archienemigo, El Que Aúlla En La Oscuridad. Alguien le había vuelto a decir que estaba por allí, y pensaba aprovechar la ocasión. De repente, una especie de meteoro o bólido cruzó el cielo y se estrelló cerca de él. Parecía un montón de hielo, nieve, y furiosos vientos que comenzaba a tomar la forma de un ser difícilmente descriptible. Cuando el ser terminó de formarse se quedó mirando a Cthugha con sus varios ojos. Lo que vieron le dejaron, valga la redundancia, helado.

-Mierda -dijo el elemental de hielo.

Y ese día, Cthugha no encontró a El Que Aúlla En La Oscuridad, pero al menos se tomó un refresco bastante rico.

viernes, 20 de enero de 2017

El perfil de ElderGodBook

El temido momento había llegado. Kate finalmente había decidido sentarse delante de su ordenador y, asesorada por Brontes, estaba preparada para hacerse un perfil en ElderGodBook. Tal y como le había explicado el griego, ElderGodBook era una red social como tantas otras que existen, pero tenía una particularidad que la hacía única: el público al que iba dirigido. Esta red social había sido creada y diseñada por y para dioses, seres primigenios, criaturas sobrenaturales y demás entidades cósmicas e interdimensionales. Por ello, no era habitual que un humano se hiciera una cuenta en la misma. No es que no existieran algunos. De hecho, Harvey y Anna Pickman tenían perfil en ElderGodBook, al igual que Welcome y las Welclones. Otros sacerdotes de los Dioses Exteriores y los primigenios, así como poderosos hechiceros, también se habían registrado. Pero, en conjunto, representaban una minoría. Esto era debido en parte al público objetivo de la red social y en parte a la complejidad para localizarla y registrarse. Esta red estaba montada de manera que sólo aquellos que estuvieran capacitados para localizarla pudieran hacerlo. De lo contrario, si por casualidad daban con su dirección en la red, sólo encontrarían una página de error como si fuera una web fallida. Sin embargo, aquellos que por su naturaleza o por los conocimientos adquiridos estaban capacitados para acceder a la misma, acababan por hacerlo en un momento u otro. La red era muy antigua, sólo que había evolucionado con el paso del tiempo y se había actualizado. Al principio funcionaba sólo como una comunicación entre dioses y primigenios, dirigida por Nyarlathotep. Pero se fue ampliando. Comenzó a funcionar con los humanos y seres sobrenaturales a pequeña escala, con pequeños nódulos de comunicación a través de carta y otros medios de contacto sobrenatural. De hecho, se sospecha que esta fue la forma en que nació finalmente Byakhee Express. Con la aparición de los anuncios en los periódicos y otras publicaciones surgió un nuevo modo de entrar en contacto entre los miembros de la red y esta siguió ampliándose. También se introdujo en el telégrafo, la radio y el teléfono. Y, finalmente, Internet. Grupos de noticias, foros, y, actualmente, una red social completa. Pero, claro, no funcionaba como cualquier otra red. Brontes accedía a ella a través de su ordenador portátil, un trasto medio electrónico medio sobrenatural, de cubiertas rugosas y con unos rasgos faciales distorsionados y espeluznantes. Sin embargo, había formas de acceder a ElderGodBook desde un ordenador convencional. Se podían ejecutar una serie de hechizos y rituales, algunos un tanto desagradables, que incluirían dibujar símbolos extraños, usar velas goteantes, colgar un caimán disecado del techo, que Kate ejecutara una serie de movimientos cabalísticos desnuda, etc. Pero también estaba la forma fácil y menos espectacular: descargarse el ElderNavigator, un navegador web que incluía funciones de navegación segura a través de la red que dejaban el TOR y otros sistemas similares por los suelos. Por supuesto, se podía usar para acceder a webs con el dominio .onion y otras ocultas, pero la función principal era acceder a ElderGodBook y otras páginas de uso habitual por parte de los dioses, primigenios, etc. Por ello, Brontes se ocupó de instalar este programa en el ordenador de Kate.

Resultaba curioso ver al colosal dios griego, con el físico robusto y voluminoso de un armario ropero con las puertas abiertas, manejarse con soltura y velocidad con el ratón y el teclado de uso convencional. Pese a sus proporciones, Brontes no era torpe, sino que se movía con soltura, como había demostrado en múltiples ocasiones. Y la informática no suponía una barrera para él. Por ello, en un momento dejó instalado el programa y se dedicó a explicarle a Kate como usarlo. La joven se mostraba atenta y no parecía tener problemas para asimilar el funcionamiento del navegador. A fin de cuentas, le interesaba aprender para poder manejar su ordenador en condiciones. La verdad era que lo hacía sobretodo por su novia. Evangeline "Welcome" Parker era una mujer sorprendente y que estaba enamorada de Katherine, la cual le correspondía. Por su relación con los elementos sobrenaturales y extraños de Arkham y su pertenencia al equipo de dioses de operaciones especiales Alfa Strike Squad, Welcome había acabado por hacerse una cuenta en ElderGodBook para mantener el contacto con los demás miembros del mismo. Y había animado a Kate a hacer lo mismo. Aunque Kate también tenía que reconocer que le remordía la curiosidad por saber que decía su novia de ella en esa red social. Por lo que sabía, la dejaba muy bien, pero no podía evitar sentir la necesidad de echarle un ojo. A fin de cuentas, ella era curiosa.

De momento, todo iba bien. Brontes había instalado el navegador ElderNavigator y, tras una breve explicación de sus peculiaridades, pasó a introducir la dirección de ElderGodBook. Kate se esperaba cualquier cosa, por lo que al aparecer la pantalla de tonos morados y letras blancas bastante convencional quedó decepcionada por el anticlimax que supuso. Brontes, al ver la reacción de la chica, le explicó que la red social no era como las demás. Esta se adaptaba al medio por el que se accediera a ella y el usuario que pretendiera usarla. Así, abrió su siniestro y grimoso ordenador portatil y le enseñó como la veía él. Kate casi dio un salto de la sorpresa. Donde ella veía una entrada más bien convencional y algo sosa que recordaba a la de otra red social de nombre similar y bastante popular, en el ordenador de Brontes era algo completamente diferente. Los tonos se mantenían, pero la fuente era de caracteres griegos, los textos estaban en una mezcla de griego clásico y aklo, y los relámpagos cruzaban la pantalla iluminando extrañas figuras que parecían surgir de los diseños del día en que H.R. Giger estaba de mal humor y con indigestión. Ciertamente, el cambio era bastante drástico. Pasaron entonces al registro. Como ElderGodBook detectaba que estaba trabajando con un humano, todo parecía bastante normal. Los datos que pedía para crear un perfil eran comunes, aunque había algunas cosas que desconcertaron ligeramente a Kate. Cuestiones como si era sacerdotisa o adoradora de alguna deidad en concreto, si había sido iniciada en algún culto o si el Hombre Negro la había marcado en un aquelarre o había recibido la señal de la Cabra de Tres Cabezas la dejaron con la boca abierta sin saber por donde seguir. Brontes, acostumbrado a estas cuestiones, la fue asesorando. Tras acabar con todo el proceso, sólo quedaba elegir una foto para su perfil y el proceso de registro quedaría completado. Kate tenía varias fotos suyas que podía usar, pero ElderGodBook le daba la opción de hacerse una en ese momento. La joven pensó que no sería mala idea y decidió probarlo. Brontes, que no era un experto en fotos y la que tenía en el perfil no era muy edificante (parecía un hoplita heavy con un severo caso de estreñimiento), la dejó hacer. Conectó la webcam y la red le mostró la perspectiva de la cámara. Tras ajustarla y arreglarse un poco la ropa y el pelo, puso su mejor sonrisa y apretó el botón para tomar la foto. Como era de esperar, aquello no salió de forma convencional. Como si se tratara del flash de fósforo de una de las primeras cámaras de fotos, un estallido de luz llenó la pantalla y dejó durante unos segundos una imagen en negativo en los ojos de Kate, junto con su sombra a su espalda. Al mismo tiempo, resonó un trueno a un nivel de decibelios que normalmente se asocia con explosiones, onda expansiva incluida. El resultado fue que Kate, sorprendida y asustada, acabó a un par de metros de la silla con expresión de terror, mientras ElderGodBook registraba una foto de ella con todo el pelo de punta hacia atrás y una cara poco gratificante de susto y sorpresa.

Cuando Brontes logró que se recuperara de la impresión, la sentó de nuevo frente al ordenador. La joven, dispuesta a no experimentar más con el "jodido programa de fotos", como lo describió, optó por dejar esa foto y cambiarla después. Total, tampoco iba a pasar nada por dejarla ahí un momento. Así, con el proceso de registro finalizado, pudo acceder finalmente a la red social. ElderGodBook se mostraba de manera funcional y sencilla, sin aspavientos ni complicaciones innecesarias. Sin embargo, antes de hacer algo más, Brontes le recomendó que revisara las opciones de configuración. Tal y como le explicó el dios griego, ElderGodBook era una red de dioses y seres sobrenaturales. No tenía las restricciones de otras redes sociales. Una clasificación +18 era una minucia comparado con lo que podía llegar a encontrarse ahí. No había limitaciones para la sangre o el sexo. Y lo que algunos dioses o primigenios podían considerar normal era bastante escalofriante y desconcertante para un humano convencional. Por ello, antes de que a Kate le diera un pasmo viendo algo que realmente la asustara, le sugirió algunos ajustes para filtrar contenidos. Una vez realizados, lo más gordo que podía esperar encontrar era algún video y fotos de las orgías de N'kari y, tal vez, algún desnudo de profundos. O eso esperaba Brontes. ElderGodBook podía sorprenderte, a fin de cuentas, era prácticamente una entidad inteligente y consciente. Había quienes lo consideraban un avatar de Nyarlathotep, o, como mínimo, una especie de Inteligencia Artificial creada por el Mensajero de los Dioses. Así, el siguiente paso era comenzar a buscar contactos conocidos. Los Pickman, Welcome y las Welclones y los dioses de Alfa Strike eran parada obligada. Optó también, aunque sospechaba que probablemente se arrepintiera, por añadir a El que Legisla tras el Umbral. Mientras tanto, Brontes avisaba desde su ordenador y el móvil para que fueran aceptando las invitaciones de Kate. Le sorprendió encontrar un perfil del Gran y Poderoso E, pero, por curiosidad morbosa, envió la invitación. La foto de perfil era del trono, a la altura donde estaría la cara de una persona de estatura media.  Curioseando por ahí empezó a encontrar perfiles más bien raros. Además de algunos dioses y diosas que no conocía, dio con una serie de nombres agrupados como contactos de El que Legisla tras el Umbral: Ahtu, Aquel que se retuerce, La Cosa de la Máscara Amarilla, Demonio Oscuro, El que Aulla en la Oscuridad, El que Comenta en la Oscuridad, Faraón Negro, Hombre Astado, etc. Al preguntar a Brontes, este le explico que eran los avatares de Nyarlathotep. El Caos Reptante se había creado un perfil para cada una de sus máscaras, y, como según se decía, tenía un millar, así estaban.

Kate se iba familiarizando con la red social. A fin de cuentas, resultaba bastante intuitiva. Hay que tener en cuenta que, a lo largo de la historia, habían surgido dioses más tontos que un ladrillo, además de que no todas las entidades sobrenaturales y seres primigenios eran particularmente inteligentes. Por ello, no le costó mucho hacerse con el funcionamiento de esta. Las opciones de configuración parecían ser lo más raro, pero había que tener en cuenta que ahí podías encontrar de todo y, a fin de cuentas, los usuarios de ElderGodBook eran muy variopintos. Una vez repasado lo básico, se puso a cambiar su foto y darle los últimos retoques a su perfil cuando de repente empezó a recibir una oleada de notificaciones. Por suerte, tan sólo se trataba de las aceptaciones de sus solicitudes de contacto. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, cuando pensaba que lo peor ya había pasado, apareció una nueva oleada de notificaciones. Kate, confusa y sospechando algo, se dio cuenta de que eran referidas a su foto de perfil, ya que poco más había hecho. Con inquietud, desplazó el ratón dispuesta a ver que había pasado.

Diez minutos más tarde, Anna Pickman llegaba al piso de estudiantes donde vivía Kate. Por suerte para Brontes, que la había avisado, no andaba muy lejos y tenía posibilidad de acercarse. Al entrar, interrogó al griego sobre la urgencia de su llamada:

-¿Qué pasa? Me has hecho venir corriendo y sin explicarme nada. ¿Le ha pasado algo a Kate?

-Bueno, algo así. Ya sabes que le tenía que enseñar a manejar ElderGodBook, y todo iba bien al principio. La he ayudado a crear su perfil, le he ajustado la configuración y explicado el funcionamiento básico. Hasta ahí todo bien. El problema ha venido después -explicó el dios.

-¿Otra vez Dagón e Hidra han colgado un video porno y lo ha visto ella por casualidad?

Brontes no pudo reprimir un estremecimiento. Ver a dos profundos gigantes comportándose como personajes de una película para adultos era bastante escalofriante.

-No -respondió-, por suerte no ha sido nada de eso. Pero creo que Kate ha quedado algo conmocionada y le vendrá bien algo de compañia femenina que no quiera tirársela.

La cara de Anna era todo un poema, pero de esos que parecen escritos por un poeta romántico decadente tras haberse pasado a los alucinógenos más potentes. Brontes siguió hablando:

-Verás, cuando las welclones y N'kari han aceptado su invitación de contacto, se han dedicado a comentar su foto de perfil. No es que fuera una foto particularmente espléndida, era bastante normal. Y Kate es guapa, aunque sin destacar demasiado. La cosa es que, las clones se han emocionado, y N'kari, que también le tiene aprecio a la chica y estaba con el ánimo exaltado, han empezado a piropearla y tal.

-No veo el problema -dijo Anna-, Kate ya sabe que las welclones están locas por ella y la quieren y, que yo sepa, también ha compartido cama con N'kari y ya sabe como es la diosa... Pero me da que la cosa no se quedó ahí, ¿verdad?

-Eeeehhh.... pues no. Se generó un efecto cascada y la pobre ha quedado conmocionada al tener a las welclones, N'kari, Welcome, y... bueno, unas cuantas diosas más de atribuciones más bien especializadas se han emocionado y se han unido al lío...

-¿Y estamos hablando exactamente de que atribuciones y de que diosas? -preguntó con aire de sospecha Anna.

-Principalmente atribuciones del amor y otros asuntos relacionados. Y hablamos de Isis, Afrodita, Ishtar, Cibeles, incluso la diosa maya Ixchel se ha interesado en ella... Como comprenderás, no es fácil para una joven en edad de crecer que hace relativamente poco que está experimentando y disfrutando de su sexualidad se vea tan deseada por divinidades. No creo que haga falta que te recuerde lo que pasaba en Grecia en mis tiempos...

Anna torció el gesto. A fin de cuentas era un día más en Arkham, y mientras Harvey se encargaba de una invasión de turistas alienígenas octopoides de la Octava Dimensión, ella bien podía tomarse un descanso y darle un poco de apoyo y solidaridad femenina a Kate. La joven lo agradecería. Brontes, viendo solucionado el asunto, recogió su portatil y se fue a ver que oportunidades le ofrecía Arkham ese día. Quien sabe, igual los turistas alienígenas octopoides de la Octava Dimensión eran comestibles y todo.

viernes, 13 de enero de 2017

El becario vs El Gran y Poderoso E

La Fundación Wilmarth llevaba un tiempo bastante nerviosa. Intuían la presencia de algún tipo de nueva actividad de criaturas o dioses del ciclo de Cthulhu en la ciudad de Arkham, algo que no se mostraba a lo bestia, como deberían hacer los monstruos gigantes y las criaturas malvadas, por lo que  dentro del grupo comenzó a correr la idea de rastrear las zonas de actividad habituales dentro de la ciudad. La idea finalmente se llevó a discusión y se llegó a la conclusión de que varios grupos realizaran esta misión. Así, Arkham estaría bien protegida ante la aparición de esa o esas entidades que sospechaban que estaban pululando por allí. Los más aguerridos miembros del grupo fueron puestos en posiciones estratégicas de la ciudad. El becario acabó yendo a la residencia estudiantil La Llave y La Puerta.

El becario, cargado con su mochila llena de sus instrumentos de lucha contra criaturas malvadas (una piedra con el símbolo arcano, y un tirachinas con versiones más pequeñas de dicha piedra), se plantó ante la entrada de la residencia estudiantil ante la que más actividad habían detectado. Sabían que allí habían pasado varias cosas extrañas, y él mismo se enfrentó contra una terrible araña monstruosa del tamaño de un ser humano. Era un lugar lógico desde el que entrara una criatura del ciclo de Cthulhu. Si él era el que detenía al ser, quizás pudiera ascender en la fundación y ser un agente de pleno derecho. A partir de ahí, podría ir a misiones más importantes como dedicarse a tirarle explosivos a criaturas que no se tomaban nada bien ese tipo de ataques y esas otras cosas que solían hacer en la Fundación.

El frío invernal hacía que su cuerpo le pidiera entrar inmediatamente, ya que dentro habría calefacción, pero antes prefería echar un vistazo al terreno, en busca de algo que pudiera indicar cualquier tipo de actividad extraña. Con esto en mente, se escondió (bastante mal, se le veía desde cualquier sitio) en una esquina del edificio y comenzó a observar con atención. Cuando llegó el momento que no se sentía los dedos de las manos y los dientes le castañeaban más que la batería de un grupo de black metal, decidió que era hora de entrar dentro del edificio.

El calor recibió al becario con una agradable bienvenida, después de cerrar las puertas que llevaban al interior del edificio. Tardó unos segundos en conseguir que su cuerpo volviera a activarse y, tras asegurarse que ya estaba a tono, comenzó a observar con sospecha a todo lo que tenía a la vista. Fue moviéndose entre los muebles de puntillas, haciéndose el distraído, tropezándose varias veces con algo o alguien. Lo que se dice hacer todo lo posible excepto no pasar desapercibido. Algunos de los estudiantes que estaban en la planta baja observaban extrañados al becario, preguntándose qué hacía ese tipo tan raro, pero dejaban de prestarle atención en cuanto veían que era sólo un chalado más de los habituales por la zona. 

Después de un rato de investigación concienzuda y observación detenida escondido detrás de un sofá, el becario se dio cuenta de algo que destacaba entre los residentes de aquel lugar. Normalmente veía alumnos vestidos de cualquier forma, a la moda, queriendo parecer intelectuales, algún que otro punkarra trasnochado, o simplemente con ropas normales y corrientes... pero había un grupo que destacaba sobre todos los demás. Un grupo de individuos que vestían túnicas. Las túnicas, como buen miembro de la Fundación Wilmarth sabía, eran la indumentaria habitual de los adoradores de las DCC (Deidades del Ciclo de Cthulhu). Las usaban para sus malvados intereses, para invocar a sus terribles dioses y practicar toda clase de maldades contra el resto de la humanidad, todo con el objetivo de conseguir poder propio, por supuesto. Era gente a enfrentar, y no sólo eso, le ayudarían a descubrir a la entidad que se estaba manifestando. 

El becario siguió a uno de los malvados sectarios escondiéndose detrás de cada esquina que encontraba hasta que lo vio reuniéndose con otro de su calaña. Escuchó la conversación que tuvieron y no pudo evitar un escalofrío. Sus sospechas eran correctas, se trataba de un culto maléfico. Estaban hablando de realizar una serie de cánticos y rituales para su innombrable dios, cosa que harían en un rato en uno de los pisos superiores. El becario supuso que esos cánticos y ritos implicarían la aparición del ser que adoraban, así que podía hacer uso de su piedra con el símbolo arcano para expulsarlo de esta dimensión y librar a Arkham de una nueva amenaza. El resto de miembros de la Fundación estarían muy contentos cuando supieran que había detenido a un culto entero intentando invocar a un monstruo de otra dimensión. 

Cuando los malvados sectarios dejaron de tomar el refrigerio del que estaban disfrutando y se dirigieron a los pisos superiores de la residencia, el becario los siguió de puntillas y preparándose por si le detectaban. Los sectarios que adoraban a las DCC eran poderosos hechiceros y podían usar poderes más allá de lo humano gracias a su contacto con seres de otras dimensiones, él debía ser prudente si no quería terminar siendo víctima de un hechizo.

El becario se percató de que, de vez en cuando, se cruzaban con otros miembros de su aborrecible culto y, cuando lo hacían, realizaban un cabalístico saludo acompañado de un sonido musical parecido a una E. Debía ser un saludo secreto, aunque no lograba comprender para qué necesitaban un saludo secreto unos tipos que vestían de sectario a la vista de todo el mundo. Quizás, cuando subiera de nivel dentro de la Fundación Wilmarth, le explicaran por qué los adoradores de los innominados dioses de más allá del universo se comportaban así, aunque suponía que sus mentes trastornadas les llevaban a realizar esos actos tan incomprensibles.

Después de un rato siguiendo a los sectarios que había detectado en la planta baja, consiguió descubrir el lugar en el que realizarían su maléfico rito. Quizás implicaría algún sacrificio, así que debería prepararse para una misión de rescate de algún pobre incauto, o de algún animalillo. Los adoradores de las DCC solían sacrificar humanos o animales a sus horribles señores para que les concedieran poder y atención. No podía entender cómo podía haber gente así, que traicionaba a sus propios compañeros de especie para servir a unos seres cuyo objetivo era arrebatar el mundo a la humanidad y destruir todo lo que esta había construido. Pero eso no importaba, él los detendría, evitaría la invocación, el rito, todo lo que tuvieran en mente, y si podía, incluso desmantelaría el culto... o como mínimo informaría a los demás de que éste existía.

El becario fue avanzando decidido a los sectarios cuando, de repente, alguien le llamó la atención con aspavientos.

-¡Tú! ¡Eres uno de ellos! -exclamó el individuo. Se trataba de alguien de treintaytantos con pinta de quedarse hasta las tantas delante de una pantalla del ordenador.

-¿Disculpe? Estoy ocupado -le respondió el becario.

-Eres de esa fundación... La Fundación Wilmarth... esos que investigan presencias alienígenas en nuestro planeta y tratan de ocultarlo a la vista de la gente -dijo el individuo aceleradamente.

-¿Cómo... cómo lo has sabido? -preguntó el becario. Estando en una misión de infiltración y seguimiento de una secta se había escondido bastante bien.

-Llevas una camiseta con el logo de la fundación -respondió el otro señalándole al torso.

 El becario se miró la camiseta... la llevaba casi todos los días. Pero daba igual, tenía que quitarse de en medio a ese tipo y conseguir su objetivo.

-¿Qué tratas de hacer? ¿eh? ¿Habéis encontrado algún alienígena? ¿Piensas ocultarlo?  Que sepas que aquí hay alguien que sabe la verdad, alguien que conoce vuestras intenciones ¡¡¡Lo contaré en mi blog!!! Pienso hacerte una foto y que todo el mundo sepa que formas parte de una conspiración para ocultar la presencia de seres extraterrestres.

El becario intentaba avanzar, pero el otro tipo no hacía más que ponerse delante insistiendo con sus argumentos extraños. Dedujo, finalmente, que había sido manipulado mentalmente por los hechiceros de la secta para evitar que él desbaratara sus planes. Tenía que evadir a ese individuo cuanto antes.

-¡No te hagas el loco! -decía el individuo sacando el móvil e intentando fotografiar al becario -Si hay algún ser extraterrestre aquí debo saberlo. Todos deben saberlo. El mundo debe despertar y saber la verdad que gente como tú trata de ocultar.

Ahora, cuando ya había conseguido sacarle la foto, se había apartado y le dejaba seguir su camino, pero él iba detrás soltando todo su discurso. De repente el becario se dio cuenta de que, con  la fotografía en su poder, ese tipo podía darle poderes a los sectarios sobre su persona. Se detuvo.

-Borra mi foto. Esos sectarios te están controlando. Nosotros luchamos contra las fuerzas del mal. -decía el becario sin dejar de caminar.

-Sí, claro, como que ya la estoy subiendo a mi blog -respondió el otro tecleando en su móvil.

Era demasiado tarde... y lo que era peor, si perdía el tiempo intentando convencer a ese tipo, llegaría tarde al ritual. Debía arriesgar su vida y dejar que ese tipo tuviera su foto para poder lanzarle hechizos si quería detener a los sectarios. Era algo que el resto de miembros de la Fundación verían loable. Estaba sacrificándose para evitar un ritual maléfico.

El becario salió corriendo mientras el otro individuo seguía tecleando en su móvil, siguiendo la dirección que habían tomado los sectarios, y cuando cruzó una esquina se encontró con un pasillo recién fregado con un cartel que rezaba SUELO MOJADO. NO PISAR. ¿Sería una estrategia de los cultistas? Si lo era, se trataba de una estrategia bastante insulsa, pues a él poco le importaba pisar un suelo mojado si con ello conseguía evitar el ritual.

El becario cruzó corriendo el pasillo mojado y, de repente, una sirena comenzó a sonar por todas partes. Se detuvo tapándose los oídos para evitar el molesto ruido... y escuchó algo que se acercaba. Sonaba como las patas de un insecto gigante, un insecto o algún otro tipo de ser quitinoso. Sonaba detrás de él. Con una gota de sudor cayéndole por la frente, el becario se giró y se encontró con la criatura que estaba haciendo esos sonidos. ¡¡¡Era la araña gigante con la que se enfrentó la otra vez que fue a esta residencia!!!

-¡Me voy a cagar en tó lo que se menea! -exclamó el innominable ser con su boca inhumana. -¿Es que no sabes leer que el suelo está mojado? Ahora me lo has dejado todo lleno de huellas...

El becario dio varios pasos hacia atrás mientras con sus manos abría la mochila.

-No te acerques, ser infecto. Tengo símbolos arcanos y soy peligroso -decía intentando controlar los nervios.

-¡¿Mira?! Y encima me insulta -dijo el monstruoso ser.

El becario sacó el tirachinas y varias piedrecillas con el símbolo arcano y cargó el arma.

-Detente o dispararé.

-A que te meto un fregonazo -fue la respuesta de la araña monstruosa.

-No me has dejado otra alternativa -dijo el becario. Tensó el tirachinas y comenzó a lanzarle piedras al monstruo.

-¡Ay! ¡Ou! ¡¿Pero qué haces tirándome piedras?! ¡¡¡Te vas a enterar!!!

La monstruosa araña sacó de algún lugar dos instrumentos que parecían fregonas, pero tenían filo y comenzó a correr hacia el becario con sus ocho patas. Él lanzó un alarido y salió corriendo en dirección contrario con todas las fuerzas que pudo. El monstruo parecía más rápido y estaba a punto de alcanzarlo, pero él esquivaba como podía los golpes que le lanzaba. Mientras huía, preguntándose por qué el símbolo arcano no afectaba a esa criatura, vio la puerta de la habitación donde los sectarios habían dicho que llevarían a cabo el ritual. Una vez más tuvo que pensar rápido y corrió hacia allí, perseguido por el monstruo. Conseguiría evitar el ritual, no importaba si le alcanzaba la araña monstruosa. Llegó hasta la puerta, sin frenar, y empujó con todas sus fuerzas con el hombro, irrumpiendo en el interior.

Dentro de la habitación había un grupo de sectarios rodeando un extraño trono y realizaban cánticos que consistían en distintos tonos de la vocal E de manera musical. El becario supuso que la DCC aparecería en el trono, así que, antes de que los sectarios pudieran detenerle o que le alcanzara la araña, sacó de la mochila la piedra sagrada con el símbolo arcano y la lanzó con fuerza al trono.

-¡Tomad esto! -exclamó el becario.

La piedra con el símbolo arcano alcanzó el trono, rebotó con demasiada fuerza y fue directa a la cabeza del becario, que cayó inconsciente en cuanto esta le golpeó.

Los miembros del culto de El Gran y Poderoso E se quedaron extrañados al indiviuo aquel. No entendían qué había pasado. Un momento después, Araknek, un miembro del staff de la residencia llegó y se encontró al hombre en el suelo.

-No sabemos quién es, pero ha venido y le ha tirado una piedra a El Gran y Poderoso E -dijo uno de los cultistas. -Nuestro poderoso señor le ha respondido con la misma moneda, pero esperamos que no esté muy herido.

Araknek echó un vistazo al becario inconsciente.

-Nah, sólo tiene un chichón. Con suerte, cuando se despierte no se acordará de nada.

Araknek recogió al becario del suelo y se lo echó encima. Le habría gustado darle una buena paliza, pero ya se había llevado su merecido. Cerró la puerta de la habitación del grupo de cultistas esos  tan raros y se dirigió a recepción para dejar allí al becario. Con suerte no volvería a venir a armar escándalo a la residencia. Y si se le ocurría, allí estaría ella para recibirle.

jueves, 5 de enero de 2017

Los futuros alternativos de La Llave y la Puerta

En La Llave y la Puerta, las aventuras y vivencias de sus protagonistas les han llevado en ocasiones a encontrarse con situaciones provocadas por entidades procedentes de otras dimensiones, lugares y tiempos. A causa de esto, se han dado situaciones bastante extrañas en las que algunos de los personajes han tenido atisbos de lo que puede pasarles en el futuro o han descubierto lineas temporales bastante extrañas. Así, a lo largo de la historia de La Llave y la Puerta, los Pickman y demás personal  de la Residencia así como estudiantes y habitantes de Arkham han descubierto estos futuros alternativos, los cuales todavía pueden llegar a suceder... o no.
  • El Triunfo del Comunismo PostHumano: Este futuro sumamente lejano está caracterizado por ser el originario del Equipo Exile de la Unión de Tribus Socialistas Morlock (UTSM). Habitado por una raza troglodita similar a los morlocks que describe H.G. Wells en "La máquina del tiempo", Se trata de una línea temporal en el que la humanidad se ha extinguido dejando en su lugar a una nueva especie que ha evolucionado del homo sapiens y que domina el mundo. Como particularidad, esta nueva raza ha logrado desarrollar una sociedad comunista casi utópica. Los morlocks usan vehículos ligeros y de pequeño tamaño: motos, ciclomotores, quads, bicicletas, vespas, utilitarios, etc. Debido a su talento para la mecánica, los modifican y les añaden placas de blindaje, asientos extras, motores trucados, pinchos, y otros accesorios. A causa de esto, tanto su ropa (que suele ser escasa o adaptada de uniformes soviéticos), como sus vehículos, les dan aspecto de haber salido de la versión lisérgica de una película de acción post-apocalíptica. Cuando van a participar en una campaña, como el asalto a BioGen en Dunwich, suelen utilizar versiones personalizadas de uniformes militares soviéticos.
  • El Lacerto-Reich de Un Millar de Años: Esta línea temporal alternativa podría considerarse más bien un mundo paralelo en el que la evolución ha provocado que la especie dominante sean los reptilianos. Estos han acabado por regirse mediante un sistema político nacionalsocialista con el que dominan su mundo bajo escamoso puño de acero. Sin embargo, no se contentan con el control de su mundo. Son los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro. Han desarrollado una tecnología crono-dimensional que les permite viajar entre dimensiones y en el tiempo. Su obsesión es encontrar la Tierra Hueca, donde podrán tener un Reich eterno. De esta forma, llegaron a contactar con los morlocks comunistas, que lograron copiar su tecnología y han acabado en Arkham. Los RNLO utilizan uniformes y rangos del ejército alemán durante la II Guerra Mundial con un esquema de color grisáceo, insignias de serpientes y las esvásticas nazis como tonos para sus uniformes y vehículos.
  • El Futuro Chalado de los Equidnas Cyborg: Se trata de un futuro alternativo de carácter distópico (nadie viene de un futuro alternativo utópico) en el que, tras un atentado contra un político en campaña, se crea un ejército de equidnas cyborg que acaban por conquistar el mundo. En este futuro, Brontes ha desaparecido, Summanus murió en combate y Evangeline "Welcome" Parker es una líder de la resistencia y tiene un brazo cibernético. Para tratar de impedirlo, Robert realizó un viaje psíquico en el tiempo para poseer a su versión de la actualidad. Al mismo tiempo, un equidna cibernético hizo lo mismo para detener a Robert e incitar a los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro a cometer el atentado. Con la intervención de Welcome, dirigiendo un equipo de intervención improvisado, lograron impedirlo.
  • La Idiocracia y el Día de la Serpiente: En este futuro alternativo, los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro lograron tener éxito con uno de sus planes de conquista mundial. Lo que hicieron verter cajas y cajas de aspirinas en el suministro de agua, que, según sus absurdos planes, ayudarían a evitar los masivos daños cerebrovasculares producidos por un progresivo incremento en la programación televisiva de contenidos cada vez más estúpidos, combinados con el ascenso de políticos cada vez más estúpidos de extrema derecha. De esta manera, se produjo el ascenso de una idiocracia  que cayó fácilmente bajo el dominio de los RNLO. Tan sólo Arkham resistía al invasor reptiliano cual aldea gala. Odin lideraba las cargas contra las oleadas de reptilianos que intentaban conquistarlos y Katherine "Bogatyr" Ashford es la segunda al mando de la Resistencia. El EldritchBurguer es el cuartel general de los rebeldes. Un combinado de morlocks e intelectuales de la Miskatonic lograron capturar un Ritter Mk VI, al que llamaron Ribbentrop-Mólotov. Este es un modelo más avanzado de las armaduras potenciadas Ritter de los RNLO, convertido en robot de combate con inteligencia artificial. Reprogramado, fue enviado al pasado para impedir el plan de los reptilianos.