domingo, 27 de mayo de 2018

Crisis of Infinity Kates (parte 8): La Batalla por las Kates Infinitas

Tal y como habían dicho los Lacertoninja Nazis, se había congregado un ejército en el exterior. El edificio de La Llave y la Puerta y parte del campus universitario habíado invadido por un ejército combinado de Reptilianos Nazis del Lado Oscuro autóctonos, Reptilianos Nazis del Lado Oscuro de otras panzerdivision ajenas, tropas de infantería de Omicron Scorpions y armaduras clase Annihilator. Ciertamente el despliegue militar era ostentoso, abundante y letal. Pero algo así tenía que llamar la atención indefectiblemente. Incluso en Arkham no era normal que un ejercito apareciera así como si nada y sometiera a asedio un edificio de la ciudad. Mientras las Kates y Brontes trataban de asumir la situación y se preparaban para el combate, en la recepción de la residencia, los hechos no habían quedado sin respuesta. El que Legisla tras el Umbral se había vestido con sus ropas de combate: una camiseta blanca de tirantes, pantalón militar de campaña, botas militares y una cinta roja en la cabeza. Se había armado con cuatro fusiles AK-74 y estaba preparado tras las trincheras que habían instalado rápidamente. A su derecha, Summanus, ataviado con uniforme de combate dinosauroide, llevaba un fusil eléctrico, basado en la tecnología yithiana, capaz de freír a un reptiliano con una buena descarga. A la izquierda del abogado, Araknek y Pequeña T’Auin estaban dispuestas a participar en la lucha. La araña llevaba dos escobas de combate y tanto ella como la tortuga se habían puesto cascos militares. Tras ellos, revisando los últimos pasos del protocolo defensivo de La Llave y la Puerta, Harvey Pickman sujetaba con fuerza en su mano una clava con la cabeza forrada de metal con extraños símbolos grabados sobre la misma que se ha fabricado aprovechando los dones del Dios Exterior. Esta arma, de diseño aparentemente tosco, poseía los mismos poderes que la espada Ouroboros cuando la empuñaba Welcome.

No se podía permitir una batalla campal dentro de la ciudad, ya que si se repetían los hechos del Mad Arkham of Battlecraft, el alcalde Rice iba a tener algo más que palabras con los Pickman. Además del problema que suponía para la ciudad la reconstrucción y la innecesaria atención que atraería. Por ello, cuando las Kates, Welcome y Brontes subieron se encontraron a Harvey repasando un mapa de Massachussetts y un mapa de la región de Dunwich. La batalla debería librarse en otro lugar y, el mejor, por su ubicación y simbolismo, era el valle superior del Miskatonic, en concreto la zona en donde se asentaron los laboratorios de Biogen. Así lograrían minimizar los daños en la ciudad. Además, podrían contar con el apoyo de las welclones. Esa iba a ser la mayor batalla desde que La Llave y la Puerta iniciara su andadura. Por ello, tras determinar el punto exacto en donde tenían que reunirse, dio instrucciones a Welcome para que se desplazara a la base morlock y condujera al ejercito morlock hacia aquel lugar usando ouroboros. Afortunadamente, Ashley Johnson y su equipo Tiamat seguían por la zona, realizando más maniobras. Tan sólo faltaba contar con la presencia de Alfa Strike, pero los dioses estaban ocupados con diferentes asuntos, por lo que sólo podían contar con la presencia de Tiamat, aunque la diosa probablemente se quedaría como espectadora para disfrutar del espectáculo. A fin de cuentas, se trataba de una diosa del Caos, y, como tal, disfrutaría del espectáculo de la batalla. Al menos Nyarlathotep no estaba por la región. Lo último que sabían era que estaba al otro lado del Atlántico, en España, disfrutando como un enano de la situación de la política en aquel país. Tan sólo quedaba saber que iban a hacer con Robert, pero Anna podía ocuparse de él, aunque ya se lo cobraría a Harvey.

Así pues, con todo organizado, sólo quedaba desplazarse. Lo que Harvey pretendía hacer no iba a ser fácil, y requería utilizar una combinación de hechizos y la magia de su clava, ya que no podía limitarse a crear un portal y hacer que todos los enemigos lo cruzaran sin más. Por ello, había decidido utilizar un recurso que le iba a dejar agotado y con las reservas de poder muy bajas, pero serviría: se trataba de potenciar el poder de su clava para canalizarlo de manera que teleportara a todos lo que hubiera en una zona determinada. Muchos hechizos requerían largos rituales y complicados procesos, sacrificios e ingredientes extraños, curiosos o macabros, pero este que quería realizar sólo necesitaba poder en bruto y repetir una frase como si se tratara de un mantra. Harvey se habría provisto para ello con diversos artefactos que utilizaba como baterías de poder para alimentar sus hechizos. Siempre llevaba alguno encima y tenía algunos a mano en su vivienda y su despacho en La Llave y la Puerta. Por ello, pertrechado y preparado, se concentró en ejecutar el hechizo.

Un estallido de luz más tarde, los ejércitos combinados de reptilianos y Omicron Scorpions se encontraron repentinamente sobre la suave ladera de Dunwich. Frente a ellos… una sorprendida oveja los miró con estupidez ovina y siguió a lo suyo, mordisqueando la hierba. Tras unos minutos de confusión y determinación de su ubicación, se percataron de que habían sido teleportados de alguna manera hasta el lugar donde, en su línea temporal, se encontraban las instalaciones de BioGen. Pero allí sólo encontraron un montón de ruinas devoradas por la vegetación y una especie de comuna hippie no demasiado lejos. Las tropas, lideradas por la malvada Katherine Ashford alternativa, que pilotaba una armadura Annihilator, se encaminaron hacia el pueblo de Dunwich. Tal vez así lograrían sacar a la luz a sus adversarios y así poner fin a aquello. Una vez aniquiladas las Kates rescatadas de la línea temporal y la Kate Ashford de ese continuo, podrían rescatar a Ashley Johnson y seguir con su labor.

Pero, cuando comenzaron a avanzar, vieron como a media distancia, apareció a través de un enorme portal un ejército móvil de aspecto destartalado, como recién sacado de una chatarreria y preparado para ser usado en una película australiana postapocalíptica. Se trataba del ejercito morlock comunista, las tropas en pleno del Equipo Exile. Con ellas iban Harvey, Summanus, El que Legisla, Brontes, Arkanek, Pequeña T’Auin, las Kates, Delta Wave Welcome y Brontes, todos ellos en el camión máquina del tiempo de Yekaterina.

Con Harvey agotado, el mando recaía sobre Welcome y Sojat, el líder morlock, acostumbrado a dirigir a las tropas en todo tipo de acciones. Pero esto iba a ser diferente a todo lo que habían vivido hasta el momento. Con todos los vehículos preparados, los motores rugían, aguardando el momento de entrar en acción. Tan sólo las welclones y el Equipo Tiamat de Ashley Johnson no habían aparecido todavía. Pero llegarían. No se perderían una oportunidad semejante. Mientras tanto, los morlocks iniciarían el ataque. Con los motores rugiendo (no es que usaran motores de combustión interna, la tecnología morlock los había dejado atrás, pero el sonido era impactante y ayudaba a crear ambiente), el ejército movil posthumano se lanzó a la carga cual horda barbara roja dispuestos a derrotar a sus enemigos: los invasores fascistas lacertonazis y sus aliados neoliberales capitalistas de Omicron Scorpions. Junto a ellos, de ideologías diversas, se encontraban las Kates y Brontes. El griego había participado en otras confrontaciones similares, ya desde sus tiempos clásicos y en la actualidad, principalmente en las acciones de Alfa Strike. Para las mujeres desplazadas en la línea temporal y Katherine Ashford aquello era algo más que una simple contienda, pues estaba en juego su continuidad en la existencia, por ello, no habían dudado en unirse a la lucha. Sin embargo, mientras se iniciaba la carga motorizada morlock, Yekaterina guió su camión máquina del tiempo hacia otra dirección. Si eso era la lucha definitiva por la continuidad del linaje genético y familiar de las Kates, necesitarían más refuerzos, y a por ellos iban.

El primer choque de fuerzas fue brutal y sin contemplaciones. No se daba ni se pedía cuartel, y los morlocks, habituados a las tácticas de movilidad y combate relámpago, causaban estragos entre las filas reptilianas y las tropas de Omicron Scorpions. Ya que los RNLO sólo habían llevado infantería, el armamento pesado de los morlocks iba dirigido hacia las armaduras de combate de la corporación, ya que eran, sin duda, las más peligrosas. Aquellos exoesqueletos de modelo Annihilator eran mucho más duros que los Acorazado y GodHunter y sus disparos eran los más efectivos y dañinos cuando lograban alcanzar a las tropas morlock. Gracias a ellos, la batalla estaba muy igualada. Pero los morlocks no se rendían fácilmente y sabían como aprovechar el terreno a su favor. Por otro lado, los conductores morlock, cuando uno de sus vehículos era derribado y lograban salir con vida y con todas sus partes relativamente intactas, se hacían con las herramientas que siempre llevaban encima y se lanzaban contra los objetivos mecanizados enemigos. Y es que los conductores morlocks eran también los mecánicos e ingenieros del Equipo Exile de la Unión de Tribus Socialistas Morlock, y se tomaban bastante a mal que destruyeran sus vehículos. Así pues, con ansias destructivas, trataban de inutilizar con explosivos o como fuera las armaduras de combate.

En muy poco tiempo el combate se había vuelto tan intenso que era muy difícil pronosticar que bando se alzaría con la victoria. Los morlocks, pese a su valor y sus tácticas, estaban sufriendo un duro castigo por parte de las Annihilator, pero cada baja de los posthumanos comunistas costaba muy cara para sus adversarios. Pero la situación no tardaría en volverse más caótica cuando hicieron su aparición los refuerzos de los morlocks: El equipo Tiamat, con sus armaduras clase GodHunter, representaba el máximo nivel tecnológico, armamentístico y humano de Omicron Scorpions en cuanto a equipamiento para el ejército moderno. Sus pilotos habían sido especialmente seleccionadas por sus habilidades y habían recibido un entrenamiento muy duro para sacar el máximo potencial de los exoesqueletos blindados más poderosos que tenía la corporación, diseñados para poder enfrentarse mano a mano con un dios. El hecho de que las armaduras estuvieran pintadas con el esquema de colores de los Power Rangers había sido producto de un lamentable incidente mágico un par de semanas antes allí en Dunwich. Pero eso no restaba que hubieran hecho una entrada triunfal. Cierto es que esto se debía principalmente al hecho de que Tiamat, la diosa sumeria del Caos, a la que le agradaba que el escuadrón de GodHunters de Ashley Johnson recibiera su nombre, se había ocupado de crear un portal para que llegaran al campo de batalla lo más rápido posible. Que, junto con el portal, creara un espectáculo de fuegos artificiales para anunciar su llegada, era algo accesorio y no demasiado útil. Pero no fueron estos los únicos refuerzos que recibieron los morlocks. Mientras las pilotos del Equipo Tiamat se unían a la lucha, hicieron su aparición los refuerzos aéreos: Varios escuadrones de cacodemonios, unos seres procedentes de una dimensión demoníaca que comulgaban con los ideales marxistas morlocks y que habían acabado por unir sus fuerzas al Equipo Exile, llegaron sobrevolando el campo de batalla y disparando bolas de plasma sobre sus adversarios. Tras la primera pasada, hicieron una segunda en la que dejaron caer a las welclones, que habían viajado hasta allí montadas sobre ellos. Esto, definitivamente, supuso un cambio importante en el desarrollo de la batalla. Que te bombardeen con plasma y con mozas mutantes absurdamente sexis era algo capaz de desconcertar a cualquiera. Y cuando las susodichas mozas eran capaces de escupir ácido o veneno, lanzar devastadores ataques sónicos, soltar poderosas descargas eléctricas, o tener super fuerza, entre otros poderes, resultaba bastante desmoralizador.

Fue así como la batalla se inclinó definitivamente hacia el lado morlock, provocando la desmoralización del bando enemigo y su progresiva derrota. Finalmente, los soldados de Omicron Scorpions acabaron por rendirse y los reptilianos que no fueron lo bastante inteligentes para imitarles o que eran demasiado fanáticos para aceptar la derrota, resultaron arrasados en las últimas maniobras de la lucha. Tan sólo un último reducto de soldados aguantaba en pie. El hecho de que lo hicieran era un reconocimiento a su tesón o a su testarudez. Pero debían acabar por admitir su derrota. Sin embargo, Welcome contenía a sus fuerzas. Habiendo agotado su munición, los exoesqueletos y soldados sólo podían atrincherarse y aguardar la acción de sus adversarios. Pero había algo que estaban esperando. Fue entonces cuando regresó Yekaterina. Tras hablar brevemente con Delta Wave Welcome, la super heroína y comandante dio su visto bueno. Entonces bajaron del camión. Debían estar bastante apretadas, pues había bastantes. Eran Kates, pero no solo Kate Ashford y las demás chicas del equipo. Eran todas las Kates a las que habían salvado y muchas otras más. Eran todas aquellas que se habían visto amenazas o lo habrían hecho por las acciones de la Kate Ashford malvada, las que habrían sido perseguidas y asesinadas. No todas las existentes, pero sí las más importantes, las que, en caso de morir en el momento apropiado, provocarían la total extinción de ese linaje. Eran ellas las que debían tomar la decisión final. Eran las Kates Infinitas, las mujeres cuya pervivencia había sido amenazada por los desvaríos de una de las suyas en una línea alternativa. Y, por ello, ellas juzgarían. Y el juicio de las Kates no sería fácil ni grato.

Ese mismo día, unas horas más tarde, Welcome había demostrado, una vez más, su capacidad de liderazgo, y, junto con sus welclones y su novia, había sido capaz de organizar rápidamente la celebración de la victoria. Había sido una victoria con un sabor agridulce, pues, aunque habían logrado asegurar el linaje de Kate a lo largo de la historia y habían acabado con una potencial amenaza de consecuencias imprevistas, para ello habían tenido que sacrificar muchas vidas en la batalla. Y, todo ello, para colmar las ansias de sangre y locura de una Kate renegada obsesionada con ser la única, la Kate multiversal. Ansias que sólo pudieron ser contenidas de una manera. Y por ello, por la gloria y el dolor, por el duelo y la celebración de que aún seguían vivas, las Kates Infinitas festejaban. Y con ellas los morlocks con Harvey y Brontes;y la capitana Ashley Johnson y sus subordinadas; y El que Legisla tras el Umbral con Araknek y Pequeña T’Auin. Y lo celebraban con un banquete rápidamente organizado que, como no podía ser de otra manera, acabó con erótico resultado. Aún quedaban algunos cabos sueltos por cerrar, y Kates a las que devolver a sus tiempos respectivos, pero eso ya era algo que hacer otro día, mientras tanto, festejaban porque el mundo no se había acabado para las Kates y los morlocks habían infringido otra terrible derrota a sus adversarios reptilianos.

sábado, 19 de mayo de 2018

Crisis of Infinity Kates (Parte 7): El interrogatorio

Los sótanos de la residencia estudiantil La Llave y La Puerta no era el lugar más cómodo del edificio, pero la comodidad era lo último en que habían pensado para elegir ese sitio. Llevaban no sabían ya cuanto tiempo enredadas en ese extraño conflicto en el que los reptilianos nazis del Lado Oscuro y una versión desconocida de Ómicron Scorpions estaban intentando borrar la estirpe de Kate Ashford de la corriente temporal y de algunos futuros alternativos. Además, para hacer más confuso aquello, los miembros del RNLO también habían atacado otros sucesos como el primer festival de Sitges, que aparentemente no tenían nada que ver con los Ashford. Hasta ese momento, en todas las misiones, el enemigo había sido eficaz en huir o habían tenido el mal gusto de morirse en los enfrentamientos, dejando a las Kates sin ninguna pista a seguir, pero esto había cambiado. La suerte les había sonreído en el asalto al Eldtrich Burguer, un ataque, todo hay que decirlo, que demostraba la impaciencia de sus enemigos, pues no se habían molestado en atacar ninguna línea temporal, ni a una antepasado o descendiente de Kate, había sido un ataque en toda regla y a Kate misma. Se ve que lo de ser derrotados una y otra vez no les había sentado nada bien. Y quizás esta frustración hubiera llevado a la captura del único enemigo que se había dejado coger, un enemigo que hacía más desconcertante todo aquello, pues se trataba de Ashley Johnson. Pero no era su Ashley Johnson, ni una versión del futuro, ni del pasado, era otra Ashley Johnson.

Así, en los sótanos de la residencia estudiantil, con el permiso de los Pickman, las Kates tenían capturada a la Ashley Johnson alternativa. Habían tenido una pequeña discusión sobre cómo llamarla, Ashlevil había estado a punto de ganar a Otrashley, pero al final un empate había llevado a que resolvieran el cómo llamarla en un partido de Rollerball. Afortunadamente, Welcome les había convencido para que dejaran la competición del deporte del futuro para otro momento y se centraran en lo que tenían delante, en una silla, atada con cadenas y esposas: la Kate alternativa (nombre provisional). Ésta les miraba con un odio explícito, pero estaba bien atada y la silla era de acero valyrio, así que la típica estrategia de tirarla al suelo para ver si se rompe no serviría de nada.

-Bueno, tenemos que hacerla hablar -dijo Welcome.

-Estaría muy bien que tuviéramos el Lazo de la Verdad de Wonder Woman, pero lamentablemente es un objeto de ficción -dijo Kate la Roja.

-Tener poderes telepáticos como el Profesor-X o Martian Manhunter también estaría bien -añadió Ka-Neferu.
-¿Qué ha hecho esta vez Brontes? ¿Dejaros su colección de cómics? -preguntó Welcome.

-No nos la ha dejado, la hemos cogido sin su permiso, que parece que no, pero es distinto -explicó Kate la Roja.

La Ashley alternativa (nombre provisional) las miraba mientras hablaban y se retorcía. No serviría de nada, pues las cadenas eran fuertes y las esposas eran a prueba de dioses, así que lo único que conseguía con aquello era cansarse y enfadarse más.

-No me sacaréis nada -refunfuñó entre dientes la cautiva.

-Uuuuuh, qué dura debes ser. Creo que esa frase la he oído por primera vez en mi vida, y no trataré de hacerte hablar, porque seguramente sea cierto -decía Kate Bogatyr con evidente sarcasmo -. Pero mis amigas igual no te creen, e intentarán hacerte hablar, así que deja la pose de Villano Que No Colabora, porque vas a hablar aunque sea poniéndote todas las películas de Uwe Boll.

-He visto toda su filmografía repetidas veces. Ese tipo de tortura no hará nada en mi -dijo la cautiva.

-¿Las viste por placer? Porque si es así, además de malvada, tienes un gusto de mierda -le escupió Yekaterina.

-La tortura por cine no tiene efecto en alguien como yo. He visto las películas de Uwe Boll, las de Ed Wood, la saga completa de Birdemic, Pink Flamingos y toda una colección de cine basura que ni existe en esta Tierra.

-¿Esta Tierra? Vaya, así que quieres decir que vienes de otra Tierra -dijo Kate Bogatyr paseando por delante de la prisionera y moviendo su espada como dando a entender que en cualquier momento le arrearía con ella.

-Yo sólo he dicho que he visto cine de otras realidades

-Venga, no te hagas la misteriosa, tú no eres nuestra Ashley Johnson, así que de algún sitio has tenido que salir -insistió Bogatyr.

-Oye ¿y si es un clon? -preguntó Violet -. Si  mi ma... perdón... Welcome tiene un montón de Welclones, igual Ashley también tiene.

Las Kates se miraron entre ellas, era una posibilidad.

-¿Eres un clon? -le preguntó Yekaterina -¿Hay por ahí versiones de ti que tiran fuego por la boca o tienen cuatro patas?

-No os diré nada, idiotas -espetó la prisionera.

-Pero qué maleducada, igual en tu realidad no os enseñan a comportarse. Dices que no te haremos hablar poniéndote cine malo, pero ¿quién ha dicho que estuviera en nuestros planes?

-Lo habéis insinuado vosotras, estúpida morlock.

-¿Tienes algún problema con los morlocks? Igual por eso trabajas con escoria como los reptilianos nazis. Es triste, porque sólo los idiotas colaboran con esa gente. Nosotras, en cambio, colaboramos con gente que tiene mejor criterio, al menos para elegir ideologías, y esta gente nos ha prestado a alguien que te va a hablar de unas cositas.

La morlock se acercó a la puerta que daba a la planta baja de la residencia y dejó entrar a un joven delgado, vestido con vaqueros y una camiseta que rezaba  I WANT TO BELIEVE. Nada más y nada menos que Robert Pickman.

-Robert, esta señorita tan simpática dice que quiere escuchar todas tus teorías sobre quienes gobiernan realmente el mundo y qué relación tiene eso con la arquitectura de egipcios y de otras culturas antiguas, así que te dejaremos con ella y podrás soltar lo tuyo -dijo Yekaterina con una sonrisas maléfica.

-Genial, hacía tiempo que no contaba en vivo mis teorías. Hacerlo siempre por internet no es lo mismo.

-Pues toooooda tuya.

Las Kates cerraron la puerta y subieron al recibidor, dejando a Robert con la prisionera.

-A ver cuanto aguanta...

Las Kates y Welcome esperaron casi una hora en la cafetería de La Llave y La Puerta, tomando algo mientras charlaban de cosas intrascendentes. Cuando pensaron que ya había estado Robert bastante tiempo con la prisionera decidieron volver. Cuando abrieron la puerta de los sótanos, el joven Pickman seguía con su discurso.

-Y así es como Las Líneas de Nazca están relacionadas con los miembros del Nuevo Orden Mundial -estaba diciendo Robert.

La prisionera tenía los ojos cerrados y parecía estar haciendo fuerza. Las teorías absurdas conspirativas y de alienígenas ancestrales de Robert Pickman parecían haber hecho un poco de mella en su aguante, pero no estaban seguras de que fuera suficiente.

-Muchas gracias por tus importantísimos datos, Robert ¿nos puedes dejar  a solas con nuestra amiga? -preguntó Welcome.

-Claro, siempre que quiera saber más del Nuevo Orden Mundial o de cualquier otra cosa, puede entrar en mi blog, o mejor, en mi canal de Youtube. Hasta luego.

Robert volvió a sus cosas tan contento y dejó la puerta cerrada tras él.

-Bien ¿te ha gustado, Otrashley? -preguntó Yekaterina.

-Que no es Otrashley, es Ashlevil -interrumpió Kate la Roja.

-¿Podemos centrarnos y dejar el asunto del nombre para luego? -dijo Kate Ashford para dar por terminada la discusión.

-¿Pensáis que dejarme a solas con un loco es suficiente para doblegarme? Soy más fuerte que eso -dijo la prisionera.

-No parecías estar pasándolo muy bien -dijo Kate Bogatyr-. Siempre podemos llamarle otra vez y que te hable de lo que opina de los mensajes Illuminati que se ocultan en las películas de Hollywood, es un tema apasionante.

-Hazlo. No hablaré. He sido entrenada para soportar toda clase de tortura. Si es necesario puedo entrar en un modo de abstracción total.

-Pues sería una pena que te perdieras el siguiente número musical... -Kate Bogatyr fue hacia la puerta que daba a la planta baja y dejó entrar a un gigante de más dos metros y con unos poderosos músculos ataviado con unas ropas disco setenteras. Su único ojo miraba con atención a la prisionera. Con él, entró también un ser amorfo del que surgían tentáculos, pseudópodos y una cabeza que recordaba a una rana. De alguna forma había conseguido ponerse también unas ropas de estilo setentero.

-Contigo, Brontes y Unglaublich cantan El Musical de Abba -los presentó Kate Bogatyr.

Y dicho esto, las Kates y Welcome salieron corriendo. No querían oír ni un trozo. Sabían que esos dos cantando proferían una cacofonía que conseguía hacer daño al sistema auditivo de la persona, por no hablar de los daños a la salud mental. Estuvieron esperando arriba y dejaron que cantaran todas las canciones del musical, más unas cuantas que habían sacado de discos de Abba. Cuando estuvieron seguras de que el espectáculo había terminado, volvieron abajo. La prisionera parecía estar temblando por el horror que había soportado, mientras los intérpretes se felicitaban el uno al otro el buen trabajo.

-Ha sido un placer, Brontes, Unglaublich. -dijo Kate Bogatyr.

-El placer es nuestro -dijo el cíclope mientras ambos volvían arriba.

-Eso... eso ha sido lo más horroroso que he podido experimentar ¿cómo he podido oírlo aunque hubiera entrado en modo abstracción? -dijo la prisionera entre escalofríos y tics.

-La voz de Unglaublich  cantando, cuando se une a la potente voz de Brontes, alcanza niveles más allá del sistema auditivo normal, haciendo que sus voces entren directamente a tu cerebro. Por mucho que te abstraigas del exterior, no puedes dejar de escucharlos. Y, si te ha parecido un gran espectáculo, también se saben un par más de musicales de Broadway y las canciones de casi todas las películas de Disney ¿quieres oirlos? -preguntó Bogatyr con una maliciosa sonrisa.

-¡¡¡No!!! ¡Por todos los dioses, no! ¡Hablaré! ¡Pero no volváis a exponerme a semejante horror! -exclamó la prisionera entre movimientos convulsos.

-Pues adelante, suelta por esa boquita -dijo Yekaterina.

-Soy Ashley Johnson y vengo de una realidad alternativa, igual que los agentes de Ómicron Scorpions a los que os habéis enfrentado. Viajamos a través de las realidadees acompañando a nuestra líder, Kate Ashford.

-¡¡¡¿Quééééééé?!!! -exclamaron todas a la vez.

-Sí, en mi Tierra, Kate Ashford perdió a Evangeline al poco de conocerla, y esta pérdida la llevó a la locura, pero era una locura edificante, así que hizo que abandonara a los estúpidos dioses de ese absurdo equipo superheróico y se unió a Ómicron Scorpions. Su odio era tal que consiguió que nuestras operaciones llegaran a éxitos flagrantes, por lo que fue ascendiendo en poder. Tras esto, no contenta con lo que había conseguido, decidió que todas las líneas temporales de otras Kates debían ser borradas para que ella fuera la única e inigualable Kate. La Kate Multiversal. Y así entramos en esta línea temporal y nos aliamos a los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro. Nuestra misión es acabar con todas vosotras, tanto la Kate presente como todas las ascendentes y descendientes.

-¡¿Pero qué villanesco plan es este?! -exclamó Kate.

-Parece surgido de una novela barata de Ciencia Ficción -añadió Kate la Roja.

-Me da igual lo que parezca, porque todos la seguimos fielmente y seguiremos luchando hasta alcanzar nuestra meta.

-¿Pero qué vas a alcanzar tú, si estás aquí prisionera de nosotras? -preguntó Bogatyr jocosamente.

-¿De verdad creéis que mi líder me abandonará aquí a mi suerte?

Y ni había dicho estas palabras y de los conductos de aire salieron unas entidades vestidas con ropajes oscuros. Se trataba de seres reptiloides vestidos con ajustados ropajes negros y con katanas en sus manos.

-Os presento al Escuadrón Lacertoninja Nazi -dijo la prisionera.

-¡¿Ninjas nazis?! -exclamó Kate Ashford.

-Letalessss como mambassss negrasss -dijo uno de los reptilianos-. Ssssoltad a la prisssionera sssssi no queréis ssssufrir nuessstra ira.

-¿Que la vais a liberar? -dijo Yekaterina-. ¿Vosotros y qué ejército?

De repente, una explosión se escuchó desde arriba. Las paredes del sótano temblaron un poco y varios hilillos de polvo cayeron al suelo.

-Nossssotros y el ejército que nosss essspera fuera ¡Bwa Ha Ha Ha Ha! -exclamó el reptiliano ninja.

Las Kates sacaron sus armas inmediatamente, y Welcome desenvainó su espada.

-Si pensáis que os lo vamos a poner fácil, lo lleváis claro -dijo Yekaterina.

Y saltaron a la batalla.

                                                  ¡¡¡CONTINUARÁ!!!

sábado, 12 de mayo de 2018

Crisis of Infinity Kates (Parte 6): Asalto al Eldritch Burguer número 13

Un especial King-In-Yellow Size cargado de acción y sorpresas

Los últimos días habían sido testigo de una actividad frenética por parte del equipo de Kates. Tras el repentino ataque en Dunwich y la incursión el tiempo a la primera edición del Festival de cine de Sitges, los acontecimientos parecían haberse precipitado. Los ataques de tropas reptilianas y de Omicron Scorpions a lo largo del continuo temporal se habían multiplicado. Pero tanto las tropas lacerto nazis como los soldados mercenarios de NWE eran diferentes a lo esperado. No es que fueran más eficientes de lo habitual. Los einsatzgruppen mantenían esa característica eficiencia germánica con su peculiar manera de estropear sus planes de forma completamente inesperada y, a menudo, cómica y/o absurda, ya sea por sí mismos o siendo derrotados por un factor externo, en este caso, las Kates. Sin embargo, en los encuentros que habían tenido fuera de Arkham, más de una vez habían visto insignias reptilianas de unidades que correspondían a otras divisiones del ejercito reptiliano Por su parte, las tropas de Omicron Scorpions se mostraban con su habitual nivel de efectividad y entrenamiento, aunque su equipo era algo peculiar, diferente al habitual, y, seguían resultando hábiles adversarios, la heterogeneidad de las Kates y sus recursos lograba imponerse de una forma u otra. No es que resultara fácil, pero no se rendían fácilmente. Así, habían tenido que rescatar a Kate la Sangrienta, una feroz pirata del siglo XVII a la que habían tendido una trampa para capturarla y ahorcarla antes de tiempo (acabaría colgada de todas formas, por piratería, pero aun le quedaban algunos años de vida por delante y cosas que hacer); habían rescatado con erótico resultado a la hermana Kate, una monja irlandesa del siglo XII que vivía en el Reino Latino de Jerusalem que, aunque era muy caritativa, el voto de castidad se lo tomaba con bastante ligereza con las mujeres; durante la Revolución Francesa habían evitado que la ciudadana Catherine Fave fuera arrestada por una falsa acusación de colaboracionismo con la aristocracia. Todo ello casi en tiempo record, pues sus adversarios se movían con rapidez, y el viaje espaciotemporal era arriesgado, por lo que a veces llegaban al momento y lugar con escaso margen. Sin embargo, se habían salido con la suya y lograron impedir todas las actuaciones del avieso enemigo. Pero seguían sin entender que estaba sucediendo. Estaba claro que los reptilianos eran tanto los que ellas conocían, que tenían sus bases asentadas en los túneles bajo la ciudad de Arkham, como los de otros ejércitos Panzer, probablemente de otras líneas temporales. A fin de cuentas, no podían estar seguras que sus reptilianos de siempre fueran los únicos que había por ahí buscando la Tierra Hueca para establecer el Reich reptiliano de los mil años. Lo que si estaba claro era que las tropas de Omicron Scorpions procedían de alguna línea temporal alternativa, pues ni las insignias ni el equipo que usaban eran los que ellas conocían. Incluso Ashley Johnson había admitido que no sabía nada de ninguna operación contra las Kates y se sentía desconcertada ante el despliegue que se realizaba. Por ello, lo único que tenían claro era que el ataque procedía de otro mundo, de una desviación dentro del continuo espaciotemporal y sólo podían deducir que, de alguna manera, esa línea alternativa parecía estar interesada en eliminar a otras. Pero el proceso utilizado, tratar de acabar con el árbol genético de Kate Ashford a lo largo de la historia, era extraño. Por alguna razón, Kate y su ascendencia eran la herramienta que querían usar para destruir líneas temporales y, así, tal vez, reforzar la línea origen de donde procedían los ataques.

Mientras los morlocks trataban de reunir más datos y triangular la fuente de los ataques mediante las posiciones tetradimensionales de los incursiones espaciotemporales y trataban de contactar con Cronos para que les ayudara a acelerar el proceso, las Kates se habían tomado un descanso. A fin de cuentas, habían tenido una actividad frenética recientemente, y se merecían unos días de asueto en los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta. Ni que decir tiene que para las welclones, contar con varias antepasadas de Kate como huespedes era algo sumamente interesante y se desvivían por complacerlas y hacer agradable su estancia. Pero Kate Violet había optado por permanecer en Arkham, y se alojaba en el apartamento de estudiantes donde vivía Kate Ashford. Si algo llamaba la atención a ésta última, a Kate Bogatyr y a Welcome era que Violet no tenía reparos en disfrutar de los placeres carnales con las demás Kates, pero que a ellas las trataba con una especie de respeto mezclado con adoración reverencial que le impedía acostarse con ellas. También había hecho amistad rápidamente con Ashley Johnson, y, por ello, la joven venida del futuro y la veterana capitana de GodHunters estaban comiendo plácidamente en el EldritchBurguer.
Este restaurante era algo así como el lugar de referencia para el entorno universitario. No es que la ciudad careciera de otras franquicias de comida rápida, pero el EldritchBurguer se mantenía contra viento y marea frente a la agresiva presencia de multinacionales de la hamburguesa gracias a la excelente calidad de su materia prima y sus precios asequibles. Y, por supuesto, porque era un lugar habitual de encuentro para universitarios y profundos del campamento protesta del movimiento ecologista de Innsmouth en Arkham. Además, era el único restaurante que contaba con un retoño oscuro de Shub-Niggurath como portero y decoración exterior. El último que intentó entrar a robar lo pasó decididamente mal, hasta el punto de que, desde entonces, sufre una importante dendrofobia.

Mientras Kate Violet y Ashley Johnson comían y hablaban, disfrutando del momento, Welcome, que le tocaba turno en el restaurante, donde trabajaba como jefa de turno, las observaba mientras realizaba su trabajo. Había algo decididamente familiar en la joven Violet. De hecho, Evangeline estaba segura que el parentesco con Kate Ashford era muy cercano, pues ambas se parecían mucho en cuanto a la figura y el lenguaje no verbal. De hecho, vistas desde atrás sólo se diferenciaban en el color del pelo, pues Violet era rubia. Desde delante esto era más díficil, sobre todo si uno se fijaba en los generosos pechos de la chica, que a Evangeline le recordaban a los suyos propios en cuanto a forma y turgencia. También en el comportamiento el recordaba Violet a Kate, pues ambas tenían la misma sensatez y sentido común, y la capacidad de análisis y razonamiento en momentos de tensión. Por otro lado, Welcome también se sentía identificada con la chica del futuro, no sólo por los pechos, sino también por la boca, el desenfreno de su apetito sexual con las otras Kates, su falta de inhibiciones y complejos con respecto al sexo y su desbordante carisma y locura. De hecho, la joven Violet parecía haber surgido de una combinación de las dos mujeres. Esto hizo pensar a Evangeline en BioGen, la filial de NWE que creo a las welclones, además de muchos otros experimentos genéticos de ciencia loca. Y es que, aunque finalmente habían destruido sus instalaciones en Dunwich y la corporación madre la había cerrado, muchos de sus científicos habían sido reubicados en otras filiales. ¿Sería Violet producto de algún experimento similar? Pero mientras rumiaba sobre esto, Welcome se percató de que un sujeto muy extraño acababa de entrar por la puerta. En Arkham hay gente muy peculiar, pero este recién llegado en particular había hecho saltar las alarmas de Evangeline: iba ataviado como una mala copia de detective noir con una raída gabardina, sombrero de fieltro y las manos en los bolsillos. La cara quedaba parcialmente oculta por el sombrero, pero se movía de forma un tanto peculiar, como si tratara de no llamar la atención, pero conseguía el efecto contrario. La mujer lo clasificó en dos posibles categorías: exhibicionista suicida por tratar de exhibirse allí durante su turno o espía reptiliano. Esperó que fuera lo primero, pues en caso de ser lo segundo demostraría lo mal que estaban los invasores lacertonazis en cuestiones de camuflaje para labores de inteligencia. También podrían haber recurrido a las verführer de los alienígenas zeta-reticulanos nazis. De hecho, estas alienígenas con cuerpos absurdamente sexis odiaban a muerte a Welcome por demostrar en Innsmouth que ella era mucho más sexualmente atractiva y poderosa.

Mientras el sujeto de la gabardina se acercaba a la mesa donde estaban Violet y Ashley, Welcome retrocedió hasta el despacho del jefe de turno, donde recogió su espada Ouroboros y salió fuera. Si iba a haber problemas, quería estar plenamente preparada. Y es que su instinto no le había fallado. Aquel extraño sujeto era un asesino reptiliano que, tras llegar hasta la mesa de Ashley y Violet, sacó una pistola reptiliana de rayos y apuntó a la joven del futuro a la que, por el grito que lanzó, había confundido con Kate Ashford. Pero las tres mujeres reaccionaron raudas, fruto de su entrenamiento militar o paramilitar de origen divino (recordemos que tanto Welcome como Violet han sido adiestradas para el combate por Perun). Así pues, tras esquivar el primer y poco acertado disparo, le arrojaron encima la mesa y procedieron a inmovilizarlo en una rápida maniobra. Pero el fallido asesino iba preparado para esta circunstancia, y se suicidó con una capsula de veneno. Tras la conmoción inicial, Welcome se dedicó a poner orden en el restaurante, calmando a los clientes y quitando peso al incidente: sólo había sido un intento frustrado de atraco que había salido mal. No había nada de que preocuparse, el EldritchBurguer estaba más que preparado para hacer frente a esas situaciones tal y como podían comprobar. Mientras se ocupaba de esta tarea, Welcome les pidió a dos de sus empleados que se ocuparan de recoger al caído, indicando claramente en voz alta que se había desmayado por el golpe al caer al suelo. No le interesaba que se supiera que, en realidad, estaba muerto.

Una hora más tarde, con el restaurante mucho más tranquilo, tras pasar la hora punta de la comida, Welcome revisaba los preparativos. En esos momentos el personal estaba bajo mínimos, ya que había muy poco trabajo y Evangeline podía colaborar con caja o cocina según fuera necesario. Tras asegurarse que todo estaba en orden, se sentó con Ashley y Kate Violet, que se habían quedado por petición suya, Kate Ashford, a quien Welcome había llamado para que se reuniera con ellas. El motivo de la reunión estaba claro: Habían tratado de atentar contra la novia de Evangeline. Grave error. Pero habían fallado, en parte por atacar a la Kate que no era. El asesino fracasado había sido un reptiliano poco preparado para este tipo de acciones y cuyo cadáver había permanecido escondido en la cámara frigorífica hasta que, tras pasar la hora punta, se libraron del cuerpo dándoselo a Shubbi a modo de almuerzo. Pero, llegado ese punto, era el momento de acabar con los secretos y sacar toda la información a la luz. Habían pedido a Ashley que se quedara por la amistad que había acabado desarrollando con las tres, aunque, en alguna ocasión, a nivel profesional, Evangeline y ella estuvieran en bandos enfrentados.

Así pues, tal y como expresó Welcome, había llegado el momento de la verdad: ¿Cual era la relación exacta entre Kate Ashford y Kate Violet? ¿Por qué la joven del futuro tenía ese parecido con Evangeline y Kate? ¿Qué se escondía realmente tras esa negativa a entregarse a placeres carnales con ellas dos?  Aquello podía ser importante, pues, si actuaban como equipo tenían que confiar las unas en las otras. Violet, contemplando a las dos mujeres con unos claros nervios, finalmente, casi con un hilo de voz, confesó lo que había callado hasta ese momento:

-Yo soy vuestra hija.

La expresión de sorpresa de Kate y Welcome fue para fotografiarla y enmarcarla. Como forma de ilustrar la sorpresa mayúscula y la estupefacción era impagable, inimitable e irreproducible. Pero aún había más que averiguar. Por ello, cuando se recuperaron del impacto, Violet siguió explicándolo todo: ella sería engendrada un poco más adelante, cuando Welcome acabe la carrera de psicología. Surgirá de un proyecto de la Facultad de Medicina de la Universidad sobre genética y medicina reproductiva, tratando de desarrollar un sistema fiable, eficaz y más económico de engendrar embriones viables a través de material genético de diferentes células germinales o no. Por ello, con el consentimiento de Kate y Evangeline, tomaron un óvulo de cada una de ellas y fusionaron el material genético para crear un embrión viable que desarrollaron al principio in vitro y que, más tarde, implantaron en el vientre de Evangeline mientras ella se dedicaba a desarrollar su tesis doctoral. El resultado: una bebé sana y viable, y dos madres satisfechas, gozosas y completamente enamoradas de su hija. Y Evangeline se doctoró finalmente. Así, Kate Violet se convirtió en la heredera y sucesora de las dos mujeres y en la segunda de un linaje de superheroínas de Arkham, pues al ser hija de la portadora de Ouroboros, ella también podía manejar la espada, aunque con unos poderes diferentes. Y, al igual que Evangeline, era también bisexual.

Pero ese día iba a traer más sorpresas. Mientras Kate y Welcome se recuperaban de la impresión y asimilaban que en el futuro iban a tener una hija que, tal y como podían ver, les había salido muy bien, funestos acontecimientos se estaban desarrollando en el exterior. Un contingente de RNLO y soldados de Omicron Scorpions habían puesto asedio al EldritchBurguer.  Dirigidos por una oficial en armadura Annihilator, sitiaron por completo el lugar y ordenaron rendirse a las Kates y entregarse. Afortunadamente, en la línea alternativa de la que venían, Shubbi no había acabado trabajando para el EldritchBurguer, por lo que, al ser todos los sitiadores procedentes de esta, no sabían que era aquel extraño árbol. Welcome, que ya se había encargado de establecer protocolos de seguridad para actuaciones en situaciones de emergencia y asedio en el restaurante sabía que Shubbi no se movería hasta que ella no diera la orden o se iniciara el procedimiento apropiado. Por ello, se mantenía tenso y a la espera. Otra ventaja era que dentro del restaurante disponían de dos Ouroboros: la de Welcome y la de Violet. Por lo demás, los empleados que quedaban debían ocuparse de poner a salvo a los escasos clientes que se habían quedado atrapados dentro y asegurar las posesiones. Debido a la situación a la que se enfrentaban, Evangeline dio ordenes de poner en marcha el protocolo de máxima seguridad. Este, al iniciarse, convertía el EldritchBurguer en un bunker difícilmente penetrable, una fortaleza blindada con gruesas persianas que cubrirían todos los ventanales. El edificio de por sí ya había sido construido de forma que pudiera aguantar un terremoto o una inundación repentina, ya que Don Domingo de la Vega, el propietario, se había informado de los antecedentes de Arkham, y había preferido hacer una inversión importante en seguridad y prevención para evitar que cualquier desastre causara daños demasiado graves en el edificio. A fin de cuentas, era mejor tener que pagar una nueva mano de pintura que una reconstrucción completa del edificio. A estas medidas de seguridad, había añadido otras, como las persianas blindadas, a petición de Welcome, que había sido insistente y persuasiva y, con todo lo sucedido con el factor Arkham, de la Vega había acabado por claudicar.

Era en momentos como aquel cuando Evangeline se alegraba de haber implantado todas aquellas medidas de seguridad. De hecho era el asalto número 13 al que había sido sometido el restaurante, desde aquel infausto Halloween en que una horda de zombis lo había atacado. Y, mientras los atacantes habrían fuego contra el edificio, que aguantaba el castigo, Shubbi se mantenía impertérrito, aguardando la orden que le hiciera ponerse en marcha. Evangeline había sido muy clara al respecto y la joven se había ganado el respeto del retoño oscuro, como persona y como sacerdotisa de Shub-Niggurath bajo su avatar de la Cabra Blanca de Tres Cabezas. Aunque hay que reconocer que Evangeline no era particularmente devota. No es fácil ser muy reverencial cuando tu dios es una enorme cabra mutante de tres cabezas que se dedican a hablar entre ellas y compartir cotilleos mientras comen hierba o lo que se les ponga a mano y ventosean alegremente. En cualquier caso, la Cabra Blanca no era de esos dioses que les va mucho la ostentación y la adoración melodramática y fanática.

Mientras en el interior ponían en marcha las contingencias apropiadas a la situación en base a los protocolos de seguridad establecidos, en el exterior se impacientaban. Estaban llamando demasiado la atención para lo que debería haber sido una operación rápida. La policía, que había observado el despliegue militar, sabía que aquello la superaba, por lo que pusieron en marcha también su propio protocolo de actuación que empezaba por poner sobre aviso a los Pickman y a la super heroína local, Delta Wave Welcome. Para ello, Evangeline siempre llevaba encima un móvil que le proporcionaba línea directa con las Fuerzas del Orden. Por su parte, Harvey Pickman, que en ese momento estaba en la otra punta de la ciudad, trató de mantener la calma. Aquello era algo inesperado. Pero no había que actuar de forma apresurada. Una vez más, se recurría a protocolos de emergencia. Y es que Arkham tiene más protocolos de emergencia que cualquier ciudad de película de catástrofes y, al contrario de lo que suele suceder en estas, aquí se respetan al pie de la letra y hay poco espacio para epicismos. Y es que es lo que tiene la experiencia: los que se atienen al plan y actúan coordinados sobreviven, los que improvisan y se hacen los héroes de acción suelen acabar en el cementerio más cercano… si es que queda lo bastante de ellos. Así pues, antes de nada, se puso en contacto con Welcome. Pero fue Kate quien respondió al teléfono, pues Evangeline estaba hablando con la Policía. Tras la puesta al día de la situación, Harvey esperó a que Welcome acabara su conversación y habló directamente con ella. A fin de cuentas, Delta Wave Welcome era el epicentro de muchos planes de actuación gracias a sus poderes. Pero no era lo único a lo que iban a recurrir. Aprovechando que Ashley Johnson estaba allí, y poniendo el móvil en manos libres, Evangeline, Harvey y la capitana estuvieron discutiendo la posibilidad de una intervención de Omicron Scorpions. Pero optaron por dejarlo como último recurso. Así pues, Harvey planteó dos alternativas a las que ambas mujeres dieron el visto bueno. Pero tenían que crear una distracción para darles tiempo a llegar. En ese momento, Kate Violet intervino: se le había ocurrido una idea para poder ganar tiempo. Tras compartir los planes y ponerse de acuerdo, empezaron a ejecutarlos. Harvey hizo tres llamadas telefónicas. Dos para solicitar los refuerzos que necesitarían y la tercera a Byakhee Express para que un byakhee le llevara a la zona de acción lo más rápidamente posible. Podría haber cogido un taxi, pero habría sido más lento y más caro. Kate Ashford, que también tenía su parte en los planes, se unió a Ashley Johnson para ir a la oficina del jefe de turno e iniciar su trabajo. Evangeline y Kate Violet, madre e hija, empezaron a repasar lo que había que hacer. Debían actuar coordinadas y ganar el máximo tiempo posible. Un poco más tarde, Welcome recibió una llamada de Harvey: todo estaba preparado. Podían entrar en acción.

A través de la megafonía externa del EldritchBurguer, que se usaba principalmente en fiestas y celebraciones, anunciaron que alguien iba a salir para entregarse y que no abrieran fuego. Desde fuera, respondieron aceptando la rendición y aguardaron. Cuando la compuerta blindada se abrió, apareció Delta Wave Violet con la gabardina del asesino reptiliano, sin casco, y sin las placas de armadura pectorales. Con movimientos lentos, abrió la gabardina para que vieran que no iba armada. Y, con un movimiento sensual, se bajó casi hasta el ombligo la cremallera de la parte delantera del mono ceñido que constituía su vestimenta, revelando que no llevaba nada debajo, por lo menos en el torso. Levantó una mano y, como si fuera una señal, comenzó a sonar Never gonna give you up de Rick Astley. Y Katherine Violet Ashford-Parker bailó. Aquella canción le gustaba mucho y se sabía de memoria la letra y la coreografía del cantante en el video musical. Por suerte, se le daba bien bailar, aunque cantaba bastante mal. Y el espectáculo de esa atractiva y sexy joven bailando y cantando en playback con la voz de Rick Astley dejó a los sitiadores sorprendidos y boquiabiertos. A medida que avanzaba la canción, Violet disfrutaba mientras los mantenía estupefactos y desconcertados. Aquello no era lo que habían esperado. Pero el rickrolling iba mucho más allá de eso. Pues, cuando menos lo esperaba, llegaron los refuerzos: un enorme portal se abrió en la retaguardia y por el mismo apareció un pequeño ejército combinado formado por morlocks y profundos. Y, tras la primera oleada apareció el Padre Dagón en persona, por eso el portal era tan grande. Tras él, encabezando la segunda oleada, una guerra vikinga, una valquiria, Delta Wave Welcome, lideraba más tropas de morlocks y profundos. Fue en ese momento cuando Evangeline dio la orden y, de improviso, Shubbi comenzó a luchar.

El plan estaba funcionando a la perfección. Mientras Ashley y Kate buscaban y preparaban la canción para ponerla por megafonía, Harvey había llamado a los morlocks comunistas y a los profundos del campamento de protesta y les había avisado de la situación. Los primeros acudieron porque eran enemigos naturales de los reptilianos. Y los segundos estaban bastante dispuestos a meterse en una buena pelea, sobretodo contra los reptilianos, que con sus tropas anfibias les habían provocado más de un quebradero de cabeza. Una vez conseguido el apoyo de ambos grupos, Welcome, usando a Ouroboros, creó un portal a la base morlock por el que cruzó. Allí, tras reunir a las tropas, creó otro portal al campamento de los profundos, que atravesó con todos los morlocks. Y en este último lugar, reunió a morlocks y profundos y, ya que estaba por allí, reclutó también al Padre Dagón. Una vez tenía a todas las tropas juntas, abrió el portal final a la retaguardia de los sitiadores. Y, mientras se producía la lucha, Harvey llegó con el byakhee y utilizó algunos de los pocos pero efectivos hechizos de carácter agresivo y ofensivo que tenía en su arsenal. Por otro lado, en el interior del EldritchBurguer, Ashley y Kate se ocupaban de poner en marcha a los trabajadores para que empezaran a producir comida, ya que habría que agradecer a los refuerzos su intervención invitándoles a comer.

La batalla, el asalto número 13 del EldritchBurguer, fue breve, intensa, y desconcertante. Y es que las oleadas de tropas por la retaguardia pillaron por sorpresa a los sitiadores, que se vieron rápidamente superados en número. Y Delta Wave Violet, aunque había tenido que dejar su espada en el restaurante, también era muy capaz de defenderse sin armas, aunque no tardó en hacerse con una pistola reptiliana y demostrar que sabía disparar, aunque fuera de manera funcional.

Una característica que dificultó, incluso impidió la captura de prisioneros para interrogarlos fue que todos los combatientes del enemigo tenían una baliza espaciotemporal que se activaba al morir o quedar gravemente heridos. De esta manera, se teleportaban automáticamente de regreso a su línea temporal, por lo que era imposible hacerse con uno. Pero, había algo que los de la Omicron Scorpions alternativa no había tenido en cuenta: que un Profundo del tamaño de un edificio capturara a una unidad Annihilator, la abriera por la fuerza y extrajera a la piloto antes de que pudiera activar la teleportación, ya que el inmenso padre de los profundos había actuado con celeridad. Así, al estar la baliza ubicada en la armadura y no en la piloto, esta fue capturada. Y, cuando tras la batalla lograron examinarla, se dieron cuenta de que se trataba de Ashley Johnson. Era la Ashley Johnson alternativa de la otra línea temporal y, al parecer, era de temperamento y tendencias más oscuras. Algo había pasado para que tomara una senda más siniestra en su carácter y se volviera más cruel y sin escrúpulos. Pero había otras prioridades: tenían una prisionera, y habría que interrogarla. Por el momento, se la entregaron a los morlocks, que habían tratado otras veces con prisioneros reptilianos recalcitrantes. De momento la custodiarían, ya decidirían como le sacarían la información que necesitaban. Y, con la batalla acabada, el EldritchBurguer pudo regresar a su modo normal, los combatientes pudieron comer a placer y ya se encargaría Harvey de organizar la reparación de los daños y pagar la cuenta del restaurante. Pero esa ya es otra historia.

sábado, 5 de mayo de 2018

Crisis of Infinity Kates (Parte 5): Escape de la base reptiliana

España. Finales de 1968

La base de los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro en la España franquista era un edificio en las afueras de la localidad de Sitges. Se trataba de un edificio abandonado que ellos habían acondicionado para sus perversos objetivos, o lo que era lo mismo, habían ocupado el lugar y lo habían llenado de artilugios tecnológicos, todo tapado por un holograma que hacía  ver a los humanos que el edificio era un bloque de viviendas normal y corriente. El holograma a veces fallaba, pero en estos años el maguferío todavía no estaba extendido en la población española, por lo que, si alguien veía algo raro, se extrañaría, pero no se pondría a difundirlo por ahí.

Yekaterina, Kate la roja y Ka-Neferu habían ido a parar a la sección de la base que habían reservado a "cualquier entrometido", una gran sala en el último piso del edificio de cuatro plantas. Habían convertido aquella zona en una especie de calabozo, con celdas con barrotes láser y un lagarto degenerado creado mediante ingeniería genética como carcelero. El bicho en cuestión medía unos buenos cinco metros de largo y parecía tener algo de hambre, pues miraba a las Kates con ojos hambrientos. Los reptilianos dejaron allí al trío y no volvieron a aparecer, por lo que parecía que su plan era más importante que hacerse cargo de ellas.

Con lo que no habían contado los reptilianos, era con el ingenio que pudieran tener las tres mujeres. Yekaterina había comenzado a llamar la atención del lagarto degenerado, haciendo aspavientos y gritándole cosas en alemán -supuso que los reptilianos hablarían en alemán a la criatura-. El animal mutante miraba con interés a la morlock, realizando movimientos que parecían indicar un ataque inminente... pero entre la criatura a su merienda había unos barrotes láser con los que el bicho no había contado, y esto es lo que aprovechó Yekaterina. Cuando el lagarto gigante se lanzó sobre ella, se encontró con los barrotes láser en el camino, por lo que acabó convertido en lagarto a la brasa que se quedó enganchado echando humo y pestazo... y además volviendo loca a la tecnología láser, pues la continua interrupción de los barrotes por parte del cuerpo del animal, estaba haciendo que estos fallaran en un intervalo de tiempo regular. Y en uno de los intervalos, la morlock dio un salto desde el interior de la celda y salió al exterior antes de que el láser volviera a aparecer. Una vez fuera de la celda, sacó un reproductor de música de un bolsillo y comenzó a sonar All Along the Watchtower versión de Jimmi Hendrix.

-Eso que has hecho es fantástico ¿cómo sabías que sucedería eso? -dijo Kate la roja desde el interior de su celda.

-Porque llevo muchos años luchando contra estas lagartijas. Conozco su tecnología lo suficiente como para poder sabotearla en un santiamén.

La morlock se acercó al sistema de control de las celdas y apagó los barrotes láser de todas, liberando a las otras Kates y a un individuo con pintas de hippie que no tenía ni idea de que estaba allí.

-Flipaaante, tííííííío  -dijo el tipo extraño.

-¿Y éste  quien es? -preguntó Ka-Neferu.

Yekaterina lo miró con atención. El hombre de pelo largo y pintas de hippie miraba a todo con los ojos abiertos como ventanas que mostraban una pupila dilatada.

-Creo que este tipo está drogado. Debe ser un hippie alucinando, lo capturarían los reptilianos y se olvidaron de que lo tenían aquí. Lo que no sé qué hace un hippie drogado en la España de los años '60.

Las Kates miraron a su alrededor, no parecía haber cámaras de seguridad, y no habían ningún reptiliano vigilando. Estaban solas y libres.

-¿En serio pensaban que los rayos láser y el lagarto sería suficiente para detenernos? Por esto todavía no han conseguido nunca ninguna victoria importante. Estos tíos son idiotas.

-Yaaaa te diiiigo -le dijo el hippie.

-¿Qué hacemos con este? -preguntó Kate la roja, mientras el hippie la seguía con la mirada.

-Yo me ocupo de él -dijo Yekaterina -. Ey, fíjate en tus manos, tus dedos son como salchichas de Frankfurt que se mueven al ritmo de la música. Tú míralos fijamente a ver si hacen algo más.

-Sí... os avisaré si las salchichas hacen otra cosa. Se mueven totaaaaaal.

-Sí, eso, total y todo eso. Paz y amor -dijo la morlock apartándose de él.

-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Ka-Neferu.

-Ahora nos cargamos este lugar y los lagartijos que lo han construido.

Las tres Kates salieron de la zona de calabozos y, al llegar a las escaleras que daban a los pisos inferiores, comenzaron a escuchar una alarma avisando de su fuga. Esto no las detuvo y bajaron hasta la tercera planta, que resultó ser la planta donde los reptilianos tenían los suministros, la armería y todo tipo de cosas. Allí aparecieron varios guardias de seguridad, con armaduras corporales y armas láser que intentaron detener a las Kates. Se oían exclamaciones en alemán e insultos en el idioma natal reptiliano.

-Si no conseguimos armas, va a ser difícil seguir adelante -dijo Yekaterina.

-En esta planta están todas las armas, los muy idiotas han puesto en la pared un plano del edificio con todo lo que hay en cada planta, hasta hay un punto rojo que dice "Usted está aquí". -Kate la roja señaló el cartel, de colores llamativos.

-¿Quién necesita armas cuando tiene gatos? -les dijo Ka-Neferu. Comenzó a musitar palabras en un idioma desconocido mientras realizaba unos gestos característicos de un hechizo.

Los reptilianos seguían disparando como enemigos idiotizados de un juego FPS. Se movían, proferían insultos, y llamaban a otros compañeros, que llegaban y hacían lo mismo. De pronto, los cristales de las ventanas estallaron en mil pedazos y una legión de pequeñas bolas de pelo se lanzó sobre los reptilianos. Esto les pilló por sorpresa, por lo que no pudieron defenderse, y cuando todos estuvieron por los suelos hechos polvo, pudo verse que los atacantes eran una gran cantidad de gatos callejeros, curtidos en mil batallas. Los gatos se acercaron a las Kates después de haber terminado con toda resistencia.

-Esto sí que es un ejército. Los soldados de Bastet -dijo Ka-Neferu señalando a los gatos, que ahora estaban lamiéndose las garras y haciendo otras cosas de gato.

-Seguramente estén a punto de venir otros soldados, deberíamos coger las armas de los caídos y descender al segundo piso -dijo Yekaterina corriendo hacia los reptilianos caídos. Cogió un arma láser y les lanzó una a cada Kate.

Así, armadas y acompañados por el ejército de gatos, llegaron hasta la segunda planta del edificio, que resultó ser, para su sorpresa, un videoclub. Pero en los años '60 no existían los videoclubs. Pero eso es lo que rezaba el cartel con el plano del segundo piso.

-Vayamos a ver qué hay en esta planta y descubriremos el misterio que se esconde detrás de ese "videoclub" -dijo Yekaterina.

Las Kates fueron recorriendo las habitaciones, tras los gatos, que se lanzaban contra los reptilianos que aparecían. Apenas les costó acabar con los guardias de esa planta, así que pudieron investigar con tranquilidad. La planta estaba llena de películas para ser proyectadas en cine. Había toda clase de títulos, pero todos tenían varias cosas en común.

-Vale... estos idiotas no saben lo que es una videoteca y lo han llamado videoclub -dijo Yekaterina-. ¿Os habéis fijado en los títulos? Está El Acorazado Potemkin y otros filmes de propaganda rusa acompañados de películas porno de los años '20. Creo que hemos encontrado lo que tenían pensado usar para sabotear el festival de Sitges. Si en pleno franquismo se les ocurría proyectar estas películas, el festival se iría al garete.

-Pues sería una pena que esta planta sufriera un incendio ¿no? -dijo Kate la roja, que ya tenía un mechero y una de las películas en la mano.

-El olor a celuloide quemado es asqueroso, pero no me quejaré -comentó la morlock con una sonrisa.

A la alarma por fuga de la prisión se sumó a alarma antiincendios cuando la segunda planta comenzó a arder en llamas. Los reptilianos iban de aquí para allá en la primera planta sin saber muy bien qué hacer. Parecía que la disciplina germánica de la que solían presumir se había esfumado. No fue muy difícil, entre las armas láser y los gatos, acabar con la poca resistencia que quedaba, por lo que las Kates consiguieron llegar a la planta baja y salir al exterior... donde se encontraron con lo que no esperaban. Allí había todo un escuadrón de reptilianos con exoesqueletos y armamento pesado. Las armas láser de las Kates estaban sin energía y los gatos no serían suficiente para acabar con aquellos reptilianos.

-Mierda -dijo Yekaterina volviendo al interior del edificio-. Tenemos que acabar con esos.

-Bueno... tienen exoarmaduras y parecen bien armados... pero eso no les ayudará contra una buena cornada -dijo Kate la roja con expresión meditabunda.

-Vale que estamos en España, pero el mito de que hay toros en todas partes es falso ¿quién va a cornear a los reptilianos? -preguntó Yekaterina.

-Soy una sacerditosa de Shub-Niggurath ¿tú qué crees?

El líder del escuadrón de reptilianos estaba pidiendo a gritos que las Kates salieran al exterior para recibir su merecido cuando comenzó a sonar un estruendo que se dirigía hacia ellos. Los reptilianos miraron de un lado para otro, preguntándose que era eso que parecían una tormenta acercándose, si el cielo estaba despejadon, cuando vieron que, de todas las calles que confluían allí, aparecían cabras pirenaicas con sus buenas cornamentas y con cara de pocos amigos. Los reptilianos comenzaron a disparar, pero la legión de cabras cayó sobre ellos y los cornearon con todas sus fuerzas, por no hablar de las patadas y bocados. Los gatos que estaban con las Kates vieron aquello y no quisieron quedarse sin su parte de la fiesta, así que se lanzaron contra el escuadrón, añadiendo arañazos y mordiscos a las cornadas, pisotones y bocados. Las Kates salieron al exterior caminando lentamente, como heroínas de una película de acción, mientras el edificio explotaba tras ellas. Alguien había dejado explosivos en el "videoclub".

-Vale, creo que hemos cumplido con nuestros dos objetivos: Escapar de la base reptiliana y acabar con el intento de sabotaje del Festival de Sitges -dijo Yekaterina-. Podemos volver a Arkham y celebrar nuestra victoria.

Las cabras y los gatos -animales que no sabían que en el futuro serían los amos y señores de internet- siguieron pateando, arañando, mordiendo y jugando con los reptilianos caídos mientras las Kates usaban su dispositivo de viaje en el tiempo. Aún quedaba una buena noche de fiesta para ellos, y al día siguiente, Sitges amanecería como si no hubiera habido un escuadrón de lagartos del futuro y con un incendio en un edificio abandonado. Tampoco sería nada por lo que preocuparse, y todo continuaría con normalidad. Aunque quedaba la duda ¿para qué habían atacado los reptilianos el festival de cine? quizás fuera un misterio sin resolver.