sábado, 29 de septiembre de 2018

El día de El Gran y Poderoso E

Los cánticos llevaban escuchándose desde primera hora de la mañana. Por toda la residencia estudiantil se escuchaban unas voces parecidas a cantos de algún tipo de monje, pero no de forma molesta, eran cantos suaves, que arrullaban a los estudiantes que iban despertándose para una nueva jornada en la universidad.

Cuando Araknek había comenzado su jornada de trabajo, estos ćanticos no les parecieron lo mismo que a los estudiantes. Se estaba preparando para la limpieza  con su equipo cuando escuchó esas voces y lo primero que pensó fue "problemas". Como no tenía ganas de problemas, fue a hablar de esto con Summanus, que ya estaba allí. Cuando le informó de la molestia, el dinosauroide torció el gesto.

-Sí, yo también he pensado en problemas. Lo malo es que Harvey y Anna Pickman están en Dunwich. Alguien ha decidido montar un campeonato de lucha libre con gugs que se han traído de Las Tierras del Sueño -fue la respuesta de Summanus.

-Cuando pensaba que no habría un lugar donde la gente cometiera más estupideces que en Arkham, a los Pickman se les ocurre abrir unos alojamientos en ese pueblo de degenerados endogámicos -dijo Araknek.

-Sí, bueno... tendremos que estar atentos por cómo continúa esto, y si son problemas pues... no sé, se lo decimos a Welcome, que es la superheroína oficial de la ciudad.

A Araknek pareció satisfacerle esta respuesta, por lo que volvió con su equipo y continuaron con la limpieza de los pisos. Según fue avanzando la mañana, los cánticos se hicieron más festivos, y parecían provenir de una planta de la residencia en concreto. Cuando Araknek se dio cuenta, ató cabos. Quizás no fuera ningún problema, sólo eran aquellos tipos extravagantes que adoraban a un trono vacío. Llevaban ya un buen tiempo alojados en La Llave y La Puerta y no habían dado problemas. Cuando acabó con su trabajo informó a Summanus para que no siguiera preocupado toda la mañana.

-¿Los adoradores de El Gran y Poderoso E? Entonces no pasa nada, estarán en una de sus sesiones de adoración, a veces dan un poco el espectáculo y después siguen a sus cosas, que no sé qué son, ni a qué se dedican, pero bueno...

Pero parecía que ese día era distinto para los adoradores de El Gran y Poderoso E. Alrededor del mediodía todos se congregaron ante la habitación donde estaba el trono de su dios mientras seguían con sus cánticos vocálicos. La puerta de la habitación se abrió y salieron dos adoradores portando sobre sus hombros el trono. Los cánticos subieron de tono.

Araknek estaba con Summanus en el vestíbulo y escuchaban perfectamente los cánticos, sobre todo porque parecían estar bajando por las escaleras en su dirección.

-Mmmm esto es nuevo -susurró Summanus.

Momentos después, todo el grupo de adoradores de El Gran y Poderoso E estaban en la planta baja, con sus cánticos cada vez más festivos. Uno de ellos avanzó y llamó la atención de todos los que estaban por allí.

-¡Regocijaos! ¡Hoy es el día sagrado de El Gran y Poderoso E! ¡Hoy es Aieu!  ¡Para celebrar este maravilloso día, El Gran y Poderoso E saldrá a la ciudad y todos los que quieran acompañarlo, podrán venir con nosotros!

Araknek y Summanus se miraron intrigados. En todo el tiempo que llevaban en la residencia estudiantil, nunca habían celebrado el Aieu ese. Summanus decidió preguntar a uno de los adoradores.

-Ah, es que no se celebra todos los años. Se celebra cada tres años, siempre y cuando la estrella del Gran y Poderoso E se encuentre en la posición correcta en el cielo -fue la respuesta.

Summanus volvió junto a Araknek.

-¿Será bueno que dejemos que esta panda hagan un desfile por la ciudad? -preguntó el dinosauroide.

-Nosotros nos tenemos que encargar de los asuntos de la residencia. Si quieren salir a dar un paseo y se los traga un ser protoplásmico no es cosa nuestra -le respondió Araknek.

Aun así, Summanus se sentiría mal si al grupo le sucedía algo -cosa muy probable en ciudad como Arkham-, así que decidió contactar con  Welcome para que siguiera de cerca el desfile y se asegurara de que no terminara en desastre.

Los adoradores de El Gran y Poderoso E salieron a la calle entre bailes y cánticos vocálicos, portando el trono y llamando la atención de los que caminaban por las calles. Algunos se giraban y miraban el espectáculo, pero la mayoría pasaban de todo. Cerca, Welcome los vigilaba mientras se comía un bocadillo.

El desfile decidió meterse en la carretera,  interfiriendo el tráfico. Los cláxones y gritos de los conductores no tardaron en llegar. Los adoradores de El Gran y Poderoso E pasaban entre los coches con banderitas y cantaban a los conductores. Algunos insultaban a los adoradores, pero alguno les daba dinero pensando que pedían limosna de una forma muy extraña. Alguno incluso se bajó del coche y se unió al desfile. Después de unos minutos de molestia para el tráfico, volvieron a la acera, con los que se habían sumado al desfile.

Sin que lo supiera ellos, cerca de allí, un panadero intentó utilizar una receta que había encontrado en un libro extraño para hacer una masa de pan que aseguraban que sería deliciosa. Debió hacer mal la mezcla, o fallar en el horneado, o en alguna otra cosa, porque la masa cobró vida propia y salió de la panadería extendiendo seudópodos lanzando cosas a la gente. Según avanzaba, la masa iba zampándose todo tipo de objetos inanimados. Parecía ignorar a la gente, y a los seres vivos en general, pero coches, farolas y papeleras eran absorbidas por el ser. Welcome se dio cuenta de la criatura cuando vio que se dirigía directamente hacia el camino que llevaba el desfile. Se preparó para enfrentarse a ella y evitar el caos que provocaría, pero antes de llegar allí, la masa fue aplastada por un inmenso pie escamoso. Se trataba de Dagon, que estaba en la ciudad para la visita acostumbrada a todo aquel que lo veía. La masa monstruosa se quedó como un pegote en el suelo, que fue rápidamente devorado por las palomas de la ciudad. Welcome se encogió de hombros y siguió al desfile.

En torno a la hora del té, Summanus llamó a Welcome para que le informara de cómo estaba yendo la cosa.

-Pues no te lo vas a creer. Estos tíos deben tener una potra gigantesca. Vamos, que soy uno de ellos y apostaba  a la lotería. Primero una masa de pan monstruosa se ha dirigido hacia ellos, pero ha aparecido Dagon y la ha aplastado. Un rato después, un grupo de gules anarquistas estaban peleándose con todo el que se cruzaba con ellos, pero cuando han ido a por los adoradores de El Gran y Poderoso E, se han topado con un primo de Shubbi que, casualmente, estaba de visita en la ciudad, y este se los ha merendado. Más adelante, un autobús había cobrado vida y se dirigía hacia ellos a más de cien kilómetros por hora, pero ha girado por la curva no euclidiana y ésta se lo ha tragado. Por no hablar de varios incidentes menores que han acabado en nada en cuanto se acercaban al desfile. Por todo el recorrido se ha ido uniendo gente y esto es una fiesta.

-Sí, tengo entendido que los adoradores de El Gran y Poderoso E suelen tener una suerte increíble. Ellos se lo atribuyen a su dios, que los cuida y evita que suceda nada.

-¡Pero si el trono está vacío! -exclamó Welcome.

-Ya... ellos insisten en que El Gran y Poderoso E es una entidad abstracta...

Bueno, ahora están yendo a la plaza más ampia de Arkham, donde dicen que harán una fiesta en honor a su dios, voy para allá, no sea que pase algo... aunque visto lo visto, podría irme a comerme unos churros.

Con lo que no contaba Welcome -ni nadie-, era con que el desfile llamaría una atención indeseada. Un miembro de La Fundación Wilmarth se encontró con el grupo de adoradores de El Gran y Poderoso E y, como era de esperar, lo tomó como que una secta de los DCC estaba atacando Arkham. Sin pausa, fue corriendo a la universidad -se había dejado el móvil en su casa- e informó al resto de miembros de la fundación. Después de tratar el tema de que no podían detonar explosivos dentro de Arkham, decidieron armarse con piedras con el símbolo arcano y tirachinas. Acabarían con aquellos adoradores de seres ignotos. Fueron avanzando por las calles de la ciudad como héroes que se dirigieran a la batalla más importante de su vida. La gente se apartaba de su camino y se les quedaba mirando. Eran sus héroes. Los que salvarían la ciudad. Ya podían ver allí, en la plaza más importante de Arkham, a los impíos adoradores de los DCC. No sabían lo que se les venía encima. Ese día sería recordado como el día en que la Fundación Wilmarth expulsó de su ciudad a los adoradores de los despreciables dioses blasfemos. Sería un gran día.

Varias horas después, la puerta principal de la residencia estudiantil La Llave y la Puerta se abrió y entró Welcome. Parecía estar realmente agotada, en sus ropas se veían restos de sudor y manchas de líquidos indefinidos. Summanus y Araknek  la vieron y le preguntaron cómo había ido todo.

-Pues los adoradores de El Gran y Poderoso E han celebrado una gran fiesta en honor a su dios. Esto ha llamado la atención de mucha gente, que se han apuntado al jolgorio... pero también se han enterado los de la Fundación Wilmarth. Los muy idiotas se han armado con piedras estrelladas y han querido enfrentarse a los de El Gran y Poderoso E.

-¿Y has tenido que luchar contra ellos? -preguntó Summanus.

-No, cuando estaban a punto de alcanzarlos se han cruzado con un batallón de estudiantes de Erasmus. Habían oído noticias de la gran fiesta e iban cargados con barriles de cerveza. Los de la Wilmarth están preparados para muchas cosas, pero no contra alemanes borrachos... al final los de la fundación han terminado bailando borrachos danzas tradicionales alemanas y ha habido una fiesta sin precedentes.

-Pero... ¿entonces por qué vienes como si hubieras luchado contra las fuerzas del mal? -preguntó Araknek.

-¿Por qué va a ser? Había una fiesta, así que me he desmelenado yo también. El desfile ya ha terminado y todos están volviendo a casa. Misión cumplida.

Welcome fue caminando hacia las escaleras mientras silbaba una tonadilla.

-Misión cumplida... pero si no hemos hecho nada -dijo Summanus.

-Déjalo -le dijo Araknek-, bien está lo que bien acaba.

lunes, 24 de septiembre de 2018

El caso de las poses de comic americano de los '90

N’kari, molesta, se dejó caer en la silla. En ese momento no parecía la diosa africana de las tormentas y la pasión violenta, ni la directora, productora y estrella del porno de éxito que era también. En ese momento era una entidad femenina sobrenatural muy atractiva, con un cuerpo voluptuoso de color ébano molesta y necesitada de una solución. Y había acudido a quien creía que podía dársela: Harvey Z. Pickman. A su lado, sentándose con más cuidado, estaba El que Legisla tras el Umbral. El Primigenio abogado, a quien había consultado primero la diosa, había aconsejado acudir allí. El asunto que la había llevado hasta allí no tenía ningún arreglo legal a la vista y Harvey era sacerdote de Yog-Sothoth, uno de los hechiceros más poderosos de Arkham y detective especializado en asuntos sobrenaturales, paranormales, interdimensionales y paradimensionales. A fin de cuentas, en Arkham no le faltaba trabajo precisamente. Pero siempre tenía tiempo para diosa, que, además era una amiga. Y es que Harvey había acabado por trabar amistad con los componentes del equipo Alfa Strike, y el hecho de que N’kari viviera en Arkham facilitaba el mantener el contacto. Así pues, tras los saludos de rigor, Harvey fue directo al grano:

-¿Qué necesitas de mí? -preguntó.

-Poses -soltó N’kari-. El problema son las poses. Estoy harta de poses, que sólo dificultan mi trabajo.

Harvey la miró extrañado. No veía a donde quería ir la diosa. Así pues, la animo a explicarse con más detalle. La mujer le explicó como, de improviso y sin que viniera a cuenta de nada, se había encontrado que durante el rodaje de una película para adultos que ella protagonizaba además de dirigir, los actores y actrices comenzaba a adoptar poses absurdas, forzadas y poco naturales en los momentos más insospechados. Y, claro, cuando a mitad de una escena de grupo en la que ella participaba, todo el elenco empezó a posicionarse de forma extraña y a adoptar poses que acabaron con diversas luxaciones y torceduras y daños en zonas sensibles, inclusive las de la propia N’kari, la diosa decidió dejar la cosa por imposible. Tuvo que detener el rodaje y mandar a todo el mundo a casa, al hospital o a donde fuera necesario. Y, tras ducharse, vestirse y dejarlo todo en orden y preparado para retomar las filmaciones lo antes posible, fue a ver a El que Legisla y, de camino, se encontró que no era algo exclusivo de sus actores. Por la calle, la gente caminaba adoptando posturas forzadas y, los que estaban parados, parecían estar en medio de una sesión de fotos muy sobreactuada, cambiando de postura continuamente, combinando lo ridículo con lo innecesario tratando de adoptar las poses más llamativas. Así pues, ya que el abogado no sabía nada al respecto y también le había pasado algo similar en los juzgados, con un ayudante del fiscal del distrito que lo hacía todo de la manera más dramática, espectacular y forzada posible, como si estuviera en una mala película de juicios, le recomendó que fueran a ver a Harvey.

Harvey admitía ser aficionado al trabajo de N’kari, pues había que reconocer que las películas que salían de su productora, tanto las orientadas al público humano como las que iban para el público divino y sobrenatural, eran de gran calidad en todos los sentidos y suponían una agradable diferencia con respecto al resto del cine para adultos. Y es que la diosa también hacía porno para dioses, entidades paranormales y seres interdimensionales. Obviamente este último sólo estaba disponible en determinados canales de distribución. Harvey estaba extrañado lo que le había contado N’kari. Ella establecía unos estándares para sus películas tratando de que todo fuera lo más natural posible, huyendo de las poses innecesarias y evitando las actitudes denigrantes y machistas. De manera que la tendencia de sus actores y actrices a esos aspavientos innecesarios era extraña. Y si además era algo que parecía estar extendiéndose es que alguien estaba tratando de montar algún problema en Arkham. Así pues, no dudó en aceptar el caso e iniciar de inmediato las investigaciones.

El primer paso era descartar a los sospechosos habituales: Vinnie West, tras los desmanes de la semana anterior, estaba bastante tranquilo y algo vapuleado. Además, lo de provocar poses absurdas no entraba en su modus operandi. Otra cosa habría sido ver una coreografía de muertos vivientes. Marty Eye Gore, demostrando un optimismo excesivo y una moral a prueba de bombas, seguía fuera de la ciudad participando en un concurso de belleza de villanos. Una de dos: o los demás participantes eran todos más feos que un mi-go atropellado o el pobre iba a hacer un ridículo espantoso. El curso académico estaba prácticamente recién empezado por lo que los estudiantes no habían tenido muchas oportunidades de meterse en líos, y lo que habían hecho entraba más en la categoría de fiestas universitarias fuera de control, con pocas molestias sobrenaturales o derivadas. Nyarlathotep llevaba un tiempo sin dejarse ver por la ciudad, al menos con sus avatares conocidos. Esto no quería decir nada, podría haber regresado con cualquier apariencia que no tuvieran catalogada, por lo que era mejor dejarlo como posible. Tan sólo quedaba por comprobar los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro. Por ello, para poder descartarlos, fueron primero a visitar a su eternos adversarios: los morlocks comunistas, por lo que se encaminaron hacia los túneles bajo la ciudad.

En algún lugar del subsuelo de Arkham el Equipo Exile de la Unión de Tribus Socialistas Morlocks tenía su base. La verdad es que, pese al fracaso de los regímenes comunistas de la Tierra, el régimen político y económico de los posthumanos venidos del lejano futuro funcionaba bastante bien. El hecho de que cuando les hablaran de los miembros del partido comunista de Arkham reaccionaran como si les hubieras hablado de una obscenidad poco grata era una pista clara: Aunque teóricamente habían leído la obra de Marx y conocían el Manifiesto Comunista, todos esos grupos y partidos políticos no habían acabado de entender las complejidades del asunto y acababan derivando en situaciones confusas y que era mejor olvidar. Por su parte, los morlocks habían logrado desarrollar un socialismo que funcionaba bastante bien precisamente porque habían captado la situación mucho mejor y habían dado con la forma más apropiada para desarrollar un régimen que funcionaba sin necesidad de todos los aditamentos totalitarios. A fin de cuentas, como ellos decían, eran posthumanos. Habían aprendido de los errores de sus predecesores. Por ello, pese a que no les hacía gracia el capitalismo, prescindían del proselitismo y se dedicaban a sus asuntos, tratando con la gente de este tiempo con una actitud pragmática. A fin de cuentas, su objetivo era frustrar los planes de sus adversarios natos, los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro y su Reich escamoso. Pero, con el paso del tiempo, ya que ninguna de las dos facciones lograba imponerse definitivamente, acabaron por establecer un equilibrio de fuerzas y una vigilancia mutua que hacía que los morlocks lograran frustrar muchos de los intentos de los reptilianos. El resto habitualmente fallaba por incompetencia pura y dura o por la intervención de otros agentes, como Delta Wave Welcome, Alfa Strike o los Pickman. Así que, si Harvey, N’kari y El que Legisla querían encontrar información sobre los reptilianos sin acudir directamente a estos, optaron por ir a hablar con los morlocks.

En la base morlock fueron recibidos por Konstantin, con quien ya habían tratado en diversas ocasiones. El mecánico morlock estaba algo molesto, ya que ellos y otros habitantes de los túneles también se habían visto afectados por la epidemia de poses absurdas y forzadas. Y la verdad era que no era algo que les había hecho mucha gracia. Por supuesto, en primer lugar sospecharon de los reptilianos, pero ellos tampoco se habían librado de este problema. Era extraño, porque, aunque a veces sus planes eran absurdos, propios de una película de serie B o incluso Z o parecían sacados de algunas de las más peculiares historias pulp, no era normal que les estallara en la cara de esa forma. Una vez trataron de derrotar a los morlocks usando ondas hipnóticas para sugestionarlos a bailar sin parar mientras escucharan polcas y marchas militares reptilianas, pero algo les salió mal y habían sido ellos los que estuvieron bailando hasta el agotamiento para diversión de sus enemigos que habían disfrutado del espectáculo. Pero esto era diferente. De hecho, al comparar y cotejar información entre ellos, Harvey comenzó a tener una idea. Era algo que comenzaba a asomar levemente en los límites de su pensamiento, sin acabar de tener una forma definida, pero ahí estaba. Aquello le resultaba levemente familiar pero no sabía a que atribuirlo. Fue un comentario realizado de pasada por Konstantin lo que comenzó a dar forma más definida a la idea. Y es que el mecánico morlock había dicho: “Esto no parece demasiado lacertonazi, me recuerda más a los locos aquellos del incidente Pánico en los Túneles, los de Majestic 13, que parecían una mezcla de estereotipos entre agencias de seguridad paranoicas de los años 50 y héroes de acción de películas de los 80”. Rápidamente, Harvey sacó su móvil, se conectó a la red Wi-Fi morlock e hizo una serie de búsquedas en Internet. Finalmente dio con lo que estaba buscando y se lo enseñó a los demás: portadas y viñetas de comics americanos de los años 90 con personajes ataviados con uniformes que, en ocasiones, rozaban lo absurdo y, sobre todo, poses, muchas poses absurdas, innecesarias, forzadas y poco naturales. Igual que lo que estaba pasando en Arkham. Pero, ¿quién había sido el culpable de ese extraño fenómeno? En ese aspecto estaban todos desconcertados. Fue entonces, mientras pensaban sobre el asunto cuando N’kari dio con la posible solución:

-¿No podría ser alguno de esos extraños e inefables planes de Nyarlathotep?

Lo cierto es que el Caos Reptante llevaba un tiempo desaparecido de la ciudad, o al menos sin mostrarse con un avatar conocido, pero como estos no le faltaban precisamente, si que podía ser que hubiera regresado en secreto para poner en marcha algún extraño plan. Nyarlathotep habitualmente se dejaba ver como Faraón Negro o El que Comenta en la Oscuridad, aunque en ocasiones había adoptado otras formas. Así que tenía muchas posibilidades de ser ese el origen del problema. Ahora sólo restaba encontrarlo. Pero ¿cómo localizar a un dios primigenio y exterior capaz de adoptar un millar de formas cuándo ni siquiera sabían que estaban buscando? Entonces El que Legisla tuvo una idea. Rápidamente, el grupo integrado por el abogado, Harvey, N’kari y Konstantin se encaminó al despacho del letrado. El morlock se había unido a ellos porque también tenía interés en conocer la causa de todo aquel asunto y, de paso, enterarse de primera mano cuando se solucionara.

Ya de vuelta en la residencia universitaria, donde El que Legisla tenía su oficina, éste se puso a trabajar rápidamente con su ordenador. Entró en ElderGodBook, la red social de dioses, seres primigenios, sobrenaturales, extradimensionales y demás y comenzó a buscar. Una ventaja de esa red era que allí había una cantidad ingente de usuarios y, tarde o temprano se podía localizar a alguien de forma directa o indirecta. Además, Nyarlathotep tenía perfiles para una gran mayoría de sus avatares, aunque se rumoreaba que los tenía a todos. Pero como nadie conocía el censo exacto de estos, era difícil asegurarlo. Pero, poco a poco, indagando y buscando, El que Legisla dio con lo que estaba buscando: un sujeto obsesionado con el mundo del cómic, particularmente los superhéroes de los años 90 en el cómic americano, que parecía haber tenido mucha influencia durante ese tiempo. Se hacía llamar Jim ROB! Lee Field. Ya tenían a su objetivo. Ahora quedaba localizarlo. Era obvio que estaba en Arkham, o, al menos, había pasado por allí, ya que su biografía estaba llena de fotos que había tomado de gente adoptando poses durante todo el día. Pero tenían que saber donde se encontraba exactamente.

Si había que localizar a alguien, Harvey era el más apropiado. No sólo por los contactos que tenía a lo largo y ancho de la ciudad, en la policía, ayuntamiento y la universidad, que había cultivado por motivos de su trabajo y por su posición como vástago de la adinerada familia Pickman, y es que también contaba con otro tipo de recursos. Entre estos se podía contar con un hechizo de localización muy útil y rápido de usar que le había enseñado su prima Anna y que había demostrado su eficacia en diversas ocasiones. Por ello, tras pronunciar una sarta de palabras en un idioma extraño y poco grato, apareció un rastro verde flotante que se movía directo hacia su objetivo. Ellos sólo tenían que seguirlo.

Un poco más tarde, pues no tuvieron que ir muy lejos, ya que, por una de esas leyes de la causalidad y la narración derivadas del Factor Arkham, o simplemente porque era un lugar popular, económico y que se comía bien para lo que era un restaurante de su categoría pues la materia prima era de buena calidad traída directamente de Innsmouth, su objetivo estaba en el EldritchBurguer. Era un avatar de Nyarlahtotep, estaba claro, pues podía pasar por un humano convencional. Pero, claro, el haz luminoso verde llevaba directamente hasta él. El sujeto, que estaba acabando su bocadillo de pescado, hizo caso omiso de ellos. Sin embargo, cuando acabó de comer, les preguntó que querían. La verdad es que fueron bastante directos, y, el tal Jim ROB! Lee Field no dudó en identificarse como tal y reconocer que era el causante de todo aquello. La verdad es que como avatar de Nyarlathotep no parecía de los más listos. El hechizo lo identificaba como el sujeto al que buscaban, pero, de todas formas, reconocer que eras el causante del caos organizado por las poses absurdas e innecesarias (aunque hay que reconocer que salvo por casos puntuales tampoco era tan grave) ante una diosa muy cabreada y sus acompañantes no era una muestra de gran inteligencia. N’kari fue firme y directa: les iba a acompañar a tratar el asunto en un lugar más privado. No aceptaría una negativa por respuesta. Por ello, el tal Jim ROB! Lee Field fue con ellos amistosamente. Harvey les condujo hasta una de las dependencias del sótano de la residencia universitaria La Llave y la Puerta. A fin de cuentas, allí abajo había bastante espacio y diversas habitaciones y almacenes para usos diversos. Entraron el avatar y N’kari y se cerró la puerta. Harvey, El que Legisla y Konstantin se fueron a tomar algo mientras tanto. Fue mientras disfrutaban de un café cuando el morlock hizo la pregunta:

-¿Qué le estará haciendo N’kari allí abajo?

Pickman y abogado intercambiaron una mirada y fue éste último el que habló:

-Cuando se trata de N’kari lo mejor es no preguntar. Si hubiera sido un humano que le hubiera gastado una mala pasada, se había llevado un simple escarmiento, nada muy grave. Pero al ser un avatar de Nyarlathotep, y encima le ha afectado en su trabajo… bueno, es algo más personal. Seguramente se entregará a fondo. En cualquier caso, es mejor no preguntar. Y ten por seguro que es muy poco probable que volvamos a ver a Jim ROB! Lee Field.

Un par de horas más tarde, una N’kari más cansada pero satisfecha se reunió con ellos para comer y celebrar con gran regocijo y mucho sexo que aquel asunto había acabado.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Jurassic Arkham

Septiembre es el mes en el que Arkham cobra vida. Los meses de verano suelen ser más tranquilos en una ciudad universitaria como es esta, así que, con el nuevo curso, la ciudad vuelve a su natural estado de ser, con los estudiantes bullendo por las calles y yendo en masa al campus de la Universidad Miskatonic. Es el regreso a los pisos de estudiante, las casas compartidas y las residencias estudiantiles, como La Llave y La Puerta. También suele ser el mes que trae nuevos quebraderos de cabeza.

Daisy Springwood estaba de vuelta de sus vacaciones en Maine, preparada para un nuevo curso en el que poner firmes a los creyentes en teorías absurdas, además de su trabajo habitual en el laboratorio. Eran las dos cosas que más le apasionaban en la vida, por lo que el regreso era algo que celebrar. Por esto, caminaba con una sonrisa por el campus de la universidad en dirección al comienzo de curso. Lo que no entendía era por qué a su paso la gente se ponía a gritar y salía corriendo. Ya se había acostumbrado a las excentricidades de los alumnos y profesores de aquella universidad, por lo que no era tan sorpresa para ella que se comportaran como chiflados, pero eso no dejaba de hacerlo molesto. Llegado un momento, escuchó un estruendo detrás de ella y se volvió para ver a la alumna más popular de la universidad, Evangeline Parker, saludando a la gente que, por algunaa razón, estaban aplaudiendo. Detrás de ella había un montón de huesos fósiles desperdigados de cualquier manera. Las excentricidades Daisy las dejaba pasar, pero el maltrato y destrozo del patrimonio de la ciencia ya era otra cosa. Por supuesto que se quejaría del destrozo de aquellos restos fosilizados.

Lo que no sabía Daisy Springwood (porque no se había dado la vuelta), era que, mientras ella avanzaba sonriente por el campus, detrás de ella iba un esqueleto perfectamente formado de Tiranosaurio. Welcome lo había visto y, cuando vio que se disponía a lanzar su ataque sobre Daisy, se convirtió en Deltra Wave Welcome y acabó con la amenaza. Ese sería sólo el primero de los incidentes con esqueletos de dinosaurios atacando la universidad.

Después de que un Paquicefalosaurio hiciera añicos una de las cafeterías más populares del campus, Welcome decidió informar en La Llave y La Puerta de los misteriosos ataques de esqueletos de dinosaurio. En la reunión informativa estaban Welcome, Brontes, Harvey y Anna Pickman, y Summanus.

-Eeeeh, no es por poner pegas, pero ¿qué pinto yo en esta reunión? -preguntó Summanus después de que Welcome expusiera el caso.

-No hay que ser muy inteligente para saber eso. Eres un dinosaurio -le dijo Brontes.

-Ah, claro, y como soy un dinosaurio tengo que saber por qué unos huesos de hace 65 millones de años están destrozando la universidad. Esa es una apreciación bastante racista... o especista, en este caso. Aunque habría que aclarar que yo no soy un dinosaurio, soy un descendiente de dinosaurios. Si yo estoy aquí por descender de ellos ¿por qué no habéis traído a unas palomas?

-Esto está siendo un poco embarazoso -musitó Anna.

-No, no, tampoco os sintáis mal. Estaba bastante aburrido con las cuentas de la residencia. Esto es más entretenido...

-Bueno ¿ha terminado la ronda de quejas y preguntas? -dijo Harvey -. Deberíamos investigar quién está detrás de estos ataques. Está claro que los dinosaurios no se han levantado ellos solitos para atacar a la universidad. Que todos los ataques hayan sido en el campus indica que hay una intención detrás de ellos.

-Alguien que tenga algo en contra de la Miskatonic... ¿descartamos a los habituales? -preguntó Anna.

-No, cualquiera de ellos puede ser el responsable. De hecho, como no tenemos nada, sugiero que echemos un vistazo a qué están haciendo Vinnie West, Marty Eye Gore y todos los científicos locos de la ciudad.

Un día después.
A media mañana, el grupo de investigación del caso de los esqueletos de dinosaurio se volvió a reunir para cotejar los resultados de cada uno.

-Marty Eye Gore está participando en el certamen de este año de Mister y Miss Villano, así que queda descartado -dijo Brontes.

-¿Se ha presentado a un concurso de belleza? Eso sí que es tener la autoestima alta... -dijo Summanus.

Los demás se le quedaron mirando.

-¿Qué? No me iréis a decir que soy el único que se ha fijado en que es más feo que Picio...

-Yo he conseguido hablar con un esbirro de Vinnie West -dijo Welcome -. Lo de hacerme pasar por rubia tonta ha resultado ser muy útil. Me ha contado que estaba preparando la reanimación por medio de la estimulación por música mala, que consiste en poner cancioner horrendas a los cadáveres, pero durante el experimento, tuvo un tropezón y, después de eso, decidió dejarlo todo y fue por un agujero.

-¿Un agujero? -preguntó Harvey extrañado.

-Sí, dice que salió a la calle y abrió un agujero, como la entrada a un túnel.

-¿Vinnie West en los túneles morlocks? -dijo Anna rascándose la barbilla.

-El esbirro no sabe más. Sólo sabe que Vinnie se metió allí dentro y no ha vuelto desde entonces. Hará como una semana de eso.

-¿Qué buscará alguien como Vinnie de los túneles bajo Arkham? -se preguntó Harvey.

Túneles bajo la ciudad de Arkham

En una oscura caverna, desconocida para la mayoría de los habitantes de los túneles bajo Arkham, un enloquecido Vinnie West supervisaba la excavación. Pero no era exactamente Vinnie West, sino la versión nigromántica villanesca que tomaba el control después de algún golpe. Para diferenciarse del Vinnie normal había decidido llevar una capa negra de villano. Junto al nigromante enloquecido, un sargento de las SSSSS SSSSS de los reptilianos observaba el trabajo con atención.

-Esssssto essss fantástico -dijo el lacertonazi -. El ussso de fósssiles como ssssooldadosss es un plan digno de nuesssstro Reich.

-Y yo estoy muy orgulloso de trabajar con el Reich de los mil años reptilianos -comentó Vinnie -. Si no fuera por esa entrometida de Delta Wave Welcome, la Universidad Miskatonic ya sería un montón de escombros.

-No te preocupesssss, tenemosss un plan para esssa sssupuesta sssuperheroína.

Residencia estudiantil La Llave y La Puerta

Un estudiante nuevo en la ciudad estaba recriminando al recepcionista porque su moto había sido golpeada por un ser gigantesco que estaba golpeando en una ventana, cuando fue interrumpido por alguien que le tocó en el hombro. Se volvió, dispuesto a dejar salir su ira hacia el entrometido, cuando vio algo que no supo comprender del todo. El recepcionista lanzó un suspiro profundo. Para él, aquello era un martes cualquiera.

El teléfono móvil de Summanus sonó, y el dinosauroide respondió a la llamada. Se trataba del recepcionista de la residencia. Le había dicho que iba a una reunión, por lo que el chaval había supuesto que no estaba en el edificio. Le llamaba para informarle de que tenía una sorpresita en el vestíbulo y un cliente que había fallado la tirada de cordura.

-Chicos, creo que nos atacan. -dijo Summanus tras colgar.

El grupo de investigación al completo fue recepción y, cuando llegaron allí, se encontraron con algo que no esperaban. Aparte del estudiante que había perdido el norte -estaba en un rincón corriendo en círculos-, una especie de conglomerado de huesos formado entre los esqueletos de varios dinosaurios estaba destrozando el vestíbulo de la residencia. Tenía varias cabezas y varios pares de garras afiladas, con las que destrozaba sillones y sacaba el relleno de los sofás.

-¡Eh, montón de huesos! ¿Sabes cuánto nos costó ese sofá? -dijo Harvey para llamar la atención del constructo mágico.

La criatura se volvió hacia ellos y soltó los muebles que destruía. Intentó rugir -evidentemente no pudo, porque no tenía cuerdas vocales ni nada con lo que pudiera soltar un sonido que no fuera el traqueteo de huesos- y se lanzó hacia ellos.  Harvey interceptó al monstruo creando una protección mágica, contra la que chocó la criatura. Anna salió de detrás de la protección  y de una patada hizo que dos de las cabezas salieran disparadas. Brontes, que no tenía ganas de pelea, simplemente salió, tiró al suelo al montón de huesos y lo pisoteó hasta que se convirtió en un montón de polvo.

-Buenooooo, la que se va a liar cuando Araknek vea esto -dijo Summanus.

Welcome se acercó al montón de polvo y sacó una cinta que el bicho llevaría atada en algún sitio.

-Estos tíos son tontos, mirad.

Welcome mostró la cinta y lo demás la miraron. Era una cinta roja con una esvástica dentro. No había que ser muy listo para saber quien lo había puesto.

-Eso es lo que hace Vinnie en los túneles -dijo Harvey -. Está con los RNLO.

-Bueno -dijo Anna -, pues podemos hacerles una visita. Ya que ellos han destrozado nuestro vestíbulo, podemos devolverles la jugada.

 Túneles bajo la ciudad de Arkham

Encontrar la guarida de Vinnie West en los túneles no fue fácil. El grupo de investigación bajó por una de las entradas habituales de los morlocks y hablaron con ellos de la amenaza. En esos momentos estaban muy ocupados con unas elecciones electorales, por lo que la únic ayuda que pudieron prestar fue señalar los lugares habituales por los que solían deambular los RNLO. Allí se dirigieron, pasando por cuevas en las que aparecían murales en los que horrorosas blasfemias jugaban al volley playa, saludaron a los habitantes con forma de gusano de determinadas cavernas innombrables y en un rescoldo perdido se encontraron con un buhonero que les intentó vender armas y equipo de combate. Por no llevar un mapa, se perdieron y pasaron un  día entero en un dungeon donde tuvieron que evitar a un grupo de orcos cantantes sinfónicos que pretendían cantarles todo su repertorio y un brujo no muerto que se había metido a poeta. Consiguieron huir sanos mental y físicamente de ese horrible dungeon y pudieron encontrar de nuevo el camino a los túneles de Arkham. Pronto se encontraron con un pequeño escuadrón de reptilianos que no supusieron ninguna amenaza. Una vez derrotados les pidieron amablemente que les dijeran dónde estaba la guarida de Vinnie West, a lo que los reptilianos respondieron después de la tortura de ponerles canciones de navidad cantadas por Alvin y las Ardillas.

-Creo que hemos sido muy crueles con esos reptilianos -dijo Brontes -. En la guerra no está todo permitido.

-Puede que no, pero después de lo que le han hecho al sofá del vestíbulo, eso es lo que se merecen esos lagartos nazis -dijo Anna entre dientes.

-Pero ¿creéis que nos ha dicho la verdad? Yo respondería cualquier cosa con tal de que me quitaseis esa horrible música -insistió el cíclope.

Cruzaron una esquina y se encontraron con la excavación en la que estaba trabajando un gran grupo de reptilianos al mando de Vinnie West y el reptiliano de las Sssss Ssssss. Se trataba de una inmensa caverna en la que en paredes y suelo estaban sacando esqueletos de toda clase de dinosaurios. Era como hubiera habido una gran fiesta de dinosaurios y, de repente, todos hubieran sido fulminados para ser desenterrados millones de años en el futuro.

-¡Mirad quienes están aquí! ¡Los héroes de Arkham! -exclamó Vinnie West.

-Sí, eso dicen que somos -le respondió Welcome.

Los reptilianos dejaron de excavar y se quedaron mirando a los recién llegados.

-¡No osss quedeissss mirando. ¡Atacad! ¡Atacad! -exclamó el reptiliano de las Sssss Sssss.

Los reptilianos excavadores se lanzaron contra el grupo armados con palas, picos y escobillas, mientras Vinnie preparaba macabros hechizos. Harvey se dedicó a la defensa mágica, deshaciendo los hechizos de Vinnie mientras los otros derrotaban fácilmente a los pobres reptilianos.

-¿Desde cuando sabe magia este? -preguntó Brontes.

El reptiliano de las Sssss Sssss, al ver que, claramente, estaban siendo derrotados, se metió por una grieta y desapareció de allí, dejando a Vinnie a solas contra sus enemigos.

-No creáis que habéis ganado ¡¡¡Levantaré los restos fósiles de todos estos dinosaurios!!! ¡¡¡Seréis devorados horriblemente!!! ¡¡¡Pediréis piedad y no os la concederé!!!

De repente, un reptiliano inconsciente cayó sobre Vinnie, dejándole fuera de juego inmediatamente. Todos se quedaron mirando a Brontes.

-¿Qué? Me diréis que soy el único que quería callarlo como fuera...

Cogieron al inconsciente villano y lo llevaron fuera de los túneles. Ni se molestaron en buscar al reptiliano que había huido tan cobardemente, no merecía la pena. Cuando estuvieron ya en las calles de Arkham, Vinnie se despertó y se encontró rodeado por los héroes de la ciudad.

-Yo no he hecho nada... -dijo.

-Ya -le respondió Harvey -, no has hecho nada, pero nos vas a ayudar a reponer los muebles que tu monstruíto de huesos ha destrozado en nuestra residencia.

-¿Qué monstruíto de huesos? ¡No entiendo nada! -insistió Vinnie.

-Amnésico perdido... yo lo dejaría irse -dijo Anna.

Así, dejaron marchar al intento de villano, que aún se preguntaba qué había sucedido. Una vez más, sin saber que una identidad más villanesca que él se ocultaba en su interior, esperando el momento para volver a liarla.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Noche de Kates

Estaba prácticamente iniciado el mes de septiembre y Kate Ashford se hacía a la idea de la inminente vuelta a clase. El mes de agosto en Arkham había sido muy tranquilo, gracias a un incidente en el que intervinieron unas palomitas adulteradas, un ciclo de cine de zombis nazis y los morlocks comunistas, pero esto no había impedido que en Dunwich las welclones hubieran tenido mucho trabajo. La región se estaba volviendo popular como destino de vacaciones y eso repercutía en los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta. Pero el verano se encaminaba hacia su fin y, con él comenzaba un nuevo ciclo escolar en la Universidad Miskatonic. Había tenido todo el verano para hacerse a la idea de lo sucedido durante la Crisis of Infinity Kates, con todo aquel viaje en el tiempo y sus versiones alternativas y ancestros. Tenía que reconocer que, pese a todo aquel caos y las batallas contra los invasores de otra línea temporal alternativa que pretendían acabar con ella habían sucedido cosas interesantes. Y el sexo con sus antepasadas y su yo de un futuro alternativo había sido genial. Claro que descubrir que en el futuro iba a tener una hija por cortesía de la unidad de medicina reproductiva y el departamento de genética de la Miskatonic y el Hospital Universitario de Arkham la había dejado bastante sorprendida. Pero todo aquello ya había quedado atrás. El verano tocaba a su fin y sólo tenía que preocuparse de regresar a las clases y de que Welcome no le organizara un trío sorpresa con su yo alternativo, Kate “Bogatyr” Ashford, una versión suya más mayor procedente de un futuro en el que los reptilianos dominaban USA. Pero no era de su novia de quien tenía que preocuparse. Y de eso se dio cuenta cuando, al regresar al piso de estudiantes en el que vivía, se encontró a Bogatyr esperándola. Ésta, al desaparecer su línea temporal, se había quedado huérfana en el tiempo y había optado por quedarse con los morlocks comunistas para seguir luchando contra los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro.

El hecho de que la esperara medio desnuda ya le daba una pista clara sobre sus intenciones. Y, bueno, no iba a ser la primera vez que se acostaban y, al ser ella misma pero de una línea alternativa, tenía un cierto morbo. Cuando Kate se despojó de sus cosas, dio un beso a Bogatyr y la abrazó. Le había pillado por sorpresa pero siempre se alegraba de verla. Y, ya que estaba, no iba a desperdiciar la oportunidad. Y cuándo las cosas iban a pasar a mayores, Bogatyr le dijo que le aguardaba una sorpresa en el dormitorio. Kate empezó a recelar, aunque como mucho se esperaba encontrar a Welcome, a Yekaterina (la Kate morlock de dentro de un millón de años) o incluso a alguna welclon. Pero lo que se encontró en el dormitorio era algo muy diferente y completamente inesperado: completamente desnuda, con una botella de whisky irlandés, aguardaba expectante y cachonda Kate la Roja, su antepasada irlandesa del siglo X, una bruja y sacerdotisa de Shub-Niggurath alocada y con un hígado a prueba de bombas, capaz de beber alcohol como si fuera agua. Eso era raro. Era muy raro. Tras la Crisis, todas las Kates habían vuelto a sus respectivos lugares de origen (salvo Yekaterina y Bogatyr que fueron con los morlocks). Pero, como Kate era bastante práctica, decidió que lo primero era lo primero: no dejar lo que tenía entre manos (a su yo más mayor de un futuro alternativo bastante cachonda) y hacer las preguntas después.

Un par de horas más tarde, agotadas, satisfechas y duchadas, en bata, pudieron hablar del asunto. La cosa, tal y como explicó Bogatyr, es que Yekaterina y los morlocks estuvieron rastreando un tiempo las líneas temporales tras la Crisis, asegurándose de que todo iba bien y no había alteraciones indebidas. Entonces descubrieron que en el presente de Kate la Roja llegaba un momento en que, superado el punto crítico según el cual su muerte provocaría la interrupción de la línea genética que acabaría en Katherine Ashford, la irlandesa moría. ¿Qué había pasado? Porque la habían recogido unos días antes de alcanzar ese punto crítico y su muerte era un par de meses después. Y era obvio que la Roja ni estaba embarazada cuando atentaron contra ella ni le había dado tiempo a estarlo y dar a luz. Por ello, investigaron más a fondo. Y es que el punto de inflexión se producía con el nacimiento de la hija que iba a tener Gwen, la sobrina de Kate la Roja. La bruja irlandesa iba a actuar de comadrona y gracias a eso el parto acaba bien. Sin ella, tanto la madre como la recién nacida morían. Y unos meses más tarde, la sacerdotisa de Shub-Niggurath, borracha como una cuba tenía un accidente con un caballo que acababa con su vida. Por ello, los morlocks, tras asegurarse de que la extracción de la Roja en el momento adecuado no iba a tener consecuencias graves, lograron salvarla in extremis para minimizar los riesgos espaciotemporales. Y tras un periodo de recuperación, habían decidido darle la noticia a Kate y, bueno, una cosa llevó a la otra, y acabó desencadenando ese peculiar trío. Eso sí, en cuanto Welcome se enterara se pondría la mar de contenta. Era como tener Kate clones, su novia repetida en varias versiones, como estar en el Paraíso.

Pero antes de darle la noticia a Evangeline, que llevaba unos días enredada con la alianza situacional entre Reptilianos Nazis del Lado Oscuro y el Vinnie West Oscuro, decidieron que, a fin de cuentas, ya que estaban juntas de nuevo, podían celebrar el regreso de las Kate Rangers por todo lo alto, aunque faltaran algunas de sus componentes. Por ello, fueron a buscar a Yekaterina y esa noche, todas juntas y arregladas, se fueron de fiesta. Era una noche de Kates. O eso esperaban.

Nyarlathotep, que sabe más por viejo que por diablo y que, de una manera o de otra, se acaba por enterar de todo, estaba al tanto del regreso de Kate la Roja. Y, aunque Kate le caía bien dentro de lo bien que puede caerle una efímera humana al Caos Reptante, el Sin Rostro, Mensajero de los Otros Dioses, el de los Mil Rostros, Padre del Millón de Favorecidos, la verdad es que llevaba un tiempo sin hacer nada en Arkham. Pero, la verdad, es que no le apetecía demasiado montar algo muy grande. Se estaba divirtiendo con otros asuntos a nivel internacional y tenía otros planes dentro de planes dentro de planes en marcha. Por ello, decidió poner a prueba a las Kates enviando a un peón menor. Era una de esas piezas tan ridículas que podía considerarse el peón de un peón, y ni siquiera hacía falta incitarle demasiado. Era lo bastante idiota como para ponerse el sólo en marcha sin darle mucho impulso. Se trataba de Richard Dalton, aunque prefería que le llamaran Ur-Tep en su círculo ocultista. Era un sujeto que, para variar había entendido al revés todo el trasfondo ocultista que había en Arkham y se había apuntado a la Logia Mistérica del Aklo-Sabaoth. Tras este rimbombate nombre se podía hallar a un grupo de impresentables e idiotas que pensaban que lo oculto era divertido y que sería una buena forma de conseguir chicas mientras ejecutaban hechizos y tal. Quien estaba detrás de este grupo en concreto (pues había otros similares por la ciudad y normalmente resultaban inofensivos hasta que leían lo que no debían y los Pickman o Welcome tenían que arreglar el asunto) no era otro que Nyarlathotep. En realidad eran bastante lamentables y pecaban de un cierto machismo rancio pero a veces podían resultar mínimamente útiles. Pero muy minimamente. Ur-Tep, o Richard Dalton, había ascendido dentro de la escueta jerarquía del grupo y estaba en una posición de confianza del líder, que no era más que otra marioneta de Nyarlathotep. Por ello, el Caos Reptante, el Sin Rostro, Mensajero de los Otros Dioses, el de los Mil Rostros, Padre del Millón de Favorecidos, decidió hacer uso de él para tocarle un poco las narices a Kate y de paso echarse unas risas. La verdad es que Dalton era un energúmeno que se creía un imán para las mujeres. Era atractivo y había logrado apuntarse unas cuantas conquistas poco selectivas y eso había hecho que se le subiera el ego. Por eso, Nyarlathotep, a través del líder del culto, le comentó que Kate iba a salir esa noche con otras chicas y que todas ellas podían ser presas fáciles de su encanto y atractivo. Y, claro, el muy idiota se lo tragó.

Esa noche, mientras las chicas se lo pasaban bien bailando y disfrutando de la música, Ur-Tep o Richard Dalton se encaminó al local en donde estaban ellas y entró. El Caos Reptante, el Sin Rostro, Mensajero de los Otros Dioses, el de los Mil Rostros, Padre del Millón de Favorecidos cogió un paquete extra grande de palomitas y se preparó para disfrutar del espectáculo. El primer contacto no fue mal, ya que las Kates se estaban divirtiendo y no esperaban que un moscón fuera a molestarlas. Pero en cuanto Dalton empezó a ponerse pesado, no tardaron mucho en quitárselo de encima y optaron por cambiar de local. No iban a dejar que un idiota les estropeara la noche.

En el siguiente sitio se encontraron por sorpresa con Ashley Johnson. La capitana de GodHunters y directora de la oficina local de Omicron Scorpions había participado en las Crisis of Infinity Kates, incluso se las habían visto con su versión alternativa malvada. La mujer había acabado por llevarse bien con Kate y Welcome y se habían acabado por hacer amigas pese a que trabajaba para una empresa a la que el equipo de dioses Alfa Strike se había enfrentado en diversas ocasiones. Por suerte, los fracasos acumulados por NWE en sus intentos de capturar dioses y seres sobrenaturales para desarrollar super tecnología y super armas había hecho que la multinacional acabara por cambiar de política. Así pues, al encontrarse Ashley con las Kates, estas la animaron a unirse a ellas. Mientras hablaban y disfrutaban de la compañía y la música, volvió Richard Dalton. Herido en su amor propio y dispuesto a no aceptar un nuevo rechazo, se acercó con sus aires de ligón barato de discoteca al grupo. Las mujeres se dedicaron a negarse a aceptar sus entradas de forma educada pero llegó un momento en que les hincharon las narices. Así que, optaron por una manera rápida y poco dolorosa de librarse de él. Le hicieron salir e ir a un callejón próximo. Dalton, como buen idiota que era, pensaba que había triunfado y que se lo iba a hacer con todas a la vez en aquel sitio, o al menos con alguna de ellas. Pero cuando las chicas lo acorralaron contra la pared y Kate hizo una llamada por el móvil, se dio cuenta de que algo iba mal. Unos minutos más tarde, un byakhee con la gorra de Byakhee Express aterrizaba al lado de ellas y se marchaba con un pasajero al que habían atado y amordazado. Como no tenían nada práctico a mano, utilizaron la correa de él para atarlo y, a falta de un pañuelo, Bogatyr se quitó las bragas y se las embutió en la boca. El tiempo que había pasado en la Resistencia luchando contra Reptilianos Nazis le había quitado los restos de pudor que tuviera y le habían dado una visión muy pragmática de la vida. Y, tal vez, así lograran librarse del pesado ese. Tampoco es que lo mandaran muy lejos, sólo a la otra punta de la ciudad. Así tendría que coger un taxi para regresar allí. Pero ellas optaron por no esperar e ir a otro sitio. Y, tal vez, al llevarse las bragas como trofeo o mordaza, se calmara un poco.

En el siguiente lugar en el que acabaron se encontraron a N’kari. La diosa africana de las tormentas y la pasión violenta, que tenía su propia productora de cine para adultos, además de dirigir y protagonizar algunas películas, era una mujer con la piel de color ébano y un escultural cuerpo cargado de curvas coronado por una espléndida mata de cabello blanco muy largo. También era una de las amantes de Kate, al menos cuando Kate quería tener sexo hasta perder el sentido o quedar muy cansada, ya que N’kari era tan apasionada y tenía tanto vigor que Kate optaba por acostarse con ella haciendo un trío con Welcome. Así la diosa repartía su ímpetu sexual entre las dos. Y, además, era bastante simpática cuando la conocías. Así pues, se unió al grupo formado por las Kates y Ashley Johnson. Tras la ampliación, las mujeres siguieron disfrutando de la noche y la música. Pero, sin saber como, Richard Dalton volvió a encontrarlas (Nyarlathotep le indicaba donde iban). En esta ocasión, antes de recurrir a medidas más drásticas, recurrieron a una medida bastante drástica: N’kari, a la que las demás la habían puesto en antecedentes, se ocupó de él. Se lo llevó fuera y, unos veinte minutos más tarde, la diosa regresó acabando de arreglarse el vestido. Tal y como les contó, el muy gallito no le había durado nada, y si había tardado era porque había usado sus poderes como diosa de la pasión violenta para ponerlo en pie de nuevo y poder tener sexo varias veces. Y ni por esas, pues acababa muy rápido y ella se quedó igual. Pero al menos lo había cansado y le había hecho acostarse con una mujer a la que no le llegaba ni a la altura de los zapatos. Igual así conseguían librarse de él. Pero, mientras tanto, N’kari tenía ganas de algo más “sustancioso” en cuanto a sexo y ante ella tenía a cuatro Kates, todas ellas lesbianas o bisexuales y Ashley Johnson, que, aunque era heterosexual, igual acababa por entrarle la curiosidad por el sexo con mujeres. Pero, una vez más, optaron por cambiar de lugar.

Como última opción, ya segura, definitiva y a prueba de bombas, fueron al campamento Occupy Arkham de los profundos, que protestaban por el cambio climático y la contaminación de los mares. Estos estaba de fiesta y recibieron con alegría a las Kates, Ashley Johnson y N’kari. Pero Nyarlathotep había decidido usar una vez más a su peon. Así que, tras darle un poderoso reconstituyente y afrodisíaco, que le produjo una potente erección, lo encaminó hacia el campamento de los profundos. En este, en plena fiesta, se encontraron con Brontes. El dios cíclope iba a bailar a menudo con los habitantes del mar, ya que montaban unas buenas fiestas. Pero no estaba sólo, ya que había ido con Lady Cthulhu, una welclone mestiza de humana y semilla estelar de Cthulhu que hacía de enlace con los profundos y con la población de Innsmouth. Ni que decir tiene que recibieron con los brazos abiertos a las Kates, Ashley Johnson y N’kari. Fue en plena celebración cuando vieron llegar al pesado de Richard Dalton y las mujeres pusieron al día tanto a Brontes como a la welclon. Así pues, aprovecharon para utilizar los recursos que tenían a mano: un montón de profundos de ambos sexos, una welclon y una diosa africana cachonda. Pero empezaron con los profundos. En concreto, empezaron con las hembras de profundo, que en cuanto a líbido no tenían nada que envidar a Welcome y sus clones, o viceversa. Así pues, el excitado y calenturiento Dalton se vio de repente rodeado por “atractivas” mujeres pez deseosas de aprovechar esa durísima erección que se hacía notar en sus pantalones. Y, claro, una cosa llevó a la otra y así fue como empezó la gran orgía de primeros de septiembre en el campamento Occupy Arkham.

A la mañana siguiente, las Kates tenían la sensación de que se habían acostado con medio campamento y lo habían disfrutado; N’kari también se había entregado a fondo, tal y como atestiguaban los múltiples profundos de ambos sexos durmiendo por el agotamiento a su alrededor y Ashley Johnson había tenido sexo con un dios, algo que había pensado no volver a repetir desde que Zeus la sedujo. Pero, en este caso, no había habido segundas intenciones y si segunda, tercera y hasta quinta vez dejándola plenamente satisfecha y agotada. Y es que Brontes había demostrado ser un gran amante y con mucha resistencia. La verdad es que todas las Kates, N’kari y Ashley habían disfrutado mucho y lo habían pasado en grande. Otra cosa era lo que le sucedió a Richard Dalton, para quien la orgía resultó… diferente. Y es que, para su ego, el haberse acostado con aquellas féminas tan extrañas y feas, pese a las ansias de sexo que demostraban, era algo humillante. Lo habían tratado como a un mero objeto sexual del que sacar placer, mientras que, cuando las vio acostarse con las Kates o la diosa, era algo muy diferente. Lo normal habría sido esperar que, tras esta lección de humildad, cambiara su forma de pensar y dejara de considerar a las mujeres como conquistas que anotar. Pero su ego le impedía reconocer esto por lo que, discretamente y andando raro, se alejó de aquel lugar tras vestirse. Decidió que sería mejor no hablar a nadie de lo sucedido aquella noche. O, como mucho, dar una versión editada. Por su parte, Nyarlathotep, el Caos Reptante, el Sin Rostro, Mensajero de los Otros Dioses, el de los Mil Rostros, Padre del Millón de Favorecidos, había disfrutado a su manera. Y la Logia Mistérica del Aklo-Sabaoth estaba empezando a dejar de ser útil. Tal vez era el momento de dejarles caer un texto con una invocación que funcionara de verdad.