viernes, 22 de junio de 2018

El ataque de los gatos mutantes o por qué no hay que cabrear a Bastet


Aunque habitualmente las reuniones de planificación de las misiones de Alfa Strike se realizaban en las Tierras del Sueño, en el hogar de Loki, que se había convertido en la base de operaciones del grupo y en hogar de múltiples gatos (y a ver quien le ponía pegas a Bastet), a veces, sin embargo, el Herrero Mentiroso optaba por otras ubicaciones. Esta vez había elegido los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta, en Dunwich. Esto era por varias razones: La primera era que tenía un bono de descuento que quería aprovechar antes de que llegara el grueso de turistas del verano y estaba pasando allí unos días y, la verdad era que no le apetecía moverse. La segunda razón era que seguramente deberían intervenir nuevamente en aquella zona, o al menos eso indicaban sus fuentes. La tercera razón era que así contaría con la ayuda de las welclones para tratar de impedir que Bastet se cabreara hasta niveles estratosféricos, convirtiéndose así en Sejmet y montando un buen follón. En último término, si la diosa se convertía en su belicoso alter ego, también podía contar con las welclones para que no sólo la controlaran, sino que también la agotaran utilizando sus particulares métodos con erótico resultado. En último término tenía un byakhee de Byakhee Express preparado para traer a Anna Pickman. Y es que si había algo que daba más miedo que Sejmet desatada era Welcome enfadada, pero como la joven estaba enfangada en las conversaciones diplomáticas entre morlocks y gules por derechos de paso y uso de determinadas zonas de los túneles bajo la ciudad, tenía previsto un plan B: algo que daba más miedo todavía que Evangeline enfadada: Anna Pickman, la mujer más peligrosa de Arkham. En cualquier caso, que Bastet se convirtiera en Sejmet podría ser incluso útil, sobretodo sabiendo que más de la mitad del grupo estaba ausente con cuestiones de sus negocios o estaban de vacaciones. Así pues, Loki contaba con Raijin y Fujin, Bastet y Pkaurodlos. Lo cierto es que los de NWE habían escogido las fechas muy bien. Pero Alfa Strike siempre contaba con algún recurso. Y, en último término, las Welclones podían ser terribles por sí solas. Curiosamente, Ashley Johnson y su equipo Tiamat habían sido trasladadas a California a cumplir allí algún tipo de misión, y lo que había planeado la corporación había sido sin informar su filial Omicron Scorpions.

La cuestión era, tal y como explicó Loki a los presentes, que la SGEC (Synthesis, Genetic and Engineering Corporation) había vuelto a las andadas. Esta empresa filial de NWE no era la primera vez que se convertía en objetivo de las acciones de Alfa Strike. Ya habían tenido que lidiar con una beluga “homosexualizadora” y una mujer avispa ninfómana, aunque de esta última se ocupó Hada, una de las welclones. La cuestión era que en esta empresa se habían reunido todos los científicos locos, amorales y piscópatas y tenían carta blanca para hacer lo que quisieran siempre que cumplieran con los objetivos de la empresa en cuanto a productos biológicos de consumo y componentes electrónicos de alta gama y última generación que sacar al mercado. Afortunadamente para ellos, la empresa no había hecho demasiado ruido, por lo que los magufos ecologistas y fanáticos de lo natural ni siquiera se habían enterado de su existencia, obsesionados con su cruzada contra otras grandes corporaciones del mismo sector. Así pues, mientras la SGEC siguiera con la producción manteniéndose dentro de los márgenes legales y no recibiera demasiada publicidad, los científicos podían seguir con sus labores secundarias de ciencia negra y loca. Y de estos esfuerzos había surgido una nueva amenaza a la que Alfa Strike debía hacer frente y que iba a ser liberada en Dunwich para ser puesta a prueba. La naturaleza de esta amenaza era la que había hecho que Loki temiera que Bastet se convirtiera en Sejmet, pues si había algo que la cabreaba profundamente, que la volvía más peligrosa que un volcán a punto de estallar era el maltrato a los gatos. Alguien que se dedicara a molestar o maltratar a los felinos de forma convencional, podía acabar recibiendo un zarpazo o dos de la diosa, que no era poca cosa. Pero lo que habían hecho los de la SGEC era algo mucho más allá: habían creado una progenie de gatos mutantes asesinos del espacio exterior al combinar material genético de gatos con el proporcionado por los zeta reticulanos neoliberales. El resultado eran unos seres humanoides felinos de medio metro de altura, con tres orejas (la tercera estaba situada en lo alto de la cabeza, entre las otras dos), ojos de alienígena zeta reticulano e implacables y feroces. Además, habían sido armados con fusiles y pistolas de Rayo O (llamados así porque disparan ráfagas de energía en forma de O) y equipados con trajes espaciales especiales de combate que parecían diseñados por un ilustrador pulp de ciencia ficción de los años 50. Ni que decir tiene que en cuanto Loki informó a los presentes de lo que sucedía y que esos gatos mutantes iban a ser liberados en la zona de Dunwich para atacar a la población Civil, hizo falta toda la fuerza de Raijin y Fujin y de las welclones para contener a Bastet e impedir que se transformara en Sejmet mientras Pkaurodlos preparaba un calmante que no tardó en inyectarle en cuanto tuvo oportunidad. La cuestión era que la diferencia entre Bastet y Sejmet era como la que había entre Jekyll y Hyde o entre Bruce Banner y Hulk. Sejmet era poder y fuerza desatada y la última vez que se descontroló, para contenerla tuvieron que hacer un lago artificial de cerveza teñida de rojo para que se la bebiera pensando que era sangre. La resaca que tuvo Bastet al día siguiente fue histórica. Afortunadamente, hasta el momento no había nada que hubiera enfadado tanto a la diosa como para amenazar con convertirse en Sejmet, pero esta ocasión era diferente. La aberración genética que habían hecho con los gatos clamaba a los dioses. Y la diosa en cuestión, Bastet, no estaba para tonterías.

La formación que se había reunido para hacer frente al ataque de los gatos mutantes eran un tanto peculiar. Raijin y Fujin, aunque eran de los miembros más sensatos del equipo, eran tropas de asalto demoledoras, dotados de una gran fuerza física. Bastet normalmente se ocupaba de los trabajos de infiltración, aunque no se quedaba corta con el combate cuerpo a cuerpo. Pkaurodlos, el más sensato, educado y cortés miembro del equipo, se encargaba de la medicina de campaña y era el experto en tecnología e informática. Otra peculiaridad de la situación era la vestimenta, pues como la llamada de Loki les había cogido desprevenidos, preparados para disfrutar de unas vacaciones veraniegas, no habían traído su vestimenta de batalla habitual. Los dos japoneses, Raijin y Fujin, tenía un aspecto bastante peculiar, a fin de cuentas, dos enormes onis, uno de piel rojiza y azul la del otro, ataviados con camisas de flores y shorts era bastante llamativo. Debido a que se trataba de una misión de combate, habían traído sus armas: sendas enormes porras metálicas. Así que el contraste era bastante peculiar. Por su parte, Bastet había acudido ataviada con un atuendo egipcio clásico: una falda de lino y algunas joyas características de la cultura que la adoró. De manera que, sí, iba en top less, aunque esto para las welclones no suponía problema. Todas se habían acostado en algún momento u otro con la diosa, y ver un torso femenino o masculino desnudo, aunque les resultara atractivo, no iba a suponer para ellas motivo para dejar de ser profesionales y respetuosas con una amiga y amante ocasional. En cuanto a Pkaurodlos… bueno, es un dios que es una enorme serpiente emplumada. No es que necesite mucho atuendo. Loki, por su parte, amenazado por Welcome para que se vistiera de forma apropiada (los dioses y muchos seres sobrenaturales, así como los miembros de la Gran Raza de Yith en cuerpos humanos, tienen un pésimo gusto a la hora de vestirse, y no es raro que usen patrones de moda varias décadas atrasados), se había presentado con un polo blanco, pantalón negro y zapatos oscuros. La verdad es que se podría haber presentado ataviado de forma más apropiada para entrar en acción, pero el nórdico prefería mantenerse en un segundo plano normalmente.

Así pues, sólo era cuestión de localizar a su enemigo y enfrentarse a él. Los efectivos de SGEC todavía no se habían desplegado y los miembros de Alfa Strike no podían hacer otra cosa que aguardar. Mientras tanto, a Bastet se le iba pasando el efecto del calmante y, aunque estaba ansiosa por entrar en acción, parecía más controlada. Finalmente, una hora más tarde (es lo que pasa, que los cientifícos locos y villanos recurrentes no son siempre puntuales), un convoy de tres camiones sin ningún tipo de logo se adentraron en la región de Dunwich, dejando atrás el pueblo y encaminándose hacia una zona más apartada. Cuando llegaron a su destino, se detuvieron y los conductores y sus ayudantes bajaron de los vehículos. Al abrir las cajas, del interior de los camiones salió una pequeña horda de gatos mutantes con armas de Rayos O. El pequeño y felino ejército mutante se dispuso en formación y comenzaron a avanzar hacia el pueblo, preparados para abrir fuego ante la visión de los primeros individuos con los que se cruzarían.

Con el desembarco realizado, los dioses se pusieron en movimiento. No tardaron mucho en interceptar a los gatos mutantes con su equipo de ciencia ficción pulp de los años 50, y la batalla comenzó. En condiciones normales, la potencia de combate desplegada por el equipo Alfa Strike habría sido suficiente para derrotar un par de escuadras de armaduras de combate Acorazado o una de GodHunters. Eso sin tener mucho problema. A fin de cuentas, el poder de los dioses que intervenían en esa lucha era bastante alto. Pero las armas de Rayos O, pese a su aspecto retrofuturista, no eran ningún juguete. Se trataba de tecnología zeta-reticulana adaptada a los materiales y técnicas de fabricación humana. En cuanto a potencia de fuego eran equivalentes al lanzarrayos que guardaba para casos de emergenica Summanus, el dinosauroide que administraba la residencia universitaria y los alojamientos rurales. Éste era un dispositivo basado en tecnología yithiana capaz de convertir a un rinoceronte en kebab asado si lo usaban sobrecargado. Pero en este caso no se trataba de una única arma, sino de muchas, utilizadas por muchos gatos mutantes simultáneamente. Esto le ponía las cosas más difíciles a los dioses.

El ver como sus queridos gatos habían sido transformados en semejantes aberraciones genéticas y usados como soldados esclavos para cumplir los designios de un grupo de científicos locos al servicio de una oscura corporación era más de lo que podía soportar Bastet. Y al ser atacada por los Rayos O, no se contuvo más. Lanzando un rugido de furia, le creció una espesa melena y se volvió más musculosa y con la piel rojiza. Se había transformado en Sejmet.

Ante la irrupción de esta diosa, Pkaurodlos Raijin y Fujin, que habían estado aguantando bastante bien y habían diezmado las filas felinas mutantes (es decir, que se habían cargado a un diez por ciento de los gatos), optaron por hacerse a un lado. En ese momento, junto a ellos, y surgiendo de detrás de unos árboles, apareció El que Comenta en la Oscuridad, un siniestro avatar de Nyarlathotep especializado en comentar acontecimientos deportivos y de toda índole para enloquecer a los hinchas y aficionados con sus oscuros comentarios y blasfemas alusiones. También aprovechaba para sacarse un buen dinero gestionando una casa de apuestas online. Saludó con gesto profesional a los dioses y comenzó a comentar:

-Y Sejmet, recién liberada, entra en acción. Inicia una carga brutal con los brazos abiertos hacia los lados y las zarpas preparadas y embite contra las tropas felinas mutantes. ¡Increible, señoras, señores y demás entidades! Que potencia la de esta diosa. Ha abierto un surco entre las filas enemigas como un cuchillo caliente penetra la mantequilla. ¡Y está desatada! Tras desconcertar y sorprender a los gatos, estos han tratado de recuperar el orden entre sus filas, pero la brutalidad e iniciativa de Sejmet lo hacen imposible. Se mueve como un gato jugando con su presa, pero con cada golpe se lleva por delante a varios mutantes que salen despedidos por los aires. Algunos mueren tratando de defenderse y los Rayos O de sus armas causan más caos. ¡Y esto es indescriptible! ¡Que masacre! Estamos viendo algo épico, histórico, Sejmet desencadenada y dispuesta a sembrar el caos y la muerte a su paso. Hacia siglos que no veíamos una demostración como la que estamos presentando. Está claro que los gatos mutantes no tienen nada que hacer ante esta diosa. ¡Y Sejmet lo vuelve a hacer! Esta vez han sido siete gatos de un único zarpazo. Y salen desparramados hacia el cielo dejando tras de sí una lluvia de sangre y disparos de Rayos O.

La pelea no duró mucho más, aunque El que Comenta la disfrutó hasta el último momento. Estaba muy satisfecho del asunto, aunque ahora tocaba resolver el tema de como contener a la diosa desatada, pues, tras matar a todos los gatos mutantes, había destrozado los camiones y los operarios sólo se habían salvado porque en ese momento intervinieron Raijin y Fujin que, a duras penas, lograron detenerla. Pero había que hacer algo. Loki, que había estado contemplando la pelea con unos prismáticos, avisó a las welclones. Tal vez ellas lograrían calmar a la diosa, o, al menos, dejarla lo bastante agotada para que se pudiera tranquilizar sola. Y es que estaba en un estado en el que los calmantes de Pkaurodlos poco podían hacer. Poco a poco, las clones mutantes de Evangeline “ Welcome” Parker fueron reuniéndose y se dirigieron hacia el lugar de los hechos. Las primeras en intervenir fueron Blindada y Amazona, las dos más fuertes y musculosas. Junto con Raijin y Fujin lograron hacer una presa más férrea sobre la diosa, pero esto la ponía más furiosa todavía. Entonces, Buhonera, jefa no oficial de las welclones (técnicamente, Welcome era la máxima autoridad entre ellas), tras comprobar que se habían reunido las 20, le hizo a Sejmet una proposición que no podía rechazar, una proposición que la diosa, interesada y curiosa, aceptó, una proposición con erótico resultado.

Seis orgasmos de Sejmet más tarde (los de las welclones fueron muchos más, bastantes más), la diosa por fin estaba lo bastante agotada y satisfecha como para caer rendida. A su alrededor, las clones, también cansadas y sexualmente complacidas aunque iban a necesitar un tiempo de reposo para recuperarse, estaban contentas por haber logrado cumplir con éxito su misión. No esperaban que la diosa fuera tan resistente y agotadora, pero triunfaron. Una vez más, un desconcertante, absurdo y extraño plan de la NWE había sido frustrado. Y Bastet, cuando regresó a su estado normal, sólo pudo preguntarse que había pasado y por qué estaba desnuda y tan satisfecha sexualmente como agotada. Pero las explicaciones llegaron en otro momento y es otra historia.

viernes, 15 de junio de 2018

El becario y los Dioses Arquetípicos (segundo intento)

Hacía meses que la actividad de la Fundación Wilmarth era escasa. El becario había intentado por todos los medios que se investigaran los túneles que había bajo la ciudad de Arkham, afirmando que estaban llenos de CCC (Criaturas del Ciclo de Cthulhu) y había una verdadera conspiración de seres blasfemos y monstruosos contra la humanidad. Los miembros de la Fundación no habían encontrado ninguna entrada a esos supuestos túneles, así que, por una vez en sus vidas, fueron cautelosos antes de lanzar una ofensiva. Con el tiempo, debates sobre la naturaleza de los DCC (Dioses del Ciclo de Cthulhu) y asuntos universitarios como exámenes y evaluaciones diversas hicieron que al final se olvidaran del asunto.

Así, meses después de completa inactividad, El Becario ya no sabía qué hacer. Sus compañeros no querían entrar a los túneles a combatir a los monstruos, la falta de pruebas por su parte era demasiado grande. Por lo visto preferían dedicarse a asuntos más importantes, como artículos en revistas científicas o poner exámenes a alumnos ingratos que, además, desconocían el peligro que corrían. Vista la irresponsabilidad del resto de la Fundación, él decidió que debía dar un paso. Y ese paso tenía que  ver con uno de los objetivos que llevaba tiempo queriendo conseguir.

En uno de sus trabajos anteriores había descubierto la existencia de Los Dioses Arquetípicos. Estas entidades parecían ser opuestas a los DCC, y lo que es más, solían atacarles de forma masiva, destruyendo continentes o calcinando mesetas del lejano oriente como quien se hace una barbacoa. Esa era la manera en que les gustaría actuar a los de la Fundación Wilmarth, pero las fuerzas vivas de la ciudad de Arkham les tenían prohibido el uso de explosivos desde un incidente en nochevieja que llevó a una pequeña crisis. Pero nadie les había prohibido la invocación de unos seres que calcinaran a los DCC, eso no tenía nada que ver con explosivos...

Meses antes, El Becario ya había intentado una comunicación con los mencionados Dioses Arquetípicos, pero por lo visto se equivocaron y contactaron con una entidad benevolente, pero no relacionada con lo que ellos buscaban. Además, la entidad, que afirmaba ser una diosa griega, les dijo que estaba harta de que la confundieran con un Dios Arquetípico. Estaba claro que el hechizo que utilizaron era un fraude, seguramente perpetrado por adoradores de las DCC que querían evitar que alguien contactara con sus enemigos acérrimos.

Para que no volviera a pasar algo así, El Becario decidió investigar concienzudamente a las entidades conocidas como Dioses Arquetípicos, así no volvería a cometer el error de hace meses. Se enterró entre libros y manuscritos perpetrados por oscuros magos con letras casi ilegibles y realizó búsquedas a través de internet. Había intentado consultar los libros de la Colección Especial de la biblioteca de la Universidad Miskatonic, pero parece que, desde el citado incidente de fin de año, no tenían permitido acceder a dicha sección de la biblioteca.

El no poder acceder a la sección especial fue un handicap, pero El Becario no se rindió. Finalmente, tras evitar trampas y falsedades como las escritas por un tal Brian Danforth (ese individuo estaba claro que trabajaba para las DCC, pues no hacía más que desinformar para que los verdaderos investigadores cayeran en errores a la hora de documentarse y fueran derrotados por los agentes del mal), dio con una entidad que afirmaban que era un Dios Arquetípico. Se trataba de la diosa Bast, conocida en el antiguo Egipto y adorada como señora de los felinos. Fuentes que parecían ser fiables afirmaban que esta era una entidad real (¿quizás el resto de dioses egipcios serían también reales? Sería una investigación para otro momento), y lo que era más importante, se trataba de una Diosa Arquetípica, junto una entidad que mencionaban tanto Danforth como fuentes más fiables, un tal Nodens. De éste último lo único que se decía era su nombre y poco más, pero de Bast encontró algo mucho más importante: Un modo de invocarla.

El Becario se apuntó todos los requisitos para la invocación y fue recopilando los objetos necesarios para esta. Tenía que encontrar un lugar al aire libre para llamar la atención de la diosa, y eligió el campus de la Universidad Miskatonic. Los exámenes ya habían terminado, y la cantidad de alumnos era menor que en la temporada lectiva. Ahora comenzaban los cursos de verano, y a estos no acudían tantos estudiantes. Así, en un rincón donde no había mucho tránsito, comenzó el ritual. Se había traído todo en una mochila y en una carpeta llevaba apuntado lo que tenía que decir. Sólo le faltaba un ingrediente: un gato.

En el campus de la universidad había gatos, así que El Becario decidió ir en busca de uno. Pensó que el lugar lógico por el que merodearían los pequeños felinos sería en la zona en la que pudieran encontrar comida, así que fue a la zona donde estaban las cafeterías y los restaurantes donde comían estudiantes y alumnos. Allí, junto a las mesas, que ahora estaban casi vacías de clientes, pudo ver un par de gatos vagueando como solían hacer a lo largo del día. El Becario se fue acercando sigilosamente a ellos (o al menos lo que él entendía que era sigilosamente, que significaba acercarse andando de puntillas) y, cuando estuvo a una distancia prudencial, saltó sobre los animales.

Los gatos, cuando vieron que un individuo intentaba capturarlos, salieron corriendo y se metieron entre las mesas, saltaron las sillas y se metieron por el césped. El Becario los siguió hacia una zona donde había un grupo de árboles, que se mecían suavemente en la brisa veraniega. Allí, los animales se habían escondido entre los troncos. Pensaban que no los veía, pero la capacidad de ocultación de los felinos no era infalibe... vamos, que se les veía el rabo asomando.

El Becario volvió a probar la aproximación sigilosa, pero volvió a fallar porque fue interceptado por un alumno de intercambio que le pidió indicaciones en una ininteligible mezcla entre inglés y un idioma de centroeuropa que él no conocía. Esta interrupción hizo que los gatos volvieran a salir corriendo. Estos parecían estar disfrutando ahora de hacer correr a aquél tipo que les seguía, así que, después de librarse del estudiante extranjero, los gatos fueron huyendo de él, pero no lo suficientemente deprisa como para dejarlo atrás.

-Venga bonitos, venga, dejaos coger -iba diciendo el becario.

Los felinos hicieron como que se acercaban y, en el último momento, salieron disparados. El Becario corrió tras ellos y, después de unas cuantas vueltas por todo el campus, tuvo que detenerse a coger aire. Este momento fue un error para uno de los gatos, pues se enganchó en una trampa que alguien había puesto ahí (se trataba de un artilugio que habían puesto los del departamento de biología porque se les había vuelto a escapar un ave de corral con capacidades extraordinarias, en este caso un pato que bailaba breakdance).

El becario aprovechó la inesperada ayuda del departamente de biología y consiguió hacerse con el animal... pero eso no fue un paseíto. El gato se convirtió en una bola de pelo y garras que bufaba y gruñía, que le destrozó la camiseta de la Fundación Wilmarth y le lleno los brazos de arañazos. Con aquella pequeña máquina de destrozar colgando de su mano a una distancia de un metro, El Becario volvió a la zona donde había dejado los bártulos para la invocación. Por fin podía dar comienzo al ritual.

El Becario pintó en el suelo los símbolos ocultistas que había copiado en el folio con pintura en spray... y mientras lo hacía alguien se entrometió. Una mujer rubia con bata de científico le miraba con gesto reprobatorio desde uno de los caminos cercanos. Él la miró aturdido, momento que el gato aprovechó para darle un zarpazo en la cara.

-¿Qué es lo que estoy viendo? ¿Vandalismo en la universidad? -dijo la mujer. Cuando se acercó, El Becario la reconoció. Se trataba de Daisy Springwood, enemiga declarada de La Fundación Wilmarth. Era una entrometida que hacía todo lo posible por boicotear todas las actividades del grupo y no hacía más que mandar cartas con quejas al decano. No era un agente de los DCC, sólo se trataba de una inocente que no sabía el peligro al que se exponía.

-No es vandalismo, señorita Springwood, se trata de un ritual de invocación -dijo el becario.

La mujer lo miro atónito.

-Ya... un ritual de invocación. Con una pintura que estropea el campus de la universidad. Yo a eso lo llamo vandalismo.

-¿Pero es que no lo entiende? Tengo que realizar este ritual para conseguir la ayuda de los dioses...

-Ya, ya, me conozco la historia. Dioses malvados, seres inmencionables que se esconden de las gentes de bien para realizar actos blasfemos y tras tonterías dignas de un relato barato de literatura pulp. Y usted y su grupito, supuestamente gente letrada, se creen esas tonterías.

-Pero que no son tonterías ¡¡¡Yo los he visto!!!

-Y yo he visto a Godzilla en la televisión y en el cine. Eso no significa que exista -insistió ella.

-¡Odio a los escépticos! ¡Se niegan a ver la realidad! -exclamó El Becario.

-Uh, empieza usted a hablar como Robert Pickman ¿qué va a ser lo próximo? ¿Ovnis? ¿Los illuminati?

-Robert Pickman también los ha visto. Tiene pruebas. Una grabación.

-Ya. Yo también tengo pruebas de su acto vandálico, así que voy a llamar a seguridad del campus para que le dé su merecido.

La mujer se dio dando largos pasos. El Becario se le quedó mirando unos instantes -y se comió otro zarpazo en la cara de parte del gato- y se dispuso a seguir con su ritual. Ahora tenía que darse prisa, tenía que llevarlo a cabo antes de que la muy pesada volviera acompañada con alguien de seguridad. Estos no tenían en buena estima a los miembros de la Fundación.

Después de los dibujos en el suelo, El Becario comenzó a entonar el cántico de llamada mientras alzaba al gato en el aire. El felino estaba más cabreado que un trekkie al que le han dicho que Darth Vader es el mejor personaje de Star Trek y no paraba de lanzar zarpazos, pero esto ya no importaba a El Becario ¡¡¡La invocación estaba funcionando!!! Pudo ver auras de colores surgiendo de los dibujos y notó una extraña sensación, como si el aire se estuviera ionizando por momentos... y después vio a alguien acercándose allí montado en una moto. El Becario pensó que se trataría del miembro de seguridad del campus que se proponía detenerle, pero al ver las ropas del conductor llegó a la conclusión de que no era nadie que venía para detenerlo. El conductor vestía ropajes antiguos, similares a los de la civilización del Nilo... bueno, excepto por el casco de moto que le cubría la cabeza. El vehículo aparcó a unos pocos metros de El Becario, y el conductor -ahora claramente conductora- bajó mientras se quitaba el casco. Lo que había ocultado este no era una cabeza humana, sino un rostro felino, con expresión dura y con un aura de poder que surgía de sus ojos de pupila rasgada. Se fue acercando con sinuosos movimientos a El Becario, que la miraba aturdido, y se paró delante de él. Inesperadamente, la diosa le soltó una patada en la entrepierna a El Becario, que lanzó un alarido. El gato aprovechó el momento para salir corriendo.

-No sé de dónde has sacado ese ritual de invocación, pero ver a alguien molestando a mis servidores felinos no me hace ninguna gracia -explicó la diosa.

-Te he... llamado... para comunicarme con los Dioses Arquetípicos -decía El Becario con las manos en la entrepierna.

-¿Los Dioses Arquet...? Oh, no... ¡será posible! ¡¿Otra vez?! A ver cuantas veces tengo que explicarle. Por mucho que ciertos libros digan que soy una diosa arquetípica, no lo soy. Puedo ser una diosa de Egipto, colaborar con Alfa Strike, montar fiestas felinas ¡¡¡pero no soy una puñetera diosa arquetípica!!! Te han estafado, colega. Todo esto sólo te ha servido parar recibir una merecida patada en los cataplines. Y como veo que no se me necesita para nada, vuelvo a mis cosas -. La diosa felina se giró para marcharse, pero antes se detuvo unos momentos -. Y como vuelvas tratar así a un gato te vas a acordar de Bastet...

Y dicho esto, la diosa montó en la moto y se fue.

El Becario estaba arrodillado, todavía dolorido, y odiando a quien fuera que había escrito que Bastet era una diosa arquetípica. No lo era. Por lo visto había dioses viviendo entre los mortales, dioses antiguos como Bastet o Atenea (diosa a la que invocaron en el último intento de contactar con los Dioses Arquetípicos), pero que no tenían nada que ver con la guerra contra los DCC. Fue recogiendo sus cosas del suelo, con bufidos y gruñidos debidos a la patada en la entrepierna y, de repente, vio dos pies delante de él. Alzó la cabeza y se encontró al de seguridad mirándole con cara de pocos amigos.

-Así que pintando tonterías en el suelo ¿eh? Te vas a enterar tú

El Becario no puedo más que admitir su derrota, y esperar un momento más propicio par seguir con sus planes.

miércoles, 6 de junio de 2018

Todo Crisis of Infinity Kates


Otro año, otro evento en La Llave y la Puerta. Esta vez se ha tratado de Crisis of Infinity Kates, haciendo que la historia gire en torno a Katherine Ashford. Este personaje, que apareció de forma casual para convertirse en amante de Evangeline "Welcome" Parker y, posteriormente, en su novia, ha tenido sus más y sus menos con los enredos habituales de Arkham, aunque siempre ha mantenido la cabeza fría y ha actuado como bastión del sentido común. Sin embargo esto no ha evitado que haya acabado participando en algunos de los problemas habituales de la ciudad, aportando sus conocimientos y destrezas y siendo un apoyo para su compañera y pareja sentimental. Kate Ashford ha tenido una evolución que la ha llevado de ser una mera secundaria a cobrar más importancia. Su relación con Welcome también ha pasado de ser simplemente amantes, con Evangeline ayudándola a explorar su sexualidad y a aceptar que era lesbiana para acabar siendo una pareja estable que mantiene una relación abierta. Así, Kate, aceptando finalmente su orientación sexual y la desbordante líbido de su novia y las clones de esta, ha acabado por salir del armario incluso ante sus conservadores padres.

En esta ocasión, en La Llave y la Puerta hemos considerado que sería interesante darle una vuelta de tuerca al tema de las clones. Evangeline tiene su propio grupo de clones mutantes que podrían formar parte de cualquier alineación de super héroes mutantes de comic debido a sus peculiaridades y poderes. Y tanto Welcome como Kate mantienen muy buenas relaciones con las clones y con erótico resultado. La cuestión que nos planteamos era: ¿Y si nos encontráramos con la situación a la inversa y hubiera duplicados de Kate? Claro, no era cuestión de repetir el tema de los clones, habría que probar otro enfoque. Así surgió la idea del viaje en el tiempo: Kates de diferentes líneas temporales y de distintos tiempos. De esta manera surgió Crisis of Infinity Kates, cuyo contenido integro está disponible aquí:

Camino a Crisis of Infinity Kates
Crisis of Infinity Kates

sábado, 2 de junio de 2018

Crisis of Infinity Kates: Epílogo

Otra crisis había sobrevolado la ciudad de Arkham y el valle del Miskatonic, y afortunadamente, otra crisis había sido abortada a tiempo. La derrota de la Kate malvada y su ejército era evidente, sobre todo para cualquiera que se encontrara con los restos de la gran fiesta que se habían pegado los vencedores en la batalla en las tierras cercanas a Dunwich. Posteriormente a la fiesta, los morlocks habían ido a la zona de batalla para recoger los restos del ejército derrotado, como si  de chatarreros se trataran. Usarían sabiamente todos aquellos restos en sus propios vehículos y nuevos proyectos de armamento para su lucha contra los reptilianos.

Mientras los morlocks hacían su trabajo de chatarreros, las Kates se reunieron en una zona cercana, un claro junto a un bosque donde podía caber la pequeña multitud que se habían traído para la batalla. Además de las Kates que habían estado luchando por la salvación de su linaje desde el inicio del conflicto, estaban todas las demás, que hablaban animadamente entre ellas y descubriendo curiosidades y parecidos las unas con las otras. Brontes y Welcome estaban acompañando a las Kates. Vigilarían que ningún paleto mutante de Dunwich decidiera interrumpirles, o que sucediera cualquier otra cosa de las que eran habituales en la comarca. El plan ahora era dejar a cada una en su sitio en el espacio/tiempo y dejar las cosas como estaban, que juguetear con los viajes en el tiempo y con los futuros alternativos era algo poco aconsejable.

Así, ayudadas por la tecnología que portaba Yekaterina, se fueron abriendo portales temporales que fueron siendo cruzados por las variadas Kates. Estuvieron a punto de liarla cuando, al abrir a una Kate del siglo XVI, un byakhee de la compañía de paquetería se había colado por error, provocando el caos entre los colonos americanos que había al otro lado. Por suerto, el byakhee fue interceptado y le invitaron a volver a su ruta, tras las disculpas por poner un portar en el tiempo en su camino. En cuanto a los colonos que habían visto a la criatura, fueron invitados a unas copitas por Kate la Roja, llevándoles esto a un estado de embriaguez que haría que no recordaran el incidente, y si lo hacían, sería entre los vapores del alcohol. Este había sido el único incidente a reseñar en el reparto de Kates por la línea temporal, hasta que quedaron sólo las que formaron el grupo inicial.

Brontes, ante el momento de la despedida de tan insignes compañeras, no había podido evitar soltar la lagrimita de su único ojo, pero Kate, la de toda la vida, la novia de Welcome, le consoló. Kate la Roja también quería consolarle, pero como su ayuda iba acompañada de un barril de cerveza, prefirieron entretenerla con otra cosa.

-¿Y no podríais quedaros y crear un equipo de superhéroes? Las Kate Rangers. No seríais los únicos supers por estas tierras -decía Brontes.

-Eres un sentimental, Brontes -le dijo Yekaterina -. Sabes que no pueden quedarse, porque eso alteraría la corriente temporal.

-Pero esa es sólo una de las teorías de las consecuencias de los viajes en el tiempo. También podríamos crearr una línea divergente y todo se quedaría como está.

-Pues mira, quizás a ti te vayan los experimentos científicos, pero a mi no me apetece jugar con el espacio/tiempo, provocar un fallo, y que terminemos en una dictadura de equidnas cyborg

Brontes fue a responder a la morlock, pero ella tenía razón en lo que decía. Era mejor no arriesgarse a un follón, que encima sería culpa suya. Pocas ganas de ser el culpable de otro incidente que provocara un conflicto más gordo si cabe.

-Pues... estaba pensando que yo no tengo lugar al que ir -dijo Kate Bogatyr -. Mi línea temporal ha sido borrada, así que ya no existe. Tampoco es que la pudiera llamar hogar, pero ¿ahora a dónde voy?

-Kate Rangers... Kate Rangers -susurraba Brontes por si colaba.

-No te preocupes, Bogatyr -le dijo Yekaterina -. Tienes un sitio entre los morlocks comunistas. Si te gusta patear reptilianos nazis, es lo que hacemos aparte de fabricar tecnología portapocalíptica.

-Tiene pinta de ser mi rollo. Gracias, Yekaterina.

-Nada de ponernos demasiado sensibles, que ya tenemos suficiente con un cíclope del tamaño de un armario empotrado llorando.

-Insensible... -le dijo Brontes.

La morlock no le hizo ni caso y abrió un portal para Ka-Neferu.

-Un placer haber conbatido a tu lado, sacerdotisa de Bastet.

Ésta saludó al resto y atravesó el portal, seguida de un gato que nadie sabía qué hacía por allí.

-Ahora yo, ahora yo -decía Kate la Roja -. Que no es que me haya hartado de vosotras, pero es que esto de saltar por el espacio/tiempo mola más de lo que pensaba.

Cogió el barril de cerveza cuando vio su portal abierto y se despidió con una palabra que sólo podría entender un irlandés antiguo. Ahora sólo quedaba Violet por volver a su futuro. Esta no pudo evitar despedirse más emotivamente de Kate Ashford y de Welcome, que la estrecharon entre sus brazos.

-Ha sido un placer luchar junto a vosotras. Estoy muy orgullosa.

-Aquí sólo lloro yo -advirtió Brontes.

-¿Te quieres callar, hombre? Que estás estropeando el momento -le riñó Yekaterina.

El portal al futuro se abrió y Violet cruzó antes de que hubiera más lágrimas aparte de las del cíclope. Ahora se habían ido todas y sólo quedaban la refugiada de su futuro abortado y la morlock junto a la Kate original, la de toda la vida, la novia de Welcome.

-Bueno, nosotras nos vamos a los túneles morlock -dijo Yekaterina -. Si queréis pasaros a saludar, ya sabéis por donde estamos.

-Sí, algún día iremos por allí -dijo Welcome.

Mientras caminaban en dirección a la entrada a los túneles más cercano, Kate Ashford sintió un escalofrío.

-¿Qué te pasa? -preguntó Welcome.

-No sé... tengo la impresión de que nos hemos dejado algo.

Sótanos de la residencia estudiantil La Llave y La Puerta. En esos momentos.

Las Kates se habían visto envueltas en el asalto final y habían ido a Dunwich para derrotar a la Kate Ashford alternativa, pero se habían dejado un pequeño asunto en los sótanos de la residencia estudiantil.

Ashlevil, también conocida  como Otrashley, seguía allí atrapada. Estuvo esperando que volvieran a por ella, pero las cosas se habían complicado y sus compañeros no habían podido liberarla. A estas alturas debía estar claro que habían sufrido una derrota, así que debía escapar como fuera. Ya lo había intentado de todas las formas conocidas, en esta Tierra y en otras, pero no había conseguido nada. Cuando ya pensaba que sería inútil, sucedió algo inesperado. Una extraña masa amorfa descendió las escaleras al sótano y fue deslizándose por el suelo terroso hasta llegar a la silla donde estaba Ashlevil. Esta se dio cuenta de que la masa era corrosiva, así que aprovechó parar dar varios saltos y conseguir que aquella cosa destrozara sus sujeciones. Así, la Ashley alternativa se liberó, pero escuchó unas voces y se escondió tras una columna. Desde allí pudo ver que, quien bajaba, era una gigantesca araña de horrorosas proporciones, que parecía sostener una fregona. Iba echando la bronca a dos empleados de la limpieza por haber dejado que se colara algo que no parecía estar hecho para ser pronunciado por seres humanos. Ashley dedujo que hablaban de la masa amorfa, pero si iban en su búsqueda podrían cruzarse con ella.

Otrashley se pegó a la pared y fue caminando lentamente hasta que llegó a una puerta que había en medio de ninguna parte, la abrió mientras observaba cómo la araña y sus ayudantes iban en la búsqueda del cieno malo, y entró en la nueva habitación, donde pensaba esperar a que se largaran. Lo encontró al otro lado le hizo replantearse su estrategia. Se trataba de una ciudad en miniatura, con vehículos, calles y edificios. Una ciudad de ratas. Ashlevil apenas tuvo tiempo de reconocerlo, pues aparecieron unos pequeños tanques y otros vehículos de combate. Por alguna razón la habían reconocido como una enemiga y comenzaron a lanzarle proyectiles de todo tipo. Esto hizo salir por patas a Otrashley, que volvió al sótano.

La araña gigante estaba peleando con la masa amorfa, que recibía ataques de la fregona de combate, mientras sus ayudantes parecían usar algún tipo de producto de limpieza. Otrashley aprovechó esto para subir las escaleras a toda carrera y subir a la planta baja de la residencia estudiantil. Una vez allí, se mimetizó entre los huéspedes y fue acercándose disimuladamente a la puerta.

Ashlevil consiguió salir del edificio sin ningún problema más, pero una vez en la calle, se encontró con una manifestación de profundos, que parecían estar un poco violentos, pues estaban lanzando objetos mientras proferían insultos en un idioma prehumano. La policía hacía todo lo posible por calmar los ánimos y Otrashley aprovechó todo el jaleo para alejarse de allí sin ser captada por nadie. Recorrió varias calles, cada vez más segura de sí misma. En su cabeza planeaba maneras de devolverles a sus captores lo que le habían hecho. Ella venía de otra Tierra, pero sabía cómo contactar con los reptilianos de esta, así que sólo haría falta llegar a los túneles, esquivar a los morlocks, y presentarse ante los RNLO. Nadie sabía que estaba libre, así que sería coser y cantar.

Y en estos pensamientos estaba centrada mientras fue a girar por una esquina. Si se hubiera fijado más, habría visto que todo el mundo evitaba pasar por allí, pero estaba tan centrada en su venganza que no se percató... y así es como Ashlevil, también conocida como Otrashley acabó siendo devorada por la esquina no euclidiana de la ciudad de Arkham. Lo curioso es que más de una amenaza a la ciudad, y al mundo entero, era abortada por no fijarse por dónde andaba. Y casi nadie se terminaba enterando. Cosas de una ciudad universitaria de Nueva Inglaterra como era Arkham.