viernes, 22 de junio de 2018

El ataque de los gatos mutantes o por qué no hay que cabrear a Bastet


Aunque habitualmente las reuniones de planificación de las misiones de Alfa Strike se realizaban en las Tierras del Sueño, en el hogar de Loki, que se había convertido en la base de operaciones del grupo y en hogar de múltiples gatos (y a ver quien le ponía pegas a Bastet), a veces, sin embargo, el Herrero Mentiroso optaba por otras ubicaciones. Esta vez había elegido los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta, en Dunwich. Esto era por varias razones: La primera era que tenía un bono de descuento que quería aprovechar antes de que llegara el grueso de turistas del verano y estaba pasando allí unos días y, la verdad era que no le apetecía moverse. La segunda razón era que seguramente deberían intervenir nuevamente en aquella zona, o al menos eso indicaban sus fuentes. La tercera razón era que así contaría con la ayuda de las welclones para tratar de impedir que Bastet se cabreara hasta niveles estratosféricos, convirtiéndose así en Sejmet y montando un buen follón. En último término, si la diosa se convertía en su belicoso alter ego, también podía contar con las welclones para que no sólo la controlaran, sino que también la agotaran utilizando sus particulares métodos con erótico resultado. En último término tenía un byakhee de Byakhee Express preparado para traer a Anna Pickman. Y es que si había algo que daba más miedo que Sejmet desatada era Welcome enfadada, pero como la joven estaba enfangada en las conversaciones diplomáticas entre morlocks y gules por derechos de paso y uso de determinadas zonas de los túneles bajo la ciudad, tenía previsto un plan B: algo que daba más miedo todavía que Evangeline enfadada: Anna Pickman, la mujer más peligrosa de Arkham. En cualquier caso, que Bastet se convirtiera en Sejmet podría ser incluso útil, sobretodo sabiendo que más de la mitad del grupo estaba ausente con cuestiones de sus negocios o estaban de vacaciones. Así pues, Loki contaba con Raijin y Fujin, Bastet y Pkaurodlos. Lo cierto es que los de NWE habían escogido las fechas muy bien. Pero Alfa Strike siempre contaba con algún recurso. Y, en último término, las Welclones podían ser terribles por sí solas. Curiosamente, Ashley Johnson y su equipo Tiamat habían sido trasladadas a California a cumplir allí algún tipo de misión, y lo que había planeado la corporación había sido sin informar su filial Omicron Scorpions.

La cuestión era, tal y como explicó Loki a los presentes, que la SGEC (Synthesis, Genetic and Engineering Corporation) había vuelto a las andadas. Esta empresa filial de NWE no era la primera vez que se convertía en objetivo de las acciones de Alfa Strike. Ya habían tenido que lidiar con una beluga “homosexualizadora” y una mujer avispa ninfómana, aunque de esta última se ocupó Hada, una de las welclones. La cuestión era que en esta empresa se habían reunido todos los científicos locos, amorales y piscópatas y tenían carta blanca para hacer lo que quisieran siempre que cumplieran con los objetivos de la empresa en cuanto a productos biológicos de consumo y componentes electrónicos de alta gama y última generación que sacar al mercado. Afortunadamente para ellos, la empresa no había hecho demasiado ruido, por lo que los magufos ecologistas y fanáticos de lo natural ni siquiera se habían enterado de su existencia, obsesionados con su cruzada contra otras grandes corporaciones del mismo sector. Así pues, mientras la SGEC siguiera con la producción manteniéndose dentro de los márgenes legales y no recibiera demasiada publicidad, los científicos podían seguir con sus labores secundarias de ciencia negra y loca. Y de estos esfuerzos había surgido una nueva amenaza a la que Alfa Strike debía hacer frente y que iba a ser liberada en Dunwich para ser puesta a prueba. La naturaleza de esta amenaza era la que había hecho que Loki temiera que Bastet se convirtiera en Sejmet, pues si había algo que la cabreaba profundamente, que la volvía más peligrosa que un volcán a punto de estallar era el maltrato a los gatos. Alguien que se dedicara a molestar o maltratar a los felinos de forma convencional, podía acabar recibiendo un zarpazo o dos de la diosa, que no era poca cosa. Pero lo que habían hecho los de la SGEC era algo mucho más allá: habían creado una progenie de gatos mutantes asesinos del espacio exterior al combinar material genético de gatos con el proporcionado por los zeta reticulanos neoliberales. El resultado eran unos seres humanoides felinos de medio metro de altura, con tres orejas (la tercera estaba situada en lo alto de la cabeza, entre las otras dos), ojos de alienígena zeta reticulano e implacables y feroces. Además, habían sido armados con fusiles y pistolas de Rayo O (llamados así porque disparan ráfagas de energía en forma de O) y equipados con trajes espaciales especiales de combate que parecían diseñados por un ilustrador pulp de ciencia ficción de los años 50. Ni que decir tiene que en cuanto Loki informó a los presentes de lo que sucedía y que esos gatos mutantes iban a ser liberados en la zona de Dunwich para atacar a la población Civil, hizo falta toda la fuerza de Raijin y Fujin y de las welclones para contener a Bastet e impedir que se transformara en Sejmet mientras Pkaurodlos preparaba un calmante que no tardó en inyectarle en cuanto tuvo oportunidad. La cuestión era que la diferencia entre Bastet y Sejmet era como la que había entre Jekyll y Hyde o entre Bruce Banner y Hulk. Sejmet era poder y fuerza desatada y la última vez que se descontroló, para contenerla tuvieron que hacer un lago artificial de cerveza teñida de rojo para que se la bebiera pensando que era sangre. La resaca que tuvo Bastet al día siguiente fue histórica. Afortunadamente, hasta el momento no había nada que hubiera enfadado tanto a la diosa como para amenazar con convertirse en Sejmet, pero esta ocasión era diferente. La aberración genética que habían hecho con los gatos clamaba a los dioses. Y la diosa en cuestión, Bastet, no estaba para tonterías.

La formación que se había reunido para hacer frente al ataque de los gatos mutantes eran un tanto peculiar. Raijin y Fujin, aunque eran de los miembros más sensatos del equipo, eran tropas de asalto demoledoras, dotados de una gran fuerza física. Bastet normalmente se ocupaba de los trabajos de infiltración, aunque no se quedaba corta con el combate cuerpo a cuerpo. Pkaurodlos, el más sensato, educado y cortés miembro del equipo, se encargaba de la medicina de campaña y era el experto en tecnología e informática. Otra peculiaridad de la situación era la vestimenta, pues como la llamada de Loki les había cogido desprevenidos, preparados para disfrutar de unas vacaciones veraniegas, no habían traído su vestimenta de batalla habitual. Los dos japoneses, Raijin y Fujin, tenía un aspecto bastante peculiar, a fin de cuentas, dos enormes onis, uno de piel rojiza y azul la del otro, ataviados con camisas de flores y shorts era bastante llamativo. Debido a que se trataba de una misión de combate, habían traído sus armas: sendas enormes porras metálicas. Así que el contraste era bastante peculiar. Por su parte, Bastet había acudido ataviada con un atuendo egipcio clásico: una falda de lino y algunas joyas características de la cultura que la adoró. De manera que, sí, iba en top less, aunque esto para las welclones no suponía problema. Todas se habían acostado en algún momento u otro con la diosa, y ver un torso femenino o masculino desnudo, aunque les resultara atractivo, no iba a suponer para ellas motivo para dejar de ser profesionales y respetuosas con una amiga y amante ocasional. En cuanto a Pkaurodlos… bueno, es un dios que es una enorme serpiente emplumada. No es que necesite mucho atuendo. Loki, por su parte, amenazado por Welcome para que se vistiera de forma apropiada (los dioses y muchos seres sobrenaturales, así como los miembros de la Gran Raza de Yith en cuerpos humanos, tienen un pésimo gusto a la hora de vestirse, y no es raro que usen patrones de moda varias décadas atrasados), se había presentado con un polo blanco, pantalón negro y zapatos oscuros. La verdad es que se podría haber presentado ataviado de forma más apropiada para entrar en acción, pero el nórdico prefería mantenerse en un segundo plano normalmente.

Así pues, sólo era cuestión de localizar a su enemigo y enfrentarse a él. Los efectivos de SGEC todavía no se habían desplegado y los miembros de Alfa Strike no podían hacer otra cosa que aguardar. Mientras tanto, a Bastet se le iba pasando el efecto del calmante y, aunque estaba ansiosa por entrar en acción, parecía más controlada. Finalmente, una hora más tarde (es lo que pasa, que los cientifícos locos y villanos recurrentes no son siempre puntuales), un convoy de tres camiones sin ningún tipo de logo se adentraron en la región de Dunwich, dejando atrás el pueblo y encaminándose hacia una zona más apartada. Cuando llegaron a su destino, se detuvieron y los conductores y sus ayudantes bajaron de los vehículos. Al abrir las cajas, del interior de los camiones salió una pequeña horda de gatos mutantes con armas de Rayos O. El pequeño y felino ejército mutante se dispuso en formación y comenzaron a avanzar hacia el pueblo, preparados para abrir fuego ante la visión de los primeros individuos con los que se cruzarían.

Con el desembarco realizado, los dioses se pusieron en movimiento. No tardaron mucho en interceptar a los gatos mutantes con su equipo de ciencia ficción pulp de los años 50, y la batalla comenzó. En condiciones normales, la potencia de combate desplegada por el equipo Alfa Strike habría sido suficiente para derrotar un par de escuadras de armaduras de combate Acorazado o una de GodHunters. Eso sin tener mucho problema. A fin de cuentas, el poder de los dioses que intervenían en esa lucha era bastante alto. Pero las armas de Rayos O, pese a su aspecto retrofuturista, no eran ningún juguete. Se trataba de tecnología zeta-reticulana adaptada a los materiales y técnicas de fabricación humana. En cuanto a potencia de fuego eran equivalentes al lanzarrayos que guardaba para casos de emergenica Summanus, el dinosauroide que administraba la residencia universitaria y los alojamientos rurales. Éste era un dispositivo basado en tecnología yithiana capaz de convertir a un rinoceronte en kebab asado si lo usaban sobrecargado. Pero en este caso no se trataba de una única arma, sino de muchas, utilizadas por muchos gatos mutantes simultáneamente. Esto le ponía las cosas más difíciles a los dioses.

El ver como sus queridos gatos habían sido transformados en semejantes aberraciones genéticas y usados como soldados esclavos para cumplir los designios de un grupo de científicos locos al servicio de una oscura corporación era más de lo que podía soportar Bastet. Y al ser atacada por los Rayos O, no se contuvo más. Lanzando un rugido de furia, le creció una espesa melena y se volvió más musculosa y con la piel rojiza. Se había transformado en Sejmet.

Ante la irrupción de esta diosa, Pkaurodlos Raijin y Fujin, que habían estado aguantando bastante bien y habían diezmado las filas felinas mutantes (es decir, que se habían cargado a un diez por ciento de los gatos), optaron por hacerse a un lado. En ese momento, junto a ellos, y surgiendo de detrás de unos árboles, apareció El que Comenta en la Oscuridad, un siniestro avatar de Nyarlathotep especializado en comentar acontecimientos deportivos y de toda índole para enloquecer a los hinchas y aficionados con sus oscuros comentarios y blasfemas alusiones. También aprovechaba para sacarse un buen dinero gestionando una casa de apuestas online. Saludó con gesto profesional a los dioses y comenzó a comentar:

-Y Sejmet, recién liberada, entra en acción. Inicia una carga brutal con los brazos abiertos hacia los lados y las zarpas preparadas y embite contra las tropas felinas mutantes. ¡Increible, señoras, señores y demás entidades! Que potencia la de esta diosa. Ha abierto un surco entre las filas enemigas como un cuchillo caliente penetra la mantequilla. ¡Y está desatada! Tras desconcertar y sorprender a los gatos, estos han tratado de recuperar el orden entre sus filas, pero la brutalidad e iniciativa de Sejmet lo hacen imposible. Se mueve como un gato jugando con su presa, pero con cada golpe se lleva por delante a varios mutantes que salen despedidos por los aires. Algunos mueren tratando de defenderse y los Rayos O de sus armas causan más caos. ¡Y esto es indescriptible! ¡Que masacre! Estamos viendo algo épico, histórico, Sejmet desencadenada y dispuesta a sembrar el caos y la muerte a su paso. Hacia siglos que no veíamos una demostración como la que estamos presentando. Está claro que los gatos mutantes no tienen nada que hacer ante esta diosa. ¡Y Sejmet lo vuelve a hacer! Esta vez han sido siete gatos de un único zarpazo. Y salen desparramados hacia el cielo dejando tras de sí una lluvia de sangre y disparos de Rayos O.

La pelea no duró mucho más, aunque El que Comenta la disfrutó hasta el último momento. Estaba muy satisfecho del asunto, aunque ahora tocaba resolver el tema de como contener a la diosa desatada, pues, tras matar a todos los gatos mutantes, había destrozado los camiones y los operarios sólo se habían salvado porque en ese momento intervinieron Raijin y Fujin que, a duras penas, lograron detenerla. Pero había que hacer algo. Loki, que había estado contemplando la pelea con unos prismáticos, avisó a las welclones. Tal vez ellas lograrían calmar a la diosa, o, al menos, dejarla lo bastante agotada para que se pudiera tranquilizar sola. Y es que estaba en un estado en el que los calmantes de Pkaurodlos poco podían hacer. Poco a poco, las clones mutantes de Evangeline “ Welcome” Parker fueron reuniéndose y se dirigieron hacia el lugar de los hechos. Las primeras en intervenir fueron Blindada y Amazona, las dos más fuertes y musculosas. Junto con Raijin y Fujin lograron hacer una presa más férrea sobre la diosa, pero esto la ponía más furiosa todavía. Entonces, Buhonera, jefa no oficial de las welclones (técnicamente, Welcome era la máxima autoridad entre ellas), tras comprobar que se habían reunido las 20, le hizo a Sejmet una proposición que no podía rechazar, una proposición que la diosa, interesada y curiosa, aceptó, una proposición con erótico resultado.

Seis orgasmos de Sejmet más tarde (los de las welclones fueron muchos más, bastantes más), la diosa por fin estaba lo bastante agotada y satisfecha como para caer rendida. A su alrededor, las clones, también cansadas y sexualmente complacidas aunque iban a necesitar un tiempo de reposo para recuperarse, estaban contentas por haber logrado cumplir con éxito su misión. No esperaban que la diosa fuera tan resistente y agotadora, pero triunfaron. Una vez más, un desconcertante, absurdo y extraño plan de la NWE había sido frustrado. Y Bastet, cuando regresó a su estado normal, sólo pudo preguntarse que había pasado y por qué estaba desnuda y tan satisfecha sexualmente como agotada. Pero las explicaciones llegaron en otro momento y es otra historia.

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