Aunque habitualmente
las reuniones de planificación de las misiones de Alfa Strike se
realizaban en las Tierras del Sueño, en el hogar de Loki, que se
había convertido en la base de operaciones del grupo y en hogar de
múltiples gatos (y a ver quien le ponía pegas a Bastet), a veces,
sin embargo, el Herrero Mentiroso optaba por otras ubicaciones. Esta
vez había elegido los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta, en
Dunwich. Esto era por varias razones: La primera era que tenía un
bono de descuento que quería aprovechar antes de que llegara el
grueso de turistas del verano y estaba pasando allí unos días y, la
verdad era que no le apetecía moverse. La segunda razón era que
seguramente deberían intervenir nuevamente en aquella zona, o al
menos eso indicaban sus fuentes. La tercera razón era que así
contaría con la ayuda de las welclones para tratar de impedir que
Bastet se cabreara hasta niveles estratosféricos, convirtiéndose
así en Sejmet y montando un buen follón. En último término, si la
diosa se convertía en su belicoso alter ego, también podía contar
con las welclones para que no sólo la controlaran, sino que también
la agotaran utilizando sus particulares métodos con erótico
resultado. En último término tenía un byakhee de Byakhee Express
preparado para traer a Anna Pickman. Y es que si había algo que daba
más miedo que Sejmet desatada era Welcome enfadada, pero como la
joven estaba enfangada en las conversaciones diplomáticas entre
morlocks y gules por derechos de paso y uso de determinadas zonas de
los túneles bajo la ciudad, tenía previsto un plan B: algo que daba
más miedo todavía que Evangeline enfadada: Anna Pickman, la mujer
más peligrosa de Arkham. En cualquier caso, que Bastet se
convirtiera en Sejmet podría ser incluso útil, sobretodo sabiendo
que más de la mitad del grupo estaba ausente con cuestiones de sus
negocios o estaban de vacaciones. Así pues, Loki contaba con Raijin
y Fujin, Bastet y Pkaurodlos. Lo cierto es que los de NWE habían
escogido las fechas muy bien. Pero Alfa Strike siempre contaba con
algún recurso. Y, en último término, las Welclones podían ser
terribles por sí solas. Curiosamente, Ashley Johnson y su equipo
Tiamat habían sido trasladadas a California a cumplir allí algún
tipo de misión, y lo que había planeado la corporación había sido
sin informar su filial Omicron Scorpions.
La cuestión era, tal y
como explicó Loki a los presentes, que la SGEC (Synthesis, Genetic
and Engineering Corporation) había vuelto a las andadas. Esta
empresa filial de NWE no era la primera vez que se convertía en
objetivo de las acciones de Alfa Strike. Ya habían tenido que lidiar
con una beluga “homosexualizadora” y una mujer avispa ninfómana,
aunque de esta última se ocupó Hada, una de las welclones. La
cuestión era que en esta empresa se habían reunido todos los
científicos locos, amorales y piscópatas y tenían carta blanca
para hacer lo que quisieran siempre que cumplieran con los objetivos
de la empresa en cuanto a productos biológicos de consumo y
componentes electrónicos de alta gama y última generación que
sacar al mercado. Afortunadamente para ellos, la empresa no había
hecho demasiado ruido, por lo que los magufos ecologistas y fanáticos
de lo natural ni siquiera se habían enterado de su existencia,
obsesionados con su cruzada contra otras grandes corporaciones del
mismo sector. Así pues, mientras la SGEC siguiera con la producción
manteniéndose dentro de los márgenes legales y no recibiera
demasiada publicidad, los científicos podían seguir con sus labores
secundarias de ciencia negra y loca. Y de estos esfuerzos había
surgido una nueva amenaza a la que Alfa Strike debía hacer frente y
que iba a ser liberada en Dunwich para ser puesta a prueba. La
naturaleza de esta amenaza era la que había hecho que Loki temiera
que Bastet se convirtiera en Sejmet, pues si había algo que la
cabreaba profundamente, que la volvía más peligrosa que un volcán
a punto de estallar era el maltrato a los gatos. Alguien que se
dedicara a molestar o maltratar a los felinos de forma convencional,
podía acabar recibiendo un zarpazo o dos de la diosa, que no era
poca cosa. Pero lo que habían hecho los de la SGEC era algo mucho
más allá: habían creado una progenie de gatos mutantes asesinos
del espacio exterior al combinar material genético de gatos con el
proporcionado por los zeta reticulanos neoliberales. El resultado
eran unos seres humanoides felinos de medio metro de altura, con tres
orejas (la tercera estaba situada en lo alto de la cabeza, entre las
otras dos), ojos de alienígena zeta reticulano e implacables y
feroces. Además, habían sido armados con fusiles y pistolas de Rayo
O (llamados así porque disparan ráfagas de energía en forma de O)
y equipados con trajes espaciales especiales de combate que parecían
diseñados por un ilustrador pulp de ciencia ficción de los años
50. Ni que decir tiene que en cuanto Loki informó a los presentes de
lo que sucedía y que esos gatos mutantes iban a ser liberados en la
zona de Dunwich para atacar a la población Civil, hizo falta toda la
fuerza de Raijin y Fujin y de las welclones para contener a Bastet e
impedir que se transformara en Sejmet mientras Pkaurodlos preparaba
un calmante que no tardó en inyectarle en cuanto tuvo oportunidad.
La cuestión era que la diferencia entre Bastet y Sejmet era como la
que había entre Jekyll y Hyde o entre Bruce Banner y Hulk. Sejmet
era poder y fuerza desatada y la última vez que se descontroló,
para contenerla tuvieron que hacer un lago artificial de cerveza
teñida de rojo para que se la bebiera pensando que era sangre. La
resaca que tuvo Bastet al día siguiente fue histórica.
Afortunadamente, hasta el momento no había nada que hubiera enfadado
tanto a la diosa como para amenazar con convertirse en Sejmet, pero
esta ocasión era diferente. La aberración genética que habían
hecho con los gatos clamaba a los dioses. Y la diosa en cuestión,
Bastet, no estaba para tonterías.
La formación que se
había reunido para hacer frente al ataque de los gatos mutantes eran
un tanto peculiar. Raijin y Fujin, aunque eran de los miembros más
sensatos del equipo, eran tropas de asalto demoledoras, dotados de
una gran fuerza física. Bastet normalmente se ocupaba de los
trabajos de infiltración, aunque no se quedaba corta con el combate
cuerpo a cuerpo. Pkaurodlos, el más sensato, educado y cortés
miembro del equipo, se encargaba de la medicina de campaña y era el
experto en tecnología e informática. Otra peculiaridad de la
situación era la vestimenta, pues como la llamada de Loki les había
cogido desprevenidos, preparados para disfrutar de unas vacaciones
veraniegas, no habían traído su vestimenta de batalla habitual. Los
dos japoneses, Raijin y Fujin, tenía un aspecto bastante peculiar, a
fin de cuentas, dos enormes onis, uno de piel rojiza y azul la del
otro, ataviados con camisas de flores y shorts era bastante
llamativo. Debido a que se trataba de una misión de combate, habían
traído sus armas: sendas enormes porras metálicas. Así que el
contraste era bastante peculiar. Por su parte, Bastet había acudido
ataviada con un atuendo egipcio clásico: una falda de lino y algunas
joyas características de la cultura que la adoró. De manera que,
sí, iba en top less, aunque esto para las welclones no suponía
problema. Todas se habían acostado en algún momento u otro con la
diosa, y ver un torso femenino o masculino desnudo, aunque les
resultara atractivo, no iba a suponer para ellas motivo para dejar de
ser profesionales y respetuosas con una amiga y amante ocasional. En
cuanto a Pkaurodlos… bueno, es un dios que es una enorme serpiente
emplumada. No es que necesite mucho atuendo. Loki, por su parte,
amenazado por Welcome para que se vistiera de forma apropiada (los
dioses y muchos seres sobrenaturales, así como los miembros de la
Gran Raza de Yith en cuerpos humanos, tienen un pésimo gusto a la
hora de vestirse, y no es raro que usen patrones de moda varias
décadas atrasados), se había presentado con un polo blanco,
pantalón negro y zapatos oscuros. La verdad es que se podría haber
presentado ataviado de forma más apropiada para entrar en acción,
pero el nórdico prefería mantenerse en un segundo plano
normalmente.
Así pues, sólo era
cuestión de localizar a su enemigo y enfrentarse a él. Los
efectivos de SGEC todavía no se habían desplegado y los miembros de
Alfa Strike no podían hacer otra cosa que aguardar. Mientras tanto,
a Bastet se le iba pasando el efecto del calmante y, aunque estaba
ansiosa por entrar en acción, parecía más controlada. Finalmente,
una hora más tarde (es lo que pasa, que los cientifícos locos y
villanos recurrentes no son siempre puntuales), un convoy de tres
camiones sin ningún tipo de logo se adentraron en la región de
Dunwich, dejando atrás el pueblo y encaminándose hacia una zona más
apartada. Cuando llegaron a su destino, se detuvieron y los
conductores y sus ayudantes bajaron de los vehículos. Al abrir las
cajas, del interior de los camiones salió una pequeña horda de
gatos mutantes con armas de Rayos O. El pequeño y felino ejército
mutante se dispuso en formación y comenzaron a avanzar hacia el
pueblo, preparados para abrir fuego ante la visión de los primeros
individuos con los que se cruzarían.
Con el desembarco
realizado, los dioses se pusieron en movimiento. No tardaron mucho en
interceptar a los gatos mutantes con su equipo de ciencia ficción
pulp de los años 50, y la batalla comenzó. En condiciones normales,
la potencia de combate desplegada por el equipo Alfa Strike habría
sido suficiente para derrotar un par de escuadras de armaduras de
combate Acorazado o una de GodHunters. Eso sin tener mucho problema.
A fin de cuentas, el poder de los dioses que intervenían en esa
lucha era bastante alto. Pero las armas de Rayos O, pese a su aspecto
retrofuturista, no eran ningún juguete. Se trataba de tecnología
zeta-reticulana adaptada a los materiales y técnicas de fabricación
humana. En cuanto a potencia de fuego eran equivalentes al
lanzarrayos que guardaba para casos de emergenica Summanus, el
dinosauroide que administraba la residencia universitaria y los
alojamientos rurales. Éste era un dispositivo basado en tecnología
yithiana capaz de convertir a un rinoceronte en kebab asado si lo
usaban sobrecargado. Pero en este caso no se trataba de una única
arma, sino de muchas, utilizadas por muchos gatos mutantes
simultáneamente. Esto le ponía las cosas más difíciles a los
dioses.
El ver como sus
queridos gatos habían sido transformados en semejantes aberraciones
genéticas y usados como soldados esclavos para cumplir los designios
de un grupo de científicos locos al servicio de una oscura
corporación era más de lo que podía soportar Bastet. Y al ser
atacada por los Rayos O, no se contuvo más. Lanzando un rugido de
furia, le creció una espesa melena y se volvió más musculosa y con
la piel rojiza. Se había transformado en Sejmet.
Ante la irrupción de
esta diosa, Pkaurodlos Raijin y Fujin, que habían estado aguantando
bastante bien y habían diezmado las filas felinas mutantes (es
decir, que se habían cargado a un diez por ciento de los gatos),
optaron por hacerse a un lado. En ese momento, junto a ellos, y
surgiendo de detrás de unos árboles, apareció El que Comenta en la
Oscuridad, un siniestro avatar de Nyarlathotep especializado en
comentar acontecimientos deportivos y de toda índole para enloquecer
a los hinchas y aficionados con sus oscuros comentarios y blasfemas
alusiones. También aprovechaba para sacarse un buen dinero
gestionando una casa de apuestas online. Saludó con gesto
profesional a los dioses y comenzó a comentar:
-Y Sejmet, recién
liberada, entra en acción. Inicia una carga brutal con los brazos
abiertos hacia los lados y las zarpas preparadas y embite contra las
tropas felinas mutantes. ¡Increible, señoras, señores y demás
entidades! Que potencia la de esta diosa. Ha abierto un surco entre
las filas enemigas como un cuchillo caliente penetra la mantequilla.
¡Y está desatada! Tras desconcertar y sorprender a los gatos, estos
han tratado de recuperar el orden entre sus filas, pero la brutalidad
e iniciativa de Sejmet lo hacen imposible. Se mueve como un gato
jugando con su presa, pero con cada golpe se lleva por delante a
varios mutantes que salen despedidos por los aires. Algunos mueren
tratando de defenderse y los Rayos O de sus armas causan más caos.
¡Y esto es indescriptible! ¡Que masacre! Estamos viendo algo épico,
histórico, Sejmet desencadenada y dispuesta a sembrar el caos y la
muerte a su paso. Hacia siglos que no veíamos una demostración como
la que estamos presentando. Está claro que los gatos mutantes no
tienen nada que hacer ante esta diosa. ¡Y Sejmet lo vuelve a hacer!
Esta vez han sido siete gatos de un único zarpazo. Y salen
desparramados hacia el cielo dejando tras de sí una lluvia de sangre
y disparos de Rayos O.
La pelea no duró mucho
más, aunque El que Comenta la disfrutó hasta el último momento.
Estaba muy satisfecho del asunto, aunque ahora tocaba resolver el
tema de como contener a la diosa desatada, pues, tras matar a todos
los gatos mutantes, había destrozado los camiones y los operarios
sólo se habían salvado porque en ese momento intervinieron Raijin y
Fujin que, a duras penas, lograron detenerla. Pero había que hacer
algo. Loki, que había estado contemplando la pelea con unos
prismáticos, avisó a las welclones. Tal vez ellas lograrían calmar
a la diosa, o, al menos, dejarla lo bastante agotada para que se
pudiera tranquilizar sola. Y es que estaba en un estado en el que los
calmantes de Pkaurodlos poco podían hacer. Poco a poco, las clones
mutantes de Evangeline “ Welcome” Parker fueron reuniéndose y se
dirigieron hacia el lugar de los hechos. Las primeras en intervenir
fueron Blindada y Amazona, las dos más fuertes y musculosas. Junto
con Raijin y Fujin lograron hacer una presa más férrea sobre la
diosa, pero esto la ponía más furiosa todavía. Entonces, Buhonera,
jefa no oficial de las welclones (técnicamente, Welcome era la
máxima autoridad entre ellas), tras comprobar que se habían reunido
las 20, le hizo a Sejmet una proposición que no podía rechazar, una
proposición que la diosa, interesada y curiosa, aceptó, una
proposición con erótico resultado.
Seis orgasmos de Sejmet
más tarde (los de las welclones fueron muchos más, bastantes más),
la diosa por fin estaba lo bastante agotada y satisfecha como para
caer rendida. A su alrededor, las clones, también cansadas y
sexualmente complacidas aunque iban a necesitar un tiempo de reposo
para recuperarse, estaban contentas por haber logrado cumplir con
éxito su misión. No esperaban que la diosa fuera tan resistente y
agotadora, pero triunfaron. Una vez más, un desconcertante, absurdo
y extraño plan de la NWE había sido frustrado. Y Bastet, cuando
regresó a su estado normal, sólo pudo preguntarse que había pasado
y por qué estaba desnuda y tan satisfecha sexualmente como agotada.
Pero las explicaciones llegaron en otro momento y es otra historia.
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