viernes, 29 de septiembre de 2017

Alfa Strike: El fin del mundo y la madre que los parió

Todos los años se predice un Fin del Mundo, días de oscuridad, Raptos cristianos y todo tipo de catástrofes que nunca llegan a ocurrir al tratarse de bulos inventados por iluminados, conspiranoicos y gente con ganas de llamar la atención, entre otros. El pasado 23 de septiembre estaba prevista, una vez más la llegada de Nibiru, el Planeta X, que traería la destrucción y acabaría con el mundo tal y como lo conocemos. Ese día no sucedió nada, pero en las Tierras del Sueño fue muy diferente. Esta es la verdadera historia de lo que sucedió ese fatídico día y que nadie se ha atrevido a desvelar hasta ahora. El siguiente relato está basado en los archivos del grupo de operaciones especiales de dioses superhéroes Alfa Strike.

Sala de reuniones de Alfa Strike, hogar de Loki en las Tierras del Sueño
La situación era grave, el destino de las Tierras del Sueño estaba en juego. No era la primera vez que las destruían, o al menos que se había narrado su destrucción. Gary Myers la había descrito en su relato "El hocico en la alcoba", Alberto Lopez Aroca había puesto su versión del apocalipsis zombi en las Tierras del Sueño en Necronomicon Z, y José María Quinto había puesto en palabras como fue destruida en "La Esfinge de los Sueños", una historia corta en la antología "Los que susurran a través de los eones". Pero el mundo onírico siempre había logrado recuperarse. Sin embargo, su destrucción siempre tenía consecuencias en el mundo de la vigília y había que evitarlo en la medida de lo posible. Por ello, Loki había reunido a la alienación completa de Alfa Strike para impedir este funesto acontecimiento y, además, había convocado también a Tiamat.

Las Tierras del Sueño se ven afectadas por las mentes de los soñadores más expertos y por el subconsciente colectivo de la humanidad. Aunque esto es un proceso mucho más lento y laborioso, ya que requiere años para que las mentes de los seres humanos produzcan un cambio permanente en el mundo onírico. Esto es debido a que un soñador experto conoce esta dimensión paralela y ha aprendido a alterarla con la aplicación de su voluntad, y aun así, un cambio importante, como crear la ciudad de Celephais, puede llevar años. Por otro lado, el subconsciente colectivo incluye a la totalidad de la población humana, que, en general, desconoce las Tierras del Sueño y no sabe como influir en ellas. Por ello, para inducir un cambio permanente, es necesario un pulso de pensamiento muy potente en un breve lapso de tiempo o una corriente de menor fuerza durante un largo período. Nyarlathotep ya había utilizado la primera forma de influir durante el incidente de las Big Culo Wars. Pero, en este caso, se trataba de algo diferente. A lo largo del siglo XX se había especulado con la existencia de un Planeta X más allá de la órbita de Neptuno, debido a las anomalías en la órbita de este mundo. Cuando se descubrió Plutón se pensó que podría ser este el causante, pero debido a la escasa masa del sistema Plutón - Caronte, se rechazó. Así que la hipótesis de un planeta desconocido más allá sigue existiendo. Lamentablemente, esto se acabó por confundir con las teorías de la conspiración y la idea de que las antiguas civilizaciones habían sido fundadas por alienígenas. Con este batiburrillo surgió la idea de que existía un noveno planeta desconocido que, con una órbita muy excéntrica, acabaría por acercarse al sol cada varios miles de años, y esto provocaría el fin del mundo. De ahí nacieron Nibiru, sacado de la mitología babilonia, y Hercólubus, surgido de la mente de un iluminado. El auge de las conspiraciones y las pseudociencias a través de Internet y las redes sociales había provocado que muchas mentes se concentraran en esta idea, la de un planeta desconocido que acabaría con la humanidad, potenciado todo esto con los vendedores de humo que se dedican a dar pábulo a estas ideas para vender libros y sacar beneficios.

Como consecuencia de todo esto, había aparecido en las Tierras del Sueño un enorme planeta que se aproximaba con rumbo de colisión. Al principio fue sólo un punto rojo en el cielo estrellado de la dimensión onírica, pero, poco a poco, fue agrandándose. Cuando los astrónomos se dieron cuenta de lo que era, estuvo a punto de cundir el pánico: era un mundo rojo cuyo rumbo lo llevaría directo hacia las Tierras del Sueño. La colisión parecía inevitable. De inmediato, se comunico a los soberanos de todos los países y se celebró consejo en Celephais mientras los sacerdotes realizaban sacrificios y elevaban plegarias a los Grandes Dioses de las Tierras del Sueño. Pero los Grandes permanecían mudos, el Planeta Rojo se acercaba y los gobernantes no sabían a quien acudir. Nyarlathotep, bajo la forma de El que Comenta en la Oscuridad, había sido visto tomando apuestas sobre el resultado final y comentando los disturbios y accesos de pánico. Fue entonces cuando, desesperados, acudieron a Loki, el dios nórdico del engaño, el Herrero Mentiroso, quien, tras investigar acabó por reunir a Alfa Strike. ¿Y dónde estaban los Grandes, los dioses de las Tierras del Sueño de la Tierra y que debían protegerla? Bueno, Loki había indagado sobre el asunto. No estaban en Kadath ni en ningún otro de sus sitios habituales. Finalmente los localizó en las Tierras del Sueño de Marte, que combinaban el paisaje onírico de los aihais con el Barsoom de Edgar Rice Burroughs. Así que, allí estaban, rodeados de hermosas y casi desnudas marcianas rojas y dedicados a la fiesta y, en todo caso, ya volverían cuando se solucionara todo. A fin de cuentas, si las Tierras del Sueño de la Tierra se destruían, se volverían a recrear.

Por ello, tras hacer la puesta al día al equipo, Loki comenzó a distribuir las tareas: Bastet, Set, Odin, Zeus, Pkaurodlos y Summanus se ocuparían del control de multitudes y de mantener el orden. Debían acudir a las ciudades a ayudar a mantener la calma y enviar un mensaje de tranquilidad. A fin de cuentas eran dioses, y aunque no fueran los Grandes, si que serían escuchados por la gente, particularmente si hacían alguna demostración de poder en caso necesario. Por otro lado, Thor, Brontes, Ares, Raijin, Fujin, Perun, Misha, N'kari y Tiamat formarían el equipo de ataque. Se trataba de los dioses más poderosos en cuanto a poder en bruto, además de que Ares y Perun tenían atribuciones bélicas. Por ello, tendrían que ocuparse de detener o desviar el Planeta Rojo. Junto a ellos estaría Tiamat, que con su poder para generar Caos podría resultar de mucha ayuda. Finalmente, Loki y Delta Wave Welcome se ocuparían de dirigir las operaciones y trasladar efectivos según fuera necesario.

Palacio real, Celephais
El caos de las calles se había controlado al correr la noticia de la llegada de los dioses. Allí se habían congregado el equipo de ataque junto con Loki y Welcome. Les había resultado fácil conseguir audiencia, y allí, congregados, estaban los soberanos y emisarios de las Tierras del Sueño, tratando de hallar una solución a esta terrible crisis. Allí, dirigidos por Randolph Carter y Kuranes, se discutía, peleaba, debatía, gritaba, etc... vamos, que no se diferenciaban demasiado de los gobernantes del mundo de la vigilía, pues todos querían que su país, ciudad-estado o dominio se salvara el primero y que recibiera más recursos para ello. Por suerte, la presencia de Tiamat no pareció exaltar más los ánimos, pues su capacidad de generar entropía podía resultar bastante desconcertante y manifestarse en los momentos más inesperados. El trabajo diplomático corría de cuenta del Herrero Mentiroso, mientras los demás se ocupaban de estudiar las posibilidades de ataque contra el Planeta Rojo. El objetivo parecía acercarse cada vez a mayor velocidad, por lo que era importante conocer todo lo que se hubiera averiguado sobre aquel mundo errante e identificar algún punto débil, algo que les permitiera desviarlo de su rumbo o destruirlo de la forma más inocua posible para las Tierras del Sueño. A fin de cuentas, si lo hacían explotar y provocaban una letal lluvia de fragmentos de planeta, harían el ridículo.

Una de las primeras propuestas que se hicieron fue utilizar Ouroboros, la espada mágica de Delta Wave Welcome. Esta había sido forjada para cortar la realidad y crear rasgaduras en el espacio-tiempo a modo de portales. Resultaba muy útil, aunque el tamaño del Planeta Rojo dificultaba la logística de la operación. Para empezar, debían llevar a Welcome hasta las proximidades del mundo, y ayudarla a desplazarse para crear una rotura lo bastante grande por donde entrara ese cuerpo celeste. Esto era bastante complicado de conseguir, por lo que se desechó rápidamente. Los poderes de Caos de Tiamat eran una baza importante a tener en cuenta. Sin embargo, tenía que afectar a un planeta entero, aunque no fuera grande para las medidas cósmicas de estos. Por ello, este plan también estaba considerado poco factible, ya que, en caso de lograr afectar a semejante masa, los efectos serían impredecibles. Pero el tiempo corría en su contra.

Por su parte, el equipo de control hacía lo que podía. Bastet había reclutado a los gatos de las Tierras del Sueño, y, usándolos como elementos tranquilizantes, hacía que se apiñaran en torno a la gente para ronronear y frotarse contra ellos. Así, lograban calmar a las masas que se dedicaban a acariciar a los felinos. Zeus había optado por un enfoque más interesado, dedicándose a reunir mujeres jovenes de gran atractivo y seducirlas ya que, si el mundo se iba a acabar, al menos podrían dedicar a divertirse mientras tanto. Era muy propio del mujeriego dios griego, y, al menos, servía para ayudar a calmar las cosas entre un sector de la población. Set, Odin, Pkaurodlos y Summanus optaban por usar su presencia divina para imponerse y así ganar la atención de las masas. Y, de paso, se hacían con algunos creyentes extras, lo cual no era cuestión de desechar.

Mientras tanto, de vuelta en Celephais, Loki trataba de mediar entre los políticos y representantes de los mismos sin demasiado éxito, aparentemente. En realidad, lo que estaba haciendo era dirigir sutilmente las discusiones para que se fueran centrando en la cuestión que les competía, a saber, resolver la crisis del Planeta Rojo. Y es que, como era habitual, las discusiones se estaban enconando en temas absurdos, menos importantes y sacados a relucir por una mera cuestión de ego. Así, por lo menos, conseguía que se centraran en el tema en cuestión. Pero el problema seguía existiendo y estaba claro que caía en manos de Alfa Strike resolverlo.

Si tenían que llegar hasta ese mundo o, por lo menos, acercarse lo suficiente a él, debían hacerse con un medio de transporte que les permitiera moverse a través del espacio. Para ello, la mejor opción era hacerse con una de las galeras de las bestias lunares, esas criaturas que habitaban el satélite de las Tierras del Sueño y parecían una especie de ranas agoriladas de formas fluidas y con un manojo de tentáculos rosados en el hocico. Por ello, el primer paso era hacerse con una de estas galeras. El lugar más obvio para hacerlo era el puerto de Dylath-Leen, donde estas embarcaciones atracan y sus tripulaciones desembarcan para comerciar con enormes rubíes. Así que el equipo de ataque se dirigió hacia allí. Gracias a la maestría de Delta Wave Welcome con su espada Ouroboros, llegaron en un instante, ya que creó un portal para ello.

La ciudad, formada por edificios de basalto negro, era un tanto lúgubre, y poco recomendable para los soñadores en general, pero a los dioses eso les daba igual. Si algún habitante de la misma era tan estúpido como para atacarles, no saldría bien parado. Así lograron encontrar fácilmente una galera, que llevaba unos días atracada en espera de poder completar los negocios que la habían llevado hasta allí. Sin embargo, con la llegada del Planeta Rojo, la ciudad estaba completamente paralizada, y los hombres de Leng que formaban la tripulación de la galera estaban arrinconados en una de las posadas aguardando a que se calmaran las cosas. La cosa había ido así: Ellos habían llegado cuando la amenaza planetaria era sólo un punto rojo en el cielo, y se habían dedicado a cambiar rubíes por esclavos negros. Al principio todo iba bien, pero, a medida que crecía la amenaza en el firmamento, la gente se iba poniendo cada vez más nerviosa. Los hombres de Leng, que parecían sátiros con mal talante, iban disfrazados, pero era un truco transparente. Hacía tiempo que en el puerto se sabía su auténtica identidad. Pero los rubíes que traían eran demasiado valiosos y no se podían permitir perder esa fuente de ingresos. Sin embargo, aunque eran meramente tolerados, la tensión creciente provocada por la llegada del Planeta Rojo provocó diversos estallidos de pánico y violencia, que, por una razón u otra, acabaron por dirigirse hacia los mercaderes de rubíes. Estos, al navegar en sus barcos hasta la Luna, podían escapar de la destrucción, y por ello, los habitantes de la ciudad querían hacerse con el control de las galeras para salvarse. Finalmente, cuando la situación logró controlarse, los hombres de Leng se quedaron atrapados en una de las posadas.

Con la llegada del grupo de dioses, la situación estuvo a punto de desbordarse de nuevo, ya que estos fueron a buscar a los tripulantes del barco procedente de la Luna. Por ello, la gente comenzó a reunirse frente a la posada en donde los hombres de Leng aguardaban. Ante aquella concentración que amenazaba con convertirse en turba, N'kari decidió intervenir para evitar más problemas. Ella era una diosa de la tormenta y de la pasión violenta. Esto, a menudo, se traducía en que era una especie de patrona del sexo salvaje y muy intenso, pero, otra atribución menos conocida, era que podía afectar a las emociones intensas que afectaban a individuos o multitudes. Así, ante aquella turba se plantó la diosa, y, haciendo uso de sus poderes, optó por redirigir la intensidad de sus sentimientos y encaminarlos hacia otra dirección. Como calmarlos no iba a ser fácil, se decantó por algo en lo que acabarían ellos mismos calmados por estar demasiado cansados para hacer cualquier otra cosa. Así que convirtió su odio y furia en apetito sexual, por lo que la calle pasó de ser el lugar donde se concentraba un futura turba para ser el sitio donde había comenzado a desarrollarse una orgía masiva.

Una vez solucionado el problema frente a la posada, los dioses entraron en la misma y no tardaron en sacar a rastras a los reacios e involuntarios hombres de Leng, que no estaban muy dispuestos a ayudar. A fin de cuentas, ellos esperaban salvarse refugiándose en la Luna, y no eran un pueblo demasiado compasivo. A causa de esto, los de Alfa Strike no dudaron en arrastrarlos a la fuerza para que colaboraran. De esta manera los llevaron hasta el puerto, subiendo a la galera. Una vez a bordo, los tripulantes trataron de pasarse de listos, abriendo de repente las escotillas que daban a las bancadas de remeros, para que las bestias lunares los arrasaran con su número y masa. Y habría salido bien de no ser por que se trataba de dioses. La pelea, por llamarla de alguna forma, fue más bien breve. Thor, Brontes, Ares, Raijin, Fujin, Perun, Tiamat y N'kari no tuvieron demasiada dificultad en derrotar a los alienígenas lunares, incluso Misha, el oso que hacía de compañero y montura de Perun, tuvo su parte en la victoria sin demasiados problemas. Así, los dioses, tras imponerse a sus adversarios, los mandaron de nuevo a las bancadas de remos, pues no había que perder más tiempo. Tan sólo uno fue relevado de su puesto, pues N'kari había decidido usarlo como escarmiento para los demás y, inspirada por la orgía que había organizado antes en las calles, se lo llevó a un camarote de la tripulación para usarlo como juguete sexual durante el trayecto.

El viaje a través del mar fue tranquilo, sin incidentes, salvo por los ocasionales gemidos, crujidos y demás sonidos provocados por la apasionada actividad sexual de la diosa. Así, la galera se encaminó hacia los Pilares de Basalto del Oeste, que marcaban el límite de la tierra y la catarata del borde. Al llegar a este punto, los barcos, si no cambiaban de rumbo, acababan por caer al espacio, pero las galeras de los hombres de Leng estaban preparadas para navegar por este. Así, viajaron por el espacio y tomaron rumbo hacia el Planeta Rojo. Aun no tenían claro que hacer, pero al examinar con más atención el cuerpo celeste esperaban por dar con la solución más acertada. Y, como último recurso, podían concentrar todos sus poderes para destruirlo.

Cuando finalmente alcanzaron su objetivo, situarse en las proximidades del Planeta Rojo, se dedicaron a estudiarlo con detenimiento. N'kari, que ya se había quedado satisfecha con la, en ese momento, maltrecha y agotada bestia lunar, comentó algo interesante: la forma en que se disponían las cordilleras. Se trataba, en particular de un sistema montañoso descomunal, monstruoso, con unos picos de alturas extremas y cuya longitud era desmesurada, de categoría continental. Ciertamente era una formación muy peculiar, Además, se percató de que sentía algo. No era pasión violenta, pero si era algún tipo de emoción a una escala que no había visto hasta ese momento. Pero, lo más peculiar era que se trataba de sueño, un sueño planetario. Al comentar esto con los demás, a Tiamat se le ocurrió una idea. Tras explicar a los dioses lo que pensaba que estaba sucediendo, les indicó lo que debían hacer. Si ella estaba en lo cierto, podían solucionar el problema de una vez sin poner en peligro las Tierras del Sueño. Así que, al no tener ninguna otra alternativa, pusieron en marcha el plan de la diosa.

Thor, Brontes, Raijin, Fujin, Perun y N'kari, concentraron su poder y lanzaron una andanada de relámpagos y truenos contra el planeta. Ares, como dios de la guerra, utilizó sus capacidades para provocarles un mayor sentimiento combativo y enardecerlos para que así sus ataques fueran más potentes. Misha se limitó a mirar y darles apoyo moral, a fin de cuentas, no dejaba de ser un oso, aunque fuera una encarnación patriótica de la nación rusa. Finalmente, Tiamat concentró sus capacidades de generación de caos y entropía y las canalizó hacia el Planeta Rojo.

Esta concentración de poder divino descargada de golpe tuvo su efecto. A lo largo de la inmensa cordillera que tanto había llamado la atención de N'kari se produjo un descomunal terremoto que la partió por la mitad, abriéndose para revelar un mar que fue creciendo paulatinamente mientras la brecha se ensanchaba hasta convertirse en un gran océano. Entonces, la grieta se cerró rápidamente y se volvió a abrir. Volvió a repetirse el mismo proceso. Y fue cuando los dioses se dieron cuenta de que Tiamat estaba en lo cierto, sobretodo cuando el planeta se despertó del todo y desapareció para volver al mundo de la vigilia. Y es que se trataba de Groth, el planeta viviente, un primigenio poco conocido que vaga por el cosmos alterando las órbitas y posiciones de estrellas y planetas para provocar el despertar de los primigenios encerrados en sus prisiones o simplemente porque su hobby es provocar fines del mundo. Nadie se lo ha preguntado y, a fin de cuentas, es un planeta, ¿a quién le haría caso un planeta? Así pues, lo que había sucedido es que Groth, al quedarse dormido durante su tránsito eterno por el universo, su yo onírico había entrado en las Tierras del Sueño, atraído por las creencias sin base alguna en la existencia de Nibiru.

Y así, con la amenaza eliminada, los dioses regresaron a Celephais, donde se reunieron con los demás miembros de Alfa Strike y lo celebraron con gran regocijo, pues habían salvado las Tierras del Sueño.

sábado, 23 de septiembre de 2017

La habitación sellada

Aprovechando que los Pickman estaban en los alojamientos de Dunwich haciendo algunos trámites (bueno, Seabury estaba en la universidad muy ocupado, y Robert estaba enfrascado en su cruzada), Summanus decidió que era un buen momento para una limpieza intensiva de los sótanos. Allí abajo, con el acceso a los túneles tan cerca, había estado un poco dejado de lado a la hora de la limpieza, entre otras cosas, porque pensaban que las telarañas y el ambiente oscuro le daba un toque gótico. Ahora las cosas habían cambiado. Después de los recientes sucesos relacionados con los túneles de Arkham, se había llegado a la conclusión de que había que dejar más vistosa la entrada para cuando hubiera que relacionarse con los morlocks, pues dejar aquello hecho unos zorros daría una mala imagen a la residencia estudiantil, aunque fuera ante unos post-humanos que utilizaban como tecnología toda clase de recambios.

Con este propósito, Araknek había llevado a su equipo de limpieza de la residencia a los sótanos a limpiar y a desalojar a las arañas. De esto último se encargó Araknek, pues su naturaleza arácnida le permitía comunicarse con ellas. Mientras, el equipo de limpieza hacía las actividades habituales, como quitar el polvo, fregar, barrer y tirar cualquier porquería que hubiera por allí (como algunos carteles de Robert que afirmaban que ELLOS están entre nosotros).

En un momento de la limpieza, el equipo que se había internado en la zona de los sótanos donde se almacenaban cajas en estanterías llenas de antiguos artículos arcanos ya usados, se encontró con que, al limpiar las paredes, una de las zonas parecía que la pintura se descascarillaba con demasiada facilidad. La curiosidad hizo que rascaran (si era necesario, se repintaba) y descubrieron algo inesperado.

Detrás de la pintura que los limpiadores habían quitado, se encontraron con lo que parecía una puerta de madera robusta. Una puerta que alguien se había molestado mucho en ocultar.

-Buff, si también hay que limpiar ahí, tendremos que pasar con una de las máquinas barredoras del servicio municipal -dijo uno de los limpiadores. -Da la impresión de que esa puerta está cerrada tanto tiempo, que el polvo habrá formado dunas.

-¿Y quién ha dicho que haya que limpiar esa habitación? Estaba tapada por una capa de pintura, así que estaba escondida.

-La jefa ha dicho que se limpien todos los sótanos. Si quieres, le dices tú que has dejado una habitación porque estaba escondida y llevaba mucho tiempo cerrada.

El otro limpiador se estremeció imaginando la respuesta de Araknek y cogió con fuerza la fregona.

-Bueno, pues abre...

El otro limpiador buscó algunas clase de pomo o tirador de la puerta, pero este había sido arrancado. Se encogió de hombros e hizo lo que cualquiera (no) haría: golpear la puerta hasta que la forzó lo suficiente para abrirla.

Al otro lado de la puerta, una oscuridad penetrante lo cubría todo y algunas nubecillas de polvo salían debido al tiempo que llevaba aquella puerta sin abrir. El limpiador que había forzado la entrada asomó la cabeza y encendió la linterna que llevaba.

-¡Por todos los...!

Antes de que pudiera terminar la frase, algo lo cogió desde el interior y lo arrastró ante la mirada aterrorizada de su compañero.

Araknek estaba despidiéndose de la comunidad de arañas que habían vivido durante tantos años en la residencia estudiantil cuando escuchó los gritos. Por un momento pensó que algún shoggoth habría hecho su madriguera allí abajo y se había armado. No había ninguna zona húmeda, pero algunos ejemplares de esta raza anarcocaótica se habían acostumbrado a vivir en sótanos de algunas de las casas de la antigua Arkham y había que llamar a los exterminadores para echarlos. Antes de hacer nada, llamó por su walkie a Summanus para que bajara, y, una vez estuvo allí el dinosauroide, ambos fueron hacia la zona donde se había producido el alboroto.

Ante ellos había una puerta (que no debería estar allí) abierta de par en par y delante un limpiador tirado en el suelo balbuceando.

-Las ratas... ¡Las ratas en las paredes! -decía el individuo.

-Sí, vale, pero calma, que no eres precisamente el que susurra en la oscuridad -le dijo Summanus.

Varios miembros del equipo de limpieza se habían personado allí ante el jaleo, la mayoría para lo normal, mirar y cotillear en vez de ayudar o hacer algo de provecho.

-Vosotros, llevaos a este pobre (que debe ser nuevo) y dadle una tilita para que se calme -dijo Summanus a los que miraban. -Araknek y yo nos encargamos de lo que haya tras esa puerta.

Los curiosos hicieron lo que les dijo el dinosauroide, y éste se quedó a solas con Araknek.

-¿Tenías conocimiento de una habitación aquí? -preguntó Araknek.

-Que yo sepa, en los planos del edificio no aparece nada en esta sección... y por lo que tiene pinta, se trataba de una habitación sellada. Esto debe llevar cerrado desde hace siglos.

-Entonces queda descartado el shoggoth ocupa. Esa tendencia comenzó en los años '90 -dijo Araknek.

-Esto es algo que incumbe a los Pickman, quizás debamos llamarlos -sugirió Summanus.

-¡¿Qué?! Lo que sea que hay ahí dentro se ha llevado a uno de mis trabajadores, aunque sea un recién empleado, así que nada lo separará de mi ira.

Araknek desenfundó sus fregonas de combate y entró decidida dentro de la habitación sellada. Al otro lado, la oscuridad ocultaba todo a cualquiera que tuviera una visión normal, pero Araknek no tenía una visión normal, por lo que vio cómo un grupo de vehículos de combate de tamaño minúsculos se dirigía hacia ella fuertemente armados. Los vehículos comenzaron a disparar a Araknek con proyectiles que escocían mucho, y de algún sitio comenzaron a salir cuerdas que intentaban agarrar sus patas. Entre unas cosas y otras, combatir se estaba volviendo bastante complicado, y cuando Araknek se confió, apareció un grupo de ratas del tamaño de conejos bien alimentados vestidas con uniforme militar apuntándole con algo que parecían lanzas.

Ante la tardanza de Araknek, Summanus decidió asomarse para ver qué estaba haciendo allí dentro, pero antes de que pudiera reaccionar, varias cuerdas cayeron sobre él y lo arrastraron al interior. El dinosauroide cayó al suelo y se encontró con su compañera atada con cuerdas y soltando toda clase de tacos en el idioma de Leng. Ante ellos, un pequeño ejército de grandes ratas les apuntaban con lanzas y armas de fuego, y en el centro caminaba con decisión, una rata con galones en su uniforme.

-Por la presente comitiva militar, son ustedes detenidos por invadir la República Independiente de Ratonia.

Summanus se quedó estupefacto, pero cuando fue a responder, tuvo las lanzas encima y, antes de que pudiera hacer nada lo ataron con cuerdas como las que tenía Araknek. Después de haberlo atado, llevaron a los dos a través de la habitación sellada. Se trataba de una gran habitación, tamaño salón, llena de edificaciones hechas con cajas de cartón y otros instrumentos que usarían unos roedores para crear sus nidos, había pequeños vehículos que utilizaban ratas para llevar mercancías y otra gran cantidad de infraestructuras típicas de una ciudad. Summanus se sorprendió ante la complejidad de aquella pequeña civilización de ratas.

Cuando vio que les dirigían a algo que parecía una especie de cárcel (lo dedujo porque tenía barrotes y, dentro de una de las celdas, estaba el limpiador de Araknek), una andanada flechas con fuego en las puntas salieron por todas partes.

-¡Los rebeldes! -exclamó uno de los soldados rata.

De los edificios de papel cercanos salieron unos guerrilleros rata armados con pequeños arcos y armas afiladas, que se enfrentaron valientemente contra los soldados. Los guerrilleros eran más numerosos, por lo que derrotaron a los soldados y consiguieron hacerse con Araknek y Summanus, a los cuales llevaron a uno de los edificios de papel. Una vez en el edificio, fueron recibidos por una rata vestida con las típicas parafernalias revolucionarias.

-Bienvenidos a la base de la rebelión contra el Imperio Dientesafilados -dijo la rata revolucionaria.

-¿Alguien quiere explicarme de qué va todo este asunto antes de que me suelte y me líe a decapitar roedores? -preguntó Araknek con mirada furiosa.

-Está usted ante lo que queda de la república independiente de Ratonia. Se trataba de una gran nación que se creó en el siglo XIX después de que el dueño de este edificio hiciera una serie de experimentos con nuestros antepasados. Estos experimentos hicieron que se volvieran más inteligentes y, cuando se dio cuenta, se le había ido de las manos. Él nos quería como esclavos o como payasos de circo, pero nos rebelamos y fundamos la república independiente de Ratonia. Él, desairado, hizo sellar la capital fundacional de la república, pero no nos importó, pues pudimos prosperar en este lugar... hasta que llegó Dientesafilados, que dio un golpe de estado, disolvió las asambleas y se autoproclamó emperador, aunque sigue llamándonos república para que el pueblo no se alce contra él. Llevamos años esperando conseguir derrocar a ese tirano, pero los rebeldes no somos suficientes para luchar contra su ejército... en cambio, ustedes son gigantes, tienen muchas patas y mucho mal genio.

-Eso último ni lo dudes -dijo Araknek.

-Con su ayuda podremos derrocar a Dientesafilados y devolver la democracia a la república de Ratonia, necesitamos su ayuda.

Summanus y Araknek se miraron durante unos segundos.

-Sólo dinos dónde está el tal Dientesafilados -dijo Araknek con una sonrisa siniestra.

El palacio imperial de la república independiente de Ratonia se encontraba rodeado de soldados, guardias y vehículos de combate. Algo que intimidaría a cualquier habitante del país... pero que no era nada contra una Araknek muy cabreada. Como si de un kaiju se tratara, Araknek apareció atravesando el cuartel del ejército que había junto al palacio y comenzó a lanzar patadas y destruir vehículos militares. Estos comenzaron a responder al ataque, pero por el otro lado, apareció otro gigante para las ratas, Summanus. El dinosauroide empezó a pisar vehículos militares y a lanzar por los aires a los soldados que le disparaban con sus armas, que sólo le producían escozor. Después del ataque de los dos monstruos -a ojos de las ratas- los guerrilleros rebeldes aparecieron por la gran avenida en tropel, y las fuerzas del emperador no pudieron hacerles frente, ya diezmadas por Araknek y Summanus. Los rebeldes entraron dentro del palacio y se escucharon chillidos de ratas y carreras durante unos instantes, hasta que la puerta del palacio volvió a abrirse y los rebeldes aparecieron con el emperador capturado.

-¡¡¡Pueblo de Ratonia, la tiranía de Dientesafilados ha terminado. Su imperio ha caído y la democracia puede volver a nuestro pueblo!!! -exclamó el líder rebelde.

De todas partes surgieron gritos de alegría y vítores, mientras los soldados de Dientesafilados y sus afines eran apresados por el pueblo que se alzaba contra su opresor. Rápidamente, el imperio de Dientesafilados había caído y la democracia se había restituido.

Después de la victoria, el pueblo libre de Ratonia celebró un banquete en honor de sus liberadores, a lo que no se negaron Araknek y Summanus, que estuvieron acompañados del limpiador capturado. Mientras comían toda clase de manjares, Summanus miró a su alrededor apasionado.

-Sólo en La Llave y La Puerta una jornada de limpieza de los sótanos puede terminar deponiendo a un dictador -dijo en dinosauroide.

-Esa es una de las razones por las  que me gusta trabajar aquí -le dijo Araknek.

Y la fiesta duró el resto del día. Las nuevas relaciones entre la república de Ratonia y los Pickman se discutirían más adelante, pero ahora era momento de celebrar.

sábado, 16 de septiembre de 2017

Alfa Strike: La ballena homosexualizadora

Sala de reuniones de Alfa Strike, hogar de Loki en las Tierras del Sueño
Tras su última actuación en el Atlántico durante el mes de Julio, los dioses del equipo Alfa Strike Squad habían podido pasar un verano bastante tranquilo. Con la excepción de Loki, ya que este había estado usando su red de informadores y otros medios de espionaje para seguir las acciones de la némesis del equipo, la corporación internacional NWE. Y es que, pese a la aparente calma, algo se estaba moviendo bajo la superficie. Tras "El Incidente Weird Bio-Hazard", que provocó la destrucción de las instalaciones de BioGen en Dunwich, la filial de NWE acabó por hundirse y quebrar. Sin embargo, pese a la ciencia negra y loca desarrollada en aquel lugar por Asenath Osborne, NWE había decidido sacar provecho de los resultados de las investigaciones allí desarrolladas. Para ello, trasladó a los científicos que podían resultar más productivos (léase sociópatas desquiciados sin la más mínima moral ni ética profesional) y los puso al mando de un nuevo laboratorio. Así, combinando a este personal poco recomendable con algunos de los más estrambóticos e imaginativos miembros del personal técnico y científico de la UAEC (United Aerospace Engineering Corporation), se creó SGEC (Synthesis, Genetic and Engineering Corporation). Es decir, una nueva empresa dedicada a la producción de ciencia negra y loca. Todo esto se había estado llevando de forma bastante discreta, pero había acabado por llegar a oídos de Loki. Así, el Herrero Mentiroso y líder de Alfa Strike se había dedicado a investigar a fondo.

Los comienzos de SGEC no habían resultado demasiado productivos, aunque sí que parecían haber logrado un experimento con éxito. Se trataba de algo sumamente extraño y desconcertante. A saber, habían logrado desarrollar una beluga transgénica mutante que era capaz de generar y escupir chorros de un líquido que tenía unos particulares efectos: poseía un potente afrodisíaco y una nueva droga que hacía al sujeto afectado creer de forma temporal que era homosexual. Teóricamente, al aplicar este líquido sobre una población se desataría una orgía de carácter homosexual, ya que todos los afectados no sólo creerían que sentían atracción por sujetos del mismo sexo, sino que, además, con el afrodisíaco, tendrían el irresistible e irrefrenable de tener relaciones sexuales en ese momento. ¿Y por qué habían desarrollado esto? Ciertamente, ni siquiera los propios científicos de la SGEC parecían tenerlo demasiado claro. Pero la situación no acababa ahí. Y es que un grupo terrorista de extrema derecha ultra cristianos,e l Frente de Liberación Cristiana por la Fuerza Armada (FLCFA) habían secuestrado la beluga para hacer uso de la misma y provocar el caos mediante orgías homosexuales para demostrar que los homosexuales son el mal y una corrupción de la obra de Dios. Y era precisamente Dios el que le había dicho al iluminado de su Líder que hicieran eso. Casualmente, uno de los miembros de este grupo trabajaba en los laboratorios de SGEC y, al enterarse de la existencia de la beluga, se lo había comunicado a su Líder. Y este, viéndolo como una señal de Dios, había ordenado el secuestro. En un alarde de suerte por parte de los terroristas y negligencia en la seguridad de las instalaciones, lograron hacerse con la beluga. Lo que no sabían era que el animal había sido marcado con un transmisor, ya que los científicos querían hacer pruebas de campo y no querían perder su pista en caso de que tratara de escapar. Por ello, un equipo de Omicron Scorpions, la empresa de seguridad de la NWE, iba tras su rastro.

Pero Loki no se fiaba de la corporación, así que había decidido ponerse manos a la obra y que Alfa Strike se ocupara de la beluga. Para ello, había seleccionado a un pequeño comando con cuatro miembros del equipo: Summanus, dios etrusco-romano de las tormentas nocturnas; Pkaurodlos, dios del trueno y la urbanidad, adorado en su momento por toltecas, aztecas, mayas, iberos y unos cuantos clubes de caballeros ingleses; N'kari, diosa africana de las tormentas y la pasión violenta y Delta Wave Welcome, valquiria y superheroína de Arkham, portadora de la espada Ouroboros, que le permite crear rasgaduras en el tejido del espacio-tiempo. Los cuatro poseían dos características que resultarían útiles para la misión: todos eran bisexuales (incluso pansexuales), por lo que la droga homosexualizadora no les afectaría, ya que, de todas formas sentían atracción por personas del mismo sexo; pero, lo más importante era la segunda característica: habían demostrado una gran control de sus impulsos sexuales. Summanus y Pkaurodlos eran sujetos bastante tranquilos y controlados, que no se dejaban llevar por las pasiones desenfrenadas fácilmente. N'kari era una diosa tempestuosa y muy sexual, cuyo apetito y energía eran desbordantes, pero, precisamente por ello, no dejaba que la controlara. Era una diosa de la pasión violenta que era muy capaz de tener completo dominio sobre sus impulsos y deseos. Por otro lado, Welcome, al igual que N'kari, era una mujer apasionada y ardiente en las prácticas sexuales, pero capaz de mantener la cabeza fría y de controlarse. Por ello, Loki los había elegido para que se ocuparan de este asunto. Así, tras ponerles en antecedentes sobre el origen del problema, les indicó cual sería el lugar que los terroristas del FLCFA iban a actuar. O, al menos, el lugar al que parecían dirigirse.

Playa de Santiago, California
Era un día soleado, cálido y el mar estaba en unas condiciones óptimas para el baño. La playa estaba llena de gente disfrutando del tiempo, y allí estaban los cuatro miembros de Alfa Strike. Habían llegado gracias a un portal creado por Delta Wave Welcome, no sin antes recoger los enseres y vestuario apropiados para el lugar al que iban. Al usar la espada Ouroboros, lo ideal era tener un punto de referencia, y, en este caso, la joven valquiría había utilizado el Instituo Sanbourne de Antigüedades del Pacífico. Ésta institución había acabado por desarrollar un vínculo con la Miskatonic debido a los sucesos acaecidos en la misma durante los años 20 y 30, en relación con el legado dejado por el profesor Harold Hadley Copeland sobre la Leyenda de Xoth. Esta era algo así como un culebrón familiar en torno a Cthulhu y su descendencia, Ghatanothoa, Ythogtha y Zoth-Ommog, así como lo sucedido a los que trataron de profundizar en los secretos de estos seres. Obviamente, Brian Danforth había utilizado estos acontecimientos para escribir algunas de sus historias de terror, y había sido demandado por los tres vástagos de Cthulhu (El que Legisla tras el Umbral llevó la acusación, y el caso aún sigue coleando por ahí).

Así pues, tras llegar al Instituto, se encaminaron hacia la playa. Los terroristas del FLCFA parecían querer actuar allí. Tampoco era raro, ya que la playa parecía sacada de un episodio de Baywatch: surfistas de cuerpos esculpidos en el gimnasio, mujeres de cuerpos esculturales con grandes pechos que desafiaban a la gravedad y botaban como flanes, socorristas inusualmente atractivos que corrían a cámara lenta y bikinis minúsculos hasta donde alcanzaba la vista. Y, bajo estos criterios habían optado por vestirse los cuatro de Alfa Strike, pero, si hay algo que tienen en común los dioses, primigenios y otros seres sobrenaturales, es que tienen un gusto un tanto peculiar para vestirse. Summanus estaba habituado a vestir traje, además de que, por su condición de deidad nocturna, era muy pálido, tal vez demasiado pálido. Así, encabezando el grupo estaba un sujeto alto, delgado, casi tan blanco como la leche y ataviado con un bañador hecho de un pantalón de vestir, con cinturón de plástico a juego. Parecía un vampiro empresario que se había hecho un lío y había acabado en la playa. El vestuario habitual de N'kari era un mero taparrabos de piel, más por llevar algo de ropa que otra cosa, pero el top less estaba descartado. Así que se había puesto un micro bikini que sólo lograba resaltar su escultural y voluptuosa figura, que, combinada con su piel oscura y su larga cabellera blanca, la hacía destacar bastante en una playa llena de mujeres de abundantes curvas a la altura del pecho principalmente. Welcome, como humana que era, habitualmente era la excepción a la regla. Su vestimenta habitual como valquiría y superheroína eran ropas de guerrera vikinga, armadura incluida. Sin embargo, ya que había que ir a la playa y tratar de pasar desapercibidos, optó por un bikini bastante modesto y unas gafas de sol bastante grandes. Sin embargo, su cuerpo de interesantes curvas y fuertes músculos no dejaba de resultar atractivo y llamativo. Por último, Pkaurodlos era una serpiente gigante emplumada de 10 metros de longitud y 50 centímetros de grosor. Eso no había forma alguna de disimularlo. Y el dios había rechazado el que lo disfrazaran de hinchable. Habría resultado bastante ridículo. Por ello, había tomado una senda alternativa y se había introducido en el agua por un lugar relativamente tranquilo y estaba patrullando las aguas.

Así pues, tras su entrada en la playa, los miembros de Alfa Strike se encaminaron hacia el agua para tratar de plantar la sombrilla lo más cerca del agua. Llevaban con ellos algunos bultos un tanto peculiares, pues debían tratar de capturar a la ballena o alejarla lo máximo posible de allí. Para ello, contaban con algunas redes y unos rifles lanza arpones modificados para lanzar arpones con una carga de sedante. Lo complicado iba a ser tratar de mantener la discreción en un lugar tan concurrido. Pero, mientras tanto, tratarían de disfrutar de la playa.

Cuatro ligones playeros más tarde, cuando N'kari y Welcome estaban empezando a planificar la forma de librarse de una vez de esos pesados, apareció por el mar un barco. Se trataba de un pequeño yate que, de improviso, había cambiado el rumbo y se estaba dirigiendo hacia la costa. Esto llamó la atención al equipo, que se preparó para actuar si fuera necesario. En el agua, Pkaurodlos, que también había percibido la maniobra de la embarcación, se dedicó a seguirla. Se percató de que en la popa llevaban un depósito de agua en el que viajaba la beluga un tanto escasa de espacio. Pero no podía actuar sólo, así que esperó a que entraran en acción sus compañeros. Estos tampoco se los pensaron demasiado. N'kari y Summanus se prepararon para entrar en acción y Delta Wave Welcome sacó la espada Ouroboros de la toalla en la que estaba envuelta. La heroína guerrera de cuerpo escultural y en bikini parece ser un cliché erótico de la fantasía y, ante una buena cantidad de ligones playeros, éste se había materializado. Pero, al mismo tiempo que sus erecciones y esperanzas crecían, la joven utilizó la espada para crear un portal por el que cruzó, precedida por los dos dioses. Por suerte, y necesitados de una distracción, ésta se produjo por obra y gracia de las fuerzas de Omicron Scorpions. Se trataba de soldados, no de los comandos, sus fuerzas especiales. Y, por algún motivo, habían sido puestos bajo el mando de un oficial sin experiencia, incompetente y ascendido a su puesto gracias a un enchufe, un tal teniente Gorman. El equipo enviado para detener a los terroristas estaba dirigido por un completo inútil. Y eso fue lo que sirvió para distraer la atención sobre la repentina desaparición de Welcome, N'kari y Summanus a través de un portal dimensional.

Cuando los soldados dirigidos por Gorman llegaron al agua, se dieron cuenta de que el barco con los terroristas estaba demasiado lejos todavía. Por ello, tuvieron que regresar hasta el vehículo en el que habían llegado y descargar una lancha. Una vez tuvieron la embarcación preparada, les tocó llevarla hasta el agua. Mientras tanto, los terroristas del FLCFA se enfrentaban a brazo partido a los miembros de Alfa Strike. Lo cual, teniendo en cuenta que se trataba de tres dioses y una valquiria entrenada por Perun, era algo condenado al fracaso. Desesperados, trataron de hacer que la beluga les soltara un chorro de líquido afrodisíaco homosexualizador. El animal, sorprendido, conmocionado y asustado por el repentino y violento brote de acción, se encontró lo bastante alterado como para soltar un abundante geiser sobre todo el barco. Para desgracia de los terroristas, estos no llevaban puesto ningún tipo de equipo protector. Así, mientras que los de Alfa Strike mantenían el tipo frente a la repentina estimulación de su líbido, los fervorosos, exaltados y fundamentalistas terroristas cristianos, se despojaron de sus ropas y se entregaron a una frenética actividad sexual entre ellos.

Poco después, cuando los hombres de Gorman llegaron al barco, se encontraron a unos horrorizados, trastornados y traumatizados terroristas cristianos que yacían agotados tras el impulsivo, repentino y brutal brote de sodomización. Se habían visto sometidos a la que creían iba a ser su arma biológica definitiva para sacar a la luz el peligro de la conspiración judeomasónica del lobby gay. La beluga había desaparecido y sólo quedaban un puñado de fanáticos religiosos con el culo escocido y los penes irritados y llenos de mierda. Para su desgracia, los soldados de Omicron Scorpions habían llegado demasiado tarde. Alfa Strike había tenido tiempo para cumplir su misión y desaparecer con un portal creado por Delta Wave Welcome. Así, mientras el personal enviado por NWE sólo podía detener a los terroristas religiosos, mientras tanto, los dioses y la valquiría habían trasladado a la beluga a las Tierras del Sueño, donde resultaría inofensiva.

Por su parte, Loki, tras corroborar el éxito de la misión, tomó nota de la incursión del grupo terrorista, al que consideraba un enemigo menor que no necesitaría mucha atención por parte de Alfa Strike. Más preocupante era la Synthesis, Genetic and Engineering Corporation. Esta nueva filial de New World Enterprise era otro tema diferente. Con la plantilla con la que contaba y el apoyo económico con que contaba podía ser un adversario a considerar seriamente. Si NWE había reunido allí a todos sus científicos e ingenieros más locos y peligrosos, podía ser la fuente de muchos problemas futuros, aunque la multinacional hubiera abandonado su propósito original de capturar dioses y seres sobrenaturales. Por ello, aunque el capítulo de la ballena homosexualizadora había sido breve, podría ser la introducción para una nueva etapa en la andadura de Alfa Strike,

sábado, 9 de septiembre de 2017

Los platillos volantes contra la Miskatonic

Un regreso por todo lo alto en King-In-Yellow Size

Septiembre llega a Arkham. Con él, se acerca la bajada de temperaturas para llevar a un clima más propio de Nueva Inglaterra. Pero con Septiembre también vienen a Arkham unos insidiosos seres que observaban la ciudad con ojos codiciosos. Unos seres que tienen su objetivo en un lugar concreto de la ciudad. Unos seres que preparan sus planes mientras la ciudad apenas despierta.

-¡¡¡Seabury!!! -exclamó Brontes al ver al profesor, con su sempiterna pipa, entrando en la cafetería que solía ser terreno de profesores y colaboradores de la universidad (los alumnos iban a las otras, donde a veces la comida intentaba comerse a los alumnos) -Llevaba más de un mes sin verte ¿dónde te habías metido?

Seabury miró a Brontes. Iba vestido con la ropa que solía llevar cuando estaba en la universidad ayudando a los de las ingenierías. Se trataba de la ropa de un típico nerd de serie de televisión, pero del tamaño de un coloso. Él pensaba que era una indumentaria ideal para el ambiente universitario. Como todo ser divino que pasaba por Arkham, su sentido de la moda era como poco indescriptible.

-Pues nos habíamos ido toda la familia de vacaciones en agosto. -explicó Seabury tras echar el humo de su pipa.

-¿Y os lo habéis pasado bien? -pregunto Brontes mientras le indicaba  con gestos que se sentara junto a él.

-Sí. Al principio nos aburríamos un poco, pero después nos encontramos con una secta de adoradores del Pisador de Estrellas Pigmeo y tuvimos que desbaratar sus planes para invocarlo en La Tierra.

-¿El Pisador de Estrellas Pigmeo? Mira que suelo tener a todo el mundo localizado en el ElderGodBook, pero no sé quién es ese -dijo Brontes con expresión interrogativa.

-Es un intento de primigenio bastante lamentable, como podrás adivinar por su nombre. No utiliza las redes sociales porque los demás se suelen reír de él, cosa que hace que sus sectarios se cabreen más. Al final han sido unas vacaciones entretenidas gracias a ellos ¿y qué tal por aquí?

-Bueno, -dijo Brontes mientras echaba un trago a su café con zumo de naranja (sí... café con zumo de naranja. Los gustos de los dioses son inescrutables) -Sólo ha habido algunas peleas entre profundos borrachos y gules que seguían con las protestas y manifestaciones. La gente de la ciudad terminó haciendo apuestas para ver cual de los dos bandos ganaba.

-¿Y quién ganó? -preguntó Seabury.

-Ninguno de los dos. Los profundos borrachos iban cargados con barriles de alcohol, que terminaron en manos de los gules, y todos acabaron como cubas.

-Aaaaay, echaba de menos esta ciudad -dijo Seabury soñador.

De pronto comenzó a sonar algo que parecía una potente alarma.

-¿Desde cuando tenemos una alarma en la Miskatonic? -preguntó Seabury mirando a su alrededor extrañado.

-Creo que la compraron de segunda mano los de la Fundación Wilmarth. Después de lo que pasó en los '80 cuando le tiraron una bomba nuclear a un familiar de Cthulhu, parece que están preparados para cualquier evento relacionado con los primigenios en la universidad.

-Sí, aquello sucedió mucho antes de que nosotros llegáramos a la ciudad, menos mal que nos libramos de la que se armó por culpa de esa panda de insensatos ¿y  tú cómo sabes que los de la Wilmarth tienen una alarma?

-Uno de sus... ejem... agentes... trabaja en el laboratorio de Física y yo suelo ayudar en ese laboratorio en experimentos que requieran electricidad.

El resto de profesores que estaban desayunando en la cafetería iban corriendo hacia las puertas y parecían alarmarse ante lo que veían.

-¿No se les prohibió a los de la Wilmarth tirar bombas después de lo que pasó en nochevieja del año pasado? -preguntó Seabury.

-Se les prohibió que las usaran dentro de las fronteras de la ciudad... -dijo de forma ominosa el cíclope.

Seabury lanzó un largo suspiro mientras se preguntaba por qué aún no habían echado a patadas a ese grupo de chalados. Se levantó del lugar en el que tenía pensado tomar su desayuno para acercarse a ver qué era lo que provocaba esa reacción a los profesores. Llegó a la puerta, apartó cuidadosamente a sus compañeros y miró a exterior.

Sobrevolando los terrenos de la universidad se podía ver un batallón de platillos volantes. Eran esferas de apariencia metálica que flotaban girando sobre su propio eje y emitían unos sonidos parecidos a los que sonaban en las antiguas películas de ciencia-ficción.

-Menos mal que hoy que no andan por aquí Robert ni Daisy -musitó Seabury mientras Brontes se acercaba a él.

-Mmmmm creo que estos no han venido por ningún bombazo a un primigenio por parte de la Wilmarth -dijo Brontes.

-¿Alguna idea de quienes son? -preguntó Seabury.

-Pues sean quienes sean, tienen poca imaginación. He visto naves como esas en unas cuantas películas y en recreaciones de avistamientos de OVNIs en programas de asuntos paranormales.

Las naves fueron descendiendo lentamente, sin hacer ni un sólo ruido, aparte del sonido de ciencia-ficción pasado de época, y cuando llegaron al suelo, desplegaron unas ruedas que les permitió aterrizar y moverse a través del terreno del campus.

-¡El primer contacto entre humanos y extraterrestres! -exclamó uno de los profesores, que no pudo evitar abrir la puerta de la cafetería y salir corriendo para recibir a los visitantes de más allá del espacio.

-¡¡¿Pero qué haces?!! -le gritó un compañero -¡¡¿Es que no has visto películas de invasiones alienígenas?!!

-¡Eso son películas! -respondió el profesor, emocionado -¡Esto es real!

Y así de real fue el rayo que salió de la nave más cercana, impactó en el profesor, y lo convirtió en una especie de estatua de algún material desconocido. La estatua aún humeaba cuando el platillo pasó por su lado impulsado por las ruedas. El aparato se paró cerca de la cafetería y de su superficie metalizada surgió un aparato que emitió un mensaje. Era un mensaje en un lenguaje recargado, agresivo, y lleno de consonantes y era producido por una voz que parecía muy cabreada.

-¿Has reconocido el idioma alienígena? Quizás el traductor del ElderGodBook ayude -le dijo Seabury a Brontes.

-No es un idioma alienígena... ¡es alemán! -exclamó un profesor de filología que estaba junto al cíclope.

-¡¡¡¿Alemán?!!! -exclamaron al unísono casi todos los espectadores.

-Sí, estaban clamando venganza por nosequé de un ataque por parte de miembros de la universidad a un destacamento que tenían en unos túneles bajo la ciudad.

Empezaron a surgir murmullos y suposiciones entre toda la comunidad educativa... excepto por Brontes y Seabury.

-Esto debe tener que ver con el asunto ese de los túneles del que no hace más que hablar Robert. Los morlocks comentaron que hubo encuentros con unos OVNIs con estética de película de los años '50 -susurró Seabury.

-¿Y quién se metió en los túneles que pertenezca a la universidad?  -preguntó Brontes... antes de que se respondiera a sí mismo. ¿Quién iba a meterse en los túneles bajo la ciudad de Arkham, pertenecería al profesorado de la universidad y cabrearía a una especie alienígena? Los mismos que le tiraron una bomba nuclear a un primigenio. -Los mismos que han hecho sonar la alarma.

La nave de la que había surgido el mensaje en alemán abrió una compuerta por la que descendió una pasarela, acompañada de una extraña niebla típica de OVNI de película. A través de la niebla fue apareciendo un grupo de individuos bajitos, vestidos con algo parecido a trajes espaciales pasados de moda y con los rasgos de los típicos grises. Uno de los aliens se adelantó a los demás y lanzó otro discurso en alemán.

-Dice que, si no entregamos a los que les atacaron, convertirán a todos los que estamos en el campus en estatuas de algo que no pueden decir por cuestiones de copyright. -tradujo el profesor de filología.

-¿En carboni...? -fue a decir Brontes, pero Seabury le tapó la boca rápidamente.

-Puede ser, pero, por si acaso, tú tampoco lo digas.

El miedo y la desesperación recorrió a todo el profesorado encerrado en la cafetería. Ninguno de ellos sabían quien era el culpable de aquél asunto, así que se temían la venganza de los aliens.

De pronto, de una de las facultades surgió un grupo de gente que corría hacia los alienígenas que habían bajado de la nave. Iban armados con algo que parecían tirachinas y bolsas llenas de piedras y gritaban alabanzas a los Dioses Arquetípicos. Esto pilló por sorpresa a los aliens, que recibieron un bombardeó de rocas que les destrozó los cascos de sus trajes espaciales, pero no tardaron en sacar sus armas lanzarrayos y responder al ataque.

-Son esos chalados de la Fundación Wilmarth -dijo uno de los profesores. -Y están demostrando más valentía y devoción hacia nuestra universidad que todos nosotros ¿vamos a quedarnos escondidos aquí como cobardes mientras unos descerebrados defienden lo que es nuestro o vamos a demostrar nuestro verdadero amor al conocimiento, la ciencia y el avance tecnológico que representa la universidad?

-Y las parrandas a costa de los doctorandos y las estudiantes que para conseguir llegar al aprobado son capaces de lo que sea -sumó otro profesor.

-¡Eso también representa la universidad! -continuó el otro mientras hubo asentimientos entre los demás. -¿Vamos a dejar que destruyan todo eso mientras esos atontaos nos defienden? ¿O salimos y le damos una académica paliza a esos aliens de tres al cuarto?

-¡¡¡Paliza académica!!! -gritaron los demás profesores.

Y, antes de que Seabury y Brontes pudieran reaccionar, abrieron la puerta de la cafetería y surgieron como una turba enfurecida. Los profesores corrieron en dirección a los platillos aterrizados, armados con libros, carpetas y una lanza de caballería. Los platillos comenzaron a disparar y convirtieron a varios profesores en estatuas de ese material que no se puede mencionar por copyright, pero los demás llegaron hasta los vehículos y se pusieron a zarandearlos y golpearlos.

-Eso se está yendo a la mierda -dijo Seabury. -Esos profesores no van a poder con el poder armamentístico de los alienígenas. En cuanto abran las escotillas y bajen con sus armas nos quedaremos sin profesorado este curso.

-De eso nada -dijo Brontes con una mirada de cabreo. -Tengo un plan.

-¿Un plan que no implica destruir material y bienes inmuebles de la universidad -preguntó Seabury.

-Pues claro -le respondió Brontes sacando el móvil del bolsillo, buscó un contacto y esperó que el teléfono diera respuesta. -¿Evangeline? Soy Brontes, necesito que cojas la espada y vengas lo más rápido posible a la universidad... No... no tienes que tajar al tipo aquél que quería vendernos enciclopedias, tú ven y te cuento.

-¿Welcome con la espada? ¿Crees que va a ser suficiente para detener a todos esos extraterrestres? -preguntó Seabury.

-Tú espera y verás.

La batalla entre los miembros de la Miskatonic y los alienígenas se estaba recrudeciendo. Los profesores, sabedores de que si bajaban de la nave les dispararían con rayos que no convertían en ese material que no se puede mencionar por motivos de copyright, sino con rayos que hacen daño de verdad, hacían todo lo posible por evitar que los platillos pudieran desplegar las pasarelas. Por otro lado, los miembros de la Fundación Wilmarth, lanzaban piedras y se cubrían detrás de parapetos improvisados contra los aliens que habían conseguido bajar de las naves.

-¿Por qué no sales y repartes unas cuantas leches? -le preguntó Seabury a Brontes. -Yo no tengo con qué enfrentarme a ellos, pero tú tienes dos martillazos.

-Sí, pero si me convierten en estatua no podré ayudar a Welcome.

-¿Pero ayudarle a qué?

Instantes después de la pregunta de Seabury, algo sobrevoló el campus de la Universidad Miskatonic. se trataba de una sombre negra alada. Cuando Seabury miró con más claridad, vio que se trataba de un byakhee. Un byakhee que llevaba a alguien cogido de los brazos. El byakhee soltó a la persona y se fue volando, mientras su paquete caía al suelo y aterrizaba con postura de superhéroe ¡Era Delta Wave Welcome! Los extraterrestres, al verla, empezaron a dispararles, pero la espada hacía rebotar todos los rayos, haciendo que algunas naves se convirtieran en ese material que no se  puede mencionar por motivos de copyright.

Brontes abrió la puerta de la cafetería y salió al exterior.

-¡¡¡Welcome!!! ¡¡¡Utiliza la espada para abrir un portal al sitio más feo que se te ocurra!!! -le gritó con el volumen suficiente para que pudiera oírle entre todo aquel jaleo.

Welcome saludó al cíclope con una sonrisa, como si se hubieran encontrado en un momento cualquiera, y extendió el brazo que portaba la espada. Tras unos momentos de concentración, cortó el espacio con el filo de la espada y abrió un agujero en la realidad. A través del portal se veía algo feo, muy feo, tan feo que la cordura de un ser humano sería comprometida si lo miraba demasiado tiempo.

-Ahora voy yo -dijo Brontes.

El cíclope alzó los brazos mientras comenzó a flotar y las nubes oscuras de la tormenta empezaron a rodear el campus. Se formaban cada vez más gruesas y se acercaban, uniéndose y provocando truenos. En cuestión de segundos, unos nubarrones de tormenta cubrieron todo el campus de la Universidad Miskatonic. Brontes hizo unos movimientos con los brazos y las nubes de tormenta vinieron acompañados con un fuerte viento. Un fuerte viento que comenzaba a tomar forma, y antes de que los alienígenas pudieran reaccionar, tenían ante ellos un peligroso tornado que les perseguía como un depredador a su presa. La poderosa tormenta fue capturando a todos los alienígenas que habían descendido de las naves y los tragaba al interior del vórtice, mientras los platillos se tambaleaban, pero conseguían mantenerse en el suelo.

-Que os lo habéis creído -dijo Brontes haciendo varios movimientos con las manos.

El tornado se volvió más poderoso y comenzó a tragarse a los platillos volantes como un voraz animal hambriento. Una vez todos los alienígenas y platillos fueron atrapados en la tormenta, esta fue acercándose al portal que había abierto Welcome, y cuando llego ante este, dio un saltito y se metió dentro.

-¡¡¡Cierra!!!

Welcome cerró el portal y, un momento después, las nubes de tormenta y el viento desaparecieron también. Los terrenos de la universidad ahora estaban llenos de estatuas y de profesores magullados. Los de la Fundación Wilmarth estaban dando saltos y celebrando la victoria (según ellos, gracias a la intervención de los Dioses Arquetípicos, pero nadie iba a discutirles nada ahora). Welcome se acercó a la cafetería mientras Seabury salía maravillado.

-Hola, Seabury -dijo ella con una expresión ilusionada en la cara.

-Así que este era tu plan -dijo mirando los restos de la batalla.

-Sí, se me ha ocurrido mientras veía cómo los extraterrestres no hacían más que zurrar a nuestros profesores. -explicó Brontes.

-¿Qué era eso? -preguntó Welcome.

-Nah, unos alienígenas con mal genio, pero con nosotros por aquí no creo que vuelvan con intenciones maliciosas -le respondió Brontes.

-¿Y cómo has hecho para que la tormenta sólo afectase a los alienígenas? Vale que el tornado sólo los perseguía a ellos, pero los efectos de...

-Soy un dios de las tormentas -dijo Brontes interrumpiendo las preguntas de Seabury. -Cuando veas que una tormenta invocada por mí hace cosas así, tú no preguntes.

-Pero se estaba saltando todas las leyes de la...

-No... preguntes...

Durante unos momentos, los tres se quedaron mirando los restos de la batalla. Los profesorres habían sacado champagne de algún sitio y estaba celebrando la victoria, mientras que los de la Fundación Wilmarth habían desaparecido.

-¿Y qué vamos a hacer con los profesores que han quedado convertidos en estatuas? -preguntó Seabury.

-Los llevamos con el resto de dioses de Alpha Strike y entre todos se nos ocurrirá cómo revertirlos antes del comienzo de curso -respondió Welcome.

-Ah... bien... pues me apetece un poco de champagne del que se están tomando.

-A mi no me importaría tomar una copita -comentó Brontes.

-Yo no tengo nada mejor que hacer -añadió Welcome.

-Pues vamos allí y brindemos por nuestra gran universidad.

Y el trío dejó atrás la cafetería y fue a la improvisada fiesta para unirse a la celebración. Mientras tanto, en un lugar oculto, la Fundación Wilmarth analizaba lo que había sucedido y comenzaba a prepararse. Estaban seguros de que aquél no sería el único ataque. La próxima vez no les pillarían por sorpresa.