sábado, 30 de julio de 2016

Agosto de Vacaciones


Debido a que Cthugha y Fthaggua han decidido pasar el verano en Massachussets, las welclones siguen trabajando en Dunwich para dejar a punto los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta, los dioses de Alfa Strike y NWE han decidido que hace demasiado calor para enzarzarse, y que los Pickman han declarado que pondrán en manos de Anna cualquier desorden público de índole sobrenatural, hemos decidido tomarnos un mes de vacaciones. Por lo tanto, en Agosto estaremos descansando. Os esperamos de vuelta en Septiembre con nuevas aventuras y locuras.


viernes, 22 de julio de 2016

Turismo divino, divino turismo

Nyarlathotep hizo su entrada en Martini Beach sin grandes aspavientos ni llamar demasiado la atención. Aunque claro, al llegar como el Faraón Negro, resultaba más discreto, sobretodo porque se había dejado el séquito en Kadath. Sin embargo, las vendas que cubrían algunas partes de su cuerpo atraían la vista sobre él. Ignorando las miradas y murmurando por lo bajo, se adentró en la arena hasta que alcanzó un lugar que le gustó. No estaba demasiado lejos del agua, y el calor era aceptable para el verano, lo que descartaba la presencia de Cthugha en los alrededores. Sin más preámbulos, cual conquistador que planta su bandera en una nueva tierra, clavó la sombrilla y la desplegó, dejó la bolsa que llevaba consigo en el suelo y extendió una toalla. Se sentó con faraónica majestad (aunque los gemidos de dolor al sentir el roce en las partes heridas le restaron algo de presencia) y se dispuso a tomar el sol mientras se ponía al día con alguna de las últimas novelas de Brian Danforth. No es que fuera particularmente fan de este peculiar escritor, pero se divertía mucho con las teorías absurdas y extrañas que se sacaba de la manga con respecto a las criaturas y dioses de los Mitos de Cthulhu. Mientras elegía un libro de entre los que había traído, escuchó un curioso saludo:

-Welcome stranger.

La voz, joven distendida, alegre y con un punto de caos, era inconfundible. El Faraón Negro se giró y, por un momento, creyó estar viendo doble: Evangeline le sonreía mientras le saludaba con la mano y Evangeline le miraba con curiosidad. Pero no, no es que de repente Welcome se hubiera duplicado. Una de ellas, la que había hablado, era Evangeline "Welcome" Parker, y la otra chica, que parecía su gemela, tenía un par de alas de abeja en su espalda. Enseguida la identificó. Se trataba de Hada, una de las welclones, las copias genéticas mutantes de Evangeline que surgieron de un extraño proyecto científico en Dunwich.

 Tras las debidas presentaciones, comenzaron a hablar tranquilamente:

-¿Y eso que andas por aquí? Lo último que supe es que habías regresado al bosque de N'gai. -dijo Welcome.

Nyarlathotep maldijo por lo bajo antes de responder:

-Sí, estuve por allí un  tiempo cuando de repente llegó Cthugha y comenzó a perseguirme. No se quien lo había llamado, pero ese puñetero dios y yo no nos llevamos demasiado bien. Me he tirado una semana corriendo de un lado para otro perseguido por una bola de fuego gigante viviente.

-Vale, eso explica las vendas... quemaduras...

Una vez resuelta la duda, la conversación siguió por otros derroteros, mientras Welcome recordaba como, precisamente la semana anterior, habían tenido una agobiante ola de calor en Arkham por una visita de Cthugha. Más tarde, Evangeline se enteró de que Anna Pickman, la más terrible de los cuatro, le había dicho al primigenio igneo que Nyarlathotep había regresado al bosque de N'gai. Había acertado...

Mientras las chicas y el Faraón Negro hablaban despreocupadamente, Hada hacía uso de otra de sus mutaciones para librarse de los pesados: la chica era capaz de segregar un potente alucinógeno mezclado con su saliva. De manera que cuando un ligón playero no captaba las indirectas, la clon le daba un potente beso de tornillo con doble tuerca que le introducía en la boca una saludable dosis de alegres colores y situaciones absurdas. Una característica de Welcome que sus hijas genéticas compartían era la falta de inhibiciones y el no andarse con cortapisas. Así, mientras Hada se recreaba con un sujeto que se creía un regalo de Dios para las mujeres y que insistía en aplicarles bronceador, llegó un nuevo grupo que se situó al otro lado de Nyarlathotep. Se trataba de un hombre maduro, con una larga y espesa barba canosa, pero con cuerpo de culturista, que no era otro que el dios Perun, acompañado de tres mujeres, una de ellas de marcados rasgos eslavos, espesa y abundante cabellera castaña y contundentes curvas; otra era una francesa con una marcada pronunciación, morena y de atractivo cuerpo; y la tercera, una inglesa rubia y llamativa, Britannia.

(Debido al fuerte acento de Perun y Marianne, aplicaremos traducción simultánea para poder hacer su dialogo completamente inteligible)

Al instalarse, el nuevo grupo fue saludado por Evangeline, a quien Perun, contento de verla, la saludó con dos sonoros besos en las mejillas y un abrazo de oso que la dejó casi sin respiración. El mismo tratamiento recibió Hada, menos acostumbrada a la exhuberancia del eslavo, pero que también agradeció la muestra de aprecio. Nyarlathotep, pese a su dignidad faraónica, no se libró de se ser estrujado entre los fuertes brazos del dios. Tras este preliminar, las mujeres fueron presentadas: Madre Rusia, Marianne y Britannia, se trataba de las personificaciones de Rusia, Francia e Inglaterra, deidades por derecho propio. Por supuesto, cada una de las mujeres saludó con dignidad nacional a las chicas y al dios primigenio, y, obviamente, lucían bikinis con las banderas de sus respectivos países. Evangeline y Hada, por suerte, no eran aficionadas a tales despliegues patrióticos, por lo que no lucían bikinis con barras y estrellas, aunque tampoco era raro ver alguno así por Martini Beach. Pero, la presencia de Perun sólo con las mujeres, planteaba una pregunta obvia: ¿Dónde está Misha, el inseparable compañero del eslavo? Tal y como les explicó el dios, había dejado al oso en Dunwich, ya que prefería el entorno rural. Mientras, él estaba aprovechando para pasar las vacaciones con Madre Rusia. Lamentablemente, se habían encontrado con Marianne y Britannia y se habían unido a ellas. Así, mientras las tres "naciones" hablaban alegremente entre ellas y se dedicaban a tomar el sol, Nyarlathotep tuvo una curiosa y peculiar idea, por lo que esperó al momento oportuno para ponerla en marcha.

Tras estar un rato hablando, el calor hizo su efecto, por lo que Welcome decidió ir a comprar unas bebidas frías y, de paso, estirar un poco las piernas. Nyarlathotep, inocentemente, le propuso a Hada que fuera con Evangeline, y que él podía cuidarles el puesto. Claro, al ponerse en pie las dos jovenes, de cuerpos bien formados, con generosos pechos y potentes y torneados músculos, ya que Evangeline tenía el tipo de una modelo de fitness bien formada y su clon tampoco se diferenciaba mucho, arrastraron la mirada admirativa del Faraón Negro y, obviamente, de Perun, que tenía afición por las mujeres fuertes de físico y de personalidad. Evangeline, toda generosidad y simpatía, se ofreció a traerles algo a los demás, cosa que Nyarlathotep aceptó. Por su parte, Perun les propuso a las dos chicas acompañarlas y traer bebidas para las mujeres. Una punzada de celos apareció en la mirada de Madre Rusia, y una sana envidia ante el porte y escultural cuerpo de las dos jovenes se reflejó en Marianne y Britannia.

Mientras Welcome, Hada y Perun iban a buscar las bebidas, Nyarlathotep se dirigió a las tres diosas "nacionales" con despreocupada indiferencia:

-Y Evangeline no es sólo guapa, con un cuerpo escultural y fuerte como un caballo, además, como podeís ver, es muy simpática y atenta. Es una joven admirable y una auténtica atleta sexual. Parece que es capaz de aguantarle el ritmo en la cama a N'kari sin acabar demasiado derrengada.

Por supuesto, Nyarlathotep no se cortó en glosar las virtudes de Welcome y sus valerosas hazañas como Delta Wave Welcome. Lo hacía en tono ameno, sin caer en la adulación gratuita, y cosechando hábilmente las muestras de admiración de Marianne y Britannia y los crecientes celos de Madre Rusia, a quien no le acababa de convencer que Perun tuviera tan buena relación con una joven tan promiscua y sexualmente activa. Por ello, cuando las dos chicas y el dios regresaron con unas bolsas cargadas de bebidas, la mujer fulminó con la mirada a Evangeline, seagarró posesivamente al brazo de Perun y lo arrastró hasta las toallas que habían situado sobre la arena. La joven, por su parte, sorprendida por la reacción de Madre Rusia, se encogió de hombros y se sentó junto a Hada. Comenzaron a disfrutar de las bebidas cuando Nyarlathotep hizo un comentario aparentemente inocente a Marianne:

-¿No crees que Evangeline es una mujer muy sexy?

Aquello fue la gota que colmó el vaso. Indignada y furiosa, Madre Rusia se alzó, reclamando para sí misma el título de la mujer más sexy que había en esa playa. Britannia, con su orgullo británico, recogió el guante del desafío. Marianne, por su parte, exaltada ante la oportunidad de defender el pabellón nacional, se unió a la reclamación. Cada una de ellas, ante la sorprendida mirada de Evangeline, el desconcierto de Hada, la resignación de Perun y la expresión divertida del Faraón Negro, decidieron competir para ver cual de las tres era la más sexy. Para ello, escogieron a Hada como jueza. La welclone, sin saber donde meterse, tuvo que aceptar a regañadientes actuar como parte decisoria en el proceso, por lo que, una vez decidido todo, las tres  diosas/naciones comenzaron la absurda competición, tratando de adoptar una pose más sexy que las otras. Perun, sin saber donde meterse, las dejaba hacer mientras apuraba una cerveza.

Pero la cuestión no era fácil de decidir, ya que las tres mujeres no aceptarían la derrota facilmente. Por ello, sus poses se iban haciendo cada vez más provocativas, hasta el punto de acabar las tres en top less. Pero cuando la situación parecía que iba a acabar de desbordarse por completo, Welcome se percató de algo que llamó su atención. Sorprendida, avisó a Perun. Hada, dejando a las tres representaciones nacionales por imposibles (y en secreto divertida y esperando a ver hasta donde eran capaces de llegar en su obcecación), no tardó en unirse a ellos. No daban crédito a lo que estaban viendo, pero sus ojos no mentían.

Cual Venus de Botticelli, una sacerdotisa de los profundos se alzo de los mares subida en una enorme concha, que llevaba Dagón, cual Polifemo metido a camarero portando una bandeja. Tras el coloso Padre de los profundos surgió una monstruosa horda anfibia de profundos, armados con sombrillas, toallas de playa, neveras portátiles y demás parafernalia playera. Por tierra, unos híbridos aparcaron una furgoneta junto a la playa y bajaron unos equipos de sonido. Moviéndose con inesperada sincronía, no tardaron mucho en ocupar una parcela de playa donde se instalaron a placer, pusieron la música e iniciaron todo tipo de actividades playeras: tomar el sol, nadar, comer y beber en la arena, practicar deportes acuáticos, jugar al voley playa, etc. Los profundos habían logrado crear practicamente de cero una espectacular fiesta playera con mucho ambientazo.

Ante semejante e inesperado despliegue. Hada y Welcome se miraron y, comunicándose sin palabras, tomaron una decisión conjunta. Juntas cogieron a Perun, que, escoltado por las dos féminas, no tuvo más remedio que dejarse llevar. Cuando Madre Rusia, Britannia y Marianne se dieron cuenta de lo que pasaba, su exhibición de postureo sexy casi había degenerado en un combate de lucha libre en bikini, por lo que, las tres, atrapadas en una complicada llave que habría acabado con al menos una de ellas desnuda, se quedaron paradas al ver que habían dejado de ser el centro de atención.

-Pero.... ¡¿A donde váis?! -preguntó Madre Rusia.

Las dos jovenes y Perun se detuvieron. Se giraron para mirarlas y Hada, divertida, les dijo:

-Estamos hartas de vuestra tontería. Estáis haciendo el ridículo por una estúpida cuestión de celos, y nosotras hemos venido a la playa a pasarlo bien.

Entonces, Welcome, Hada y Perun siguieron su camino al grito de ¡¡FIESTAAAAAA!!

Fue entonces cuando, bajo la banda sonora de las terribles carcajadas de Nyarlathotep, Madre Rusia se dio cuenta de como había sido engañada. Evangeline no tenía ningún interés erótico en el dios eslavo, y sí una buena amistad y muchas ganas de divertirse. Derrotadas, las tres diosas/naciones cayeron en la cuenta sobre como habían sido manipuladas por NYARLATHOTEP.

viernes, 15 de julio de 2016

El día que Arkham ardió (de calor)

El delegado de turismo del estado se pasó un pañuelo por la frente y se quitó el sudor que cubría su piel. Podía sentir las gotas de sudor recorriendo todo su cuerpo, lo cual hacía más insufrible si cabe ir vestido con traje completo.

-Señor alcalde ¿este calor es normal aquí? -preguntó.

El alcalde de Arkham alzó las manos como desentendiéndose de aquello. Ya era suficiente que el estado de Massachusetts le hubiese mandado a aquel individuo para hacer un estudio de la actual capacidad turística de la ciudad (sobre todo después de los incidentes de año nuevo). El alcalde había conseguido que todo fuera con normalidad, hasta que comenzaron a hacer un recorrido por la ciudad para que el delegado viera la zona histórica. Sólo la suerte había conseguido que no se cruzaran con nada sobrenatural (aunque si se cruzaban con algo de estas características, se podría aprovechar el turismo paranormal, como hacían en el renovado Hotel Overlook de Colorado). Podrían haber conseguido una buena impresión del delegado si no fuera por aquel repentino y extraño calor.

-No sé... es verano. Suele hacer más calor ¿no?

-Llevo toda mi vida viviendo en este estado y sé perfectamente que los veranos son muy suaves. Es esta una de las características que más suelen atraer de esta zona del país.

-Bueno -dijo el alcalde secándose el sudor de la cara -, además, hay que tener en cuenta el cambio climático y...

El delegado y el alcalde giraron por una esquina y ambos se quedaron petrificados. En mitad de la calle, flotando a varios metros del suelo, había una gigantesca bola de fuego que lanzaba pavorosas llamaradas y despedía un calor infernal. A su alrededor parecían bailar cientos de miles de puntitos de luz que parecían ser pequeñas llamitas danzantes.

-¡¿Qué demonios es eso?! -exclamó el delegado del estado.

El alcalde suspiró.

-Ah, no se preocupe, es un primigenio.

-¡¿Un qué?!- exclamó el delegado, que parecía que iban a salírsele los ojos. 

-Un primigenio. Un dios antiguo de más allá del espacio, reverenciado por multitud de sectas humanas y de seres alienígenas desconocidos. Puede parecer algo peligroso, pero tranquilo, sé lo que hacer.

-¿Que sabe lo que hacer? ¡¿Es que aquí están acostumbrados a los dioses espaciales con forma de incendio viviente?!

-Estamos acostumbrados a los dioses, en general, aunque éste en particular no suele venir por aquí. Deberíamos tener en cuenta la posibilidad del turismo divino. Muchas deidades podrían aprovecharse de paquetes especiales.

-Pero preste atención ¡que esa cosa va a pegar fuego a la ciudad!

-No, no lo va a hacer, créame. Voy a llamar a los profesionales.


Residencia Estudiantil La Llave y La Puerta. Varios minutos después.

La puerta de entrada de la residencia se cerró de golpe, dejando entrar una oleada de aire caliente que subió la temperatura de todo el salón recibidor. Summanus se dio la vuelta y expulsó con un fuerte suspiro el calor de su cuerpo.

 -¿Alguien ha teleportado la ciudad hasta el círculo más caliente del infierno y nadie nos ha avisado? -preguntó mientras se acercaba a recepción. Allí se encontraba Harvey leyendo una revista vestido con un pantalón corto y una camiseta de tirantes. -¿Y tú qué haces aquí en recepción?

-Estoy aquí esperando que vuelva el chico nuevo. El calor le ha dado fuerte y ha ido al baño a darse una ducha fría -respondió.

-¿Pero no se supone que tenemos aire acondicionado? -preguntó Summanus.

-Teníamos aire acondicionado. Robert desmanteló el aparato hace unos días porque aseguraba que desde allí le estaban espiando. Tampoco nos preocupó mucho, nadie esperaba que viniera una ola de calor como esta. Afortunadamente, hemos atajado el asunto diciendo que hoy es el la jornada del bañador, así que todo el mundo va en traje de baño.

-¿Araknek también va en traje de baño?

-Haz el favor de no hacerme imaginar eso -dijo Anna Pickman saliendo de uno de los despachos con un combinado granizado en sus manos. Como era de suponer, iba vestida en traje de baño y con gafas de sol. Llegó hasta recepción y apoyó todo su peso en el mostrador.

De repente, la puerta de entrada se abrió de golpe, volviendo a dejar entrar una infernal oleada de aire ardiente. Entraron varios individuos vestidos con traje negro y, tras ellos, el alcalde de Arkham.

-¡Buenas, señor alcalde! ¡Cuanto tiempo sin vernos, desde el viaje que hicimos a principios de año! -exclamó Harvey -¿No es un poco cruel llevar a esos dos tipos trajeados con el calor que hace?

-La seguridad del alcalde no siente el calor -dijo uno de ellos.

-La seguridad del alcalde no siente nada -dijo el otro.

-No les haga mucho caso, señor Pickman, son  dos Señuelos Dotados de Vida que nos prestó cierta organización de espionaje internacional. Los pobres no funcionaban bien y decidicieron dejárnoslos a nosotros.

-¡Qué moderneces!- exclamó Harvey mirando fijamente a los tipos trajeados.

-¿Y qué le trae a nuestra residencia, señor alcalde? -preguntó Anna tras darle un sorbo a su combinado.

-Parece que tenemos un pequeño problema en la zona histórica de Arkham. Estaba allí paseando con un delegado de turismo del estado cuando hemos tenido un encuentro inesperado con algo con lo que ustedes están más familiarizados, así que agradecería que nos acompañaran para arreglar esto.

El recepcionista apareció desde el pasillo de los baños de la planta baja, vestido con un bañador de flores y con un flotador en la cintura.

-Justo a tiempo -dijo Harvey -A tu puesto.


Zona histórica de la ciudad de Arkham. El rato que tarda en desplazarse alguien desde la residencia hasta allí. Ni mucho, ni poco. Lo que viene siendo un ratillo.

Harvey torció el gesto al ver lo que tenía ante sus ojos. Había esperado cualquier cosa, menos aquello. Aunque claro, el calor infernal que había en la ciudad acababa de ser explicado.

El delegado de turismo del estado estaba en una zona cercana hablando con unos individuos vestidos con batas de laboratorio y pantalones de comando. Estos parecían gesticular mucho y no dejaban de señalar a la enorme bola de fuego sentiente.

-Vale...esto ya no tiene gracia... ¿quién ha sido el listo que ha invocado a Cthugha en pleno verano? ¿Es que la locura de ciertas personas va más allá de todo lo imaginable? ¿Hay cultistas que no tienen ningún remordimiento a la hora de llevar a cabo acciones horribles como esta? -dijo Harvey  mientras varios puntos de fuego se acercaban a él y bailaban a su alrededor.

-Además, parece que ha venido con su séquito más festivo -adujo Anna fijándose en varios de los puntos de fuego que parecían estar jugando al limbo en un rincón.

-¡Oh no! ¡Como no lleven cuidado con eso, van a pegar fuego a la cuerda! -exclamó el alcalde -Aunque ahora que lo pienso... es raro que no hayan pegado fuego a nada todavía.

El delegado del estado se acercó a ellos al percatarse de que habían llegado. Al pasar por debajo de la inmensa bola de fuego, algunos mechones de pelo se le chumascaron.

-Señor alcalde, aquellos individuos dicen ser de una organización dedicada a luchar contra las fuerzas del mal y afirman que esto es una DCC y como tal, la ciudad está en grave peligro. Piden permiso para lanzar un ataque aéreo con bombarderos.

-¡Oh, no! -exclamó Anna. Le dio un sorbo a su combinado y, una vez se le acabó, lo lanzó a la bola de fuego, que lo consumió en segundos. -Son los de la Fundación Wilmarth. Será mejor que nos libremos de ellos antes de que sus ansias destructivas hagan que esto se nos vaya de las manos.

-¿Y cómo vamos a convencerlos de que se vayan? Aquí hay nada más y nada menos que un primigenio. Y a ellos les encanta tirar bombas a los primigenios -dijo Harvey señalando a la bola de fuego.

-¿Lanzar bombas? ¡De eso nada! Intento demostrar a este señor del departamento de turismo del estado que esta ciudad puede ser un buen destino para todo tipo de turistas, y la explosión de bombas no creo que sea lo que más ayude.

-¡¡¡Hay que acabar  con este monstruo!!! -exclamó uno de los individuos vestidos con bata y pantalón de comando.

-¡¡¡Como no lo bombardeemos inmediatamente, va a destruir la ciudad!!! ¡¡¡Y después llamará a otras DCC!!!

-Tenemos que atajar esto cuanto antes -dijo Anna. -Se me ha ocurrido cómo hacer que Cthugha se vaya de aquí antes de que las cosas pasen a mayores. No importa quien lo ha invocado (aunque si me lo cruzo, le voy a dar tal tunda que se va a acordar por los siglos de los siglos). Harvey, tú ve con el alcalde y este señor del estado a distraer a los de la fundación Wilmarth. Yo me encargaré de esta visita indeseada.

Una vez organizados, Harvey y el alcalde fueron con el  delegado del estado hasta donde estaban los individuos de las batas y los pantalones de comando. Anna se acercó poco a poco a la inmensa bola de fuego, notó que los puntos de llama que la acompañaban habían traído un disco de música de baile con ellas y estaban disfrutando de una fiesta a su alrededor.

-¡Gran Cthugha, señor de Fomalhaut! -exclamó Anna. -¡Soy Anna de la estirpe de los Pickman y me dirijo a su grandeza para avisarle de algo que creo que le interesará bastante!

La inmensa bola de fuego pareció moverse en el aire, como si las palabras de Anna le hubieran llamado la atención.

-¡Sé que vuestra gracia está enemistada con el mensajero de los dioses otros! ¡Así que supongo que no le gustará saber que éste se encuentra ahora mismo en el Bosque de N'Gai otra vez haciendo de las suyas bajo la forma de El Morador de la Oscuridad!

La inmensa bola de fuego pareció lanzar un fuerte rugido que hizo que todas las lucecitas de fuego se volvieran hacia ella y dejaran sus diversiones. Subieron hasta donde estaba ella y, con un fogonazo, salieron disparados todos hacia el cielo.

-¡¡¡¡¡Nooooo!!!!! -exclamó uno de los individuos con bata -¡El horror ha escapado!

Los otros se tiraron al suelo y se pusieron a lloriquear a quejarse.

-Bueno... nosotros como que mejor nos vamos -dijo Harvey dejándoles allí llorando por no haber podido lanzar sus queridas bombas.

-Es increíble, usted sola se ha deshecho de esa cosa -dijo el delegado del estado.

-¿Qué le has hecho, Anna, un hechizo de expulsión? -le preguntó Harvey.

-No, sólo le he dicho que Nyarlathotep estaba cerca, y como no lo soporta ha ido corriendo a por él.

-Pero... ¿es verdad que Nyarlathotep está cerca?

Anna se paró de repente.

-No tengo ni idea. No suelo seguir los movimientos del caos reptante.

-¿Y qué vamos a hacer cuando Cthugha se entere de que no está donde le has dicho que está?

-Pues no pasará nada, porque Cthugha tiene la costumbre de llegar a los sitios donde está Nyarlathotep, pegarle fuego a todo, y después irse como si nada. Ahora, como notaréis, empieza a hacer algo más de fresquito, así que preferiría ir a la piscina a tomar otro de esos combinados mágicos de Unglaublich.

Anna se fue hacia la residencia, dejando a Harvey junto al alcalde y al delegado del estado.

-Bueno... hablemos de ese paquete de vacaciones para dioses -le dijo el alcalde al delegado de turismo.

-Mmmm, eso puede ser interesante. Conozco a un grupo que puede gustarle esa idea -le dijo Harvey pasándole el brazo sobre el hombro al alcalde.

Y juntos se dirigieron hacia el ayuntamiento dejando detrás una calle un poco requemada, pero por lo demás, nada fuera de lo normal en una ciudad como Arkham.

jueves, 7 de julio de 2016

El desconcertante día en la playa de Brontes

Brontes había decidido pasar el día en la playa. Hacía calor, los Pickman se habían ido a pasar una semana fuera, todo estaba tranquilo, quizá demasiado, y era un momento excelente para aprovechar y dedicarse al ocio. Incluso los de la Fundación Wilmarth habían montado un crucero para ir en busca de Cthulhu, y Harvey se había ocupado de meter en el pasaje algunos equipos de deportes acuáticos masculinos y femeninos, así como una convención de modelos de ambos sexos. Así estarían tranquilitos y no la liarían demasiado con sus bombas. Hasta los morlocks estaban tranquilos a la sombra en sus refugios de los túneles bajo la ciudad y los reptilianos no habían vuelto a molestar en una temporada.

Por todo esto, el griego se encaminaba hacia Martini Beach, la playa de Arkham, con toda la parefernalia: sombrilla, toalla, bolsa con la comida, bolsa con bronceador, ropa de repuesto por si fuera necesario, el móvil, algo que leer, el monóculo de sol, un sombrero, etc. De paso, iba a aprovechar para estrenar su nuevo bañador. Esto había sido cosa de Anna, que había insistido, sin aceptar un no por respuesta, en que Brontes tenía que comprarse un nuevo traje de baño. Y, para asegurarse de que el mal gusto y el hortera sentido de la moda que parecía asociado a dioses y primigenios se impusiera, tenía que ir acompañado por Welcome, que le ayudaría a elegir. Tras el horror del año anterior, Anna no quería arriesgarse a ver a Brontes con alguna otra atrocidad estética, como un tanga de leopardo, un bañador de los años 20, o cualquier otra rareza estrambótica. Además, Anna había convencido a Loki para que le prestara la espada Cortatormentas a Evangeline. Así, la joven, armada con una espada diseñada para matar dioses del trueno, había acompañado al coloso griego a comprar. Como consecuencia de esto, Brontes había llegado a la playa ataviado con un bañador morado que le hacía parecer un Hulk clásico desteñido, cíclope y heavy con una larga melena roja.

Pero Brontes no estaba preparado para lo que iba a encontrar en la playa. Al llegar a la arena, vio algo que le dejó completamente sorprendido y desconcertado. Sin pensarlo dos veces, elaboró rápidamente un plan de acción y sacó el movil. Buscó el número y pulsó la tecla de llamada. Al tercer toque, respondieron.

-Hola Evangeline, soy Brontes.... sí, se que quizá no es el mejor momento. Pero escucha, estoy en la playa y creo que voy a necesitar la ayuda de tu alter ego. ¿Puedes venir con la espada?... Sí.... Sí, se que es tu día libre... y el de Kate... ¡¿cómo?!.... Espera, no cuelgues... No, mira, no entres en detalles... ¿Cómo que me llamas dentro de dos orgamos? ¿Qué clase de medida de tiempo es esa?... ¿Evangeline? ¡¿Evangeline?! Dioses... me ha colgado...

La situación se complicaba por momentos. No podía contar con Evangeline por el momento, ya que estaba disfrutando de su día libre con Kate, en la cama. No había nadie más de Alfa Strike por las cercanías, pero el pensar en Welcome le hizo acordarse de a quíen podía llamar. Marcó otro teléfono y espero a que respondieran.

-Hola, soy Brontes.... Hola Buhonera, me alegro de oírte... Sí, todo bien, oye, que necesito vuestra ayuda... Sí, claro, imagino que tendréis lío por Dunwich... Mira, si me puedes enviar a  Serpiente Emplumada y Reina Serpiente ya me apaño.... Hazme el favor, que las voy a necesitar en la playa.... Sí, en la playa.... ¡¿QUÉ?! ¡¿Cómo que os venis todas?! Pero, pero, pero.... Vale, lo que quieras. Llama a los de Byakhee Express, tardareis menos en llegar.

Resignado, Brontes no había tenido más remedio que aceptar que las cosas no estaban saliendo como esperaba. Con Evangeline en la cama con Kate, las welclones habían sido su segunda opción. Estaban liadas en Dunwich con la construcción y puesta en marcha de los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta, y la idea de pasar un día en la playa les había resultado muy seductora. Así que, en lugar de contar con la original, iba a tener que tratar con 20 clones mutantes y salidas (aunque la original también estaba bastante salida). Mientras tanto, tendría que actuar por su cuenta. Por si acaso, para ahorrar más llamadas telefónicas, entro con su movil en ElderGodBook, la red social de dioses y primigenios, y le dejó un mensaje a Pkaurodlos. Total, si también venía no podían empeorar mucho las cosas.

El gigantón griego instaló su puesto en la playa, desplegando la toalla, clavando la sombrilla y realizando todas las operaciones necesarias y, en vista de que aún tardarían un rato en llegar las welclones y que Welcome aún se estaría recuperando de la abstinencia sexual forzada a causa de los exámenes, tendría que actuar por su cuenta hasta que llegaran los refuerzos. Con paso lento y firme se aproximó al enorme, descomunal lagarto acuático que tomaba tranquilamente el sol sobre la arena. Se trataba de Bokrug, quien hizo caer la maldición sobre Sarnath, un primigenio de las Tierras del Sueño que ya ayudó en una ocasión a Alfa Strike gracias a la intervención de Pkaurodlos. Pero si el tener un reptil gigante en la playa ya era bastante desconcertante, verlo rodeado de un campamento playero de Reptilianos Nazis del Lado Oscuro a medio camino de la fiesta playera y la adoración religiosa al gran lagarto acuático ya comenzaba a ser raro hasta para los estándares de Arkham.

Por alguna razón, los reptilianos habían tomado a Bokrug como algún tipo de deidad de su desquiciado y fascistoide panteón lacerto-nazi y su particular mitología basada en la superioridad de su raza. "Por lo menos no están tratando de conquistar Arkham ni haciendo ninguna otra burrada de las suyas", pensó Brontes. Aún así, estaba intranquilo. Como se le ocurriera aparecer a los morlocks se podía liar una bien gorda, y Evangeline y Alfa Strike mantenían buenas relaciones con estos. Por ello, y no deseando montar un lío donde todo parecía estar tranquilo, se quedó observando estupefacto lo que sucedía. En torno a Bokrug, los RNLO habían plantado sus sombrillas (grises, con insignias de serpientes y sin esvásticas nazis), en torno a las cuales habían colocado sus toallas (grises, con insignias de serpientes y sin esvásticas nazis) y tenían puesta música, marchas militares con temas que parecían compuestos por Erich Zann,que, al menos, eran mejores que los típicos éxitos del verano. Era extraño, pero, por el momento, inofensivo.

Mientras estudiaba el campamento playero, Brontes no tuvo más remedio que llegar a la conclusión de que incluso esos molestos invasores transdimensionales lacerto-fascistas podían tomarse un día de descanso y disfrutar de la playa. Sin embargo, todavía podían salir mal muchas cosas. Por ello, se retiró hasta su toalla y se dedicó a aguardar mientras tomaba el sol. No tardó mucho en llegar una notificación de ElderGodBook a su móvil: Pkaurodlos estaba por la zona y no iba a tardar mucho en llegar. El griego suspiro satisfecho. El dios serpiente emplumada era un especialista en urbanidad, buenos modales y diplomacia, además de una deidad reptil, por lo que podría entenderse con Bokrug y, tal vez averiguar que estaba sucediendo allí. La cosa era que llegara antes de que lo hicieran las welclones. Con respecto a Welcome, sabía que podía tomarselo con calma, la joven no iba a desaprovechar la oportunidad de pasar un buen rato con su amante. Además, sabía que si la situación se volvía especialmente complicada, Brontes sabría estar a la altura de las circunstancias, y había más refuerzos a los que llamar.

Confiado, el griego decidió finalmente relajarse un poco. En cuanto llegara alguien, bien Pkaurodlos, bien las welclones, se enteraría. Y así fue. Un cuarto de hora más tarde, llegó un minibús con la rotulación de Byakhee Express del que bajó un pequeño apocalipsis portatil en forma de 20 valquirias mutantes en bikini con unas arrolladoras ganas de playa y fiesta. Las chicas se abalanzaron hacia la arena, moviéndose con la organización de un ejército de hormigas y Brontes acabó rodeado por una veintena de toallas de playa y esculturales, extrañas y desconcertantes jovenes con ganas de pasarlo bien. Por suerte, en su entusiasmo, igual les daba montar un partido de voley playa que irse a nadar, tumbarse al sol o realizar cualquier otra actividad en la arena, por lo que lo último que se les ocurrió era ir a pelearse con los reptilianos. Eso sí, la población actual de la playa, que con el campamento reptiliano había emigrado poco a poco hacia el otro extremo de la misma, había sufrido un repentino elongamiento formado por el componente masculino joven que se sentía atraído hacia aquel coro de féminas (aunque algunas de ellas fueran particularmente llamativas en su aspecto). Brontes sonrió. Las chicas eran inteligentes y, aunque, como su progenitora, tenían la líbido desatada y eran bisexuales, no eran presa fácil para ligones playeros. Mientras las welclones se organizaban, el dios localizó a las tres jovenes que andaba buscando: Buhonera, una vendedora compulsiva de cabellos negros y voz grave, erigida en lider oficiosa de las clones; Serpiente Emplumada, una híbrido con el cuerpo (espectacular) de Evangeline y la piel escamosa de una serpiente y un penacho de plumas por cabellera, había salido de combinar el ADN de la estudiante con el de Pkaurodlos; y, finalmente, Reina Serpiente, más esbelta, sinuosa y ágil que Welcome, pero con la piel escamosa y la lengua bífida de un hombre serpiente. La idea de Brontes era utilizar a las dos clones ofídicas para que hablaran con Bokrug, y así se lo explicó a las tres.

Al tiempo que Brontes explicaba a las chicas su plan, hacía su llegada Pkaurodlos. La Serpiente emplumada, dios del trueno y la urbanidad, adorado en su momento por toltecas, aztecas, mayas, iberos y unos cuantos clubes de caballeros ingleses, fue recibido con gran regocijo por las welclones. Cuando logró abrirse paso entre el mar de turgente, tersa, voluptuosa y agradable carne femenina, un tanto agobiado por el entusiasmo con el que había sido recibido (y pensando en la envidia que le daría a Zeus como se enterase), llegó finalmente hasta Brontes y las clones con las que estaba hablando. Así fue como también se puso al día.

Mientras tanto, la fiesta en la playa, con la incorporación de las welclones, iba en aumento. Aquello empezaba a animarse más que el desfile del Día del Orgullo LGTB en Arkham cuando coincidía con el final de los exámenes.

Por su parte, la delegación seleccionada por Brontes, formada por Pkaurodlos, Serpiente Emplumada y Reina Serpiente, se encaminaba hacia el gran lagarto acuático, Bokrug. Debido a su naturaleza reptil, particularmente ofídica, los tres no tuvieron problemas en abrirse paso entre el campamento reptiliano. Juntos, lograron alcanzar al gran reptil, que parecía el hermano menor de un kaiju cinematográfico, pero que no por ello era menos impresionante. Bokrug estaba rumiando en su costumbre de tomarse las venganzas a muy largo plazo, lo que tal vez impediría vengarse de Brian Danforth por insinuar que era una máscara de un primigenio que estaba encerrado en la Luna, un tal Mnomquah, ya que al escritorzuelo de pacotilla igual le daba por morirse antes. Había recibido con gracia la adoración de los reptilianos, ya que le recordaban a sus antiguos adoradores de Ib, los thuum'ha. Entonces se percató de la llegada de Pkaurodlos acompañado por dos estupendas muchachas de caracterísitcas ofídicas. El dios serpiente fue el primero en hablar, preguntando con mucha educación (como era habitual entre las deidades y entidades reptilianas) por el motivo de su estancia en Martini Beach. Pkaurodlos y Bokrug no eran desconocidos el uno para el otro, y el primero le debía un favor al segundo de cuando fue a ayudar a Alfa Strike en una de sus misiones. Por ello, no tuvo reparo en hablar con él. Así, le contó que había decidido tomarse unas vacaciones de las Tierras del Sueño y, ya que le habían hablado muy bien de Arkham, optó por dejarse caer por esa magnífica playa. Al llegar allí, a primeras horas de la mañana, como buen lagarto, se dedicó a vegetar sobre la arena y tomar el sol. No tardaron en llegar aquellos curiosos tipos reptilianos que, además de montar su propia fiesta playera, habían comenzado a adorarle. Así que vió que había sido una buena idea tomarse allí un descanso.

Una vez aclarada la cuestión, la delegación ofídica regresó hasta el campamento clon, donde las chicas, además de tomar el sol, jugar al voleyplaya, nadar y demás actividades, habían sacado unas neveras cargadas de bebidas frías y unas bolsas en las que habían llevado aperitivos y algo para picar. Tras recibir Brontes la explicación, se quedó mucho más satisfecho, optando por dejarse de preocupaciones y aceptar las cosas tal y como venían, por lo que abrió un bote de cerveza y se unió a la fiesta.

Mientras el gigantón griego se relajaba y se divertía, hacían su llegada Kate y Welcome, con la expresión satisfecha de las que han dedicado la mañana a la sana y aeróbica práctica del sexo. Evangeline ni se había molestado en llevar la espada Ouroboros con ella, ya que si hubiera pasado algo realmente gordo, se habría enterado de un modo u otro. Por ello, al llegar las dos jovenes y encontrarse con la multitudinaria fiesta playera de welclones, reptilianos, Brontes, Pkaurodlos y el enorme Bokrug en medio bebiendo un refresco tamaño gigante, la primera reacción fue de desconcierto y sorpresa. Cuando el griego les explicó lo sucedido, Evangeline lo aceptó como una de esas cosas que pasan, otra muestra más del llamado "efecto Arkham". Kate, pensando una vez más en que demonios hacia en una ciudad tan rara, acabó por hacer como su pareja y optó por aceptarlo. Además, estaba acompañada de 20 clones de su amante, por lo que era más urgente evitar que alguna le metiera mano o tratara de quitarle el top del bikini. Y, finalmente, dejandolo por imposible, se unió a la fiesta, en top less, llevada a hombros por las clones y divirtiéndose como la que más.

viernes, 1 de julio de 2016

Orgullo de Arkham

Un sol inclemente brillaba sobre Arkham, bañando con sus poderosos rayos las calles de la ciudad. El verano había llegado para quedarse, y estaba dejando bien clara su intención. Cualquier día, esto significaría que la gente haría cualquier cosa por quedarse en su casa, lo más alejada posible de ese calor implacable, pero este no era un día normal.

El tráfico estaba cortado por las vías principales de la ciudad para dejar paso a la fiesta y al jolgorio. Eso sí, fiesta y jolgorio reivindicativos. Y es que, aunque Arkham es una ciudad muy tradicional, también disfruta de su Día del Orgullo LGTB.

Welcome entró a la zona del desfile del Orgullo apartando como podía a la multitud que le impedía el paso. Aunque la gente más conservadora de la ciudad no quería saber nada de esta celebración, Arkham se llenaba de gente de todas las ciudades cercanas. La comunidad LGTB de todo el valle del Miskatonic llenaba las calles de la ciudad de los tejados a la holandesa, y los universitarios que aún pululaban por la ciudad también se apuntaban a la fiesta, fueran de la tendencia sexual que fueran, total, una fiesta es una fiesta.

Evangeline se giró y buscó con la mirada a Kate. Un momento antes iba junto a ella, pero se había perdido entre la multitud. Cuando dio con ella, la encontró con una gorra calada en la cabeza y gafas de sol. Welcome estiró el brazo y consiguió cogerla de la mano.

-Pero ¡¿qué haces con eso?! Pareces una actriz de Hollywood intentando ocultarse... -le dijo con una sonrisa.

-No me dijiste que habría cámaras de televisión. Ahí veo a Miskatonic TV grabando las carrozas...

-Bueno ¿y qué? -preguntó Welcome alzando la ceja derecha.

-Pues que me pueden grabar... y saldré por la tele... e igual me ve mi familia.

-¡Aaaah! ¡Que es eso! Bueno... ¿tú crees que ellos ven Miskatonic TV?

Kate pareció dudar unos segundos, y finalmente negó con la cabeza.

-¡Entonces no hay probleeeemaaaa! -exclamó Welcome -Tú disfruta de la fiesta y no pienses en eso.

Y, tras decir esto, la llevó al centro de la calle y comenzó a bailar al son de la música que venía de la carroza que tenían detrás. El grupo de fiesta que había sobre la carroza con forma de concha marina y algas estaba formado por la comunidad de profundas lesbianas de Innsmouth. Iban cantando una versión de la canción "Bajo del mar" de La Sirenita, pero con la letra cambiada, de manera que informaba de los diversos placeres que había junto a ellas en las profundidades. Junto a Welcome y a Kate había un grupo de hombres vestidos como el poli de los Village People que se pusieron a animar a la estudiante más famosa de la universidad, que finalmente consiguió que Kate se dejara llevar.

-¡Welcome! -dijo una voz detrás de ellas.

Evangeline se giró en la dirección de la que venía la voz y se encontró con un coloso de pelo largo vestido a la manera de Tony Manero. Un coloso que, por cierto, sólo tenía un ojo.

-¡Brontes! ¿qué haces tú aquí? -preguntó Welcome.

El cíclope se acercó a la pareja moviéndose al son de la música que venía de la carroza más cercana.

-¿Tú qué crees? ¡¡¡Estoy disfrutando de la fiesta!!!

-Pero si tú no eres gay -musitó Kate.

Brontes se quedó mirando a la joven torciendo el gesto.

-Cierto, no soy gay, pero no hace falta ser gay para venir al Orgullo... además, soy griego.

La siguiente carroza pasó junto a ellos. En ella iba un grupo de mancebos vestidos como los gladiadores americanos. Iban golpeándose con los hisopos gigantes al son de la música.

-Por cierto, me parece muy curioso que el ayuntamiento haya permitido una fiesta multitudinaria en la ciudad después de lo que pasó en nochevieja... -dijo el cíclope después de hacer unos pases de baile.

-Quizás sea porque saben que por aquí no vendrá nadie de la Fundación Wilmarth o de los típicos chalados -respondió Welcome.

De repente comenzó a sonar algo parecido a los pasos de un gigante. Fuera lo que fuese provocaba ligeros temblores. El trío se giró en la dirección de la que venían los golpes y se quedaron petrificados al  ver lo que era.

-Waaaala ¡qué carroza más chula! -exclamó Brontes.

Se trataba de un inmenso humanoide mecánico de unos diez metros de altura. Un humanoide musculado y con unas facciones muy atractivas que caminaba lentamente, resonando un trueno a cada paso. Los labios torneados del humanoide mecánico se abrieron y de allí surgió una potento voz.

-¡¡¡¡HE DE APLASTAR EL HOMOEROTISMO!!!! ¡¡¡¡¡AAAAAARRRRRR!!!!!

-Eeeeh, Brontes, me parece que no es una carroza del desfile -dijo Welcome doblando la cabeza hacia un lado.

El humanoide mecánico fue avanzando en dirección al trío mientras pequeños grupos se apartaban de él como si no se lo estuvieran tomando en serio. De hecho algunos estaban comenzando a bailar alrededor de él.

-¡¡¡VOY A DESTRUIROS!!! -exclamó.

Alzó los brazos y abrió las palmas de las manos. Allí se abrieron sendos agujeros de los que salieron dos rayos dirigidos a la multitud. Antes de que el disparo pudiera alcanzar a la gente, Brontes se interpuso recibiendo los rayos, que le lanzaron hacia el grupo de policías de los Village People, que recibieron con regocijo la mole musculada de Brontes.

-¿Pero es que en esta ciudad no puede celebrarse nada sin que ataque un monstruo gigante? -preguntó Kate.

-Técnicamente es un robot gigante, no un monstruo gigante-le dijo Welcome con el dedo índice en alto.

El público vitoreó a Brontes, que salió del grupo de policías de los Village People con su traje Disco destrozado por el láser del humanoide. El cíclope se quedó mirando a la multitud, como si esperara que salieran huyendo, pero en vez de eso se pusieron a animarle. El gigante mecánico volvió a disparar los láseres de sus manos, pero Brontes volvió a interceptarlos, haciendo que su ya minúscula ropa quedara en apenas unos harapos.

-Será mejor que le ayudemos antes de que lo deje en cueros -dijo Welcome.

-¿Pero por qué nadie huye de los ataques del robot? -preguntó Kate, que no entendía nada.

-A lo mejor creen que es parte del espectáculo. Si te das cuenta, es un robot con forma de tío bueno que está destrozándole la ropa a otro que es el equivalente de un culturista de más allá de los eones.

Brontes recogió una bandera arcoiris y la usó para tapar sus partes pudentas, que ya comenzaban a asomar entre los harapos. El cíclope cogió impulso y dio un poderoso salto, con el que llegó hasta la altura de la cabeza del gigante mecánico. Éste intentó capturarlo, pero antes de conseguir cogerlo, Brontes lanzó un puñetazo dirigido a la cara del gigante. El tremendo sonido del impacto reverberó por toda la calle, y la cabeza del humanoide mecánico salió disparada, dejando a la vista lo que había debajo de ella. Se trataba de un individuo enjuto que buscaba como loco entre los controles de la máquina. Brontes aterrizó sobre el sobresaliente pecho del humanoide y se propulsó hasta donde estaba el piloto. Éste dio un respingo al ver al cíclope e intentó levantarse, pero el musculado brazo de Brontes lo agarró de la camisa y lo alzó hasta la altura de su cara.

-¡¿Se puede saber por qué estás haciendo esto?! -exclamó el cíclope.

-Porque es indecente ¡Indecente! Todos esos hombres, con el torso desnudo, los fuertes brazos, sus músculos turgentes  y brillantes por el sudor... bailando, restregando sus cuerpos los unos con los otros ¡van provocando! No podía soportarlo más... debía aplastar y destruir su indecencia... evitar que siguieran celebrando su desviación contra natura.

-¿Estás diciendo que querías destruir el desfile porque odias a los gays? -preguntó Brontes.

-¡¡¡Sí!!! -respondió el individuo.

-¿Pero tú te has visto y te has oído hablando de la gente de ahí abajo? Tus palabras describían lo más atractivo que has visto, los ojos te brillaban... ¡Si hasta se te caía la baba! y lo que es más ¿tú has visto el robot que has construido? ¡¡¡Pero si está más bueno que todos los tíos que hay allí abajo!!! Tú tienes un serio problema y es que no te aceptas. No aceptas que te los tíos te ponen mogollón y odias a los que están disfrutando de la fiesta porque pueden hacer lo que tú no puedes.

-No es cierto... -susurró el individuo.

-¿Ah no? ¿Entonces por qué no paras de mirarme los abdominales? -preguntó Brontes alzando con su otra mano la cabeza del individuo.

-Porque yo... yo... ¡Es cierto! ¡No es justo que ellos puedan disfrutar mientras yo no...

-¿Y por qué no? Si en vez de venir con un robot a lanzar rayos, hubieses venido con ropa de fiesta y te hubieras unido al baile, no habría pasado nada. Aunque ahora que me fijo, parece que tu robot les encanta... pero bueno, eso da igual. No puedes ir lanzando tu frustración contra los demás con un robot gigante. Está muy feo, sobre todo cuando podrías estar ahí abajo disfrutando de la fiesta en vez de venir con la intención de hacer daño.

-Pero... ¿podré bajar con ellos? ¿Y no pasará nada malo? ¿No iré... al infierno?

-¿Al infier...? ¡Anda ya! ¿Cómo te llamas?

-Ernest -respondió el individuo.

-Pues agárrate, Ernest.

Brontes cogió con fuerza el cuello de la camisa de Ernest y dio un salto que le llevó hasta el suelo, junto a Welcome y Kate.

-¿Quién es este tío? -preguntó Welcome.

-El piloto del robot tío bueno -respondió Brontes. El cíclope se volvió hacia el grupo de policías de los Village People y exclamó. -¡Eh, vosotros! Este es mi amigo Ernest y dice que os regala el robot ese!

Los policías de los Village People alzaron las jarras de cerveza que habían salido de algún sitio y corrieron hacia ellos. Cogieron entre todos a Ernest y lo alzaron sobre sus cabezas, llevándoselo entre vítores y bailes.

Kate y Welcome se quedaron mirando fijamente a Brontes.

-¿Nos explicas qué ha pasado? -preguntó Welcome.

-Nah... el pobre chaval tenía una represión del copón pero yo lo he sacado del armario de manera fulminante.

-Pero...

-Nada de peros, hemos solucionado esta crisis sin heridos ni armar un pitote, así que volvamos a la fiesta.

El cíclope pasó los brazos sobre los hombros de ambas chicas y las fue llevando en la dirección de la siguiente carroza que se acercaba a ellos, con el robot gigante a su lado. La música comenzó a sonar y a Welcome dejó de importarle qué había pasado exactamente. Lo importante es que se había solucionado, y que la fiesta podía seguir su curso.