sábado, 27 de octubre de 2018

This is Halloween V (Parte 1): Preparando la WitchCon

Faltaban pocos días para Halloween y las actividades en los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta eran frenéticas. Las 20 welclones trabajaban para que todo saliera perfecto, pues era la primera vez que se enfrentaban a un reto similar. Por ello, Lady Cthulhu había regresado desde Innsmouth y Canina había vuelto desde los túneles bajo Arkham y las pasadizos excavados por los gules. Estas dos comunidades tenían sus propias costumbres y podían prescindir de la presencia de ambas clones. Afortunadamente (o tal vez no), Kate la Roja también había accedido a ir a Dunwich a echar una mano. Una bruja irlandesa adoradora de Shub-Niggurath capaz de beber whisky como si fuera agua y desplazada en el tiempo desde el siglo X no era de mucha ayuda con los aspectos más tecnológicos de la gestión de un establecimiento de alojamiento turístico, aunque estaba haciendo avances importantes para acostumbrarse a los tiempos modernos. Pero, por otro lado, sabía, y mucho de como montar una buena fiesta y ayudaba a las clones a tratar con las sectas de la comarca. Todo con tal de poder finalizar los preparativos para la I WithCon de Dunwich. Todo había comenzado con una sugerencia por parte de la Cabra Blanca de Tres Cabezas, el avatar de Shub-Niggurath al que adoraban (o hacían como que tal, pues la Cabra tampoco le iba demasiado el tema sectario y religioso). Ésta les había comentado que sería una buena idea tratar de acercar posturas entre las principales corrientes de brujas, y Dunwich podía ser el escenario idóneo. Por ello, llevaban bastante tiempo con los preparativos y esos últimos días eran claves para asegurarse de que todo iba a salir bien.

Todo esto requiere un poco de explicación. Normalmente cuando se habla de brujas, la gente suele pensar en la imagen tradicional de ancianas con verrugas, vestidas de negro y con sombreros puntiagudos que vuelan en escoba; también vienen a la mente esas otras brujas más jóvenes y vestidas de forma absurdamente sexy que pueblan las ilustraciones e historias de fantasía heroica; hay quien, por otro lado, opta por pensar en las brujas de Salem y, finalmente, también está a quien le viene a la cabeza los movimientos ocultistas neopaganos y las wiccans. Pero todos ellos estarían equivocados. A fin de cuentas, son todo estereotipos basados en la paranoia de los puritanos, los desvaríos de las cazas de brujas de tiempos antiguos, las mentes calenturientas de dibujantes y escritores y reinterpretaciones posmodernas sesgadas de algunos conceptos. Ninguna de las brujas que encajarían en algunas de esas ideas estaría nunca invitada a la WitchCon. Y es que este evento estaba dedicado a las auténticas brujas, las reales, las de verdad (no, tú suegra tampoco, por muy bruja que sea en su comportamiento), es decir, a las brujas adoradoras de Nyarlathotep bajo su avatar del Hombre Negro y las hechiceras y sacerdotisas de Shub-Niggurath. Y es que, desde tiempos inmemoriales (es decir, nadie se acuerda cuando empezó todo este problema, ni siquiera Kate la Roja, que es del siglo X), ambos colectivos no se llevan particularmente bien, por lo que, cuando se juntan dos o más brujas que adoran a alguno de los dos dioses se monta un follón tremendo. Como decía Terry Pratchett, el plural de bruja es discusión. Por ello, la Cabra Blanca de Tres Cabezas, uno de los avatares más benignos (por llamarlo de alguna forma), o por lo menos, con menos interés en mutar, desfigurar y/o enloquecer humanos, había pensado que sus chicas, Welcome y las welclones, podían tratar de acercar posturas entre ambas facciones y acabar con una discusión que llevaba demasiado tiempo abierta. Además, la WitchCon era la excusa ideal para monta una buena fiesta brujeril.

Tras el incidente Weird Bio-Hazard, que provocó una miniguerra de un día que acabó destruyendo las instalaciones de investigación genética que había en Dunwich, la Cabra Blanca de Tres Cabezas, avatar de Shub-Niggurath pensó que, debido al espíritu combativo de estas mujeres, podría ser una buena idea ponerlas de su lado. Por ello, llegó a un pacto con ellas: formarían una “secta” para adorarla y ella las ayudaría proporcionándoles magia y enseñándolas a convocar a sus Retoños Oscuros. A cambio, sólo tendrían que hacer algunos rituales ocasionales, con algún sacrificio de animal ocasional y bastante sexo (a fin de cuentas sabía que les gustaba a estas mujeres), y ocuparse de pacificar la comarca de Dunwich y hacerla prosperar de forma sostenible. Claro, el problema de esa región era que había tres grupos en liza: los adoradores de Yog-Sothoth, los servidores de Tsathogua y los fieles de Shub-Niggurath. Los primeros habían recuperado poder tras la debacle del Horror de Dunwich en 1928, pero los segundos eran los más numerosos. Por su parte, los terceros eran casi residuales, por lo que no fue difícil para las welclones asimilarlos y ponerlos firmes para que no incordiaran. En cuanto a los otros dos colectivos, bueno, fueron bastante persuasivas y usaron todas las técnicas y herramientas a su disposición. Con lo que, finalmente, lograron establecer la paz en la región y poder dedicarse a desarrollarla en colaboración con los Pickman. Esto condujo a la construcción de los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta y a establecer convenios con los gules (gracias a Canina) y los profundos de Innsmouth (con la ayuda de Lady Cthulhu).

Por supuesto, no todo era perfecto, y, con el tiempo, tuvieron que resolver algunos problemas puntuales con sectarios de Tsathogua que no querían aceptar la actual situación y con otros grupos, como los ultrapatriotas desfasados de Majestic 13 durante el incidente de Reptilianos y Conspiraciones. Sin embargo, siempre lograron superar los obstáculos y seguir con su plan de reestructuración y desarrollo sostenible de la comarca. Era cierto que tenían que lidiar con los problemas ocasionales causados por turistas pesados, energúmenos o que se dejaban el cerebro en casa. Una vez Hada también tuvo que lidiar con una mujer avispa mutante. Y, por el trasfondo de la región, el principal turismo que atraían en algunas temporadas eran sectarios, ocultistas variados y demás fauna sobrenatural. Pero, a fin de cuentas, todo iba desarrollándose progresivamente y al ritmo apropiado.

El problema entre las dos variantes de brujas radicaba principalmente en el enfoque que tenían. Las adoradoras de Nyarlathotep tenían tendencia a ser más estrictas, con más gusto por el melodrama y la teatralidad y se acercaban más a algunos conceptos del arquetipo de las brujas. Tenían tendencia a acabar convirtiéndose en viejas de tendencias ermitañas y de aspecto siniestro, y todas eran marcadas por el Hombre Negro, lo que les dejaba una poco estética y curiosa señal en forma de mancha o verruga de color negro. Además, tenían tendencia a mezclar las matemáticas con el ocultismo. Keziah Mason había sido, posiblemente, el más claro exponente de una bruja nyarlathotepiana clásica. Por otro lado, las brujas que se decantaban por Shub-Niggurath se aproximaban más a los clichés de tono erótico y sexual de las brujas: los aquelarres con las brujas total o parcialmente desnudas (pero siempre llevando calzado, no sabes que te puedes encontrar en el suelo cuando estás por ahí) y con abundancia de ritos sexuales y sacrificio de cabras, terneras u otros animales. Lo de que sean negros ya es cuestión de gustos, sinceramente, pero para las leyendas populares quedaban muy bien. Así que, sencillamente se trataba de una cuestión de enfoque: las brujas nyarlathotepianas consideraban que sus colegas niggurathitas eran una panda de pervertidas ninfómanas follacabras y las niggurathitas opinaban que las nyaralthotepianas eran un grupo de conspiradoras de segunda que pasaban demasiado tiempo adorando a un Hombre Negro de dos metros y muy poco teniendo buen sexo. Más o menos. Simplificando la cuestión. La cosa es que no se llevaban demasiado bien y esa WitchCon era una oportunidad para limar asperezas y tratar de reunirlas. Sólo quedaba esperar que todo saliera bien y a ninguna otra facción le diera por interrumpir o molestar.

Sin embargo, había ojos atentos a los preparativos, mentes elucubrando y preparando planes para aprovechar la oportunidad que se les planteaba en aquel momento. Había planes dentro de planes y cosas que no eran planes pero podrían parecerlo a ojos de un teórico de la conspiración y que, por azar, casualidad, podían echar a perder todos los preparativos que estaban realizando las welclones. También hay que decir que enfrentarse a 20 clones mutantes con super poderes es una idea bastante suicida a menos que cuentes con suficiente potencia de fuego y un plan a prueba de tontos. Y que no lo lleven a cabo unos tontos particularmente ingeniosos.

Así pues, todo empezó con un ejercicio de maniobras de los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro. No era raro, y las welclones estaban acostumbradas a ello. Los lacerto nazis, los morlocks comunistas y las mujeres del Equipo Tiamat de Omicron Scorpions usaban la comarca de Dunwich como uno de los escenarios habituales para hacer maniobras de combate y entrenamiento de supervivencia. No era el único lugar pero si que era un sitio fijo. Incluso, cosa rara, habían acabado por ponerse de acuerdo para elaborar un calendario con el que se repartían el tiempo para evitar coincidir innecesariamente con las nefastas y bélicas consecuencias que esto podría tener. En este caso era un pequeño grupo que estaban con entrenamiento de patrulla en territorio comprometido. Se trataba de un grupo compuesto por tres mini tanques apoyados por tres panzerUFO de los Zeta-Reticulanos Nazis. Estos eran unos mini tanques con forma de platillo volante y seis ruedas pilotados por invasores alienígenas grises que habían acabado colaborando con los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro.

Las maniobras iban perfectas, sin problema alguno, pero, de improviso, recibieron unas extrañas ordenes: atacar las infraestructuras en unas coordenadas concretas. Los reptilianos y sus aliados grises, aunque no entendían bien el motivo del cambio de objetivo, se dedicaron a cumplir las órdenes. A fin de cuentas, si las incumplían luego les podía caer una buena sanción disciplinaria por no seguir la cadena de mano. Por ello, cambiaron de dirección y pusieron rumbo a su nuevo objetivo: Los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta. Hay que recordar que forman un complejo compuesto por un edificio central en la propia aldea de Dunwich, donde se halla la recepción, oficinas, un restaurante, los alojamientos de las welclones y algunas habitaciones para alojamiento turístico. El grueso de las unidades de alojamiento son una serie de cabañas construidas según el estilo arquitectónico local repartidas en una zona de la comarca. En medio de todas estas, las welclones estaba montando las carpas y demás infraestructuras necesarias para la celebración de la WitchCon.

Y fue, precisamente durante el montaje de una carpa cuando vieron acercarse el grupo atacante de lacerto nazis y alienígenas. Sabían que por esas fechas los Reptilianos Nazis tenían asignado tiempo de uso de la comarca para sus maniobras, pero estos siempre respetaban la aldea y el espacio donde estaban las cabañas. Por eso se extrañaron al ver aquello. Y, cuando se produjo el primer disparo, las welclones se organizaron para contraatacar. Para desgracia de la patrulla, las chicas que estaban montando la carpa eran Blindada, Antorcha, Ruiseñor y Ácida. Blindada era una versión musculosa y acorazada de Welcome, una mujer alta con una fuerza prácticamente sobrehumana y una piel cormada de origen alienígena que le proporcionaba una gran armadura natural; Antorcha era una clon pirokinética, pelirroja y temperamental que no iba a desperdiciar la oportunidad de darle una buena paliza a los reptilianos; Ruiseñor tenía una espléndida voz para el canto, y junto con Buhonera hacían unos dúos líricos muy buenos, pero también era capaz de proyectar un potente ataque sónico con su grito y, finalmente, Ácida, una welclone capaz de vomitar sus ácidos estomacales, que produce en grandes cantidades, particularmente después de comidas pesadas y picantes. Eran sólo cuatro mujeres, pero una de ellas era superfuerte y muy resistente al daño, otra podía provocar fuegos a voluntad, la tercera tenía unos gritos devastadores y la cuarta vomitaba ácido.

La respuesta de las welclones fue rápida, fue contundente y fue devastadora. Conocían las tácticas de los Reptilianos y, aunque no tenían tanta experiencia luchando contra los Zeta-Reticulanos Nazis, tampoco les sorprendieron demasiado. Era cierto que se enfrentaban a un total de seis mini tanques armados y fuertemente blindados, pero ellas tenían la ventaja de luchar juntas, pues desde que se liberaron tras el incidente Weird Bio-Hazard no iban a permitir que fueran capturadas y encerradas de nuevo para ser usadas como sujetos de experimentación. Por ello, se habían entrenado para pelear juntas y hacer frente a todo tipo de amenazas. Habían aprendido a utilizar sus distintos poderes, teniendo en cuenta que cada una de las clones tenía unas capacidades propias y únicas. Estaban preparadas a un nivel que habría recibido la aprobación del Profesor Xavier. Por ello, la fuerza sobrehumana de Blindada y su protección natural le permitía atacar los tanques con las manos desnudas para tumbarlos y volcarlos y minimizar los daños que pudiera recibir. El vómito de Ácida, aunque limitado, pues no podía lanzarlo de forma indefinida, lograba derretir las capas de blindaje para dar acceso al interior de los vehículos. Antorcha lanzaba bolas de fuego contra sus objetivos y provocaba pequeños fuegos que tenían la doble función de distraer a los pilotos y ofrecer un nuevo blanco a los artilleros. Ruiseñor aturdía a las tripulaciones con sus gritos, sobretodo cuando el ácido corroía las planchas de blindaje o el calor causado por el fuego obligaba a abrir escotillas para ventilar. Hacia esos puntos débiles se dirigía la welclon cantora.

No es que salieran indemnes. La escaramuza se saldó con diversas heridas por parte de las mujeres, aunque ninguna de gravedad. Pero necesitarían un tiempo de descanso y recuperación. Pero lograron hacerse con la victoria. A los supervivientes los tomaron como prisioneros. Vampirella, Lady Tcho-Tcho y Reina Serpiente estarían encantadas de ocuparse de ellos y averiguar que había pasado, porque las habían atacado. Pero, mientras, había que recoger los restos del campo de batalla y acabar los preparativos. Las welclones esperaban que todo saliera bien durante la WitchCon, aunque ya sabían que debían estar alerta en caso de nuevos incidentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario