viernes, 15 de febrero de 2019

Big Culocalypse (parte 2): ¡¡¡Los entreterrestres atacan!!!

Unos extraños rayos brillantes de un color azulado comenzaron a aparecer por las calles del distrito financiero y empresarial en el que se encontraban Ashley Johnson y Baster. Podían ver el espectáculo de luces a su alrededor sin saber muy bien qué hacer más que esperar a ver qué resultaba de ello. Bastet había sacado las garras por si acaso, temiéndose lo peor.

Los rayos comenzaron a concentrarse en unas formas ligeramente antropomorfas y un estallido, como el chasquido de un látigo amplificado, se escuchó desde todos ellos. De lo que habían sido los rayos azulados comenzaron a salir unos extraños seres bípedos de un color entre verde y azul, con la cabeza (muy similar a las de los Teletubbies) en la entrepierna, y sobre los hombros, en el lugar en el que un ser normal de La Tierra tendría la cabeza, había unos tremendos glúteos carnosos y regordetes.

-Creo que es la primera vez que veo un caraculo literalmente -dijo Ashley Johnson mirando con incredulidad a los seres.

Las criaturas parecieron estar confundidas en los primeros momentos, mirando a su alrededor con la cabeza de la entrepierna, pero en un instante apretaron los músculos de la cara como si estuvieran haciendo fuerza y comenzaron a salir rayos de los glúteos que disparaban a los edificios de los alrededores y a los empresarios y oficinistas que se dirigían a su trabajo.

-¡¡¡Están lanzando rayos por el culo!!! -exclamó Bastet.

-Y parece que su objetivo es todo lo que se mueve, no discriminan -dijo Ashley mientras se agachaba para evitar que le diera uno de los rayos.

Las criaturas comenzaron a caminar por los alrededores mientras seguían lanzando rayos a discreción, ahora también disparaban a escaparates y coches aparcados. La gente corría despavorida y se escondía donde podía.

-Están provocando el caos. Tenemos que hacer algo -dijo Ashley.

Bastet lanzó un maullido gruñido y con la velocidad  de un guepardo cayó sobre las criaturas más cercanas, a las que llenó de arañazos y de patadas de artes marciales. Los seres que caían, desaparecían con un estallido de luz como si fueran enemigos de un videojuego pasado de moda, pero inmediatamente un rayo azulado volvía a aparecer cerca, trayendo a un nuevo ser que sin tardar ni un momento comenzaba a lanzar rayos por el culo.

-Esto nos sobrepasa, no dejan de aparecer nuevos bichos de esos -dijo Bastet tras retirarse cansada de tanto combate contra un enemigo que no se acababa.

Un grupo de esos seres centraron su ataque de rayos por el culo en un edificio cercano, el Nakatomi Plaza, pero sus disparos fueron respondido por los ejecutivos de una compañía de compra-venta de valores que iban armados con fusiles de asalto y ametralladoras pesadas, a sus órdenes había un directivo con cinta roja en la frente y un puro encendido en la boca.

-¡Ey! ¿Podéis prestarme una ametralladora de esas? -les pidió Ashley.

-Toda tuya, morena -le respondió un musculado ejecutivo que disparaba con un fusil de asalto en cada mano.

De la ventana en la que estaba el ejecutivo cayó una ametralladora que recogió velozmente Ashley, que lanzó una sonrisa diabólica al hacerse con ella.

-Pensaba que habías venido armada -dijo Bastet.

-Y había venido armada, pero con todo este caos he perdido la pistola.

Ashley se parapetó detrás de un anuncio de The Stuff (el único postre que te come a ti), y desde allí lanzó ráfagas hacia los seres que atacaban a todo a su alrededor. Muchos de ellos caían ante las balas de Ashley, pero las fuerzas que desaparecían eran reemplazadas por nuevos seres que disparaban sus rayos anales nada más salir del portal de luz... o lo que fueran esos rayos azulados.

Una moto conducida por un cartero pasó por delante del Nakatomi Plaza y fue alcanzada por uno de los disparos de las criaturas. La moto explotó en mil pedazos, pero el cartero se salvó cayendo sobre un colchón que nadie sabía de dónde había salido.

-¡¡¡Esto os enseñará a meteros con el servicio de Correos!!! -exclamó el cartero.

Varios seres fueron a dispararle rayos por el culo, pero de la saca de cartas el hombre sacó una granada que lanzó sin pensárselo. El explosivo acabó con las criaturas, y cuando fueron a ser reemplazadas fueron destruidas por otra granada que había salido del mismo lugar. Cuando el cartero se quedó sin granadas, sacó una M-16 de la saca y lanzó un "let's rock!" tras el que llenó de plomo a las criaturas que intentaban atacarle.

-¿Pero cómo se les ocurre atacar a un cartero? Estos bichos deben ser idiotas -dijo Bastet.

-Por mucho que disparemos, siguen apareciendo, no sé cómo podemos detener este ataque -indicó Ashley cubriéndose tras el anuncio.

-Quizás podamos detenerlo si vamos a la fuente de todo esto. El edificio de KZRN. Fíjate, es el único que no está siendo atacado por ningún bicho de esos.

-Mmmm parece que los chicos del Nakatomi y el cartero pueden mantener la batalla, eso nos deja a nosotras para volver a KZRN a hacer unas cuantas preguntas.

Diosa y soldado cruzaron agachadas la zona de batalla  entre explosiones -los de Nakatomi habían comenzado a disparar con bazookas-, disparos y rayos destructores. Llegaron sanas y salvas al edificio de KZRN y entraron en su interior.

-Bufff ¿esto será normal en este distrito? -preguntó la diosa tras cerrar la puerta.

La sede de KZRN estaba en total tranquilidad, con una música ambiental relajante y un olor a recién limpio en el aire. La rubia pechugona seguía allí y les dirigió una sonrisa.

-Se va a enterar esta -dijo Ashley dirigiéndose con decisión hacia ella.

La rubia fue a saludarle, pero Ashley le hizo una llave de artes marciales, lo que hizo que el sistema de camuflaje cayese y la atractiva joven se convirtiera en un alienígena de escasa altura y cabeza respingona con ojos achinados.

-¿Cómo nos habéis descubierto? -preguntó el alien.

-No sois muy sutiles -le respondió la soldado.

-O nos cuentas vuestro plan cual villano de 007 o te hago una cara nueva con estas uñitas que tengo -dijo Bastet mostrando las garras de sus manos.

-Es un plan muy sencillo. Acabamos con toda nuestra competencia con un ataque de criaturas entreterrestres -respondió el alien.

-¿Entreterrestres? -preguntó Ashley extrañada.

-Sí, están los intraterrestres, que viven bajo tierra, los extraterrestres que venimos del espacio, y los entreterrestres, que viven entre los humanos, pero en un plano de existencia que les impide interactuar con ellos. Nosotros sólo hemos conseguido que haya interacción. Y los hemos cabreado haciendo que en su plano de existencia siempre suene constantemente el opening de una telenovela turca, lo hemos sacado de youtube y está en bucle en el ordenador de la quinta planta, desde donde hicimos el ataque a su plano de existencia. Puede que a vosotras no os parezca que el opening de un culebrón turco es algo malvado, pero el tono de la música y las voces coincide con uno de los mayores insultos para los entreterrestres.

-Tienes que admitir es un plan muy estúpido -dijo Ashley.

-Los planes de esta gente suelen ser muy estúpidos -le respondió Bastet.

-No importa. No podéis hacer nada. Los entreterrestres atacan sin distinción a todas las empresas y corporaciones que tienen sedes en este distrito. Toda nuestra competencia será destruida en cuestión de horas.

-¿Y si atacan sin distinción por qué este edificio está tan tranquilo? -preguntó Ashley.

-Porque tenemos un sistema de ocultación.

-Ah ¿sí? -dijo Ashley con una sonrisa-. Bastet, ven, que se me ha ocurrido una forma de acabar con esto.

Los entreterrestres seguían lanzando rayos por el culo contra el Nakatomi Plaza, que se estaba defendiendo con uñas y dientes, mientras el cartero al que habían derribado había sacado una espada bastarda y estaba cortando cabezas (se había quedado sin munición hacía rato). El resto de edificios no tenían la suerte de contar con unos defensores tan efectivos, pero ya estaban refugiando a sus trabajadores para que no fueran alcanzados por los ataques de rayos del culo. De repente, del edificio de KZRN comenzó a salir una ignominiosa música que parecía estar sonando en unos altavoces. No era otra cosa que el opening de un culebrón turco, cosa que les sonaba mucho a los seres de los rayos en el culo. Por las puertas del edificio salieron dos mujeres (aunque una tenía cabeza de gato) con un cartel en el que ponía en diversos idiomas que los culpables del ataque sónico mediante openings de culebrones turcos estaban en ese edificio. Los seres de los rayos por el culo dejaron de atacas indiscriminadamente y volvieron la cabeza (la que tenían en la entrepierna) hacia el edificio que les estaba ofendiendo con esa música. Los seres se fueron acercando a la fachada y mostraron una expresión de odio profundo y, a continuación, hicieron algo que sorprendió a todo el mundo. Comenzaron a brillar mientras se acercaban los unos a los otros, formando un montón que cada vez brillaba más. En cuestión de minutos era imposible mirar al montón de carne luminosa, tal era el brillo, hasta que dio un fogonazo y se pudo ver lo que había sucedido.

Los seres de los rayos por el culo se habían fusionado todos, formando un gigantesco culo con piernas de cuatro metros de altura. El culo gigante dio un salto y de él surgió un tremendo rugido (al menos era lo que parecía, aunque saliendo de un culo, los malpensados podían pensar que era otra cosa). Después del rugido, las piernas se acuclillaron y del culo salió un gigantesco rayo que impactó en el edificio de KZRN provocando que este se convirtiera en un montón de escombros y hierros. No había explotado, no quedaba claro qué había hecho el rayo del culo gigante, pero había destruido el edificio en su totalidad. Una vez hecho esto, los seres volvieron a separarse y de ellos salieron rayos azulados que los hicieron desaparecer.

-Mira que he visto cosas extrañas, pero eso es lo más raro que he visto en mi vida- dijo Ashley.

-Esto es Arkham, todo es extraño aquí.

-Pues sí que es verdad. Parece que en el Nakatomi están celebrando la victoria, vamos a unirnos a ellos.

Y así, Bastet y Ashley fueron a la celebración de la victoria en la batalla de los culos lanzarrayos. Una batalla que se contaría entre las paredes de los edificios de oficinas como la más épica que tuvo lugar en el distrito financiero... al menos de momento.

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