miércoles, 6 de febrero de 2019

Big Culocalypse (parte 1): Descubriendo la conspiración

Había muchas cosas que podían molestar a Ashley Johnson, como le podía pasar a cualquier otra persona. Pero algo que en concreto no le resultaba nada agradable era que alguien se metiera en su apartamento en mitad de la madrugada. Esto era, cuanto menos, sorprendente, al menos en Arkham. Tenía un sistema de seguridad de Omicron Scorpions (lo cual quiere decir que era muy bueno) y en la zona en la que vivía ya se sabía que era una exmilitar veterana de fuerzas especiales. Así pues, los ladrones trataban de evitarla. Así pues, fuera quien fuera, había pasado por alto su reputación y había logrado superar su sistema de alarma. Así pues, a pesar de la habilidad que había demostrado, o era muy estúpido o muy loco. Pero Ashley no estaba dispuesta a dejar pasar ninguna intromisión en su hogar. Si querían tocarle las narices lo iban a pagar. Así pues, ataviada con un pantalón de pijama y una camiseta y empuñando una automática de 9 mm, se movía sigilosamente por su apartamento. Curiosamente, el intruso se encontraba en la cocina y parecía estar entretenido saqueando la nevera de la mujer. Así pues, ella no se contuvo. En cuanto estuvo preparada, se acercó con mucho cuidado y apuntó a la cabeza del intruso conminándole a levantar las manos.

En ese momento, el intruso debería haberse rendido o recibido una paliza de la capitana Ashley Johnson. Pero había algunos detalles que no se desarrollaban según el guión. El intruso era una intrusa, lo cual no alteraba la trama prevista, pero iba vestida con ropas ceñidas de color verde oscuro y la cabeza era extrañamente felina. Así pues, o era una ladrona fetichista de Catwoman o algo raro estaba pasando. Por ello, cuando la intrusa se dio la vuelta, sonrió como pudo a Ashley mientras trataba de acabar de comerse una loncha de mortadela. La capitana bajó el arma, desconcertada, confundida y exasperada. Y es que lo último que se esperaba era que Bastet se colara en su casa en mitad de la noche para asaltar su nevera. Y es que la ladrona no era otra que la diosa egipcia que había ocupado el rol de infiltradora furtiva en el grupo de dioses superhéroes Alfa Strike. Una vez descubierta su identidad, era hora de aclarar algunas cosas. Así pues, Ashley invitó a la diosa a que se prepara algo de comer en condiciones y, cuando Bastet se preparó un contundente bocadillo, ambas se sentaron a hablar.

-Explicame que demonios haces a estas horas entrando así en mi casa y saltándote mi sistema de alarma… -dijo Ashley con un tono de exasperación.

-Bueno -respondió la diosa tras dar un buen mordisco al bocadillo-, la cuestión es que no tenía intención de molestarte, pero tenía que verte cuanto antes. En primer lugar pensé en ir a ver a Welcome. A fin de cuentas, su alter ego Delta Wave Welcome es la super heroína oficial de Arkham.  No la encontré en su habitación de La Llave y la Puerta, así que fui al piso de estudiantes de su novia. Efectivamente las encontré a las dos allí…

-¿Y que pasó?

-Verás, resulta que las dos han estado bastante ocupadas con sus estudios, sobre todo Welcome que se está preparando para graduarse finalmente. Así que las encontré en una situación un tanto picante. Ellas se sorprendieron de verme, pero ya que estaba allí, una cosa llevó a la otra y no era la primera vez que hacíamos un trío… en fin, creo que no hace falta entrar en detalles. -Ashley asintió y la invitó a seguir hablando- Cuatro orgasmos más tarde dejé el piso y decidí que mi mejor opción era venir a verte, ya que ellas no estaban con mucha disponibilidad.

-¿Y lo de asaltar mi cocina?

-Es que después del sexo siempre me entra hambre.

-Dejémoslo… ¿qué quieres?

Entonces, mientras seguía comiéndose el bocadillo, Bastet le explicó lo sucedido. Aunque era la propietaria y CEO de una exitosa compañía de productos para animales, la diosa a veces se aburría y le daba por hacer algo más felino. Así pues, se enfundaba en uno de sus trajes verde oscuro y se dedicaba a infiltrarse en sitios o simplemente a patrullar la ciudad por los tejados y buscar colonias de gatos con los que mezclarse. A veces se metía en oficinas de empresas rivales o que llamaban su atención de alguna manera y se dedicaba a burlar sus sistemas de seguridad y rebuscar en sus sistemas, ya que Bastet había acabado por aprender bastante sobre como hacer este tipo de incursiones. Así pues, había dado con algo peligroso, una información referente a un plan que se iba a desarrollar en Arkham en breve y que no auguraba nada bueno para la ciudad. Se había llevado en secreto, pero oculto a plena vista, de manera que cualquier inspección lo pasara por alto como algo de poca relevancia. Pero Bastet, que era muy curiosa y tenía olfato para los misterios, se dio cuenta de que allí había algo raro, algo que no encajaba. Así pues, había seguido el rastro del dinero y la información. Loki le había echado una mano, ya que el nórdico era un experto en ese tipo de cosas, y juntos habían dado con lo que parecía ser la clave del asunto. Fuera lo que fuera ese plan, toda la infraestructura del mismo estaba centrada en Arkham. Así pues, tendrían que seguir las pistas obtenidas e investigar. Pero, pese a la urgencia que parecía tener Bastet, no podían hacer mucho en mitad de la noche, por lo que Ashley, viendo que sería mejor tener cerca a la diosa, la invitó a dormir allí esa noche.

-Bueno, mañana veremos todo más claro. Vamos a la cama.

Ante la expresión ilusionada de Bastet, Ashley decidió dejar claras las cosas:

-El sofá no es lo más cómodo para pasar la noche y este apartamento es pequeño, por lo que no tengo habitación de invitados. Así que será mejor que durmamos juntas en la cama. No me atraen sexualmente las mujeres, así que olvídate de eso. Y, por cierto, ¿no has tenido bastante con los cuatro orgasmos que has tenido con Kate y Welcome?

-Errr... es que las diosas tenemos mucho más aguante que los humanos, y un orgasmo de más nunca está mal.

Ashley suspiró exasperada y, sin decir nada más, se encaminó al dormitorio. Bastet, que no le habría dicho que no a un poco de acción la exmilitar, la siguió mansamente.

Un poco más tarde, ya ambas en la cama, mientras Ashley trataba de conciliar el sueño, de repente abrió los ojos y dijo:

-Bastet.

-¿Si?

-¿Puedes quitar la mano de mi teta? Gracias.

Resuelto el incidente, ambas conciliaron el sueño y durmieron tranquilamente hasta la mañana siguiente.

Al comenzar el día, después de prepararse para iniciar la jornada, Ashley Johnson invitó a Bastet a consultar con ella los amplios informes que la veterana había acumulado sobre la legislación e infraestructura urbana de Arkham. Ashley era metódica y, desde el momento en que la destinaron allí a dirigir la sede de Omicron Scorpions sabía que tendría que acabar conociendo bien la ciudad para así identificar los riesgos y peligros que había en sus calles. Y es que Arkham era una fuente de situaciones insospechadas, intrincados túneles y edificaciones de todo tipo, desde los más mordernos edificios hasta otros supervivientes de las primeras décadas del siglo XX que, de una forma u otra, habían logrado aguantar.

Entre la ingente cantidad de información, que la mujer tenía almacenada en una serie de discos duros, catalogada por zonas de la ciudad y amenazas, lograron dar con lo que estaban buscando. El objetivo era un edificio mediano, de cinco plantas, registrado como sede de una empresa llamada KZRN que parecía diversificar sus actividades entre la importación-exportación, transporte de mercancías a nivel nacional y la edición de libros de carácter más bien magufo sobre absurdas teorías conspirativas sobre alienígenas. La KZRN parecía llevar poco tiempo en la ciudad, no llegaba al año, y parecía demasiado inocua para ser real. Pero todo el asunto era extraño, y es que Bastet parecía estar segura de que ese lugar era la clave. Desde ahí se iba a iniciar la activación del siniestro plan que amenazaba una vez más la ciudad de Arkham. La ubicación, en medio de una zona de la urbe donde diversas empresas tenían sus sedes y oficinas y que resultaba poco atractiva para las entidades sobrenaturales, con la excepción de aquel extraño incidente con los Contables Púrpuras Multitentaculados de la Dimensión Numérica Abstracta, hacía que fuera completamente inocua y, al mismo tiempo, sumamente sospechosa. A fin de cuentas, ¿a quién se le iba a ocurrir que en una zona tan tranquila de la ciudad pasara algo? Si ni siquiera los profundos de Occupy Arkham se acercaban por allí. Pero Bastet ya había avisado de que la conspiración estaba oculta a plena vista, de manera que nadie se percatara de ella por su total y absoluta obviedad. Y un aburrido edificio de oficinas de una aburrida empresa en medio de una aburrida zona de Arkham no llamaba para nada la atención.

La información que tenía sobre aquel lugar era un punto de inicio, aunque Ashley sospechaba que sería necesaria una visita en persona para hacerse una idea concreta de que se preparaba en aquel lugar. Esperaba que no fuera necesario una intervención armada, ya que las armaduras GodHunter eran muy voluminosas y capaces de provocar importantes daños en un combate urbano. Pero lo que sí que habría que hacer era llevar a cabo una aproximación más sigilosa. Por ello, Ashley le indicó a Bastet que la acompañara.

Juntas se encaminaron a la sede de Omicron Scorpions, donde la jornada laboral ya se había iniciado cuando llegaron ellas. Ashley solicitó una actualización de información sobre KZRN, pues en la sede tenían información al día sobre todos sus clientes y empresas que pudieran serlo. Al recibir el informe lo leyó atentamente para ver si había datos que no tenía en su casa, pero, con excepción de los resultados financieros declarados por la empresa, no encontró nada nuevo. Tras meditar sus acciones unos minutos y afrontar la impaciencia de Bastet, Ashley cogió una carpeta corporativa con un dossier informativo sobre Omicron Scorpions y algunos folletos e invitó a la diosa a seguirla mientras se dirigía a la calle. Tenían una visita comercial que realizar.

Mientras se acercaban al edificio de KZRN se adentraron en una zona de la ciudad que destacaba, entre otras cosas, por la lejanía del campus universitario. Esto, junto con la concentración de empresas, hacía que fuera mucho más tranquila debido a la ausencia de estudiantes universitarios y que los empresarios no eran muy aficionados a dedicarse a invocar seres extradimensionales. O, al menos, lo hacían en otras partes de la ciudad, por el tema de que si algo sale mal, al menos que no te estropee la oficina. También destacaba por ser una zona que resultó bastante dañada por los incidentes que habían arrasado Akrham durante los años 80, a saber, una inundación y terremotos que dejaron la ciudad bastante maltrecha, o, al menos, parte de la misma. De esta manera, se trataba de un distrito reconstruido y con edificios bastante nuevos en su mayoría. Omicron Scorpions no tenía mucha presencia allí, pues, aunque tenía mucho cliente corporativo, estos eran habitualmente de grandes empresas y corporaciones trasnacionales, actuando a gran escala. Sólo recientemente había empezado a actuar a una escala menor, introduciéndose en la seguridad doméstica, lo que había resultado idóneo para instalar unas oficinas en Arkham.

Pero Omicron Scorpions no era la única empresa que encontraba la ciudad atractiva como fuente de negocios. Y es que, aunque Arkham era básicamente una urbe universitaria, también ofrecía buenas condiciones a las empresas que se instalaran allí. Así fue como KZRN acabó en esta urbe de origen colonial. Su sede era un edificio bastante anodino que no destacaba particularmente. Sin embargo, parecía tener un cierto tráfico de entradas y salidas de personas. Al entrar, el edificio mantenía un estilo moderno pero carente de personalidad, como si lo hubieran copiado de una revista de decoración corporativa. Sin dudarlo, Ashley se dirigió hacia el mostrador de recepción que había en mitad del vestíbulo. Allí, una espectacular rubia de generosos pechos, cuerpo de infarto y grandes ojos azules la recibió con una gran sonrisa y, curiosamente, no pareció reaccionar de forma particular al hecho de que la exmilitar llegara acompañada de una mujer gata. La recepcionista era muy voluptuosa y se movía con una sensualidad que parecía estudiada para realzar sus encantos. Pero la capitana se mostró firme a la par que educada al solicitar una entrevista con el director de seguridad de la empresa, identificándose como empleada de Omicron Scorpions con el propósito de ofrecerles una mejora en sus sistemas de seguridad. La sonrisa de la recepcionista rubia parecía volverse más amplia antes de responder que, lamentablemente, no se atendía a nadie sin cita. Ashley, manteniendo la compostura, agradeció la información y se retiró seguida por Bastet que no dejaba de mirar con expresión extraña a la escultural mujer que les había atendido.

Una vez fuera, la diosa trató de hablar, pero Ashley la hizo callar hasta que estuvieron a bastante distancia del lugar.

-Dioses, hemos salido de una pieza -comentó Ashley.

-Cierto, no me puedo creer que los Korporativos Zeta Reticulanos Nazis hayan instalado una empresa tapadera en Arkham ante nuestras narices -dijo Bastet.

-Deben ser ellos los que planean hacer algo en la ciudad. Pero… ¿qué?

En esos momentos algo llamó su atención. Su visita parecía haber actuado como desencadenante del plan de los alienígenas. Juntas, se prepararon para entrar en acción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario