viernes, 29 de mayo de 2015

Little Welcome in Slumberland


Un tronado homenaje a Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay.

Había sido un día agotador para Welcome: una jornada laboral infernal (estaba hasta las narices del estúpido arrogante de su jefe), en las clases no había tenido oportunidad de relajarse y Unglaublich llevaba varios días cabreado farfullando cosas sobre "socialistas", "morlocks", "reptilianos", "nazis" y vete a saber que más, y, por alguna razón, a ella le había tocado aguantar una de sus peroratas farfullantes. Habitualmente Robert Pickman habría estado encantado de escuchar esos desvaríos, pero lo habían enviado a vete a saber donde y Unglaublich había acabado gravitando hacia ella, sin erótico resultado. De manera que, cuando por fin entró en su cuarto y pudo cambiarse, se metió en la cama y se durmió prácticamente al instante.

No sabía cuanto tiempo había estado dormida, en cualquier caso, había sido demasiado poco y no estaba del mejor de los ánimos cuando se despertó bruscamente al sentir como una húmeda y áspera lengua le daba lametones en la cara. El grito y el exabrupto que le siguieron cuando abrió los ojos parecían desmentir su origen de clase alta, pero Welcome no pudo reprimirse al encontrarse en su dormitorio a un enorme oso pardo de las estepas rusas cabalgado por un fornido y maduro hombre ataviado con un raído uniforme militar ruso combinado con una armadura de escamas, que lucía una larga barba blanca y un casco medieval. Ciertamente, la joven no esperaba encontrar algo así en su habitación, y menos ataviada con unos shorts y una camiseta que, aunque no le daban una imagen particularmente sexy (Evangeline recién despertada tenía habitualmente cierto parecido con un extra de las películas de George Romero, pero extra de entre los zombis), seguía siendo bastante revelador.

Una heroína dramática, tal vez una de esas delicadas y lánguidas féminas góticas y románticas, se habría tapado hasta la barbilla, ocultando su feminidad y gritado como una histérica. Evangeline “Welcome” Parker no era de esas. Sin esperar a que aquel tipo reaccionara, saltó de la cama en un movimiento digno de cualquier estrella del cine de artes marciales para caer sobre el suelo de la misma en una elegante pose y prepararse para defender cara su vida o su dignidad (una cosa es que fuera hipersexual, otra que se dejara violar por el primero que pasara). El jinete ursino, sorprendido por la rápida reacción de la chica, la miró asombrado y con los ojos como platos y se puso a aplaudir.

-Magnífico, espectacularrrr, ha sido una exhibición asombrrrrosa de acrrrobacias. Mejor que cualquierrr cirrrco o ballet rrrrusos. Me ha encantado sobrrretodo como has logrrrado que el rebote de tus tetas no reste dignidad al aterrrrizaje. A prrroposito, soy Perrrrun, dios eslavo del trrrrrueno, y este es mi compañerrro Misha.

(Nota: como Perun habla con un fuerte acento ruso, a partir de este momento sus diálogos se someterán a una traducción simultánea para comodidad del lector).

Welcome, que había quedado una vez más descolocada, lo cual no era fácil habitando en La Llave y la Puerta, se le quedó mirando unos instantes antes de caer en la cuenta. Ya había oído a Brontes varias veces hablar de otros dioses, del trueno y de otras demarcaciones, y sabía que el cíclope se había pasado un par de meses ausentes mientras en Arkham se habían desatado algunas tormentas bastante violentas y, sobretodo, raras. Y cuando en Arkham se habla de algo raro, es que se trata de algo raro de narices. Lo que no acababa de entender es que hacía un dios del trueno en su habitación, y así se lo preguntó.

-Oh, no te preocupes, chiquilla, es simplemente que el viejo Brontes te había mencionado varias veces como uno de los elementos más “normales” de este lugar, pensé que tal vez podrías echarme una mano. Aunque la verdad me encuentro completamente sorprendido por estar aquí. Bueno, ve vistiéndote que necesito que vengas conmigo.

Mientras Welcome se desvestía y se cambiaba, sin mostrar vergüenza o escrúpulos por el hecho de que el viejo ruso la viera desnuda, e ignorando la evidente erección que se intuía en los pantalones del dios, se decidió a interrogarle:

-¿Y en qué se supone que puedo ayudarte? Porque ni soy virgen, ni especialmente pura de corazón, ni una damisela en apuros que necesite ser rescatada. Si necesitas un psicólogo, hay gente muy preparada en esta ciudad y yo aún estoy estudiando para obtener el título. ¿Ha sucedido algo en particular en las Tierras del Sueño o en Rusia que requiera mis habilidades?

Perun parecía confuso por la actitud de la chica. No esperaba que actuara con semejante desenvoltura ni que pareciera tan dispuesta. Aunque Brontes ya le había comentado en ocasiones como funcionaba la Miskatonic, una cosa era que te lo contaran y otra vivirlo. Porque si esa joven actuaba con tanta soltura y, tras el susto inicial, aceptaba la presencia de un “dios del trueno” tan fácilmente, es que, ciertamente, las cosas eran muy diferentes en esa desquiciada ciudad.

-Es un poco difícil de explicar, pero básicamente necesito a una persona que sea capaz de provocar un buen golpe de realidad a un... “amigo”.

Welcome fue consciente de como las comillas se colocaban pulcramente en torno a la palabra y enarcó una ceja interrogante.

-Bueno, mira, que esto corre prisa. Mejor monta detrás de mí, sujétate, y vamos, que cuanto antes solucionemos esto, mejor.

Evangeline, vestida con unos vaqueros, una amplia blusa y una cazadora, dudó unos instantes, pero finalmente aceptó montar sobre el oso. De alguna forma que la joven no acababa de comprender, en cuanto se encaramó al úrsido y se sujetó para no caer, abandonaron su habitación de la misma extraña forma que los dos intrusos habían entrado. Eso le hizo plantearse seriamente el colgar algún Símbolo Arcano en puertas, ventanas y paredes. Pero se dio cuenta de que para un dios que no fuera un Primigenio, Dios Exterior o similar, iba a ser igual de efectivo que colgar un cuadro nuevo. De improviso, tras viajar por lo que a su percepción parecía un extraño túnel de colores iridiscentes sólo habituales para los que están pasando por un viaje de LSD o algún otro alucinógeno, de improviso aparecieron en mitad de la plaza de lo que parecía un tranquilo pueblo. Como si se tratara de una onda expansiva, la horda de gatos que parecía haberla ocupado unos segundos antes salió disparada en todas direcciones. De un enorme edificio que Welcome intuyó que tal vez fuera algún tipo de templo, surgió un hombre barbado gritando y protestando:

-¡Ya está bien! ¡¿Es que no tuvisteis bastante con el Thunder-verse para tener que volver a perturbar la paz de Ulthar?! ¡Largo de una vez! ¡Dejadnos en paz!

Perun tragó saliva y lanzó al trote a Misha, quien respondió a la orden sin demora. Mientras cabalgaban, el dios le dió una rápida explicación a la joven:

-Ese es Atal, el sumo sacerdote de los Grandes Dioses de las Tierras del Sueño, fue alumno de Barzai el Sabio. El problema está en que los sucesos del Thunder-verse empezaron y acabaron aquí, en Ulthar, y... bueno... en la batalla final, digamos que estrellamos un barco en mitad del pueblo y luego nos peleamos y... dejémoslo en que las constructoras, de haberlas en las Tierras del Sueño, se habrían hecho de oro.

-E imagino que no le hará mucha gracia ver de nuevo a un dios del trueno por estos lares. ¿Entonces qué hacemos aquí?

Perun dudó unos instantes mientras seguían cabalgando sobre Misha.
-Es complicado de explicar. La cuestión es que los dioses podemos acceder libremente a las Tierras del Sueño de las regiones en las que vivimos y se nos adoró. Si queremos acceder a otros entornos oníricos o al subconsciente colectivo, es decir, las Tierras del Sueño en general, es más complicado. Tenemos que buscar un acceso a las mismas, bien a través de un punto de conexión con las nuestras o bien a través de un soñador. También podemos hacerlo con entradas en el plano físico y, con autorización de Yog-Shototh. En cualquier caso, el acceso es un tanto inseguro, a menos que uses un paso ya establecido y conocido. Si entras a las bravas o con un soñador, lo más normal es aparecer en Ulthar o cerca, que es la zona más próxima al mundo de la vigilia.

Welcome reflexionó sobre esto un rato y finalmente volvió a preguntar:

-¿Y entonces porque estoy yo aquí? ¿Qué necesitas de mí?

Perun pareció dudar unos instantes antes de responder:

-Verás, necesito a alguien que se ocupe de un asunto que a los dioses se nos escapa. Es algo que sólo puede hacer un humano, o eso creemos, verás se trata de...

Justo cuando iba a hablar, el eslavo calló de improviso y clavó la vista al frente, señalando algo con la mano. Era una edificación de madera construida de curioso aspecto, parecía una iglesia nórdica de diseño que imitaba los stavkirke nórdicos, enclavada sobre una colina y con un sendero que subía hasta ella. En la base de la elevación había clavados unos postes tallados imitando cabezas de dragón de las proas de los barcos vikingos. Perun señaló el edificio y clamó:

-¡Allí está! ¡Ese es nuestro objetivo, la mansión en las Tierras del Sueño de Loki, el puto Herrero Mentiroso!

Cuando llegaron, desmontaron y se adentraron juntos en el espectacular edificio de madera. El interior parecía un homenaje a los antiguos pueblos nórdicos, elaborado por un recreacionista histórico. Sin embargo había cosas que parecían romper la estética reinante: merchandising de Loki en los comics, libros de mitología, algunos libros sobre timos y estafas, literatura de terror variada, etc. Cosas que indicaban sutilmente (o no tanto), que el habitante de aquella mansión tenía intereses más modernos y variados. Welcome observaba sorprendida todo aquello mientras se dejaba guiar por Perun. Éste, por su parte, parecía cada vez más nervioso, pues sabía que no podía demorar mucho más la explicación del motivo por el que necesitaban a la chica. Ojala no hubiera sido necesario, pero no veía otra solución. Menos mal que Loki acudió directamente a él, si Thor se hubiera enterado... bueno, si Thor se hubiera enterado estando borracho no habría pasado nada, probablemente se habría bebido otro cuerno de hidromiel, cerveza o lo que fuera que estuviera trajinando y habría desvariado un poco. Con una buena dosis de bebida fuerte o una mujer escasamente vestida y complaciente, el escandinavo era feliz y se olvidaba de todo. Pero entonces, ¿a quién iba a llamar? Brontes la iba a montar bien gorda, Summanus pasaba de más líos tras el Thunder-verse, N'Gari seguía con su zumba-zumba en sus Tierras del Sueño africanas, Zeus estaba vete a saber donde de ligue, Raijin seguía con su gira por Japón, y de otros dioses, del trueno o de lo que fuera mejor ni hablar. El cachondeo en ElderGodBook iba a ser de espanto si salía a la luz todo el asunto. Por suerte, entre Perun y Loki habían tenido una buena idea, que había conducido a traer a Evangeline hasta allí. Y, por mucho que el eslavo lo había intentado retrasar, ya era hora de que saliera la verdad a la luz. En la parte posterior de la mansión, en una terraza que daba a una caída prácticamente vertical a una sima que daba al mundo subterráneo de las Tierras del Sueño, se hallaba una gran roca. Y clavada en la roca, una espada: Cortatormentas. Junto al conjunto de connotaciones artúricas, un preocupado vikingo pelirrojo esbozó una sonrisa de alivio al verlos llegar.

-Por fin, creía que no vendríais nunca. Cuanto antes arreglemos este desaguisado mejor. ¿Te ha contado Perun lo que pasa?

Welcome, aturdida unos instantes por la recepción y la inesperada puesta en escena, finalmente logró responder:

-¿Cómo? No, no me ha contado nada. ¿Qué es lo que pasa aquí?

Perun y Loki se miraron con expresión algo avergonzada por tener que desvelar a una mortal el problema que tenían entre manos. El eslavo reunió valor y le explicó la situación:

-Verás, esa espada de ahí es la Cortatormentas, forjada como castigo de deidades, puede herir y matar a los dioses del trueno. Tras el Thunder-verse, Loki la ocultó aquí, y nadie la había usado desde entonces. Pero... bueno... verás, todo empezó cuando aquí el dios de las mentiras tuvo la genial idea de celebrar una fiesta en su casa -Loki tuvo la decencia de mirar hacia otro lado y mostrarse contrito-. Fue un festejo por todo lo grande, con dioses por aquí y por allá bebiendo como cosacos y fornicando como animales en celo.

-Ok, ahorrate los detalles, por favor, no me interesan las orgías de deidades borrachas...

-Estoooo, pues resulta que Loki parece ser que bebió demasiado y acabó bastante ebrio, cosa poco habitual en él, y uno de los invitados le desafió a clavar una espada en la roca y coronar Rey de las Tierras del Sueño a quien la sacara. En plena borrachera, eso le pareció una idea cojonuda, y la puso en práctica. La cosa es que cuando hundió la espada en la roca y lanzó el hechizo para que sólo alguien digno la sacara... bueno, son cosas de hacer magia en esas condiciones...

-¿Qué?

-Pues que le salió al revés. Sólo alguien que cumpla el inverso de las condiciones habituales puede sacar la espada de la roca. Es decir, necesitamos a una mujer, que no sea virgen, que no sea pura de corazón y que no sea casta. Y como la espada es un arma bastante bestia y sólo nos dimos cuenta al día siguiente con plena resaca. Por suerte, cuando hicimos el numerito de la espada y la roca, ya estaba la cosa bastante avanzada, y los que estaban presentes digamos que se podía usar su sangre como bebida alcohólica. Por lo poco que hemos sacado en claro, parece ser que la idea de montar este estropicio fue de Nyarlathotep, lo demás está claro. Así que aquí estamos. Necesitamos a una mujer que cumpla las condiciones para que saque la espada y que no se deje llevar por el terrible poder cósmico de la misma.

Welcome enarcó una ceja y tuvo que aguantarse la risa ante lo absurdo de la situación. Les habían hecho una buena jugada a estos dioses, y nada menos que el Caos Reptante. Era para reírse. Cuando por fin recuperó la compostura asintió y se acercó a la espada. Asió con mano firme la empuñadura de Cortatormentas y tiró de la misma. La hoja surgió suave de la roca mientras ella sentía fluir el poder cósmico por su cuerpo. La descarga de energía era brutal, y su ser parecía asimilarla y absorberla mientras se fusionaba con la terrible arma. Al extraerla por completo, la alzo hacia los cielos sujetándola con ambas manos mientras con voz de trueno clamaba:

-YO TENGO EL PODER

En ese momento, mientras Evangeline se preguntaba porque demonios había dicho eso, una serie de relámpagos cayeron sobre la hoja, que los absorbió en una explosión de humo. Cuando este se despejó, la joven dejó caer la espada y, chamuscada y aturdida, dio unos pasos en falso que la condujeron a tropezar con el murete que rodeaba la terraza y caer al abismo ante la sorprendida mirada de los dioses. Welcome gritó al ser consciente de que se encaminaba a una muerte inminente y terriblemente dolorosa precedida de una caída que parecía eterna.

Abrió los ojos y un quejido salió de su boca. El golpe no había sido muy duro, pero se llevó una mano a la parte de atrás de la cabeza, tocándose la zona dolorida. Entonces se percató de que todo había sido un sueño y se había caído de la cama.

En la mesita de noche, una foto de Loki empuñando la Cortatormentas junto a Perun aparecía autografiada por los dos dioses y con un mensaje escrito de agradecimiento por los servicios prestados.

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