sábado, 15 de diciembre de 2018

Weird Christmas V: El ceremonial (parte 1)

La Navidad era un periodo de tiempo con sus luces y sus sombras. Tradicionalmente se considera una época de celebración y reunión con la familia y allegados, pero también coincidía, en el hemisferio Norte, con los días de mayor oscuridad, con el solsticio de invierno. En cierto sentido, se marcaba el final de un ciclo estacional y el comienzo del siguiente, aunque de una forma ciertamente consensuada, ya que no dejaba de ser una forma más de medir el paso del tiempo. Pese a todo, a lo largo del tiempo, todo tipo de culturas han establecido sus festividades y ritos particulares para estas fechas. La Navidad era esa fiesta en que la gente parecía dejarse el cerebro en casa (una vez más) y lanzarse a realizar compras compulsivas (una vez más) para reunirse en familia y dejar que todas las tensiones, roces, problemas y angustias, toda la oscuridad psicológica acumulada durante el año, acabara por estallar en una combinación de hipocresía, comidas pesadas y situaciones límite. Y si encima lo juntabas todo en una ciudad como Arkham, cualquier cosa podía suceder. Las calles estaban decoradas y frente al Ayuntamiento el árbol navideño oficial relucía con sus guirnaldas. Los profundos del campamento de protesta también se habían sumado al general estado de ánimo festivo y se dedicaban a recuperar, junto con el viejo Saturno, que había aprovechado para regresar de nuevo a la ciudad, unas nuevas saturnalias a su peculiar estilo. Los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro, siguiendo sus tradiciones de influencia lacerto germánica, celebraban también el solsticio de invierno según sus propios rituales y costumbres, por lo que estaban bastante tranquilos. Los morlocks comunistas, como ateos que eran, no celebraban la navidad cristiana ni ningún otro tipo de fiesta religiosa. Pero también consideraban que era derecho de todo obrero el poder disfrutar de las vacaciones y el descanso. Por ello, aunque no aprobaban el excesivo consumismo capitalista y hacían caso omiso de cualquier atisbo de religiosidad, también estaban preparándose para celebrar el solsticio y se estaban planteando unirse a las celebraciones de los profundos. Y es que, era un buen momento para acercar posturas con estos, y, ya que iban a celebrar la saturnalia, podían unirse a ellos. Y, a decir verdad, a Cronos, o Saturno, como lo llamaban los romanos, no le daba demasiada importancia a la adoración religiosa y simplemente disfrutaba de la fiesta. Por su parte, los Pickman, Summanus, Araknek, Pequeña T’Auin, Brontes y El que Legisla tras el Umbral iban a pasar esas fechas juntos, celebrando las ansiadas y esperadas vacaciones navideñas con el descanso que suponía en la ajetreada vida universitaria. Y, en Dunwich, con los Alojamientos Rurales La Llave y la Puerta cerrados durante el invierno (la región quedaba prácticamente enterrada bajo la nieve), las welclones, tras dejarlo todo preparado, se disponían a pasar unas fiestas recogidas, abrigadas, y con erótico resultado con su primigenia, Welcome, su “madre genética”. A fin de cuentas, era una buena forma de pasar esos fríos y oscuros días.

Pero Katherine Ashford tenía otros planes para esos días. Iría a visitar a las welclones, que estarían encantadas de recibirla, y no sólo para acabar participando en una serie de orgías con ellas, que era algo que siempre disfrutaba. Y es que, de alguna manera, las clones habían heredado algunos rasgos del carácter y psicología de Welcome, por lo que, además de tener un desbocado apetito sexual, también encontraban a Kate sumamente atractiva física e intelectualmente y, por supuesto, sexualmente. Pero no era sólo que quisieran tener encuentros con erótico resultado con ella, es que también la querían y apreciaban como persona. Para la joven era como tener un enjambre de 21 novias o 1 novia y 20 fervientes admiradoras. Pero este año había optado por otra opción a la hora de pasar los primeros días de las fiestas. Ya tendría tiempo de ir a Dunwich, aunque fuera a través de Byakhee Express, para reunirse con Welcome y las clones. Primero había decidido tener unos días de Kates, pasándolos con sus otras yoes: Kate la Roja, una bruja alcohólica irlandesa del siglo X adoradora de Shub-Niggurath; Katherine “Bogatyr” Ashford, heroína de la Resistencia y de los morlocks comunistas en un futuro distópico ya extinguido y Yekaterina, su descendiente morlock de dentro de un millón de años. Desde los acontecimientos que llevaron a reunirlas a ellas y otras Kates de diferentes épocas en la Crisis of Infinity Kates, habían forjado una amistad y unos vínculos que las habían unido. Por ello, les gustaba pasar algo de tiempo juntas de vez en cuando, a veces también con erótico resultado, cosa que Kate Ashford achacaba a la influencia de su novia, Welcome con quien mantenía una relación abierta. Ni que decir tiene que en algunos de esos encuentros sexuales entre Kates, Welcome también había participado, cosa que celebraron todas con gran regocijo.

Así pues, las cuatro Kates (Kate Ashford, Kate la Roja, Bogatyr y Yekaterina) estaban disfrutando de una comida en el EldritchBurguer y revisando sus planes para esos días antes de unirse al retiro en Dunwich. Y es que las cuatro tenían ganas de pasar los días entre el 24 de diciembre y el 1 de enero con Welcome y las welclones, que siempre se alegraban de recibirlas. Pero los días previos eran para las Kates, así se podían poner al día de los últimos acontecimientos y disfrutar juntas. Pero había algo que hacía que Kate Ashford estuviera algo molesta. Lo sostenía en sus manos observándolo con curiosidad antes de pasárselo a las demás. Se trataba de una carta enviada por correo postal en la que le hablaba de una antigua tradición a la que una rama de su familia siempre había rendido honores y ese año la invitaban a ella y a quien quisiera llevar como acompañante a unirse en esta tradición. Se trataba de un cierto y antiguo rito del solsticio celebrado en la vecina ciudad de Kingsport por algunas de las más veteranas familias que allí residían. Sabían que había sido rechazada por sus progenitores por lo que esta rama de su árbol genealógico, también dejada de lado por no cumplir con la ortodoxia conservadora y republicana un tanto excesiva de la parte de la familia a la que pertenecía Kate, la invitaba a unirse a ellos en esa ceremonia.

Kate tenía razones para sospechar. A fin de cuentas, sus padres, que no podían aceptar que su hija fuera lesbiana (¡el horrror!) y que tuviera sexo extramatrimonial (¡el horror, el horror!). Si se enteraban además de que también se acostaba con múltiples mujeres (las welclones, las otras Kates y tres diosas: N’kari, Bastet y Tiamat) ya les daba una apoplejía. De hecho, parecían haber estado tratando de forjar algún tipo de plan para “redimirla” y “desprogramarla” para liberarla de las nefastas influencias a las que había sido sometida y que pusieron en práctica durante el verano. Como parte de lo que Kate tomó como un intento de reconciliación por parte de sus padres, fue a visitar a una psicóloga enviada por ellos para “curarla” de sus “desviaciones”. Cinco sesiones más tarde, Kate se había acostado con la psicóloga, lo que puso fin al asunto. Posteriormente, un hombre especializado en desprogramar a sujetos captados por sectas trató de hacer esto mismo con Kate. Creyendo la versión de los padres, trató de secuestrarla pensando que estaba bajo la influencia de una secta autodestructiva. Welcome le dio una paliza y, mientras se recuperaba en el hospital, las dos mujeres le explicaron claramente la situación. Después, al iniciarse las clases, los padres de Kate parecían haberse dado por vencidos, pero esa repentina carta hizo que las alarmas de la joven se activaran. Por ello, había optado por comentar el asunto con las otras Kates y, si aceptaba, ir las cuatro juntas. A fin de cuentas, eran una bruja, una guerrera de élite morlock y una veterana de guerra, las dos últimas especializadas en guerra de guerrillas. Y, aunque Bogatyr estaba sobre los cuarenta años, seguía en plena forma.

La cuestión estaba en que Kate ya había estado en varias ocasiones en Kingsport y era una ciudad bastante convencional, sobre todo si se la comparaba con Arkham. Tenía sus peculiaridades, como la casa museo donde había vivido aquel Anciano Terrible que finalmente había muerto dejando un hogar lleno de peculiaridades y que, por ello, se había convertido en una exposición permanente. Por otro lado estaba aquella casa en lo alto del acantilado, prácticamente inaccesible y a menudo rodeada por la niebla. Pero, en general, resultaba inofensiva. Peculiar pero inofensiva. Por lo demás, la actividad relacionada con las Deidades del Ciclo de Cthulhu y las Criaturas del Ciclo de Cthulhu, como las llamaban los miembros de la Fundación Wilmarth era bastante baja por no decir casi inexistente. Por ello, Kate no esperaba nada demasiado raro o fuera de lo normal, aunque no podía estar completamente segura de ello.

Había una cosa que la joven tenía clara, y es que había oído hablar de una rama familiar que se asentó en Kingsport, aunque apenas se hablaba de ellos, y se hacía con suspicacia y rechazo. Al parecer, la separación se produjo bastante tiempo atrás y el contacto entre ambas ramas era inexistente. O eso creía Kate, pues esa carta la desconcertaba.

Así pues, como aún tenían unos días por delante, optaron por acudir a la Biblioteca de la Universidad Miskatonic a investigar un poco. Si en algún sitio estaba la información que necesitaban sería allí. Afortunadamente, por ser inminentes las fiestas navideñas, estaba sumamente tranquila. Los estudiantes habían puesto pies en polvorosa, huyendo del campus a sus refugios navideños y, si tenían trabajos pendientes, los dejarían para última hora o se encargarían de acabarlos buscando por Internet. Por ello, aquel lugar estaba bastante tranquilo y solitario, con la presencia de los ocasionales bibliotecarios y Yuriko, la yūrei (fantasma japonesa) que había estado de visita en Abril y que, por algún motivo, se encontraba allí a gusto y había acabado por volver. Finalmente los bibliotecarios se habían acostumbrado a su presencia y esta se había convertido en un añadido más del lugar y aportaba su grano de arena en el trabajo diario. Era particularmente útil para espantar a los estudiantes menos interesados en estudiar, además de ser excelente para guardar los libros por su obsesión por el orden.

Una vez en la biblioteca, las cuatro Kates se dirigieron a la sección apropiada para buscar información histórica sobre Kingsport, en busca de cualquier indicio que les pudiera indicar que había tras aquella invitación y la ceremonia del solsticio de la que hablaba. Así pues, y con la ayuda de los bibliotecarios y de Yuriko empezaron a encontrar algunos libros que podían resultar de utilidad. No era, tal vez, la tarea que alguien achacaría a las que, en su momento, fueron conocidas como las Kate Rangers, pero, en general, estaban acostumbradas a las labores de investigación bibliográfica, así que se pusieron manos a la obra con la tarea.

Dos tiradas de Buscar Libros más tarde, con una pausa para tomar algo y descansar, lograron dar con lo que andaban buscando: al parecer sí que había una rama de la familia Ashford en Kingsport,  tenía bastante solera y estaba relacionada con otras antiguas familias de la ciudad. También se hacían referencias al Anciano Terrible, que no resultaban de interés en ese momento, y a ciertas tradiciones de origen pagano que a veces se citaban de forma poco clara en los textos consultados. Al parecer no se había realizado una investigación concienzuda al respecto, pero las Kates no esperaban encontrar en la pacífica y tranquila Kingsport algo al estilo de un culto de Kali de villanos de pulp como sacados de una película de Indiana Jones. Por los Arquetípicos, es que ni siquiera Nyarlathotep se dejaba caer por Kingsport.

Es cierto que la información que habían encontrado era poco esclarecedora, incluso vaga y ambigua en algunos aspectos. Pero no parecía un mal plan a fin de cuentas. Kate había aprendido autodefensa con Welcome, Kate la Roja (cuando estaba sobria y, a menudo incluso borracha) era una hechicera muy competente, Yekaterina era una soldado de élite y Bogatyr era una guerrillera veterana. Estaban bastante preparadas para poder defenderse de cualquier amenaza sin necesitar un caballero de brillante armadura y unos días de descanso en Kingsport podrían resultar interesantes y útiles para relajarse antes de ir a Dunwich a pasar el resto de las fiestas con las welclones y Welcome. Así pues, optaron por empezaron a hacer las maletas para ir a Kingsport. Pues, ¿qué podría ir mal?

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