martes, 1 de septiembre de 2015

Expediente Weird

Se acercaba el final del verano, y la población de la ciudad de Arkham comenzaba ya a sentir los efectos del inminente curso escolar: los turistas con más prisas iniciaban su retorno a su vida post-vacacional, y los estudiantes del nuevo curso, veteranos y novatos, comenzaban a dejarse ver cada vez más. Esta sutil variación era la señal inevitable de que La Llave y la Puerta volvería a abrir sus puertas a los universitarios. Durante el verano, además de acoger a los pocos alumnos que la usaban como residencia permanente, como Welcome, o que preferían pasar el verano en Arkham por la razón que fuera, se reconvertía en hotel para turistas, lo que le permitía mantenerse activa todo el año. Pero la llegada del inminente nuevo curso provocaba un incremento sustancial en la actividad del personal de la residencia, ya que había que dejarlo todo preparado para la llegada de los nuevos huéspedes: dejar todas las habitaciones acondicionadas, el gimnasio, cantina y restaurante en perfecto estado de revista, las salas de usos múltiples impolutas, así como los mil y un pequeños detalles que permitían a La Llave y la Puerta desarrollar su actividad. Todo este maremagnun estaba soberbiamente dirigido por Summanus, que parecía tener un talento natural para la administración de establecimientos de hostelería y gestión de equipos de trabajo. Esto permitía a los Pickman una mayor tranquilidad, aunque eso no les quitaba toda responsabilidad, ya que, por lo menos Anna y Harvey, ayudaban a Summanus a supervisar todos los pequeños detalles.

Sin embargo, ese día en particular, Harvey tenía otras preocupaciones en mente, en concreto, los dos agentes del FBI a los que tenía que ir a recibir al vestíbulo. Salvo por el color del pelo, uno era rubio y el otro moreno, parecían dos clones: estatura media, constitución atlética, traje negro, con camisa blanca y corbata negra, zapatos igualmente negros y gafas de sol. Rezando para sus adentros para que no tuvieran más problemas, se aproximó a ellos:

-¿Es usted Harvey Z. Pickman? Somos los agentes Smith y Jones, FBI -le dijo el rubio, Jones.

Mientras hablaban le enseñaron sus identificaciones, correctas, que Harvey examino y les respondió sonriendo:

-Sí, soy yo, encantado agentes.

-¿Qué quiere decir la Z.? -interrogó Smith

Harvey suspiró antes de responder:

-Zoltan, un nombre de Europa del Este... Manías de mi padre.

-No será.... ¡¿Comunista?! -exclamó Jones

-No, es solo un nombre, nada más. Además, ya no estamos en la Guerra Fría, no hace falta iniciar una nueva caza de brujas... ¿Cuál es el motivo de su visita? Lo digo porque estamos en una epoca de mucho trabajo.

Smith tomó la palabra:

-Verá, Sr. Pickman, la difusión de una serie de grabaciones realizadas este verano en la que se muestran extraños fenómenos y criaturas que pueden representar una amenaza para la Seguridad Nacional. Por ello, hemos venido aquí a investigar que sucede en esta ciudad. El Alcalde nos remitió al Rector de la Universidad Miskatonic, quien nos recomendó que habláramos con usted. Por eso estamos aquí.

Harvey, acordándose para sus adentros de toda la familia de los RNLO, los dioses, y todos los que se esforzaban en convertir Arkham en un Caos Reptante, empezando por el puñetero Caos Reptante, Nyarlathotep, suspiró.

-Bien, Arkham tiene una historia plagada de bastantes fenómenos extraños como para rellenar dos temporadas de Expediente X y una de Supernatural, eso sin contar lo que podría haber hecho Joss Whedon si se hubiera pasado por aquí. En esta ciudad lo raro se vuelve normal, pero, como ya estamos acostumbrados a esto, sabemos como manejar la situación. En cualquier ranking de ciudades extrañas y fenómenos sobrenaturales sorprendentes, suele aparecer Arkham tarde o temprano. Es así, es parte de la idiosincrasia de la ciudad. Por ello, todos los años atraémos mucho Weird Tourist, turismo raro, gente que busca lo sobrenatural, lo extraño, lo que se sale de lo normal. La mayoría son magufos, ocultistas de salón, goticos de pose y demás fauna que, en su mayoría, resulta inofensiva. Luego tenemos a los estudiantes. En pleno curso, la Miskatonic parece una comedia loca universitaria dirigida por Tim Burton, pero son todos inofensivos.

-¿Y cómo explica el ataque anfibio en la playa, la serpiente marina y los tiburones mutantes?

-Esto es una ciudad universitaria, por lo que tenemos que tratar con esa subespecie conocida como “estudiantes”, y disculpe mi sarcasmo. Cuando los alumnos se aburren o se agobian con el curso, que suele ser cada día, montan alguna juerga, alguna broma, algún espectáculo, sólo para reírse. A eso le añadimos que nuestros departamentos de arte, ingeniería, cine y teatro son muy “peculiares” y están formados por gente con mucha creatividad. Así que lo que vieron fue una serie de performances para el rodaje de unos cortos por cortesía de nuestros alumnos residentes todo el año. Hay veces que se les va la mano, pero todo resulta inofensivo.

-Tendremos que ver esos departamentos.

Harvey se encogió de hombros y, con un gesto, les indicó que le siguieran. Smith, el moreno, que parecía haber tomado la palabra por los dos, comenzó a caminar a su lado, seguido por Jones. Los tres se encaminaron hacia el viejo campus de la Universidad, la cual se había ido expandiendo por los alrededores, particularmente desde la inundación que arrasó Arkham unas decadas antes y provocó que se tuviera que reconstruir parte de la ciudad. Fue durante este periodo cuando la fortuna del viejo patriarca Pickman se invirtió en Arkham para ampliar la universidad y comprar los terrenos que acabarían por convertirse en la actual La Llave y la Puerta. Durante parte de la mañana, Harvey les hizo de guía a los agentes del FBI, mostrándoles los edificios de la Miskatonic, que mostraron especial interés en los departamentos que ya les había mencionado. Todo había ido bien hasta que llegaron a los talleres de Ingeniería y vieron los dos mini tantes RNLO reparados. Antes de que surgiera cualquier controversia, Harvey se adelantó:

-Esto son unos prototipos de vehículos para uso en terrenos difíciles. Lo que pasa es que el equipo de diseño tiene algunos fans de Masamune Shirow, y los convirtieron en algo parecido a los mini tanques de Dominion Tank Police, un manga de este autor. El cañón solo dispara globos de agua y de pintura, aquí no trabajamos con munición real, ni está adaptado para eso. Sólo lo usamos para experimentos de balística o para alguna juerga universitaria.

Por suerte, tras el ataque RNLO en el que capturaron los minitanques, Anna fue muy explícita en que se podían reparar y poner de nuevo en marcha, pero que había que inutilizar las armas para propósitos ofensivos.

Siguieron por los departamentos de teatro y cine, donde, una vez más, gracias a las previsiones de Anna y Harvey, los federales encontraron el atrezzo para disfrazar a actores como reptilianos, y para simular serpientes marinas y tiburones medusa.

Por el momento todo estaba bien, no habían surgido problemas. Habían logrado convencer a Seabury de que se llevara a Robert y lo mantuviera ocupado, por lo que ambos se habían ido a Boston para resolver asuntos varios y de paso el Profesor Pickman tenía que hacer algunas consultas de carácter bibliográfico en aquella ciudad. Summanus estaba fuera de cobertura, atareado junto con Araknek en revisar el estado de los sótanos, Brontes y Pkaurodlos se habían retirado discretamente, llevando a hacer un recorrido turístico por la región a los yithianos y Welcome no había dado señales de vida en todo el día. El que Legisla tras el Umbral estaba en un congreso de abogados en Washington DC. Harvey estaba de los nervios. Estaba logrando disimularlo ante los dos agentes, pero todo iba demasiado bien. Algo tenía que salir mal, algo iba a fallar y se iba a montar un lío de proporciones bíblicas.

No es que los periodos de tranquilidad y calma fueran tan raros, a veces pasaban. A veces era porque Anna amenazaba con hacer sufrir un infierno a quien perturbara la paz, otras era simplemente porque, por muy caótica que fuera la situación en la universidad y la residencia, tenía que haber momentos de calma. La energía de los estudiantes era finita, por mucho que se hincharan a bebidas energéticas. Pero el caos tenía un olfato especial para detectar esas oportunidades en las que era el peor momento para desatar el caos, valga la redundancia. Harvey siguió repasando las fuentes habituales de desorden, y tanto Vinnie West como Marty Eye Gore estaban fuera de la ciudad. Aunque hacía tiempo que estos dos aprendices de reanimador no hacían de las suyas.

Todo iba demasiado bien, por lo que era de esperar que fuera precisamente en ese momento cuando el orden decidió que ya había trabajado mucho y que se iba a tomar una copa. A través de la rampa que bajaba al sótano de la residencia, por la que entraban los camionesy furgonetas para descargar los suministros, se oyó el rugido de un grupo de motores. Entonces, como surgidos de la nada, aparecieron una serie de vehículos monoplaza y biplaza completamente esperpénticos y personalizados por un chatarrero fan de Mad Max en pleno viaje de ácido. El escuadrón del Equpo Exile de la Unión de Tribus Socialistas Morlock acababa de hacer su inesperada y sorprendente aparición. Como buenos comunistas, habían adornado profusamente sus cacharros motorizados con emblemas de la hoz y el martillo. Esto habría sido una dificultad menor si no fuera porque, precisamente en el momento en que enfilaban una calle que bordeaba el campus, salían Harvey y los dos federales. Además, para colmo de males, en el vehículo de cabeza, junto con Sojat, el líder morlock, iba Welcome ataviada como una extra de una película de futuro post-apocalíptico. Y por si no fuera suficiente, iban con un equipo de sonido que transmitía a todo volúmen una versión rock de La Internacional... Pero, como las desgracias no vienen solas, persiguiendo a los trastomóviles de los morlocks venían los RNLO con un mini tanque y montados en minis decorados con las insignias de su ejército y acompañados de cinco sharkjellyfishes montados en una especie de exoesqueletos cuadrúpedos que les permitían moverse fuera del agua. Se trataba de una nueva versión mecanizada de sus Einsatzgruppen.

Ante la visión de los emblemas de la hoz y el martillo, al agente Jones se le desorbitaron los ojos, sacó la pistola y comenzó a correr tras el escuadrón del Equipo Exile al grito de:

-¡¡Comunistas!! ¡¡No acabaréis con el capitalismo ni con los USA!! ¡¡Abajo el comunismo!!

Smith, sorprendido, sin ser capaz de articular palabra, asistió a la espectacular persecución que se desarrollaba ante sus ojos. No podía creer lo que estaba viendo. Harvey, más tranquilo al ver el caos que se había desatado y que cumplía con el “factor Arkham”, sonrió. En ese momento, Nyarlathotep, el Caos Reptante, que había decidido que llevaba mucho sin dejarse caer por la ciudad, se acercó tranquilamente a la pareja. Venía como el Faraón Negro, aunque ataviado con un elegante traje hecho a medida. Tras el saludo de rigor, Nyarlathotep le habló a Harvey:

-Bueno sr. Pickman, espero que le haya gustado este pequeño espectáculo. A fin de cuentas ya era hora de que los reptilianos y los morlocks tuvieran una nueva confrontación en condiciones. Y no se preocupe, he cambiado sus armas. Son pistolas de agua y de pintura, incluso la de ese federal que corre como un poseso y quiere acabar con los comunistas.

El agente Smith, aturdido, logró poco a poco recuperar la compostura, por lo que, una vez en plena posesión de sus facultades, sacó su arma y les apuntó con ella.

-Entonces todo era verdad. ¡Maldición, tenía que serlo! Ya decía yo que era demasiado bueno. Bien, este nido de corrupción, mal y locura está listo. ¡No podrán silenciarme! ¡Caerá todo el peso de la ley sobre vosotros!.

Nyarlathotep, con un gesto rápido, le arrebató el arma.

-No amigo, creo que no. Arkham seguirá siendo ese “nido de corrupción, mal y locura” que dices. La Llave y la Puerta seguirá acogiendo a los estudiantes y la Miskatonic no cambiará su programa de estudios. Esto no va a cambiar, o al menos no lo hará como tú crees. Creo que el sr. Pickman le podrá explicar el porqué.

Harvey sonrió con una sonrisa horrible antes de hablar:

-Agente Jones, su gobierno nos conoce, sabe que existen estas anormalidades, pero mientras no llamemos la atención, mientras mantengamos un perfil bajo y no amenazemos el statu quo, seguiremos actuando libremente. Le resulta más cómodo que sigamos existiendo, para tener al “enemigo” localizado. Pero Arkham ha sobrevivido a muchas cosas, y seguirá haciéndolo a muchas más. Para eso estamos aquí los Pickman, para asegurarnos de que estos seres, estos fenómenos, sigan adelante y no se extingan, pero que tampoco sean objeto de ataque. Su gobierno lo sabe y por eso, mientras nos mantengamos aquí, no pasará nada, pues si nosotros caemos, aquello que contenemos, que controlamos, será liberado. Y entonces, entonces si que será el fin de todo.

El Caos Reptante rió con una horrenda carcajada mientras el agente Jones asimilaba las consecuencias de la verdad que le había sido revelada.

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