La Universidad: la última
frontera para aquellos que desean cursar estudios superiores. Estas
son las trayectorias educativas de los estudiantes, en una misión
que durará cinco años, dedicada al estudio de asignaturas
desconocidas, al descubrimiento de nuevas formas de juerga y
desenfreno, hasta alcanzar lugares donde nadie que no sea
universitario ha podido llegar.
Lamentablemente, algunos
se pierden por el camino y acaban convirtiéndose en estudiantes
profesionales, o, peor aún, becarios, posgraduados y doctorandos
eternos. Esta es la historia de uno de esos desgraciados que han
acabado atrapados por una tesis doctoral, absorbidos por el ansia de
alcanzar sus metas y que han cruzado el horizonte de sucesos de la
Facultad. Esta es la historia de Howard Peabody y de como Evangeline
“Welcome” Parker trató de sacarle del agujero negro de las tesis
universitarias.
Las dos mujeres avanzaban
por el pasillo con paso firme, provocando que los estudiantes con los
que se cruzaran se detuvieran y se giraran para verlas pasar. Las dos
destacaban no sólo por su belleza, sino también por su personalidad
e intelecto. Eran una rubia y la otra morena, con gesto decidido la
primera y con la preocupación en su rostro la segunda. Los que las
conocían aprovechaban para saludarlas, sobretodo a la rubia, que
parecía más popular, no obstante era Evangeline “Welcome”
Parker, y no eras estudiante de la Miskatonic si no la conocías. Las
dos mujeres detuvieron su avance ante un despacho en cuya puerta se
podía leer:
HOWARD PEABODY
DOCTORANDO (eterno)
La anotación entre
paréntesis la había escrito a mano alguien que pretendía hacer una
gracia, y no iba muy desencaminado. Howard Peabody era estudiante de
Historia y estaba preparando una tesis sobre la historia colonial de
la ciudad de Arkham. Lamentablemente, el trabajo de investigación y
su posterior redacción le habían atrapado de tal manera que había
quedado atrapado en el mismo. Se había convertido en un doctorando
eterno, escribiendo una tesis que es incapaz de terminar, abandonando
a familia, amigos y novia (la morena que va con Evangeline), para
tratar de terminar la tesis. Por ello, Violet Carson, la pareja de
Howard, había recurrido a su amiga Welcome para tratar de
desatrancar al doctorando y hacerle volver a la realidad. Ciertamente
no iba a ser una tarea fácil.
Evangeline llamó a la
puerta y abrió sin esperar. Dentro, Howard escribía sin parar en el
ordenador, rodeado de libretas de apuntes, libros de consulta y demás
material que conformaba el resultado de su trabajo de investigación.
Era un estudiante de complexión normal, de pelo castaño largo
recogido en una coleta y abundante barba. En sus momentos normales,
iba ataviado con ropas que demostraban su afición al rock, aunque se
había metido tanto en su tesis que se había acabado por vestir con
ropas del siglo XVII. Welcome se llevó la mano a la cara, incapaz de
creer lo que veía. Aquello iba a necesitar un tratamiento de choque.
De inmediato, se quitó la sudadera, dejando ver el sujetador y pasó
un brazo por la cintura de Violet, acercándola hasta que ambas
estuvieron pegadas.
-Welcome stranger, hacía
tiempo que no sabía nada de tí, y había pensado que, para
recuperar el tiempo perdido, podríamos hacer un trío tu novia, tú
y yo. ¿Qué te parece?
Sin esperar a que
respondiera, se desabrochó el sujetador, para quitárselo y comenzar
a besar apasionadamente a Violet mientras la abrazaba. Mientras
tanto, Howard impasible, seguía trabajando mientras el erótico
espectáculo se desarrollaba ante sus ojos. En una pausa que hizo,
levantó la vista y se limitó a decir:
-¡Estoy ocupado! Tengo
que acabar la tesis.
Welcome se quedó de
piedra. Acabó de besar a su compañera, se vistió y, con una
expresión mitad de desconcierto, mitad de enfado, salió del
despacho arrastrando a Violet detrás.
-Gracias por intentarlo
-le expresó la abatida novia-, pero no hay manera con este hombre.
Por cierto, has fingido muy bien la pasión con la que me besabas, ha
sido muy realista.
Welcome la miró y le
respondió:
-¿Fingir? ¿Quién
estaba fingiendo?
Tras la sorpresa de su
amiga, ambas siguieron caminando. Habría más oportunidades.
Unos días después,
Welcome, que no se daba por vencida fácilmente y el fracaso del
primer intento le había impedido llevarse a la cama a Violet
mediante la excusa del trío, logró dar con Howard fuera de su
despacho. Sin duda era un momento ideal para hacer un nuevo intento,
sobretodo porque Peabody estaba saliendo de una cafetería de la
Universidad y ella iba cargada con una caja con libros para llevar a
la Sociedad Histórica de Kingsport, un encargo que le estaba
haciendo Seabury.
-Welcome stranger, que
casualidad encontrarte, precisamente estaba pensando en ti. Tengo que
llevar estos libros a Kingsport, y me gustaría saber si puedes
acercarme con el coche ahora que parece que no estás liado con la
tesis.
Howard la miró un poco
sorprendido, pues estaba tan metido en la preparación de la tesis
que estaba bastante desconectado del mundo exterior. Parpadeó un par
de veces y le respondió a Welcome:
-No puedo, tengo el coche
en el taller desde hace tres semanas.
La joven suspiró.
-¿Y por qué no te
compras uno nuevo? Un coche de segunda mano no te saldría tan caro,
y así no tendrías esa antigualla que se estropea cada dos por tres.
Howard, horrorizado,
exclamó:
-¡¿Pero qué dices?!
¡Sí es un clásico! Esos coches ya no se fabrican, es una obra
maestra.
-Howard, es un Ford
Modelo T, si fuera más clásico funcionaria a vapor. Deberías
pensar más en criterios de utilidad y menos en “clásicos”.
-¡Nunca! No podría
renunciar a mi coche, es único y representa la nostalgia de una
época anterior en la que los vehículos estaban diseñados con una
mentalidad completamente diferente, con más corazón y espíritu.
Welcome, conteniéndose
las ganas de mandarlo a su despacho de una patada, lo dejó por
imposible. Rebuscó en un bolsillo y sacó un silbato. Era de día,
por lo que Las Híades no estaban sobre el horizonte, pero en algún
otro lugar de la tierra si que se daría esa situación, así que,
simplemente, lanzó una serie de exclamaciones y frases en un idioma
que parecía requerir una enfermedad de la garganta y el consumo de
sustancias poco recomendables y sopló el silbato con fuerza. Unos
minutos después, un ser híbrido dotado de alas y extremidades
palmeadas y con una curiosa gorra, aterrizó junto a ella. El
servicio de Byakhee Express era rápido. La joven le explicó lo que
había que hacer, cargó el porte a la cuenta de Seabury y se montó
en la criatura, que no tardó en partir volando en dirección al
destino que le habían asignado. Pero Welcome no se daba por vencida,
lo intentaría una vez más.
Durante los siguientes
días, Evangeline aprovechó los ratos libres que tenía para ir
tanteando a Howard, pero sin éxito. Lo habitual era que estuviera
enfrascado en su tesis, ignorara las llamadas de teléfono y sólo
respondiera a otros medios de contacto digitales cuando se acordaba.
Pero ella no se rendía. Finalmente, logró acorrarlarlo en su
despacho.
-Welcome stranger,
tenemos que hablar. Y lo digo en serio. No puede ser que te encierres
de esa manera con la tesis, que ya deberías haber acabado, y tengas
abandonada a tu novia, además de a los amigos y familiares. A este
paso vas a acabar tan perdido dentro de la tesis que no vas a saber
ni en que periodo estás. Así que, para el fin de semana os he
preparado a Violet y a ti una jornada romántica para que la paséis
juntos. Empieza con un desayuno a primera hora y más vale que acabe
con los dos en la cama follando como si no hubiera mañana...
¿Entendido?
-Pero, pero, pero... ¡No
puede ser! ¡Tengo que dar una conferencia en un seminario que me
llevará todo el día, no puedo atender otros asuntos!
Welcome apretó los
puños, furiosa. Con calma, sin delatar el volcán a punto de
estallar en su interior, cerró la puerta del despacho, y se giró.
Desde fuera sólo se pudo escuchar lo siguiente:
el
-Pero, Welcome, ¿qué
haces? ¿Qué? ¡Espera, espera! Nooooooooooooooooooooooooooo......
Y tras lo que parecía
ser el ruido de una pelea, se escuchó algo que sólo podía ser
interpretado como alguien siendo lanzado por una ventana y, tras la
defenestración, acabar por aterrizar en algo blando y gomoso,
seguramente Unglaublich, situado previamente allí para amortiguar la
caída.
Ese fin de semana, ya que
estaba todo organizado, y puesto que no era cuestión de
desperdiciarlo, Welcome y su amante actual, Katherine Ashford,
pasaron un día completo en pareja y disfrutaron del sexo como si no
hubiera mañana. Por su parte, pese a la caída en blando, Peabody
tuvo que pasar unos días en observación en el Hospital
Universitario, donde su novia, Violet, pudo dedicarse a cuidar de él
y hacer algo de vida en pareja por fin, tras un largo, largo, largo
periodo de abstinencia y soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario