sábado, 27 de abril de 2019

End Time (parte 3): La estrategia de las Kate Rangers

El coche giró en la esquina derrapando pero con un gran control al volante por parte de Katherine Ashford. Cierto es que, desde que entró a estudiar en la Miskatonic no esperaba que la conducción en persecuciones por las calles de Arkham acabaría por ser una de sus habilidades. Pero desde que estaba con Welcome había tenido que ir aprendiendo cosas que no hubiera creído necesitar anteriormente. Mientras tanto, tras doblar la esquina, aceleró y siguió adelante por la calle. Afortunadamente el tráfico era escaso. En la hora punta ese tipo de maniobras habrían resultado imposibles de realizar. A su lado, Kate la Roja, una bruja irlandesa pelirroja del siglo X que era su antepasada desplazada en el tiempo, gritaba de júbilo. Se lo estaba pasando muy bien. El siglo. XXI era mucho más divertido e intenso que su tiempo y, en Arkham, podía practicar el culto a Shub-Niggurath y tener sexo con mujeres tranquilamente, sin temor de que algún fanático meapilas tratara de quemarla en la hoguera. En los asientos traseros, Yekaterina y Kate Bogatyr vigilaban con atención la retaguardia y recargaban las armas. El coche era un todoterreno GAZ-67.M, una versión morlock del clásico vehículo que usaba la URSS durante la II Guerra Mundial. Por ello, tenía mucha potencia y era muy manejable. También tenía las habituales modificaciones de diseño de los morlocks comunistas, lo que le hacía parecer sacado de una película postapocalíptica de acción.

Unos segundos después de que el GAZ-67 tomara la curva, hizo el giro Ribbentrop-Molotov, el robot reptiliano nazi reprogramado del mismo futuro alternativo que Kate Bogatyr, y que fue enviado al presente para evitar que ese futuro se llegara a producir. Podía correr hasta a 60 Km/h, pero los morlocks habían pensado que podían mejorar esto. Así, habían diseñado unos patines para el robot, con lo que su velocidad máxima aumentaba. Pero no era de este robot reprogramado de quien huían las Kate Rangers, reunidas de nuevo para entrar en acción. Y es que, tras Ribbentrop-Molotov apareció por la esquina el primero de los vehículos que las perseguían, un coche de policía de diseño deportivo y color negro con un montón de publicidad. Dentro, los comandos Reptilianos Anarcocapitalistas del Lado Oscuro, se preparaban para dar caza a sus adversarias.

Todo había empezado apenas media hora antes. Las Kates se reunían periodicamente para pasar tiempo juntas, y esta vez se les había unido Ribbentrop-Molotov. Debido a que Bogatyr era una heroína y líder de la resistencia en su futuro alternativo y que la programación del robot había sufrido un cierto desajuste durante el tránsito temporal, éste se había vuelto un fan destacado de Kate, de todas las Kates. A veces podía resultar un poco molesto pero podía resultar útil, particularmente cuándo algún listillo trataba de ligar con ellas al ver a cuatro mujeres solas en grupo. También, debido a su avanzada tecnología y sus sensores, podía detectar amenazas y problemas al rastrear Internet y las frecuencias de emergencias.

Fue de esta manera como Ribbentrop-Molotov descubrió el portal. No había llamado demasiado la atención al principio, ya que en Arkham suelen pasar cosas extrañas con relativa frecuencia. Pero cuando emergieron unos extraños reptilianos exigieron la abolición del estado para instaurar un régimen basado en la libre empresa en nombre de la causa Reptiliana Anarcocapitalista del Lado Oscuro (RALO) siguiendo los preceptos de Nyarlathotep, la gente se empezó a dar cuenta de que algo andaba mal. Afortunadamente, el portal se había abierto en el campus universitario, próximo al EldritchBurguer, donde se habían reunido las Kates.

Yekaterina, la Kate Morlock, había acudido con un vehículo, un GAZ-67.M, y, como conocía de sobra Arkham y sabía que las amenazas y problemas podían surgir por cualquier lado, siempre llevaba consigo algunas armas. De hecho, las Kates siempre que se reunían, iban preparadas para lo que pudiera pasar. Por ello, Bogatyr había incluido entre las armas que había llevado Yekaterina su espada mágica Ouroboros. Así pues, el grupo inicial de RALO se vio enfrentado a cuatro mujeres y un robot reptiliano de avanzado diseño, eso sí, con armas para deshacerse de ellos o, al menos, para plantarles cara de forma contundente. Por ello, el combate fue rápido, brutal y decisivo, por supuesto, del lado de las Kates. Y es que, además de su potencia de fuego y los conocimientos de tácticas militares de Bogatyr, Yekaterina y Ribbentrop-Molotov, contaban con los hechizos de Kate la Roja y la presencia de Shubbi. De hecho, fue éste último, el retoño oscuro de Shub-Niggurath, el que más daño causó. Y es que no hay que cabrear a uno de los tentaculados y monstruosos hijos de la Cabra Negra de los Bosques.

La primera incursión de los RALO fue un estrepitoso fracaso. Pero claro, había sido un grupo aislado demasiado confiado en sus posibilidades. Ya que se trataba de enviados de Nyarlathotep, posiblemente aquello iba a ir a más. A causa de esto, Bogatyr tomó el mando, pues era la que tenía más experiencia militar y de lucha contra los reptilianos. Experta en la blitzkrieg y la guerra de guerrillas, preparó rápidamente un plan para ejecutar en caso de que volvieran con más fuerzas de las esperadas. Y es que las Kate Rangers podían hacerse cargo de un pequeño grupo. Pero si lo que se estaba preparando era una invasión a mayor escala, necesitarían refuerzos. En concreto estaba pensando en los morlocks, que tenían un buen arsenal a su disposición y siempre estaban dispuestos a combatir capitalistas, particularmente si eran anarcocapitalistas. Y si encima eran reptilianos, que habían demostrado ser enemigos acérrimos, la cosa se ponía mejor.

Mientras aguardaban, Ribbentrop-Molotov se ocupó de poner sobre aviso a los morlocks. Y, poco  después, llegó el siguiente grupo. Esta vez eran algo más numerosos, pero fueron cogidos por sorpresa y también cayeron rápidamente bajo el fuego de las Kate Rangers y la furia de Shubbi. Pero para el tercer grupo los RALO habían aprendido la lección y esta vez empezaron a salir tropas de manera más masiva, con lo que ya se podía hablar oficialmente de invasión. Así pues, las Kate Rangers montaron en el GAZ-67.M con Kate al volante y con un destino concreto en la mente. Tal y como esperaban, tras disparar varias ráfagas contra los invasores RALO, estos no dudaron en perseguirlas.

Y a causa de todo esto, nos encontramos en la situación con la que habíamos empezado: Kate al volante de un jeep ruso morlock seguida por Ribbentrop-Molotov en patines y perseguida por un convoy de coches de policía anarcocapitalista reptilianos. La trayectoria del vehículo en que viajaban las Kate Rangers era muy definida y, si alguien se hubiera molestado en marcarla sobre un mapa o seguirla mediante un GPS, se habría dado cuenta de que se dirigía por la vía mas corta hacia las afueras de la ciudad. Mientras tanto, por el camino, tanto Yekaterina como Bogatyr disparaban ocasionalmente a sus perseguidores, logrando así detener a algunos de ellos y provocar, de paso, pequeños accidentes en cadena cuando los vehículos RALO que iban justo detrás del que había sido detenido por los disparos colisionaran por alcances.

Una vez fuera de la ciudad, Kate parecía tomar rumbo a Dunwich, pero no tardó mucho en tomar un desvío, aprovechando que viajaban en un todoterreno, por lo que pudo coger un camino secundario y adentrarse campo a través sin demasiadas dificultades. Obviamente, los coches RALO, que eran más de tipo deportivo, lo pasaron bastante mal. Pero aún así, lograban no perderles la pista a las Kate Rangers. Cualquiera podría haber pensado a primera vista que se debía a que eran precisamente coches deportivos, más rápidos. Pero el GAZ-67.M era un vehículo morlock, con todas las mejoras sobre el original que incluían mayor velocidad, aceleración y maniobrabilidad. Además, Kate era una conductora bastante buena, por lo que se preocupaba de mantener la distancia pero no demasiada para que no las perdieran y así poder llevarlos hasta el punto de destino que tenía en mente. Finalmente, cuando llegaron a un bosquecillo, el vehículo se detuvo y las Kates, junto con el robot, se adentraron en el mismo. Habían llegado a su objetivo.

Cuando, finalmente, llegaron los RALO, se encontraron con algo que no habían esperado: de entre los árboles se alzaba Constructo Social, el robot gigante de los morlocks comunistas. Las tropas invasoras eran infantería con armarmento ligero, preparadas para combatir contra infantería y causar daños contra vehículos no blindados. A fin de cuentas, lo que esperaban era una guerra de combate urbano rápida, sin demasiada resistencia. Y ante ellos se alzaba un monstruo de metal blindado preparado para aplastarlos sin contemplaciones. Algunos de los invasores trataron vanamente de plantar cara y enfrentarse al coloso morlock comunista y abrieron fuego. Ni que decir tiene que no lograron hacerle la más mínima mella. Como mucho lograron saltarle la pintura donde impactaban las balas. Constructo Social ni siquiera tuvo que usar su armamento balístico. Dio dos pasos al frente y comenzó a pisotear y destrozar los vehículos, así como a todos los invasores RALO que se ponían a su alcance. Mientras se sembraba el caos, las Kate Rangers y Ribbentrop-Molotov salieron de su escondite para aprovechar la situación y ayudar al robot gigante sin interponerse en su camino. Así, mientras disparaban contra los reptilianos, Kate la Roja preparaba un hechizo y, cuando estuvo listo, dio aviso a sus compañeras para que se apartaran, cosa que también hizo Constructo social cuando Ribbentrop-Molotov le avisó. Y es que, cuando los RALO pensaban que por fín podrían escapar, un enorme rebaño de cabras atraído por el hechizo de Kate la Roja, arrolló a los incautos reptilianos con lo que los que aun pudieran salvarse se vieron corneados, aplastados, coceados, mordidos y sacudidos a conciencia.

Poco más tarde, cuando las cabras se retiraron, llegaron más morlocks para hacer limpieza. Los coches de policía serían llevados a la base morlock para ser inspeccionados y someterlos a ingenieria inversa para ver que podían aprovechar de ellos. Los cadáveres, por su parte, fueron cargados en un camión y llevados de vuelta al portal. Tras ser introducidos todos, los morlocks dejaron caer al otro lado un potente explosivo, tras lo cual, se dedicaron a usar su tecnología espaciotemporal para cerrar el portal. No se sabe que pasó al otro lado cuando recibieron a sus caídos y la poderosa bomba morlock, pero estaba claro que habían fallado a Nyarlathotep y éste no era compasivo. La primera fase del plan del Caos Reptante había sido un fracaso, pero aún quedaba más por delante.

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