jueves, 29 de diciembre de 2016

Nochevieja en Dunwich

Tras las fiestas de Navidad, aun quedaba la Nochevieja. Aunque para los habitantes de Dunwich y algunas sectas de los Mitos el cambio de año coincidía más con el solsticio de invierno, seguían regidos por el calendario oficial, que marcaba el 31 de Diciembre como el cambio oficial de año. Así, mientras seguían las vacaciones de Navidad, Evangeline "Welcome" Parker y su novia, Katherine Ashford, aprovechaban para relajarse lejos de Arkham en la vecina población de Dunwich. Aunque se trataba de una aldea rodeada de granjas dispersas por una región llena de colinas y cañadas, con extraños bosques y de extraño e infausto pasado, era el lugar en donde los Pickman estaban construyendo unos alojamientos rurales. Todo había surgido como consecuencia de la guerra de un día que habían organizado durante el primer trimestre del año, cuando una ex-novia de Harvey Pickman, una científica loca y sectaria de Shub-Niggurath, le dio por secuestrar a Welcome. Claro, la respuesta no se hizo de esperar. El grupo completo de Alfa Strike, el Equipo Exile de morlocks comunistas y la propia Kate se habían unido para atacar el complejo científico en donde estaba secuestrada Welcome y en donde habían creado una veintena de clones mutantes de la joven, las welclones. Con un ataque frontal dirigido por Harvey y ejecutado por los dioses de Alfa Strike y los exiliados posthumanos, se enfrentaron a las fuerzas combinadas de Omicron Scorpions y los Reptilianos Nazis del Lado Oscuro mientras Kate se unía a un pequeño grupo de incursión que hizo una entrada furtiva en el laboratorio para rescatar a Evangeline y las welclones. Como resultado de esto, las instalaciones científicas fueron destruidas, los planes de manipulación genética de la NWE fueron frustrados y destruidos y las chicas (Welcome y sus "hijas" genéticas) se convirtieron en la base de un culto de la Cabra Blanca de Tres Cabezas, un avatar de Shub-Niggurath. De esta forma, y con el apoyo de los Pickman, se inició el proyecto para revitalizar la comarca de Dunwich con la construcción de unos alojamientos rurales y la restauración de la zona. Para ello, las seguidoras de la Cabra Blanca tuvieron que hacer entrar en razón a los cultos familiares y locales de Yog-Sothoth y Tsathoggua y negociar con una comunidad hippie que se había asentado en la región.

Con el paso del tiempo, no sólo lograron establecerse como una de las fuerzas vivas de la región, sino que, poco a poco, se fue avanzando en las mejoras de la zona. Así, en el propio pueblo de Dunwich, prácticamente una aldea debido al abandono que había sufrido, aprovecharon varias viejas casas para construir el centro administrativo y de mantenimiento y un edificio que serviría como recepción, restaurante y equipado con 40 habitaciones catalogadas como dobles y de uso individual, 20 de los cuales servirían para alojar a las welclones. A fin de cuentas, estas iban a ser las que se encargarían de gestionar el negocio en todos sus aspectos con la ayuda de Summanus y Kate actuando como apoyo y enlace con el dinosauroide que administra la residencia universitaria en Arkham. Esta era la base de todo el proyecto. De forma adicional, en las cercanías del pueblo, y aprovechando la peculiar orografía de la zona, habían construido una serie de chalets imitando el estilo arquitectónico original de la zona, que parecía anclado en el siglo XVIII. Así, contaban con una serie de localizaciones donde alojar a los futuros clientes en el entorno de singular belleza de esa comarca olvidada.

Independientemente de estos acontecimientos, el invierno en Massachussets no era la mejor estación para circular a partir de una determinada hora de la tarde, cuando el sol había caído y la noche se cernía sobre el entorno. Además, las temperaturas no eran las más agradables, lo que, combinado con la oscuridad, producía el efecto de que, si no ibas con ojo, podías equivocarte en el desvío de Dean's Corner y acabar por adentrarte en esa peculiar región de Dunwich. Y eso, precisamente, le acababa de pasar a la mujer que conducía un todoterreno de alquiler y que trataba de llegar a Arkham. No llevaba un buen día. Había llegado a Providence, y, tras una larga cola, había logrado alquilar un coche. Por lo visto, todo el mundo estaba interesado en viajar con un coche de alquiler. Luego le pilló una nevada que la dejó helada de frío y con poca visibilidad, y, para colmo de males, el GPS le decía que estaba en Ohio. Así que, cuando se dio cuenta de que había cogido el desvío equivocado, maldijo con pasión en hindi. La carretera parecía en buenas condiciones, aunque estaba claro que no había pasado un quitanieves durante los últimos días. Así, no tenía más remedio que seguir adelante hasta que encontrara un desvío, un lugar donde dar la vuelta o donde aparcar y descansar un poco. Finalmente, logró ver unas luces. Por la distribución y cantidad de las mismas parecía ser algún tipo de población pequeña. La mujer sonrió bajo la bufanda. Allí podría orientarse y tomar algo caliente.

Al entrar en el pequeño pueblo, prácticamente una aldea, lo encontró un tanto desolador, poco acogedor en esa fría oscuridad. Estuvo a punto de cruzarlo por completo de no ser porque, entre las vetustas edificaciones, había un sitio que, no sólo parecía un edificio nuevo y tenía unas invitadores luces encendidas. Aparcó el coche al lado del mismo, se bajó y, envuelta como estaba en ropa de abrigo, se acercó a la puerta y llamó esperanzada. En el interior del edificio escucho algo de bullicio y, finalmente, se abrió la puerta. Katherine Ashford sonrió levemente a la desconocida envuelta en abrigos, bufandas, gorro de lana. Estaba claro que tenía frío y, si andaba por Dunwich a esas horas, seguramente estaba perdida. Además, así se podía distraer un momento de las locuras de las welclones, que estaban muy excitadas por la celebración de la Nochevieja. Estaban más relajadas después de las fiestas que habían celebrado con las navidades, y es que, un culto de un avatar de Shub-Niggurath formado por 20 clones mutantes ninfómanas y su madre genética eran capaces de montar unas celebraciones sorprendentes y agotadoras. Pero aún así, Kate no podía evitar quererlas y apreciarlas, porque, pese a todo, se divertía con ellas y le caían muy bien. Por otro lado, Evangeline "Welcome" Parker era la fuente del ADN de las welclones, y ésta era su novia. Y así, mientras las chicas seguían acabando de organizar la fiesta de esa noche, Katherine se encargó de recibir a la inesperada recién llegada. La mujer tenía un acento exótico, aunque se le camuflaba la voz por la gruesa bufanda que llevaba. La mujer le contó que se dirigía hacia Arkham, pero que había equivocado el camino y estaba desorientada. Quería saber si podían ayudarla a encontrar la ruta y, de paso, permitirle descansar un poco y recuperarse del frío.

Kate, consciente de que cualquiera con aviesas intenciones cometería un grave error al intentar algo con las welclones (incluso ella había recibido entrenamiento de defensa personal por parte de Welcome), la hizo pasar. Así de paso las chicas tendrían otro objetivo al que dirigir sus atenciones. La mujer, agradecida, entró y, tras cerrar la puerta, empezó a despojarse de las diversas capas de ropa de abrigo, ya que la calefacción las hacía innecesarias. Resulto ser de la misma estatura que Welcome, un poco más baja que Kate, con un abundante y espeso pelo negro, piel azul oscuro, cuatro brazos y rostro de rasgos hindúes. Kate empezó a atar cabos de inmediato. Uno de los aspectos positivos de su relación con Evangeline era el contacto con los dioses de Alfa Strike y otros seres sobrenaturales. Estos, aunque podían llegar a ser una molestia, la habían impulsado a interesarse por la mitología. Así, se percató de que se trataba de una deidad de la India. Con sus conocimientos, la identificó presumiblemente como Kali. Mientras la acompañaba al salón restaurante del edificio, al otro lado de la recepción, salió Evangeline a ver que retrasaba a su pareja. Al ver a la recién llegada, la saludó efusivamente:

-¡Welcome stranger! ¡Qué sorpresa, Kali!, no te esperaba tan pronto!

-Sí, he cambiado de planes a última hora y he adelantado mi viaje. No esperaba que este tiempo fuera tan horrible y he acabado ni se como aquí -respondió la diosa. 

-Bueno, veo que ya conoces a Kate, mi novia.

Kali dirigió una intensa y escrutadora mirada a Katherine, que se temía cualquier cosa.

-Entonces -comenzó a decir Kali-, ¿ella es la que te tiene loca de amor y de orgasmos?

Ante la pregunta y la e física respuesta afirmativa de Evangeline, Kate empezó a ponerse roja como un tomate. Welcome la abrazó y le dio un largo y apasionado beso y le pidió a Kate que llevará a Kali hasta una de los habitaciones libres para que pudiera alojarse allí. Y de paso mandaría a Ártica a por el equipaje. La diosa le dio las llaves del coche y se dejó guiar. La joven acompañó a la diosa y le enseñó la habitación. Mientras esperaban a que Ártica subiera el equipaje, Kali le habló sobre como Evangeline siempre la ponía por las nubes en ElderGodBook, al igual que N'kari y los demás miembros del equipo Alfa Strike. Incluso Loki, que no siempre se había ganado las simpatías de Katherine, hablaba con aprecio de ella. De paso, le comentó que su viaje a Arkham era en parte por placer y en parte por motivos profesionales. Kali era una deportista de nivel olímpico en esgrima, atletismo y diversos estilos de lucha, además de una especialista en mitología, cultura e historia de la India. Por ello, Loki la había invitado a unirse a Alfa Strike y, de paso, podía dar clases de esgrima a Delta Wave Welcome, para, así, mejorar sus habilidades de combate. Así, mientras hablaban, Ártica llamó a la puerta, y, tras invitarla a pasar, se introdujo en la habitación con las maletas de la diosa. Era una welclone peculiar, híbrido genético de Evangeline y de un gnoph-keh, una criatura de climas polares propia de las Tierras del Sueño, aunque había sido también foránea de algunas zonas septentrionales de la Tierra. Tenía la fuerte y voluptuosa figura de su molde original humano, Evangeline, aunque su cuerpo estaba cubierto de un espeso y lanudo pelaje blanco, y sobre su cabeza se erguía un cuerno negro y recto. Además, era capaz de lanzar una potente ráfaga de aliento helado desde su boca. Debido a su herencia, tenía una resistencia sobrenatural al frío. Por ello, en lugar de las gruesas ropas de abrigo que había usado Kali o que vestían las demás cuando tenían que salir fuera, vestía una holgada camiseta y unos pantalones cortos, como si estuvieran en pleno verano. Claro, en épocas estivales, con climas más cálidos, Ártica se cortaba el pelo y se afeitaba casi todo el cuerpo. La chica las sonrió con simpatía y las invitó a bajar cuando estuvieran listas, para unirse a los demás.

Kali se entretuvo el tiempo necesario para sacar algunas cosas para pasar la noche y una estancia corta: algo de ropa y artículos de higiene que complementaran los ammenities de la habitación. Tras ponerse la diosa más cómoda y relajarse un poco en compañía de Kate a la que miraba con interés y admiración por ganar tan buenas opiniones de los dioses de Alfa Strike, bajaron las dos al salón donde las welclones, dirigidas por Evangeline y Buhonera, su líder no oficial, acababan de decorar el lugar y ultimaban los preparativos. Aunque, con el carácter alegre y fiestero de Welcome, estas actividades se realizaban de forma bastante lúdica. La llegada de las dos mujeres fue recibida con clamores y vítores. Los preparativos podían continuar.

Una hora más tarde, con las clones, Evangeline, Kate y Kali en agradable conversación tras haber acabado con los preparativos, cuando volvieron a llamar a la puerta. Kate acompañada por Buhonera, una welclon de pelo moreno en contraste con la rubia cabellera de Welcome, voz grave de contralto y afición por el canto lírico, con capacidades de teletransporte, se acercó a ver quien estaba fuera. Al abrir se encontraron a dos extraños seres: eran unas criaturas que parecían unos crustáceos, langostas para más exactitud, alienígenas, con cabezas formadas por espirales carnosas llenas de pequeñas antenas o cilios, con sendas grandes alas de murciélago. Estaban ataviados con unos gorros de Santa Claus y unas bufandas con motivos navideños. Al ver a las dos mujeres comenzaron a cantar un villancico con una voz zumbante, como producida por un enjambre de abejas. La cara de desconcierto y susto de las dos fue para ser conservada. Se trataba de dos mi-go, dos hongos de Yuggoth. Buhonera tomó la iniciativa:

-¿Villancicos? Creo que os habéis retrasado un poco, los villancicos son para Navidad y estamos ya en la última noche del año. De todas formas, ¿qué hacéis por aquí? Pensaba que los hongos de Yuggoth estabais más al norte, por la zona de Brattleboro.

-Oh, si -respondió uno con voz zumbona-. Pero aquello es muy aburrido y habíamos pensado probar una aproximación diferente. Y como observar a los humanos a través de los métodos habituales es poco productivo, hemos decidido acercarnos aquí, ya que no necesitamos disfrazarnos y, de paso, disfrutar de las fiestas.

Buhonera miró a Kate. Kate miró a Buhonera. Ambas se encogieron de hombros. A fin de cuentas, la cena la había preparado Unglaublich y la había llevado hasta allí Buhonera teleportándola, y habían preparado de sobra. Las welclones estaban acostumbradas a las rarezas de los Mitos de Cthulhu y tenían ganas de fiesta. Y, a fin de cuentas, era una época tan buena como cualquier otra para divertirse y unir lazos con otros habitantes de la vieja Nueva Inglaterra. Así que los invitaron a pasar.

Un poco más tarde, volvieron a llamar a la puerta. Esta vez, Kate fue junto a Reina Serpiente, una versión reptiliana de Welcome, aunque en realidad, era producto de la hibridación del material genético de Evangeline con el de los hombres serpiente. Como sucedía con los seres y dioses reptilianos de los mitos, poseía una educación y urbanidad excelentes, que harían llorar de placer al gentleman inglés más fanático y estricto de los buenos modales. Al abrir, encontraron algo bastante peculiar: eran una pareja, hombre y mujer, vestidos con el peculiar estilo pasado de moda y mezclado de los yithianos que no acababan de acoplarse a la época en la que se habían asentado, tras ellos sobresalían las figuras robustas y envueltas en pieles y abrigos de una pareja de profundos venidos de Innsmouth. Junto a estas dos curiosas parejas, cuatro byakhees, seres de gran tamaño, alas membranosas y patas palmeadas, con las gorras con el logo de Byakhee Express. Eso explicaba la forma en que se habían desplazado hasta la zona. No hicieron falta muchas explicaciones. Las welclones habían llamado la atención de toda la región (a fin de cuentas, se montó una guerra total de un sólo día para rescatarlas a ellas y a Evangeline), por lo que, ya que iban a montar una fiesta propia de Nochevieja, otros elementos de la región en torno a Arkham querían apuntarse a la misma. A fin de cuentas, las dos parejas ya habían tenido contacto antes con los Pickman y con Welcome o Kate. Las dos mujeres, sorprendidas, optaron por hacerles pasar, inclusive a los byakhees.

Así, llegada la hora de la cena, se sentaron a la mesa Evangeline, Katherine, Kali, las 20 welclones, los dos yithianos, la pareja de profundos, los dos mi-go y los cuatro byakhees. Todos juntos celebraron en armonía la última comida del año y, llegado el momento, brindaron con cava y otras bebidas por el cambio de año. Y la fiesta siguió, con baile y diversión y, así, celebraron la Nochevieja y brindaron por un feliz año nuevo.

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